«El “Código Da Vinci” beneficiará al Opus»


Entrevista de VÍCTOR-M. AMELA a
JOHN L. ALLEN
Los comentarios intercalados son de un numerario del Opus Dei


Tras entrevistarse con unos 300 miembros del Opus, John L. Allen me los define como personas inteligentes, preparadas, competentes y equilibradas..., pero cuya organización debería ser más transparente y más autocrítica. Lo expone en ´Opus Dei´ (Planeta), libro respetuoso con el Opus: le absuelve de casi todos los pecados... menos del de una cierta arrogancia y autosuficiencia. El libro está sazonadísimo de datos: el Opus tiene 85.000 miembros (el 40% está en España y la mitad son mujeres), de los que el 78% son supernumerarios (personas laicas que, casadas o no, siguen las directrices del Opus y colaboran en sus actividades), el 20% son numerarios y el 2% son sacerdotes... Me informa de que un tercio de las redacciones de los diarios españoles se ha formado en centros del Opus.

Tengo 41 años. Nací en pleno Kansas y, desde hace seis años, vivo en Roma. Soy corresponsal de la CNN y del semanario norteamericano National Catholic Reporter en el Vaticano. Estoy casado con Shanon y no tenemos hijos. Soy católico, como el 25% de los estadounidenses. ¿Ideología? Soy un periodista anglosajón, yo no juego a partidismos


- Qué es el Opus Dei?

- Una asociación católica que existía desde antes de El código Da Vinci, ja, ja...

- No sé si al Opus Dei le hará tanta gracia el asunto...

- Me consta que ahora en el Opus Dei empiezan a ver en la novela de Brown - y en la película- una oportunidad de la que obtener un provecho.

- ¿Cómo?

- Yo ya me he topado con una persona - un estadounidense- que se enteró de la existencia del Opus Dei gracias a El código Da Vinci, que le despertó curiosidad, le interesó, se acercó... ¡y hoy es ya miembro del Opus!

- Interesante.

- ¡La visibilidad pública mundial que al Opus le ha regalado El código Da Vinci equivale a una campaña publicitaria de miles de millones de dólares...!

- A costa de retratarlos como criminales...

- Al negarse a atender los ruegos del Opus Dei de no ser retratado así en la película, Hollywood aparece ahora como abusador y el Opus como víctima: le atraerá simpatías.

- El Opus debería contratarle como asesor.

- Ja, ja..., yo anuncié al Opus mi intención de escribir un libro, por lo que solicitaba que me abriesen todas sus puertas sin restricciones. ¡Y aceptaron! Ése es el buen camino...

- A cambio, les saca una foto favorecedora.

- No.

- ¿No?

- Ha salido un retrato en claroscuro: he recogido todas las luces y todas las sombras.

- Resúmame las luces.

- El Opus Dei es una idea luminosa: que el trabajo de cada día sea camino de santidad, que los laicos sean los protagonistas.

- ¿Es la propuesta de Escrivá, el fundador?

- Sí, y dijo recibirla de Dios: santificar el mundo llevando el cristianismo a la vida cotidiana, sacándolo de las iglesias...

- ¿Y dónde empiezan las sombras?

- En su funcionamiento como estructura, con una cierta autosuficiencia y cerrazón: su autoexigencia nos los aleja... ¡El Opus Dei es la cerveza negra Guinness Extra Fuerte de la Iglesia católica!: exige un paladar preparado. Si no lo tienes, sientes rechazo.

- ¿Ha probado usted esa cerveza?

- Viví durante cinco días en una celda del colegio mayor Pedralbes de Barcelona, como un miembro numerario del Opus.

- ¡Ja, ja! En los colegios mayores no hay celdas, sino habitaciones. La mayor parte de los que viven en el Colegio Mayor Pedralbes no son miembros del Opus Dei, sino estudiantes que están de paso por Barcelona. Ni ellos ni los numerarios aceptaríamos vivir en una celda, porque no somos religiosos. En cierta ocasión, apareció por Secretaría uno de los colegiales, diciendo: Se os ha fundido la bombilla de mi habitación. Evidentemente, no se sentía en su casa, pero tampoco en un convento.
 
- ¿Qué es un numerario?

- La persona que tiene al Opus como su familia más inmediata: viven en centros del Opus, son célibes y la mayoría son profesionales competentes que entregan al Opus la porción de sus ingresos que no necesitan para sus gastos de manutención.

