Biografia
Mercedes Salisachs i Roviralta (Barcelona,
1916). Educada en un col·legi de monges, més tard va ser
una de les poques dones de la seva època que van cursar carrera
universitària. Es va casar ben jove, amb només 18 anys.
Ha tingut cinc fills i ha escrit gairebé una trentena de llibres.
Després de graduar-se en peritatge mercantil, feu diversos programes
de ràdio i televisió, relacionats, especialment amb la crítica
artística i literària. Utilitzà els pseudònims
Dan i María Ecín per a les novel·les
Foehn (1948) i Primera mañana, última mañana
(1955), respectivament, amb les quals es donà a conèixer
en l'àmbit nacional, consolidant-se amb Una mujer llega al pueblo
(1956), amb la qual obtingué el premi ciutat de Barcelona. Mercedes
Salisachs el va haver de publicar sota el pseudònim de Maria Ecín,
perquè la intel·lectualitat del país lacusava
de ser una dona de lalta societatque publicava per diversió
i que treia el pa a aquells que verdaderament ho necessitaven. Fins i
tot es va arribar a dir que altres persones escrivien els seus llibres
i que ella només els firmava. Al final, però, tothom ha
acabat reconeixent-li el talent. No en va ha guanyat amb les seves novel·les
el premi Ciutat de Barcelona, per Una mujer llega al pueblo; el
Planeta, per La gangrena, una mirada històrica a la Barcelona
contemporània; i lAteneo de Sevilla, per El volumende
la ausencia. Seus són també títols com ara: Carretera
intermedia (finalista del Planeta 1956), La estación de las
hojas amarillas (1963), Adagio confidencial (finalista del Planeta
1973), La presencia (1979), La sinfonía de las moscas
(1982), o últimament, Bacteria mutante (1996), El secretode
las flores (1997), La voz del árbol (1998) i La conversación
(2000). La seva obra narrativa té un to profundament realista que
retrata els ambients de la burgesia catalana. Mercedes Salisachs ha estat
conferenciant per tot Europa i els Estats Units, i la seva obra ha estat
traduïda a langlès, el francès, lalemany,
litalià, el portuguès, el suec, el finlandès
i el rus. La seva gran passió ha estat dedicar-se a aprendre bé
el castellà amb cor i ànima. Aquesta ha estat la seva excusa
per allunyarse del català, una llengua que parla i comprèn
amb dificultat malgrat haver passat la major part de la seva vida a Catalunya.
Obra
La
gangrena
La
gangrena desenvolupa un ample panorama de Barcelona
creuant les dècades des de la república fins al final del
franquisme. Segeix lascens del mig orfe Carlos Hondero des duna
posició modesta fins a ésser un dels financers més
poderosos dEspanya i ressegueix els esdeveniments polítics
importants succeïts, de manera que en el cercle de persones al voltant
dHondero es reflecteixen les circumstàncies de tota Espanya.
Especialment en el primer terç de la novel·la saccentua
força la relació dels personatges principals amb llir ciutat,
i lespai es troba molt estretament unt amb lestat anímic
del protagonista
Adagio
confidencial
Los
clamores del silencio
En el tramo final de su vida, una mujer viuda recuerda los dos grandes
amores de un pasado que de repente se antoja no tan lejano. Se evoca así
el período de la posguerra, en que una joven de origen humilde
llamada Sagra cae enamorada de su jefe, Jaime Salavedra, empresario del
papel y miembro de la alta burguesía de la Ciudad Condal. El romance,
la boda y la primera época de felicidad se irán ensombreciendo
con el tiempo y la progresiva llegada de personajes con la cualidad de
alterar la rutina del matrimonio. Se da así un arduo proceso de
fractura sentimental que discurre paralelo al progreso de la sociedad
española y a la modernización de sus hábitos, tanto
en el campo individual como colectivo.
Documentació
Article
publicat a Qué leer el maig del 2002 per Antonio G.
Iturbe
Mercedes
Salisachs. La escritora invisible
La conversación
narra la larga charla de siete horas entre dos desconocidos que comparten
asiento en un vuelo a Nueva York. Ella acude a su cita matrimonial con
un hombre al que conoce de toda la vida y con el que ha decidido casarse
por su relación de cordialidad y cariño. Él acaba
de enviudar y se marcha a Estados Unidos para olvidar. Su vecina de asiento
cree que él está apenado por la pérdida de su mujer,
pero nosotros, que podemos reseguir sus pensamientos, sabemos sabemos
que en realidad es un hombre torturado por los recuerdos de un matrimonio
que lo ha dejado interiormente arrasado. Una novela basada en el diálogo,
,más eficaz que brillante, con aliños moralistas que pueden
compartirse o no, pero que no ocultan el esmerado oficio de quien la escribe.
