La Época de los Imperialismos (1870-1918)

La interpretación de los hechos

El periodo 1870-1914

El periodo 1914-1918

 

El periodo 1870-1914

 

  1. Introducción
  2. El periodo 1870-1914
    1. La era del capitalismo monopolista
    2. La sociedad burguesa
    3. La evolución de la política interior:
      1. La evolución de las fuerzas sociopolítiques en Europa
      2. La evolución política a nivel interno
    4. La expansión imperialista  y las relaciones internacionales     

 

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Introducción

Entre 1870-1914, en el orden interno, Europa Occidental conoce la consolidación y ampliación del proceso histórico desarrollado desde 1830:

  • A nivel económico, continúa el modo de producción industrial capitalista y se expansiona a nivel mundial debido al colonialismo.

  • A nivel social se mantiene el predominio burgués, con el fortalecimiento de la burguesía industrial y, aunque se incrementan las diferencias sociales, hay una mejora relativa de las condiciones de vida del proletariado.

  • A nivel político, se consolida el liberalismo y se inicia el proceso hacia la democracia liberal, mientras se afianza y desarrolla la oposición al sistema (el movimiento obrero).

Esta situación intensifica la diferencia entre las grandes potencias europeas y el resto de Europa en la que continúa con lentitud la industrialización, el paso a la sociedad clasista y el acceso al poder social, político y económico de la burguesía industrial, y la estabilización del Estado Liberal ante una oposición cada vez más radicalizada. En la Rusia tzarista, el absolutismo entrará en una profunda crisis.


En el orden internacional, se desarrollan potencias extraeuropeas (USA y Japón) al mismo tiempo que se extiende el dominio mundial de las potencias europeas (Gran Bretaña y Francia especialmente) merced al imperialismo.

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Pero entre 1914-18, las tensiones internas (enfrentamiento entre el proletariado y la burguesía) y las tensiones internacionales(competencia entre los países colonialistas) desembocarán en una crisis irresoluble, dando lugar, en el país donde más fuerte era el desequilibrio, en la primera Revolución Socialista, la Revolución Rusa, mientras que la tensión internacional conducirá a la primera Guerra Mundial.
El resultado de estas luchas sentará las bases del siglo XX: la pérdida de la hegemonía europea a favor de los EEUU, la crisis del liberalismo y una nueva división del mundo entre socialismo y capitalismo.


 

El periodo 1870-1914

La era del capitalismo monopolista, financiero o imperialista

• Estudiar la información del libro sobre la II Revolución industrial y el capitalismo monopolista.

• Estudiar los siguientes apuntes:

                    Entre 1870-1914 en los países avanzados se desarrolla la economía industrial con el consiguiente aumento de la producción, gracias a las innovaciones tecnológicas, y de la mano de obra asalariada (la expansión demográfica continúa a pesar del descenso de las tasas de natalidad), se desarrollan los medios financieros con la concentración empresarial y progresan las comunicaciones creando un incipiente mercado mundial. En efecto, a partir de 1880 se produce la segunda fase de la revolución industrial debido al descubrimiento de nuevas fuentes de energía como la electricidad y el petróleo y nuevas fuerzas motrices, el motor eléctrico, el motor de explosión -1886 - y el de combustión -1900 -. Las aplicaciones que se derivan fueron espectaculares: la iluminación eléctrica (Edison 1881), el telégrafo, el teléfono, el metro, el tren eléctrico, el tranvía, el cine, la radio y el automóvil, entre otros.
                   Estos avances tecnológicos van acompañados de nuevos sectores industriales: la industria eléctrica para la producción de energía eléctrica y para la fabricación de material eléctrico (Philips en Holanda, Siemens y AEG en Alemania, Westinghouse en USA), compañías de tranvías, cadenas de radio , la industria cinematográfica, la industria química para la fabricación de colorantes, explosivos, abonos, fibras textiles artificiales, la industria farmacéutica y todo el sector de perfumería y cosméticos; una nueva industria metalúrgica para la producción de los nuevos metales (aluminio, níquel -acero inoxidable-). Sin embargo, la industria siderúrgica sigue siendo el primer sector, no sólo para la fabricación de maquinaria y el ferrocarril, sino por la construcción de estaciones, de puentes y de armamento.