- ¿Y qué tal le fue la experiencia?

- Yo no sirvo. Admiro a quien es capaz de llevar esa vida, demasiado estricta y estructurada para un individualista como yo. Una vida en la que el grupo ocupa mucho...

- ¡Pobre John! Me hubiese gustado compartir con él esos días... El fundador del Opus Dei decía, refiriéndose a los numerarios, que es un grupo clavado en la cruz que ha de pensar en "nosotros" para que los demás puedan conjugar un "tú y un yo" plenos de sentido.
 
- Se ha acusado al Opus Dei de secta...

- ¿Acusaríamos de secta a un partido político? El Opus Dei sí es una estructura fuerte, con expectativa alta de obediencia, pero yo no he visto ningún lavado de cerebro.

- Se ha dicho que confinaban a sus disidentes en sus psiquiátricos...

- ¡Hasta se habló de un "gulag del Opus" en el cuarto piso de su clínica de Navarra! La visité: había 25 pacientes felizmente tratados, y ninguno era del Opus.

- O sea, que si soy un numerario del Opus y decido dejarlo, ¿no me hostigarán?

- Persuadidos de ser obra divina, intentarán convencerte para que sigas, por tu bien. Pero no te secuestrarán. ¡Hay cientos de ex numerarios, y que no critican al Opus! Aunque hay muchos otros que sí lo hacen...

- ¿Con qué acusaciones?

- Son personas que no encajaron, porque ser numerario plantea desafíos, es duro. Y lanzan acusaciones de obediencia ciega, rigidez, ansias de poder, mortificaciones...

- ¿Sí? ¿Es verdad que se flagelan?

- Yo llevé dos horas al día un cilicio en el muslo, como hacen los numerarios: cómodo no es..., pero no duele. A mí me resulta más dura una hora de gimnasio, ja, ja...

- ¿Qué sentido tiene ese cilicio?

- Recordarte el sufrimiento de Jesús, del mundo. Y una vez por semana, el miembro numerario se latiga en la espalda durante el tiempo que dura un padrenuestro.

- ¡Ja, ja! Eso se llaman "disciplinas". Según decía uno, que no era del Opus Dei y las utilizaba, le ayudaban a "domar el potro". Por cierto: se aplican un poco más abajo, donde la espalda pierde su honesto nombre.

- Se acusa al Opus de ultraconservador.

- Abomina del aborto, la eutanasia, la contracepción y la homosexualidad.

- El Opus Dei no tiene ninguna doctrina propia. Enseña lo que enseña la Iglesia, y nada más.

- Se le acusa de perseguir poder...

- Se cultiva un anhelo de excelencia en el trabajo, lo que ha llevado a algunos miembros a puestos relevantes. Pero no he visto un plan de dominio político o económico.

- ¿Tienen mucho dinero?

- Manejan unos 3.000 millones de dólares en el mundo. Bah, no es tanto...

- ¿Y no dominan el Vaticano?

- De los 4.500 obispos de la Iglesia católica, sólo 39 son del Opus. De 193 cardenales, dos son del Opus. Y de los 2.550 miembros de la curia vaticana, sólo 20 son del Opus.

- ¡Pero quizá muy influyentes!

- Juan Pablo II tuvo mucho aprecio al Opus, es cierto, por ofrecer a obreros y trabajadores una alternativa a ser comunista. Antes de entrar en el cónclave que le haría Papa, ¿qué fue lo último que hizo Wojtyla?: ¡rezar ante la tumba de Escrivá...!

- Y Benedicto XVI ¿cómo ve al Opus Dei?

- Como una congregación más.

- Una prelatura. No somos religiosos, en el sentido canónico de la palabra, sino simples fieles laicos. Por tanto, no pertenecemos a ninguna congregación religiosa

- ¿Qué presencia tiene en Estados Unidos?

- Allí cuenta con sólo 3.000 miembros.

- ¿Qué consejos daría usted al Opus?

- Que escuchase las críticas: que fuese más transparente y se explicase más, que se abriese y colaborase con otras congregaciones.

- Ya lo hacemos, pero no como Prelatura, sino a título individual. En el Opus Dei no funcionamos "teledirigidos", sino con total libertad personal.

 
Artículo aparecido en LA VANGUARDIA
el sábado 3 de junio de 2006


Antonio Parra
Verano, 2006