Cuando se hace el recuento de novelistas para elaborar reportajes sobre
libros, se convocan jurados literarios o se procede al abundante y aleatorio
reparto de premios institucionales con que las diferentes administraciones
riegan los mustios descampados de la cultura, nunca se incluye a Salisachs.
Una autora con casi treinta novelas que sigue publicando y vendiendo miles
de ejemplares, ganadora del Premio Planeta, del Premio Ciudad de Barcelona
en 1959, traducida al francés, inglés, alemán, portugués,
sueco, finlandés...¿Y dónde se esconde esa escritora,
que resulta tan difícil que las instituciones que manejan la máquina
de homenajes y las distinciones reparen en ella? Pues no está en
la cordillera del Himalaya ni en las islas Fidji, precisamente, sino que
vive en pleno centro de Barcelona, fácilmente accesible para todo
el que quiera verla. Pero, oficialmente, Mercedes Salisachs no existe.
Es una autora nacida en Barcelona en 1916 con más novelas, más
traducciones y más conferencias a sus espaldas que muchos, pero
en su ciudad no ha recibido ni un solo reconocimiento, ni en Cataluña.
A nadie escapa que la culpa de eso no es la discusión sobre si
obra narrativa es buena o no, sino su tozudez a no tomar en consideración
el catalán: Yo he intentado tener un castellano rico, impecable
y por eso no he querido saber nada del catalán, para no contaminar
el castellano. Y, naturalmente, tanto en el espectro catalán
como estatal, está mal vista justo por las mismas razones que en
otro tiempo debió suceder lo contrario: por ser mujer adinerada
y conservadora, o de derechas, como se quiera decir. Con esa facilidad
nacional que hay pra el etiquetaje, incluso se la ha rotulado frecuentemente
como franquista. Ella lo niega con una suave vehemencia: Si durante
la Guerra Civil me marché a la zona que llamaban nacional,
no fue por gusto. ¡Ojalá hubiera podido quedarme en Barcelona
en mi casa! Pero nos tuvimos que ir porque no hubieran matado. A un tío
de mi marido lo mataron y la cocinera que teníamos que había
sido monja tuvo que irse corriendo porque la querían matar. Nos
robaron la casa, lo destrozaron todo. Pero eso no quiere decir que yo
estuviera deacuerdo con Franco. Porque yo era monárquica y quería
que volviera la monarquía. Escribí un libro en los años
50, Una mujer llega al pueblo, donde explicaba, en coña,
pero diciendo en el fondo la verdad, cómo se vivía en España,
y me lo censuraron de arriba abajo. Le insisto, inasequible al desaliento,
acerca de que he leído que era amiga de Carmen Polo, la esposa
de Franco... ¿Yo? ¡Pero si no he visto en mi vida a
esa señora, ni de cerca... Nunca! Lo que pasa es que tengo una
sobrina segunda que se casó con un hermano de Cristóbal
(Martínez-Bordiú, yerno de Franco). Pero ni siquera fui
a su boda, me excusé. Cuenta estas cosas y otras cosas en
su amplio despacho de su casa de Barcelona, una de esas casas, en pleno
Paseo de Gracia, que ya casi existen únicamente como museos y cuyo
valor escapa a cualquier cálculo humano. Se accede a ella a través
de un ascensor privado, como en las antiguas casas de la ciudad en las
que el propietario era dueño de todo el edificio y se reservaba
para sí mismo la primera planta, la planta noble, que nunca como
en esta ocasión tiene tanto sentido denominar principal. Subiendo
en el ascensor uno piensa en lo que conoce la vida de Mercedes Salisachs:
una mujer muy religiosa, que incluso se fue en 1962 a Garabandal, en el
País Vasco, donde se les había aparecido la virgen a unas
muchachas, para que la máxima autoridad femenina del cielo la reconfortara
tras la desgracida muerte de su hijo Miguel en 1958 en un accidente de
tráfico. Una mujer que algunos tildan de reliquia del pasado, de
autora apolillada, de la que hay quien te explica que le amargó
para siempre la muerte de su hijo. Otros, que la perdieron la pista en
los años 80, cuando dejó de escribir durante diez años
para cuidar a su marido enfermo hasta que murió, no se han enterado
o no ha querido enterarse con una apesadumbrada mujer anciana, con una
casa lúgubre teñida de esa religiosidad fúnebre tan
española. Abre la pueta del ascensor un asistente con un chaleco
a rayas brillantes como un mayordomo de un libro de Tintín. Y la
casa sorprende por su luminosidad, por el color blanco que preside las
estancias, con un gran ventanal que da al Paseo de Gracia en un salón
ampo decorado de manera exquisita, clásico pero sin antiguallas
ni asoma de beatería. Ella està en su depacho relajadamente
sentada en un mullido tresillo con un montón de periódicos
extendidos y despliega una jovialidad inesperada, vestida con pantalones
tejanos y una sonrisa acorde al entorno que la rodea. Y es que la decoración
es una de sus pasiones, incluso llegó a tener una tienda de antigüedades
visitada por la clientela más selecta de la ciudad. Aunque lo que
le fascina de verdd es hablar de literatura. En la mesa del fondo descansa
su máquina de escribir Lettera de color naranja que trae de cabeza
a su servicio para encontrar piezas de recambio.