                      Esta situación de progresos técnicos y científicos, de nuevas fuentes de energía y de nuevas industrias, exigían crecientes inversiones de capitales que provocaron cambios en la estructura capitalista dando lugar a la iniciación de la fase del capitalismo monopolista (también denominado financiero o imperialista, en la que nos encontramos actualmente). La concentración industrial se debió a que las nuevas empresas exigían grandes inversiones, según hemos dicho, y para ello se concentraron capitales asociándose varias empresas (de concentración horizontal, si se ocupaban de todas las fases de una misma producción o vertical si producían elementos complementarios), el objetivo, como siempre, era la obtención de los máximos beneficios. Esto conllevará la creación de sociedades anónimas (con un número más o menos grande de socios con responsabilidad limitada). La concentración empresarial-de capital, técnica y de producción-y también por las nuevas maneras de producirse mayor división técnica del trabajo, el trabajo en cadena y la producción en serie-), provocó, sin embargo, otras consecuencias como la reducción del precio de coste (de transporte, mantenimiento, administración, propaganda), que, al permitir precios más competitivos eliminó competencia y, especialmente, redujo el número de empresas cuando multitud de pequeñas y medianas empresas fueron eliminadas o absorbidas por las grandes empresas que se estaban formando. La reducción del número de empresas en un sector permitió acuerdos entre las empresas y así se crearon los cárteles (las empresas asociadas conservan la autonomía pero acuerdan precios), los trusts (empresas asociadas tienen una dirección común y establecen acuerdos de producción , precios y reparto del mercado) y los monopolios (que controlan en gran parte la producción a nivel nacional-o internacional, las actuales multinacionales).
                La concentración empresarial que se inicia a finales del siglo XIX se produjo primeramente en el sector industrial y, enseguida, en el sector bancario y, entonces, los grandes bancos estuvieron vinculados a grandes monopolios industriales. La fusión del capital bancario y el capital industrial supuso, de hecho, la dependencia del sector industrial (los grandes bandos financian las grandes empresas), por eso esta fase capitalista se denominada también del capitalismo financiero. En muchos casos las grandes empresas financieras forman grupos de presión y ganan mucha influencia política (a veces, una misma persona puede ser presidente de un consorcio industrial, formar parte del consejo de administración de un gran banco y ocupar algún alto cargo ministerial ).
                 Los excedentes de capital de estas grandes empresas se destinan a inversiones lucrativas en países más atrasados ​​para mantener altas tasas de beneficios (un exceso de producción podría generar crisis económica) y, pronto, en territorios ultramarinos. La exportación de capital a territorios cada vez más alejados llevará a la expansión colonial (capitalismo imperialista). Los grupos sociales que controlan las grandes empresas inversionistas presionan al Estado para proteger sus intereses de otras potencias industriales, por eso la conquista colonial. La necesidad de reducir costes de producción con materias primas, fuentes de energía o mano de obra barata es otra de las razones esgrimidas por los defensores del colonialismo, de esta manera se puede hacer frente a la competencia en un momento en que el reparto del mercado nacional por parte de las grandes empresas de los países industrializados hace necesaria la búsqueda de nuevos mercados y la protección de los que se han conseguido.
                    La colonización y la expansión mundial del sistema capitalista conllevan la división internacional del trabajo entre los países industrializados (productores - exportadores de productos manufacturados y de capital) y los territorios subdesarrollados-las colonias o los países dependientes-(productores-exportadores de materias primas , fuentes de energía y alimentos), que siempre beneficia a los primeros, acentuando la diferencia y las desigualdades.
                Al establecerse un mercado mundial regulador de los precios y por la actuación de los monopolios internacionales, se interrelacionan más intensamente las economías nacionales, pero, al mismo tiempo, aumenta la competencia entre los capitalismos nacionales. Para evitar la excesiva dependencia de la coyuntura económica internacional y la competencia (aumenta el número de países industrializados), a finales de siglo se impondrá el proteccionismo-abandonando el librecambismo anterior-y la autarquía. Sin embargo, la competencia y la conquista de áreas de influencia económica (países dependientes o colonias), creó factores disgregadores y tensiones internacionales entre los países industrializados que derivaron, primero, en luchas localizadas y, finalmente, en la Primera (y segunda) Guerra Mundial.

 

 

La sociedad burguesa



• Estudiar la información del libro sobre la sociedad burguesa.

