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Enrique Murillo, autor de la novel·la ha treballat com periodista a la BBC, Europa Press, al suplement Babelia del diari El País, el semanario El Europeo i Vogue. En el món literari ha treballat durant molt de temps a Plaza i Janés, el Grup Planeta i actualment es troba a Alfaguara. Els seus últims llibres són El secreto del arte (1984) y El centro del mundo (1988). I el darrer és Qué nos pasa (2002) Qué nos pasa
Article publicat al diari Avui el 03/04/02
Es tracta
d'una reflexió sobre la incomunicació humana en la societat
més comunicativa que hi ha hagut mai, on molta gent perd la possibilitat
de ser feliç per la por que hi ha d'estimar. Una metàfora
profunda sobre la solitud. Entrevista
publicada a Satiria.com a cura de Manjón Egea El
malestar cotidiano de la realidad Enrique Murillo se introduce en la piel de un galán a lo Clark Gable para dejarnos entrever, entre las columnas del Partenón, el desamparo y la soledad de nuestro mundo. La desilusión perdida del amor por las cosas, del amor a otra persona.Ya desde el principio de la novela se intuye la idea de que todo está predestinado. ¿Nuestro
destino está predestinado? No, yo creo que no. Lo que pasa es que el protagonista se pregunta mucho sobre eso y tiene muchas dudas. Lo que ocurre es que aquella parte oscura de nuestro propio ser que es la que dirige nuestros propios pasos, que para los psicoanalistas es el subconsciente. Aquello que hacemos sin saber que lo estamos haciendo o por qué lo hacemos. Cada uno tiene un destino, porque arranca de un lugar que desconocemos y puede organizarnos la vida sin que nos demos cuenta.
El tema del
esoterismo y la adivinación lo porque creo que vivimos en una época
en la que el saber oficial es el saber científico que nos dice:
ahora curamos cáncer, enfermedades, ahora lo sabemos todo. La literatura
dice, en realidad no sabemos nada. En cierto modo la literatura se alía
al esoterismo y a todas estas cosas en el sentido en que está contradiciendo
a la ciencia. A esa actitud prepotente con la que la ciencia nos dice
ya está todo arreglad, la literatura dice: todo no está
arreglado, sabemos el mapa del genoma humano, pero no sabemos arreglar
por ejemplo una neurosis. El protagonista
es un tipo que no tiene problemas a al hora de conquistar a una mujer
pero parece que en esas relaciones no hay amor, sólo relación
sexual. ¿Cómo se interpreta eso? Esa es justamente la historia que quiero contar. La historia de un hombre que teniendo mucha facilidad para las relaciones con las personas, sobre todo con las mujeres, parece un conquistador, y sin embargo le cuesta mucho mantener relaciones de verdad. Y este es uno de los temas de fondo del libro. Sin embargo, llega a tener una historia de verdad, con Adela, una de las mujeres turistas del grupo que ronda por Atenas como él, una relación plena de amor. El protagonista
parece un tanto descontento con su vida, con una vida monótona,
que en definitiva parece que es lo que ansía todo el mundo Él
está de acuerdo consigo mismo en la medida que su vida es un desastre,
pero mantiene despierto y vivo un sueño. Ese personaje es, en cierto
modo, la representación de todos nosotros. Todos somos meros consumidores:
yo compro coca-cola, tomo J&B, compro pasta fresca, etc. ¿quiénes
somos? ¿los sujetos de esas frases: yo compro, yo consumo, yo bebo...
Este personaje sabe que su vida es tan oscura como la de todos nosotros
y mantiene vivo el sueño de que en realidad él tiene un
destino maravilloso. Nosotros, como individuos no somos nadie y eso nos
crea una enfermedad, un malestar terrible. Este hombre reacciona creándose
esta fantasía de que un día le va a pasar algo. Eso es lo
que cuenta la novela. En la
novela, al protagonista se le describe como a un galán a lo Clark
Gable, sin embargo le aborda una grave crisis de identidad. ¿Puede
que todo ello venga por el declive de los 50 años? Yo creo que no es por eso. No es una novela sobre la crisis de los cincuenta, de los 40... eso es parte de las leyendas. La construcción de nuestras vidas se basa en las lecturas que tenemos y las malas lecturas, cuando sólo lees periódicos por ejemplo, te crees las cosas que dicen los periódicos en sus titulares. Por ejemplo, que existe una crisis a los cincuenta años. Yo tengo 58 y no creo haber pasado nunca la crisis de los 50. Me interesaba que fuera un personaje de una determinada edad y por eso el que me inventé tenía una determinada edad, pero no es esencial en sus problemas.
Sí,
sí. Incluso esta novela es la segunda de las tres novelitas de
fantasmas que yo estaba escribiendo. Yo estaba escribiendo un libro que
eran tres cuentos con fantasmas o con dobles o... ya he terminado una.
Y esta otra, que tenía que tener 40 ó 50 páginas
como la primera, debía ser un libro de unas 150 páginas,
pues no era capaz de contar todo en tan pocas páginas. El tema
tiraba de mí y me exigía darle más desarrollo y se
ha convertido en una novela autónoma. ¿La
primera o la tercera persona? A mí
me gusta mucho utilizar la primera persona como narrador y es una técnica
que no he abandonado. En este caso, técnicamente es una narración
en tercera persona pero desde un punto de vista limitado. Lo que se cuenta
en la historia es aquello que ve o percibe un único personaje entonces
es como si fuera primera persona. Por algunos aspectos de la historia,
me parecía que la forma apropiada para contarlo era como desde
fuera del personajes, para darle en dentro y el fuera. Su
estilo. Frases cortas y de lectura rápida. Para mí
el estilo debe estar al servicio de la narración. En novela, el
estilo es secundario. El estilo de esta novela es la herramienta esencial
para la creación de determinadas atmósferas a fin de poder
hacer verosímiles algunas escenas que pasan en determinados momentos
de la novela. Ese clima opresivo de una Atenas veraniega pero cubierta
por un gran nubarrón, requería una especie de estilo reiterativo.
Además, la construcción de las frases sencillas hace que
el libro se lea con relativa facilidad. Es un estilo en cierto modo afín
a algunas cosas del expresionismo, el expresionismo cinematográfico
de las películas de Fritz Lang. El final
del libro da a entender que el protagonista ya no espera nada de la vida,
porque no hay nada más que lo que hay. ¿Me equivoco? No hay nada
que descubrir. El final del libro es totalmente nihilista. Soy absolutamente
pesimista, si no hemos sido capaces de arreglar el mundo en 2000 años
es que no vamos a ser capaces de arreglarlo nunca. Con
respecto a su trayectoria profesional, ¿qué cree usted de
la edición digital? La edición digital es maravillosa y es magnífico que todo el que escriba algo busque un lector en un lugar que es el lugar de todos. Ahora bien, el lugar de todos es un no lugar. Cuando entra en el océano de la web, busca a alguien que le de una orientación, esa es la misión de los portales y el trabajo de los editores. Es necesario que siempre exista alguien que ejerza una labor crítica o de asesoramiento sobre los productos.
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