Explica que estudió perito mercantil, que tampoco era algo frecuente
en los años para una mujer: A mí la economía
me importaba un rábano pero i padre se empeñó.
Se casó a los 18 años y se dedicó a cuidar a sus
hijos y a escribir a ratos porque a mí lo que me apasionaba
era la literatura, leer sobre todo, y también tenía mucha
vocación por la escritura. Cuando se empezó a saber que
escribía, la gente de mi entorno social decía que lo de
escribir era por destacar, y los otros decían que les iba a quitar
el pan. Acabó su primera novela con casi 39 años,
y la presentó al Premio Planeta con el pseudónimo de Maria
Dessaine, que era una de sus apellidos franceses por parte de su madre.
Un día abro La Vanguardia y veo que estoy entre
los seis finalistas elegidos entre trescientos. Le dije a mi hijo mayor:Vamos
a Madrid a la ceremonia! en la primera votación caí
y le dieron el premio a Santiago Loren por Una casa con goteras.
Miguel Utrillo, que era periodista del diario Pueblo, me presentó
a Lara y me comentó que habían dado el premio a Lorén,
pero que había una novela muy especial, muy difícil de editar
por la censura, firmada por una mujer pero que seguro que la había
escrito un hombre y empezó a contar la historia de Primera mañana,
última mañana. Entonces yo le dije: Yo soy María
Dessaine. Se quedó pasmado y además Utrillo lo publicó
al otro día en Pueblo. Me dijo Lara que fuera a verlo
a Barcelona, pero en aquel entonces no tenía un duro. Me dijo que
no tenía dinero para publicar a los finalistas, pero que si pagaba
la mitad lo podría publicar. Le dije que o sentía mucho,
pero es que para mí era una ofensa porque si el libro vale, pues
se edita pagándome y si no vale, pues no se edita y ya está.
Finalmente el libro lo publicaría Luis de Caralt y Lara se rendiría
a Mercedes Salisachs un par de novelas después, cuando en 1957
ganó el Premio Ciudad de Barcelona con Una mujer llega al pueblo,
uno de los libros claves en su trayectoria. Desde aquells lejanos 50,
la relación de Salisachs con Planeta ha sido fluctuante porque
ella nunca ha dejado de batallar por los contratos de cada uno de sus
libros con un agudo sentido sindicalista, como si le fuera en ello llegar
a final de mes: Es por esos detalles que se valoran las cosas: por
el contrato, por la publicidad que van a hacer, por la promoción...
Soy batalladora, no lo puedo remediar. Y batallo porque la literatura
es algo mío que lo siento mucho.
La cima de su popularidad y de su relación con Planeta se produjo
en 1975 con La gangrena, ganadora del Premio Planeta y que lleva
52 reediciones. Pero aún después se enfadaría un
tiempo con Planeta y publicaría en Argos Vergara La presencia
y Derribos -su único libro realmente autobiográfico-
en 1979 y 1981. En 1985 se retiró temporalmente de la escritura
para atender a su marido, gravemente enfermo de cáncer y durante
diez años dejó de publicar. Volvió a hacerlo animada
por Lara en 1996 con Bacteria mutante, pero con sus 80 años
cumplidos aún se permitió dejar plantada a Planeta y publicar
sus dos novelas siguientes con Plaza & Janés: El secreto
de las flores (1957) y La voz del árbol(1998).
Y todavía, hace un solo año, dió el esquinazo al
todopoderoso grupo Random House-Bertelsman, al que pertenece Plaza &
Janés, para irse con Ediciones B porque le ofrecía un contrato
mejor y sintió que la iban a cuidar más.
Han pasado 26 novelas y 85 años, pero sigue hablando y gesticulando
con una vivacidad que desmiente su edad. Dice, como uno de los personajes
de La conversación, que en vida siempre hay que esperar
algo. Y ella espera poder acabar la novela que tiene entre manos y aún
proyecta escribir un ensayo sobre la forma en que ella entiende la escritura,
lo que sería un buen legado de la decana de nuestras escritoras.
La decana o la más vieja, dilo como quieras, afirma
ella sin perder la sonrisa suave, un poco beatífica, ungida por
la paz espiritual de los que ya han hecho su parte.
Entrevista
publicada a La Vanguardia el 10/05/2002 per Víctor-M.
Amela
"Tenga
ilusiones, pero sin esperar nada"
A los 6 años tomé una libreta de tapas de hule y en su primera
página escribí este título: "La vida".