• Estudiar los siguientes apuntes:

                    La sociedad europea centro-occidental evoluciona según los rasgos aparecidos en el período anterior, entre los que destacan la hegemonía burguesa y el crecimiento de los obreros industriales. La industrialización amenaza el poder social y económico de los dirigentes tradicionales pero en la Europa occidental la aristocracia ha conectado con el capitalismo y se fusiona con la alta burguesía industrial y financiera creando una única clase dirigente. En el resto de Europa, se mantiene aún, en parte, la estructura social tradiciones, es decir, la hegemonía de los terratenientes (de mentalidad capitalista moderada), la debilidad de la burguesía industrial y del proletariado, y el predominio de el campesinado.
                      Sin embargo, el capitalismo monopolista rompe la homogeneidad (relativa hasta entonces) burguesa: mientras la alta burguesía pasa a formar parte de la clase dominante de grandes terratenientes, empresarios, altos cargos del Estado, y miembros destacados de profesiones liberales (arquitectos, médicos ...), y adopta una posición conservadora social, económica y políticamente, la pequeña y mediana burguesía (pequeños comerciantes, empresarios casi familiares, pequeños funcionarios) sufre la competencia de las grandes empresas, pierde la seguridad económica anterior y parte del poder adquisitivo de antes (hasta llegar en algunos sectores a un nivel de vida no demasiado diferenciado de los estratos más cualificados de la clase obrera). Todo esto lleva a la pequeña burguesía a adoptar actitudes variables que van del reformismo al conservadurismo.
                    La clase obrera aumenta en las ciudades industriales por las emigraciones de la población rural, la explosión demográfica y la industrialización. En los países avanzados hay una mejora-relativa-de su nivel de vida gracias a reformas gubernamentales y por la presión del movimiento obrero (sindicalista, socialista), que hace reducir la jornada de trabajo y aumentar los salarios, aunque se mantienen unas condiciones laborales y de vida deficientes. Los campesinos disminuyen numéricamente y son el sector que mantiene niveles de vida peores. En los países atrasados ​​de Europa continúa la situación de miseria de los trabajadores industriales y agrícolas derivando en posturas cada vez más radicales del movimiento obrero (sindicalista, socialista y anarquista).

 

La evolución de la política interior

• Estudiar la información del libro sobre la evolución política de los principales países de esta época.

• Estudiar la información del libro sobre el movimiento obrero (marxismo, anarquismo, La I Internacional, La Comuna de París, la creación de los partidos políticos socialistas, La II Internacional).

• Estudiar los siguientes apuntes sobre la evolución de las fuerzas sociopolíticas en Europa Occidental:

