11:53.El bañista, a la orilla del mar, se funde con el paisaje.
Y su bicicleta, reclinada en un árbol, también.
Forman un grupo escultórico.
Como estatuas de bronce, podrían permanecer ahí,
eternamente.
El corredor, en cambio, es un elemento perturbador.
Es como una ráfaga de viento, que no se sabe de dónde
viene, ni a dónde va,
como un guerrero que pasa, produciendo un cierto sobresalto en los que
le contemplan.