¡Quería escribir sobre la vida... a los 6 años!
-Un poquito pronto, sí.
-Aquella libreta quedó en blanco, claro, aunque la necesidad de
escribir persistió. Pero con 19 años me casé (era
1935) y de mis 19 a mis 30 años tuve cinco hijos.
-Y le resultó difícil ser madre y escritora.
-Lo principal entonces para mí eran mis hijos, mi marido. Yo escribía,
pero no me atrevía a enseñar nada de lo que escribía.
-¿Por qué?
-No estaba bien visto.
-No entiendo...
-Cuando en 1955 -con los niños ya crecidos- publiqué mi
primer libro, en mi ambiente social, en tono de burla, empezaron a apodarme
"la literata".
-La "buena sociedad" barcelonesa.
-En mi entorno me atizaban: "Ésa que se las da de escritora...".
Y en el ambiente literario también me atizaban: "Esa intrusa
que pretende quitarnos el pan...". ¡Yo recibía por todos
los lados!
-Ya entiendo.
-Y yo lo siento, porque seguramente hice sentir incómodas a personas
cercanas a mí. "¡Tus novelas son duras, nadie sale bien
parado!", me reprochaban.
-Descríbame ese entorno suyo.
-Mi padre tenía una fábrica de harinas. Sólo por
eso, comunistas y anarquistas querían matarnos. ¡Y también
a la cocinera, sólo porque había sido monja! Así
que tuvimos que huir de Barcelona y pasar al bando nacional. Y, una vez
allí, ¡encarcelaron a mi padre!
-¿Por qué?
-¡Porque mi padre era de ideas republicanas, defendía la
República! Por eso yo no fui nunca franquista. Monárquica,
sí. Lo era y aún lo soy. Pero ¿franquista? ¡Nunca!
¡Además, censuraban todas mis novelas. En "Una mujer
llega al pueblo" (1957) trataba de una mujer soltera embarazada a
la que nadie se atrevía a ayudar. Ni el cura. Denunciaba cosas
que estaban pasando.
-Y que aún pasan: ¿qué opina del aborto?
-Que es un retroceso: lo practicaban los romanos. Eso no es progreso,
no es un adelanto. Se habla de libertad, pero la libertad es como un río:
¡tiene cauces! Sin cauces, un río se desborda y es muy peligroso.
-¿Un cauce es la pena de muerte?
-No: escribí contra la pena de muerte en 1950. ¡Nadie tiene
derecho a matar a nadie!
-¿Qué añora de sus tiempos de juventud?
-El tráfico. ¡Aparcabas delante de casa!
-¿Y qué aprecia de hoy?
-Los adelantos, las posibilidades individuales de realización personal.
-Usted no puede quejarse...
-No. Mi padre era un intelectual y me obligó a estudiar ¡cuando
las mujeres no estudiaban! Fui perito mercantil en los años 30.
-Y ganó el premio Planeta en 1975.
-Sí, con "La gangrena": entonces pareció extraño
que una mujer se atreviera con una novela que abarcaba desde la dictadura
de Alfonso XIII hasta el año 1971. ¡Y aún sigue editándose
y leyéndose! El público me lee, me da su favor. Los críticos...
-¿No la quieren?
-No es eso, son amables... ¡Pero noto que no leen mis novelas! Escriben
mirando las solapas. ¡Y eso me duele, duele muchísimo!
-¿No se siente valorada?
-Los cenáculos literarios están en Madrid, y allí
se cuecen las cosas. Si no estás allí...
-¿Cambiaría algo de su vida?
-Si me pusiera a pensar de forma egoísta, le diría que me
hubiese quedado soltera. ¡La libertad, la independencia! ¡Qué
bien, ¿no?!
-¿Se arrepiente de haberse casado, de...?
-Sólo he respondido a su pregunta. Esa independencia me habría
hurtado esos hijos, nietos, bisnietos...: ¡el amor a los míos
ha podido más que mi independencia!
-¿Se casó usted enamorada?
-Enamoradísima. Y luego vino el amor, que es lo importante, lo
grande.
-¿Cuál es la diferencia?
-¡El enamoramiento es egoísmo! Ves en el otro lo que deseas
ver en él. Y si se sale de ese perfil, desencanto... "La mató
por amor" ¡Mentira! ¡Me pongo enferma al oír eso!
Por amor no se mata. ¡La mató por egoísmo!
-Descríbame el amor, pues.
-Es la entrega: es dar, es pensar en el bienestar del amado, en la felicidad
del amado. Si amas a otro, quieres que esté bien, que sea feliz,
¿no? Cuando mi marido cayó enfermo, yo dejé de escribir
durante diez años.
-Ahora la veo muy en forma...