  • La expansión del capitalismo monopolista supone el triunfo definitivo de la burguesía industrial y financiera, que controla el Estado constitucional liberal y se mantiene fiel a su ideología liberal defensora de la propiedad, las libertades individuales y el orden social, y nacionalista defensora de los intereses de la nación que debe convertirse en una gran potencia de prestigio internacional. Los liberales se oponen a aumentar la intervención del Estado pero las circunstancias le hacen admitir aumentar su poder si se trata de la defensa del capitalismo nacional o la lucha contra la rebelión obrera. La escisión entre los conservadores liberales y los liberales radicales de la pequeña y mediana burguesía ha debilitado el movimiento liberal y ahora busca (y obtiene) el apoyo de la Iglesia, las masas campesinas y la aristocracia. Además, su nacionalismo será también un medio de atracción de los sectores populares por lo que el ideario político conservador afianza mucho más su componente nacionalista que el liberal. Este nacionalismo, en efecto, que en 1850 era una fuerza revolucionaria y progresista en defensa de la libertad de los pueblos contra los derechos dinásticos absolutistas y ha dirigido las fuerzas independentistas o unificadoras de la burguesía liberal, a partir de 1870 adopta posiciones cada vez más conservadoras , no sólo en cuanto a la defensa del orden establecido, identificando la nación con el Estado burgués sino con la reanimación y exaltación del sentimiento patriótico (a través de la enseñanza y la prensa), la implantación del servicio militar obligatorio y la integración de las minorías nacionales imponiendo la lengua oficial (y, si es necesario, la religión). En algunos de estos países surgirá una oposición nacionalista de esta minoría marginada y tampoco la minore judía fue de fácil asimilación. Pero, especialmente, el conservadurismo nacionalista queda patente por la posición imperialista que tomó, un nacionalismo expansionista, agresivo y colonizador que justificaba con argumentos, precisamente, nacionalistas, la guerra de conquista contra otros pueblos a los que se les privaba de, prácticamente, todas las libertades. El nacionalismo imperialista crea una serie de ideas para justificar la expansión colonial: el prestigio nacional "sólo las naciones capaces de convertirse en un imperio se impondrán en el futuro", la responsabilidad del hombre blanco que tiene el deber de transmitir a los pueblos salvajes las conquistas de la civilización occidental (que llevará a afianzar posiciones racistas como la de la superioridad de la raza blanca por la que el deber anterior pasa a ser derecho de conquista, la misión religiosa de transmitir el cristianismo entre los infieles , hasta argumentos
    demográficos (el exceso de población europea hace necesaria la conquista de nuevos territorios donde asentarse la), sociales: la colonia es la garantía de la seguridad económica de los trabajadores metropolitanos y permite la mejora de su nivel de vida (Chamberlain). Y también económicos (para evitar una crisis económica) y políticos: la presión de los otros ("somos responsables de que el mundo, en la medida en que está aún por modelar, reciba un carácter anglosajón y no otro", dijo en un discurso el premier británico).
    En conclusión, el bloque de las fuerzas conservadoras se basa en las ideologías liberal, nacionalista e imperialista pero, debido a las contradicciones internas entre liberalismo y nacionalismo como, por ejemplo, el sometimiento de los pueblos coloniales frente a las libertades individuales y nacionales, la fortalecimiento del Estado para dirigir la conquista colonial que entra en contradicción con un Estado débil ante la iniciativa privada, el intervencionismo creciente del Estado con la aprobación de reformas para frenar la revolución obrera ante el liberalismo económico ... , todo ello hace que el componente liberal de este bloque ideológico vaya retrocediendo mientras se fortalece el nacionalista (empieza a apreciarse una tendencia en ciertos sectores conservadores hacia un Estado cada vez más autoritario anti-liberal y anti-democrático).


  • La pequeña y mediana burguesía, que sufre la competencia del gran capital, continúa con la ideología liberal reformista, (derecho de propiedad limitado, libertad individual pero también colectiva, y justicia social en virtud de la cual el Estado debe intervenir a favor de los menos favorecidos), sin embargo ha abandonado los métodos insurreccionistes y defensa del orden establecido intentando conseguir sus objetivos por la vía reformista, tras ganar las elecciones. El descenso del nivel de vida no conduce, pues, a la identificación con los objetivos obreros, de hecho, se produce un rechazo de la revolución proletaria por parte de las clases medias y eso se traduce en un cierto aislamiento y en la debilidad de los partidos radicales de la pequeña burguesía que tendrán tendencia en un próximo futuro a la división interna (los de derecha más afines al nacionalismo imperialista, los de izquierda defensores de reformas sociales avanzadas) y que, en el período que estudiamos, practican una política de péndulo hacia las otras fuerzas políticas: cuando los conservadores están en el poder formarán la oposición, pero cuando, coaliats o con el apoyo de partidos obreros, llegan los radicales a formar gobierno, la oposición es de los conservadores que temen que el programa reformista pueda ser utilizado para dar fuerzas al movimiento obrero, lo que, si se produce, por ejemplo en épocas de crisis económica, lleva al gobierno reformista a tomar inmediatamente medidas represivas anti-obreras para eliminar el posible foco revolucionario.
    En la ideología del liberalismo radical de izquierdas, el componente liberal también se debilita mientras se reivindica una progresiva igualdad, tanto de riqueza-es el ideal de "todos pequeños propietarios" -, como de cultura y de derechos (sufragio universal).


