POESÍA
MEDIEVAL LÍRICA POPULAR
Y TRADICIONAL
1 Al alba venid, buen amigo, al alba venid. Amigo, el que yo más
quería, venid a la luz del día. Amigo el que yo más
amaba, venid a la luz del alba. Venid a la luz del día, non
trayáis compañía. Venid a la luz del alba, no traigáis
gran compaña.
2 Tres morillas me enamoran en Jaén: Axa y Fátima
y Marién. Tres morillas tan garridas iban a coger olivas en
Jaén, Axa y Fátima y Marién. Tres morillas tan loçanas
iban a coger mançanas en Jaén, Axa y Fátima y
Marien. Iban a coger olivas y hallábanlas cogidas en
Jaén, Axa y Fátima y Marién. Iban a coger mançanas
y hallábanlas cortadas en Jaén, Axa y Fátima
y Marién. ROMANCERO VIEJO ABENÁMAR
Y EL REY DON JUAN -¡Abenámar, Abenámar, moro
de la morería, el día que tú naciste grandes señales
había! Estaba la mar en calma, la luna estaba crecida: moro
que en tal signo nace no debe decir mentira. -No os la diré, señor,
aunque me cueste la vida. -Yo te agradezco, Abenámar, aquesta
tu cortesía. ¿Qué castillos son aquéllos? ¡Altos
son y relucían! -El Alhambra era, señor, y la otra la mezquita;
los otros los Alixares, labrados a maravilla. El moro que los
labraba cien doblas ganaba al día y el día que no labraba,
otras tantas se perdía; desque los tuvo labrados el rey le
quitó la vida porque no labre otros tales al rey de Andalucía.
El otro es Torres Bermejas, castillo de gran valía; el otro
Generalife, huerta que par no tenía. Hablara allí el rey
Don Juan, bien oiréis lo que decía: -Sí tú
quisieras, Granada, contigo me casaría; daréte en arras
y dote a Córdoba y a Sevilla. -Casada soy, rey Don Juan,
casada soy, que no viuda; el moro que a mí me tiene muy grande
bien me quería. Hablara allí el rey Don Juan, estas
palabras decía: -Échenme mis lombardas doña Sancha
y doña Elvira; tiraremos a lo alto, lo bajo ello se daría.
El combate era tan fuerte que grande temor ponía.
EL PRISIONERO Que por
mayo era por mayo, cuando hace la calor, cuando los trigos encañan
y están los campos en flor, cuando canta la calandria y responde
el ruiseñor, cuando los enamorados van a servir al amor; sino
yo, triste, cuitado, que vivo en esta prisión; que ni sé
cuándo es de día ni cuándo las noches son, sino
por una avecilla que me cantaba al albor. Matómela un ballestero;
¡dele Dios mal galardón! ROMANCE DEL INFANTE ARNALDOS
¡Quién hubiera tal ventura sobre las aguas del mar
como hubo el Infante Arnaldos la mañana de San Juan! Andando
a buscar la caza para su falcón cebar, vio venir una galera que
a tierra quiere llegar; las velas trae de sedas, la ejarcia de oro torzal,
áncoras tiene de plata, tablas de fina coral. Marinero que
la guía, diciendo viene un cantar, que la mar ponía
en calma, los vientos hace amainar; los peces que andan al hondo, arriba
los hace andar; las aves que van volando, al mástil vienen
posar. Allí habló el infante Arnaldos, bien oiréis
lo que dirá: -Por tu vida, el marinero, dígasme ora ese
cantar. Respondióle el marinero, tal respuesta le fue a
dar: -Yo no digo mi canción sino a quien conmigo va.
LÍRICA CULTA JORGE MANRIQUE (1440-1479)
COPLAS A LA MUERTE DE SU PADRE
1 Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte,
contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte
tan callando; cuán presto se va el placer, cómo,
después de acordado, da dolor, cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado fue mejor.
2 Pues si vemos lo presente cómo en un punto se es ido y
acabado, si juzgamos sabiamente, daremos lo no venido por pasado.
No se engañe nadie, no, pensando que ha de durar lo
que espera más que duró lo que vio, pues que todo ha de
pasar por tal manera.
3 Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar que
es el morir: allí van los señoríos derechos a se
acabar y consumir; allí los ríos caudales, allí
los otros, medianos y más chicos, allegados son iguales,
los que viven por sus manos y los ricos.
5 Este mundo es el camino para el otro, que es morada sin pesar;
mas cumple tener buen tino para andar esta jornada sin errar.
Partimos cuando nascemos, andamos mientre vivimos, y llegamos
al tiempo que fenescemos; así que cuando morimos descansamos.
16 ¿Qué se fizo el rey Don Juan? Los infantes de Aragón,
¿qué se ficieron? ¿Qué fue de tanto
galán? ¿Qué fue de tanta invención como
trujieron? Las justas y los torneos, paramentos, bordaduras y
cimeras, ¿fueron sino devaneos?, ¿qué fueron sino
verduras de las eras? |