-A mí ya se me han muerto los amigos, y los hijos hacen su vida
y no quiero entrometerme. En fin, que estoy sola. Y eso es para mí
una ventaja: te aburres, y es cuando vienen las ideas. Y escribo.
-¿Ése es su secreto? ¿La soledad?
-Sí. ¡Me encanta estar sola! Deportes no he hecho, ¿ve?
El único, montar a caballo... porque iba sentada. No me he desgastado.
-Y ha triunfado en sus sueños de escritora.
-¿Qué es triunfar? ¿Alcanzar tus ilusiones? Si no
las alcanzas, te defraudas; si las alcanzas, hay envidias. Y luego te
comen los gusanos ¿y qué? Mire esa foto: es Eugeni d'Ors,
que me la dedicó porque yo le admiraba y era su amiga. ¡D'Ors
era el no va más! ¡El Goethe español! ¿Y quién
se acuerda hoy de él? ¿Ve? Todo en la vida es pura ilusión.
Y yo, en dos años, ya no estaré aquí.
-No le creo: su cabeza está despejada.
-Sí, sí, pero estoy muy vieja, me canso. ¿Quiere
un consejo? Está muy bien tener ilusiones porque son un motor que
nos hace sentirnos vivos. De todos modos, ¡tenga ilusiones, pero
no espere nada de ellas!
Article
publicat a El Mundo el 03/05/02 per Pilar Maurell
Mercedes
Salisachs: «No existo como escritora en España»
Eladio
y Daniela no se conocen, sólo comparten horas en un vuelo transatlántico
que tiene toda la pinta de ser bien anodino. Hasta que empiezan a hablar
y surge La conversación, la nueva novela de Mercedes Salisachs.
El libro empieza con una frase de Stefan Zweig: «El hombre se
revela en la conversación no sólo por lo que dice sino
por lo que calla». «Lo importante del libro es lo que él
calla», explica Salisachs. Y es que el protagonista de esta novela,
Eladio, se ha hecho a sí mismo, lo ha tenido todo y todo lo ha
perdido.
De ahí que marche a Nueva York para empezar una nueva vida lejos
de España, donde los recuerdos son demasiado dolorosos. Son esos
recuerdos los que calla Eladio y que cuenta Salisachs en primera persona,
aspectos de su vida que el lector irá conociendo a lo largo de
la novela pero que para Daniela, su compañera de vuelo, quedarán
oscuros.
La trampa del triunfo
En un momento de la novela se dice que el triunfo puede convertirse
en la peor de las trampas y esta frase explica el sentido de la historia
del protagonista de La conversación, un alto ejecutivo de un
grupo editorial, «a quien contratan para que arregle la editorial,
que está hecha un asco, que es lo que pasa en todas las editoriales
ahora», critica la autora, que ha querido retratar el mundo de
los libros, hacer un diagnóstico, no muy halagüeño,
del devenir editorial en España y aportar algunas soluciones.
«Estoy hasta aquí», y se señala la cabeza,
«de las editoriales», asegura Salisachs, una mujer ya muy
ducha en el territorio de las letras, después de 30 libros publicados.
«No puede ser, si yo veo que gente que no sabe casi hablar escribe
libros y una se ha pasado todos estos años trabajando como una
negra, estudiando el castellano, los clásicos... para que luego
venga un señor y tenga un éxito enorme por una cosa que
a lo mejor ni siquiera ha escrito. Es tristísimo para un autor.
Por eso he querido que Eladio trabajara en una editorial, para poderme
desahogar», subraya, pero dejando claro que todo esto no tiene
nada que ver con Ediciones B, el sello de su nuevo libro.
Salisachs se queja del poco reconocimiento que tiene en los círculos
literarios: «No existo como escritora en España»,
asegura. «Los académicos y los lectores profesionales y
oficialmente importantes no me han leído».
Después de décadas escribiendo (la escritora ganó
el Premio Planeta en 1975 con La gangrena) Salisachs tiene ahora un
sueño: ver una obra suya reflejada en escena, pero, por hoy,
no ha prosperado ninguna de las propuestas que ha recibido. «La
televisión y el cine son los que lanzan a un autor», defiende
la escritora.
A pesar de todo lo dicho hasta aquí, la autora clarifica: «Yo
no pretendo armar jaleo, estoy encantada como estoy».
Entrevista a Mercedes Salisachs,
publicada al diari Avui el 16/12/99 per Lourdes Domínguez.
L.D. Amb només 18 anys es va casar. Després va tenir
cinc fills i actualment té 19 néts i 18 besnéts.
Però malgrat que la seva vida sembla prou interessant, només
ha publicat una obra autobiogràfica: Derribos, sobre fets o persones
que la van marcar quan era una nena. ¿No li agrada parlar de vostè
mateixa?