  • La clase obrera, la verdadera oposición al sistema, en un amplio sector plantea la lucha política revolucionaria contra el Estado liberal con el objetivo de abolir la propiedad privada y la sociedad jerarquizada, aunque estará dividido en cuanto a los medios para conseguirlos por la discrepancia interna del marxismo entre reformistas y revolucionarios, y entre marxistas y anarquistas (a pesar de que los países avanzados la influencia del anarquismo entre el proletariado fue pequeña, si bien sus acciones terroristas de acción directa tuvieron gran repercusión social y política). La I Internacional, fundada en Londres en 1864 e integrada por miembros de sindicatos obreros de Francia y Gran Bretaña y exiliados del resto de Europa, de variada ideología-socialistas, marxistas y anarquistas-pretendía ser un elemento organizador del movimiento obrero internacional aún que cada grupo nacional era libre de tener sus propios métodos. A finales de los años 60 empezó a tener gran prestigio pero las profundas discusiones doctrinarias entre proudohonians, marxistas y anarquistas (en 1872 los anarquistas fueron expulsados), junto con el choque de sentimientos nacionalistas hacia el sentimiento de clase que fue la guerra franco- prusiana, y la gran represión contra el movimiento obrero francés después de la insurrección obrera de la Comuna de París (1871), condujeron a una pérdida de fuerza progresiva.

               Pero el periodo 1870-1914 conoció un gran desarrollo de la actuación obrera-sindical y política-debido a la difusión, aceptación y aplicación de la la teoria marxista y eso hará que haya fuerza conflictividad social (generalización de huelgas en prácticamente toda Europa y creación de partidos, sindicatos y otros tipos de organización obrera). La aplicación de la ideologia anarquista se convirtió también en un movimiento sociopolítico obrero y, especialmente, campesino en la misma época, pero solo tuvo importancia en la Europa mediterránea, España principalmente (y algunas zonas de Francia y de Italia) y en Rusia. En el resto de países, la actuación de los anarquistas fue esporádica y de escasa influencia social.

                  En efecto, las ideas de Marx-Engels influyeron extraordinariamente en el movimiento obrero de los países industrializados a partir de 1870 dando lugar a que un sector de los socialistas funden los primeros partidos obreros, los partidos socialistas. Sin embargo 1870-1914 será también el periodo de adaptación a las circunstancias históricas de los principios teóricos marxistas pues pronto se produjeron divergencias entre la teoría y la realidad histórica, lo que conducirá a la toma de diferentes posturas ante la constatación de la ausencia de una conciencia de clase inmediata por parte de la masa proletaria, la existencia de un Estado Liberal cada vez más fuerte y de un capitalismo, monopolista e imperialista, renovado y más poderoso que nunca. Para muchos marxistas, el triunfo de la revolución socialista que Marx creía que se podría producir a corto plazo porque el sistema capitalista estaba en decadencia debido a sus contradicciones internas, se veía, ahora, más lejano. Por todo ello, en los partidos socialistas de reciente creación, enseguida se aprecian varias tendencias: la que sigue fiel a las teorías de Marx y Engels, la marxista revolucionaria, que defiende la insurrección a corto plazo del proletariado dirigida por el partido socialista, con el objetivo de tomar el poder político y llevar a cabo la revolución social (derribo del Estado Liberal, abolición de la propiedad privada, dictadura del proletariado). Y la línea reformista, la del marxismo revisionista (Berstein), que defiende postergar la revolución social para que el proletariado no está preparado para la toma del poder, y, en el ínterin, propugna la alianza con los partidos republicanos de la pequeña burguesía para conseguir ganar las elecciones y formar un gobierno que lleve amplias reformas sociales (libertad sindical, acceso a la enseñanza) y políticas (sufragio universal) que permitan mejorar las condiciones de vida del proletariado. Esta división interna dentro del partido socialista marxista se añade a la división entre los socialistas no marxistas y los marxistas, y entre el socialismo en general y el anarquismo, debilitando el movimiento obrero. Los partidos socialistas tardaron en conseguir un número importante de diputados, pero tras la instauración del sufragio universal masculino por los gobiernos radicales fue creciendo la fuerza del partido socialista en los diferentes países europeos hasta convertirse en alternativa de poder a los conservadores entre 1910-1914 (la primera gran victoria será en 1912 cuando el SPD se convirtió en el primer partido del Reichstag).

                Ya se ha comentado que el movimiento anarquista no arraigó en los países industrializados de Europa pero si será importante especialmente en Rusia y en España y por eso es necesario tener en cuenta  la trajectòria del moviment anarquista..

