¡Qué bien!, pero... ¿por qué? ¿A
qué viene todo este derroche? ¿Se ha superado la crisis?
Muy bien, pero... ¿qué celebramos?
¿El solsticio de invierno, la investidura del nuevo President de
la Generalitat...?
Quizá las luces de las calles nos den alguna pista...
¿Comamos y bebamos, que mañana moriremos?
No, no. Debe ser algo por lo que todos puedan alegrarse: ricos y
pobres, gobierno y oposición.
Me siento muy triste por Navidad...
¡Dame un beso!
¡Dos!...
¿Por qué estás triste?
Porque me siento muy sola, muy vieja, y muy
inútil.
Pero, mamá
¡Si estoy aquí contigo!
¡Gracias a Dios! Porque eres todo lo que tengo. Pero se han ido muriendo todos. Y ya no me
veo... ¿Verdad que te gustaban las cosas que te cocinaba?
¡Ah,
aquél arroz con acelgas...!
¿Verdad que estaba bueno? Una cosa
tan sencilla...
Sí... ya ves:
nos acordamos del arroz con acelgas, y no de los turrones y el pavo
relleno. Dicen que los niños comen con los ojos, los
jóvenes con el estómago, los adultos con la cabeza y los
mayores... con el corazón.
Ay, hijo... ¡Dame otro beso!