M.S. Jo mai faig obres autobiogràfiques. Hi ha moltes coses meves
a les meves obres, però aïllades i tergiversades. És
a dir, tot és viscut, però no autobiogràfic. No magrada
parlar de mi mateixa. A més a més, crec que la meva vida
no li interessaria gaire a ningú.
L.D. El càncer que va patir el seu marit va fer que passés
gairebé deu anys sense publicar res...
M.S. Nhavia de tenir cura i això acaparava tota la meva atenció.
Patia molt per ell. Era un home molt vital i tenia tantes ganes de viure
que no sadonava que realment tenia un càncer. Es va anar
apagant de mica en mica, però fins a dos dies abans de la seva
mort va presidir els consells de la seva companyia dassegurances.
L.D. Un cop mort el seu marit, torna a escriure i publica Bacteria
mutante (Planeta, 1996). Després daquest títol
es passa a leditorial Plaza & Janés. Per què?
M.S. Abans de publicar Bacteria mutante, Lara em trucava cada dia
per animar-me a escriure. Al final mhi vaig decidir i vaig fer aquesta
obra, que és la continuació de La gangrena.
Però després de tanta insistència, no li van fer
gairebé publicitat i el llibre no es va vendre tant com ho hauria
fet si hagués tingut més promoció. Continuo tenint
una bona amistat amb els Lara, però des del punt de vista editorial
no en vull saber res.
L.D. Pateix de sordesa. ¿Lafecta a lhora descriure?
M.S. No, al contrari. La sordesa em permet aïllar-me quan vull concentrar-me.
No escolto ni les trucades de telèfon...
L.D. Ara té 83 anys. ¿Escriu pensant que el llibre que
està preparant pot ser lúltim?
M.S. Sí. Des de Bacteria mutante cada vegada que he escrit
un llibre he pensat que es tractava del darrer que publicaria. Però
després encara han vingut El secreto de las flores (1997)
i La voz del árbol (1998) i ara nestic preparant un
altre. El fet de creure que són lúltim llibre que
escric no mafecta a lhora de fer-los, perquè la mort
no em fa cap por. Tinc fe i per mi la mort és un naixment: la vida
és un embaràs i es comença a néixer quan un
es mor.
L.D. ¿Sha plantejat deixar descriure?
M.S. No. No puc evitar escriure, ho he fet tota la vida. Necessito expressar
el cúmul didees que porto a dins. I si ningú publiqués
la meva obra, escriuria per a mi mateixa. Jo no tinc amb qui parlar, perquè
la majoria dels meus amics han mort i els meus fills i néts fan
la seva. Per això he descriure.
L.D. ¿En què està treballant actualment?
M.S. Estic escrivint una novel·la, però no vull avançar-ne
largument perquè després sempre hi ha variacions.
Només et puc dir el títol, però potser el canvio
també. Probablement es dirà El clamor del silencio. En ella,
figura que sóc vella i que parlo amb uns morts sobre coses que
van succeir en el passat.
L.D. A Bacteria mutante afirma que a lèpoca de
la Unió Europea, els nacionalismes són com uns barris. Què
opina del nacionalisme català?
M.S. No sóc nacionalista, però tampoc vull parlar de política.
Jo no ho viuré, però Europa en un futur no gaire llunyà
serà com una mena dEstats Units a leuropea amb un únic
president. Davant daquest panorama, els nacionalismes esdevenen
ridículs.
L.D. Viu a Catalunya, però no parla mai català...
M.S. Sí que el parlo, però molt malament, perquè
no lhe estudiat mai.
L.D. ¿Creu que a Catalunya es parla malament el castellà?
M.S. Sí, perquè els catalans parlen el castellà traduint
del català. Això ha fet que mobsessioni a aprendre
bé lespanyol i a notenir una prosa contaminada de catalanismes.
Per evitar aquesta influència, he procurat deslligar-me de la llengua
catalana,buscant el castellà pur. Mhe dedicat amb tota la
meva ànima a aprendre bé el meu idioma i crec que lescric
igual de bé o millor que els autors de Valladolid.
L.D. Per què no té obra traduïda al català?
M.S. Jo estaria encantada de tenir obra traduïda a la llengua catalana,
però a Catalunya no dec estar gaire ben vista. Jo no tinc res contra
el català; lúnic que vull és que no em faci
escriure malament el castellà.
L.D. ¿Està dacord amb la política lingüística
impulsada des de la Generalitat?
M.S. Em sembla perfecte que sensenyi el català a lescola,
però a condició que també shi aprengui el castellà
com Déu mana. Els meus néts han tingut totes les assignatures
en català i això no em sembla bé, perquè Catalunya
és Espanya. ¡Qui vulgui estudiar en català, que ho
faci, però qui ho vulgui fer en castellà, també ho
hauria de poder fer. Jo em sento tan catalana com aragonesa o gallega,
sóc espanyola i sento que pertanyo a totes les comunitats de lEstat
espanyol; encara que per Catalunya tinc una estima especial, ja que hi
he viscut la major part de la meva vida.