               Las controversias internas del socialismo marxista exigían coordinar las diferentes acciones de los partidos socialistas y en 1889 se creó la II Internacional que, entre otras, estableció: el 1 º de mayo como un día de jornada de reivindicación obrera (entonces, era la jornada de 8 horas) y ratificó la condena al anarquismo, aunque no se llegará a solucionar el problema de las tendencias, y la cada vez mayor oposición entre la facción revolucionaria y la socialdemócrata (revisionista). En 1903 se acuerda, sin embargo, censuró la postura reformista y, por tanto, la no participación de los partidos socialistas en coaliciones con los partidos de la pequeña burguesía, y no contentarse con simples reformas que mejoraran únicamente las condiciones materiales del proletariado. A partir de 1907 hay una postura de clara oposición al imperialismo.


             Igualmente importante fue el sindicalismo, a partir de la creación de sindicatos, favorecida por el reconocimiento parcial, lento y contradictorio del derecho de asociación sindical y la despenalización de la huelga (1874, en Gran Bretaña; 1881, en Alemania; 1884, a Francia), y la posterior concentración en grandes centrales sindicales (algunas subordinadas al partido socialista, otros de tendencia anarquista y otros sin conexión con ningún partido). La actuación de los sindicatos de clase se oponía a la actuación de los sindicatos amarilla creados por las organizaciones empresariales que utilizaban el lock-out y tenían sus equipos para luchar contra los huelguistas y los sindicatos. La gran huelga de estibadores que paralizó el puerto de Londres en agosto de 1889 será el inicio de la creciente fuerza sindical, huelgas que duraban meses (como la de los mineros de Gales de 1910, que duró 10 meses ) y en las que participaron miles de obreros y obreras. El año 1889 fue el detonante de la conflictividad moderna, esto es, de la movilización de los grandes sectores del mundo industrial, mineros, siderúrgicos, ferroviarios y metalúrgicos. En Gran Bretaña un total de 25.468 huelgas se registraron entre 1891 y 1910. Sólo en 1912 hubo un total de 2.834 huelgas con 1.031 millones huelguistas (entre ellas, una huelga general en las minas en la que participaron unos 250.000 mineros). En Francia, de una media de unas 100 huelgas anuales en la década de 1880 se pasó a unas 1.000 huelgas por año entre 1900 y 1910.

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              La presión de reformistas y revolucionarios explica la evolución política interna de los países liberales en proceso de democratización: se amplían los derechos sociales (de asociación y de huelga, protección contra los accidentes laborales-pero no seguridad social de enfermedad, jubilación y desempleo -, y el derecho a la enseñanza primaria gratuita y obligatoria), y también los políticos (sufragio universal masculino) debido a la alternancia de partidos liberales y reformistas (que son los que los impulsan), pero sin abandonar la defensa de los intereses del gran capitalismo. Simultáneamente se refuerza el poder del Estado extendiendo sus funciones (creciente militarización para conseguir la hegemonía económica mundial, control de servicios públicos esenciales-ferrocarriles, correos-y una nutrida burocracia-policía, diplomacia). Para proteger estos intereses nacionales, internacionalmente, se crean bloques de alianzas entre diversas potencias (según veremos más adelante) mientras prosigue la expansión colonialista.

            En los países atrasados de Europa, el Estado Liberal aún no está totalmente estabilizado por la debilidad de la burguesía industrial y, consecuentemente, por el poder de los terratenientes, liberales muy moderados, mientras la oposición antiliberal es mucho más radical (republicanos reformistas y obreros revolucionarios marxistas y anarquistas). En Rusia, la transición entre feudalismo y capitalismo aún no ha terminado y las fuerzas revolucionarias de la burguesía liberal y del movimiento obrero luchan contra el absolutismo.

                 

                                                                     Política exterior

La expansión imperialista

• Estudiar la información del libro sobre la expansión colonial (causas, características, consecuencias).

• Estudiar los siguientes apuntes:

           Hacia 1850 el Imperio Británico era el único gran imperio colonial que quedaba (Francia, Holanda, España tenían pequeños territorios) pero a partir de 1870 asistiremos a una carrera por la conquista de colonias que conducirá a que en 1914 ya no quede ningún territorio por conquistar: el mundo ya está repartido, en todo caso, lo que se podía hacer es un nuevo reparto. Varios factores determinaron la expansión colonial:

  • El desarrollo del capitalismo monopolista
  • El proteccionismo aduanero que limitó el mercatsLa competencia provocada por el surgimiento de nuevos países industrializados
  • El crecimiento demográfico.
  • El nacionalismo y su política de prestigio (que determinó la necesidad de conquistar territorios a países que no eran potencias industriales-por ejemplo, Rusia-para desviar graves problemas internos).
  • La divulgación de ideologías justificativas (espíritu misionero, afán científico para conocer el mundo inexplorado, superioridad de la raza blanca)


    Las formas de penetración fueron siempre violentas (guerras coloniales en las que pueblos enteros fueron aniquilados). Una vez controlado el territorio, el régimen administrativo varió (pero siempre supuso la dominación política y cultural sobre los indígenas) según el tipo de colonia:
    • colonias de poblamiento, a donde emigró población metropolitana-los colonos-que eran los que se encargaban del gobierno del territorio disfrutando de una más o menos autonomía.