L.D. Per què va publicar la seva opera prima, Primera
mañana, última mañana (1955), sota el pseudònim
de María Ecín?
M.S. Perquè la vaig presentar al premi Planeta i no volia que sabessin
que lhavia escrita jo. Havia rebut moltes crítiques dels
intel.lectuals de lèpoca, que macusaven de ser una
dona de lalta societat que escrivia per caprici. Fins i tot van
arribar a dir que tenia negres que escrivien els meus llibres, quan ha
estat al revés: jo he fet de negra daltres persones que no
diré mai. Així que sabia que si volia tenir possibilitats
de guanyar el Planeta, era millor que ningú sabés que m'hi
presentava. Quan vaig començar a escriure, tenia assumit que em
trobaria amb tots aquests problemes i ja m'havia mentalitzat que seria
difícil. Per això, aquests comentaris dels intel·lectuals
em relliscaven una mica.
L.D. ¿Creu que encara ara continua l'actitud hostil dels crítics
cap a vostè?
M.S. Sí, però de manera diferent: ara no és que vagin
en contra meu com abans, sinó que simplement m'ignoren. Però
no m'importa, jo continuo escrivint i la gent continua llegint-me. No
he pretès mai ser una dona d'una fama enorme.
L.D. L'han traduïda a multitud d'idiomes i ha tingut un gran èxit
de públic. De fet, 'La gangrena' ja va per l'edició número
52. ¿Escriu amb vocació comercial?
M.S. Jo no escric per fer bestûsellers, però sempre intento
mantenir el lector intrigat fins a la fi del llibre. Busco que l'obra
l'enganxi des d'un bon principi.
L.D. Part de la crítica li ha retret que, a les seves obres,
sempre s'endevina en tot moment què passarà...
M.S. A mi no m'interessa què, sinó com passarà. L'important
no és explicar què succeeix, sinó anar desvelant
de mica en mica com ha passat allò que s'ha plantejat. La intriga
neix del com.
L.D. La gangrena, premi Planeta 1975, és el seu llibre
més venut i conegut. ¿Creu que va suposar la seva confirmació
com a escriptora?
M.S. No, el meu talent literari ja havia quedat suficientment demostrat
abans, amb premis com ara el Ciutat de Barcelona per Una mujer llega al
pueblo (1956) i la bona venda dels meus llibres. No considero que La gangrena
sigui el meu millor llibre, però sí que és el que
s'ha venut més. A mi m'agraden més El secreto de las flores
(1997) i La voz del árbol (1998), potser perquè són
les últimes que he fet. Amb l'experiència, penso que cada
vegada escric més bé, i per això crec que els meus
darrers títols són els més bons. Si ara reescrivís
La gangrena, l'escriuria millor.
L.D. D'aquesta obra en va fer sis versions en cinc anys. Què
canviava d'una versió a l'altra?
M.S. Canviava moltes coses. Jo sempre faig com a mínim tres versions
de cada llibre i la primera sempre és dolentíssima. A tots
els escriptors que comencen sempre els dic el mateix: el primer que han
de fer és comprar-se una paperera. Escriure la meva primera obra
em va costar sis anys i en vaig fer dotze versions. Sóc molt autocrítica:
escric i reescric i hi ha moments que, rellegint el que he fet, em desespero,
perquè tinc molts dubtes sobre si és bo o horrible.
L.D. ¿Alguna vegada s'ha vist com a candidata al Premio Nacional
de literatura?
M.S. No hi he pensat, però és possible que algun dia me'l
puguin donar, perquè he treballat moltíssim. M'acaben de
donar la Gran Creu de l'Ordre Civil d'Alfons X el Savi, o sigui que tampoc
ho veig impossible. Però tampoc ho espero, perquè ja tinc
83 anys i suposo que em moriré aviat. A la meva edat s'és
molt vell, però jo continuo tenint projectes, il·lusió,
perquè el que no vull és morir en vida.
L.D. ¿Definiria els seus lectors com un públic fidel?
M.S. Hi ha alguns lectors, una minoria, que sé del cert que són
fidels, perquè m'escriuen i m'animen a continuar escrivint. Però,
de la resta, no goso afirmar-ho.
L.D. Vostè ha revisat les quatre obres que ara li reedita Plaza
& Janés. ¿N'ha canviat moltes coses?
M.S. No, he canviat algunes frases, he suprimit alguna paraula, però
principalment les he deixades tal com estaven. Suposo que si les escrivís
ara, probablement milloraria molt la seva prosa perquè, amb els
anys, he anat enriquint-la molt, però no he volgut fer-ne una nova
versió.
L.D. ¿Té una predilecció especial per alguna d'elles?
M.S. No, totes quatre me les estimo igual. Jo sempre he dit que l'escriptor
sent els seus llibres com si fossin fills seus i, pel simple fet de ser-ho,
se'ls estima tots. No renegaria mai d'un llibre escrit per mi.
L.D. Vostè ha afirmat que té molts dubtes a l'hora de
jutjar la pròpia obra. ¿Li succeeix el mateix quan llegeix
llibres d'altres autors?
M.S. No, de seguida veig si un llibre m'agrada o no, si estan ben escrits
o no. Perquè una obra m'agradi, ha d'estar molt ben escrita, perquè
sóc molt exigent a l'hora de jutjar-la. Per això considero
que actualment s'escriu molta palla.
L.D. Com valora, doncs, la literatura actual?
M.S. La literatura contemporània és plena de sexe i violència.
No ho entenc: per què sempre hi ha d'haver la típica escena
de sexe, si sempre és igual, si sempre es repeteix? Per què
tant de detall a descriure l'acte sexual, si ja se sap com és?
I amb la violència passa el mateix. Llegir aquestes escenes de
sexe o de violència m'avorreix i em fa fàstic. Sí,
la paraula és fàstic. A més a més, com ja
he comentat, en molts llibres hi ha molta palla. Per això crec
que la qualitat de moltes de les obres actuals deixa molt a desitjar.
Però és només la meva opinió. Puc estar equivocada.
L.D. ¿Considera, doncs, que sexe i violència haurien
de desaparèixer dels llibres?
M.S. No és que s'hagin de suprimir, n'hi ha prou d'apuntar-los,
com faig jo. Per exemple, alguns dels meus llibres expliquen històries
molt dures, però provo de no ser mai desagradable. Una obra pot
ser dura sense que hi hagi res escrit que hagi de ferir la sensibilitat
del lector. Mira la Bíblia: és el llibre més dur
que mai s'ha escrit. Hi ha adulteris, incest, crims, enveja... i en canvi,
és bàsica per al cristianisme! No es pot obviar el sexe
i la violència, perquè formen part de la humanitat, però
no fa falta recrear-se en els detalls més morbosos.
L.D. La història també juga un gran paper a les seves
novel·les. Però no es pot parlar de novel·la històrica...
M.S. Les meves no són novel·les històriques, perquè
la majoria de vegades no poso ni dates. El que sí és cert
és que la història hi té un paper destacat, perquè
situo el lector en una època descrivint els fets històrics,
socials, literaris o artístics que estan succeint en aquell moment.
Jo em documento molt. És el treball que més em molesta,
però s'ha de fer per evitar cometre anacronismes que desvirtuïn
el text.
L.D. Les històries dels seus llibres en la majoria de casos
no són reals, però podrien perfectament ser-ho...
M.S. Estic segura que tot el que jo escric ha passat en algun moment en
algun lloc del món, perquè si ho he pogut inventar, és
que ha existit. Si no fos així, no m'ho hauria pogut imaginar.
L.D. El passat té una gran importància en la seva obra...
M.S. Sí, però tampoc és cert que la meva sigui una
literatura del record, perquè moltes de les meves obres no parlen
del passat, com ho demostra per exemple El secreto de las flores. No obstant,
crec que parlar d'èpoques anteriors és una manera d'enriquir
el lector, perquè, moltes vegades, el públic no sap què
va passar perquè no ho va viure i l'escriptor, en canvi, ho coneix
per pròpia experiència.
Crítica
apareguda a Qué leer el febrer de 2001 a cura de Miquel
Dalmau
En Los
clamores del silencio hay una sencilla trama argumental que va espesándose
como se enturbia y enreda la vida. Pero para escribir sobre ella Mercedes
Salisachs opta por la audacia estructural, desarrollando un drama en apariencia
de costumbres, pero erigido sobre docenas de monólogos conversacionales
destinados a dos personajes que ya han muerto. Son piezas de complejidad
creciente, que permiten reconstruir una existencia femenina marcada por
dos hombres (un español y un francés) y dos ciudades: la
luminosa, tolerante y cosmopolita París y una Barcelona claustral
y provinciana. Salisachs lanza dardos envenenados a la alta sociedad barcelonesa,
superficial e hipócrita, que condena a Sagra (abnegada heroína)
al desamor, el deseo adulterino y la soledad. También contrapone
con acierto dos temperamentos, el burgués y el artístico,
por los que Sagra se ha sentido tan atraída como prisionera. Pero
la novela es, además, un sincero ajuste de cuentas con los que
marcharon, un diálogo tardío donde se ahonda (pese a ciertas
reiteraciones y alguna palabra apolillada) en el enigma de la existencia.
Mercedes Salisachs lo hace con esa sabiduría y serenidad que solo
otorga el privilegio de los años.
Links
http://www.escritoras.com/indice/escritora.asp?Ella=salisachs
Conté
la biografia i la bibliografia essencial de l'autora.
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