    • colonias de explotación, en las que el control gubernamental o estaba en manos de compañías coloniales privadas, o era de administración directa de funcionarios metropolitanos, o se trataba de protectorados (en los que se conservaba la administración indígena por las cuestiones internas) .


                  La explotación económica de la economía colonial estaba bajo control de la potencia conquistadora que consideraba la colonia como un monopolio particular, imponiendo los precios de un mercado en el que la colonia estaba obligada a importar sólo productos manufacturados metropolitanos y sólo podía exportar sus materias primas y los alimentos tropicales en la metrópoli (el Pacto colonial). Las únicas industrias permitidas eran las extractivas y la inversión de capital que los colonizadores var hacer eran para facilitar esa explotación (construcción de ferrocarriles y puertos, agricultura de plantación).

               Los efectos que sobre los pueblos indígenas supuso la colonización fueron diversos y profundos y, en general, negativos:

    • dependencia económica y transformación de parte de las economías agrarias de autoconsumo en agriculturas de monocultivos destinados a la exportación
    • destrucción de la artesanía local (que hacía la competencia a las manufacturas metropolitanas)
    • oficialmente se abolió la esclavitud aunque en muchos casos se mantuvo un régimen de trabajo forzoso (en la India los británicos legislar contra el matrimonio entre niños, contra la cremación de las viudas en las piras funerales de los maridos muertos y contra el infanticidio de las niñas).
    • conversión de las sociedades tradicionales de clanes y tribales en sociedades estamentales en las que la población colonizadora, los colonos, tenían unos derechos (sociales y políticos) de los que estaba excluida la población indígena (excepto en los casos de los nativos aliados a los dominadores)
    • reducción de enfermedades tradicionales contagiosas (lepra, paludismo).
    • destrucción de tradiciones y valores de la cultura indígena mientras se imponía la cultura europea (lengua, religión, costumbres)

                      La colonización y el mantenimiento de las colonias para las potencias conquistadoras supuso costes elevados por el Estado (administración, ejército ...) aunque grandes ganancias económicas derivadas del Pacto colonial y de la apropiación de las riquezas naturales de la colonia (tierras, minas ...), de los que se beneficiaron la clase dominante especialmente, pero que también permitieron mejorar el nivel de vida del proletariado, ya que los empresarios capitalistas pudieron hacer concesiones en forma de aumentos salariales a los trabajadores metropolitanos y así dar una respuesta a las exigencias obreras para evitar la revolución (objetivo que, finalmente, consiguieron). Pero la conquista colonial aumentó las rivalidades entre las potencias conquistadoras circunstancia que conduciría a la I Guerra Mundial.

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                     Las relaciones internacionales europeas en el período que estudiamos estarán marcadas por el inicio de la preponderancia de Alemania, el problema de los nacionalismos en los Balcanes (incitados por los deseos anexionistas de Rusia y Austria-Hungría ante la debilidad del Imperio Turco), y , naturalmente, los problemas producidos por la expansión imperialista. De esta situación se derivarán alianzas internacionales dirigidas en el primer periodo por Bismark (para conseguir el aislamiento de Francia y consolidar la unificación de Alemania) y, a partir de 1890, cuando se agudizan las rivalidades (debido a que el Alemania de Guillermo II inicia la política de intervención colonial y Gran Bretaña abandona la política de no intervención en los asuntos continentales), se crearán la Triple Entente (Gran Bretaña-Francia-Rusia) y la Triple Alianza (Alemania-Italia-Austria- Hungría) prefigurando ya una situación prebélica. El periodo de "la paz armada", 1905-1914, conoce amenazas constantes de guerra europea que estará a punto de estallar en varias crisis antes de la de 1914.

   

 

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