Biografia
Pere Gimferrer
i Torrens (Barcelona 1945) Escriptor, traductor i crític literari.
Es revelà com a poeta en castellà sota la influència
d'Aleixandre i d'Octavio Paz: Mensaje del tetrarca (1963), Arde
el mar (1966) i La muerte en Beverly Hills (1968), aplegats
conjuntament a Poemas 1963 1969 (1979). Amb Els miralls
(1970), inicià la seva lírica en català, que ha enriquit
la seva sensibilitat i ha fet madurar els seus dons d'artífex.
Reprenent trets de la tradició medieval catalana Ausiàs
Marc, del simbolisme i el postsimbolisme (de Mallarmé a Saint
John Perse) i de l'avantguarda (Pound), ha elaborat un món propi,
de vegades difícil, on es combinen la interrogació sobre
el sentit de la vida i de l'art, sota una imatgeria resplendent: Hora
foscant (1972), Foc cec (1973), L'espai desert (1977),
premi Lletra d'Or, i Aparicions (1981), reculls que aplegà
al volum Mirall, espai, aparicions (1981), que inclou quinze poemes
nous, Com un epíleg. El 1989 publicà el recull El
vendaval, premi Ciutat de Barcelona, Premio Nacional de Literatura
1988 i Premi de la Crítica Serra d'Or 1989. Ha destacat, també,
com a prosista: Dietari (1979-1980) (1981) i Dietari
(1980-1982) (1982), Valències (1993), la novel·la
Fortuny (1983, premi Ramon Llull, Joan Crexells), etc. Com a crític
ha col·laborat en diferents publicacions i ha publicat La clau
del foc (1973), La poesia de J.V. Foix (1974), Antoni Tàpies
i l'esperit català (1974), Max Ernst o la dissolució
de la identitat (1977), Miró, colpir sense nafrar (1978),
Radicalidades (1978), Lecturas de Octavio Paz (1980), Los
raros (1985), Les Arrels de Miró (1993). Ha traduït
al castellà Ramon Llull, Ausiàs Marc, Beckett, Sade, Brossa,
Gabriel Ferrater, etc, i al català, Stendhal, Voltaire, Flaubert,
Novalis, Oscar Wilde, etc. L'any 1985 ingressà a la Real Academia
Española. Posteriorment ha publicat Les arrels de Miró
(1993) i Valències (1993). Darrerament ha publicat L'obrador
del poema (1996), la seva obra catalana completa (dietari complet i assaigs)
i L'agent provocador (1998). Ha rebut els premis Nacional de cultura
per Dietari complet (1997), Nacional de les lletres espanyoles (1998)
pel conjunt de la seva obra i el Reina Sofía de poesia iberoamericana
per Marea solar, marea lunar (2000). També ha estat nomenat membre
de la Reial Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona (1998). L'escriptor
Pere Gimferrer és elegit membre de la Reial Acadèmia de
Bones Lletres, ocupant la plaça deixada vacant per la mort de José
María Valverde. L'escriptor Pere Gimferrer és guardonat
amb el Premio Nacional de les lletres que concedeix anualment el Ministeri
de Cultura espanyol. Pere Gimferrer és guardonat amb el premi Reina
Sofia de poesia iberoamericana, que concedeixen Patrimonio Nacional i
la Universitat de Salamanca. És el primer escriptor en català
que rep aquest premi, que es concedeix a qualsevol de les llengües
que es parlen a Espanya i l'Amèrica Llatina. L'escriptor Pere Gimferrer
publica l'antologia Marea solar, Marea lunar . Pere Gimferrer publica
el poemari El diamant dins l'aigua (Columna) i un llibre en prosa
que va escriure quan feia el servei militar La calle de la guardia
prusiana.
Obra
Dietari
Fortuny
L'agent
provocador
Documentació
Article
aparegut a El Mundo l01/11/02 per Francisco Díaz
de Castro
El
diamante en el agua
Imaginación
arrolladora y virtuosismo formal hacen de este libro de fulgores mallarmeanos
y resonancias románticas una elegía múltiple, una
indagación sobre la creación, el amor y el envejecer que
complementa en muchos aspectos la escritura de Mascarada.
Con esta mascarada he vuelto/a ver en los pliegues de otoño/el
nombre de todas las cosas, decía entonces el poeta. La
llama nos conduce allí:/a contratiempo, ya sin data/que el verso
adorna y calafata/tan diamantino y baladí, dice ahora en
el extenso poema que abre y da título al libro, un título
luminoso que proviene del poema Eco y yo (como diamante
del agua), de El canto errante de Rubén Darío,
con el que Pere Gimferrer crea una hermosa metáfora, rinde homenaje
a su primer maestro y logra uno de sus poemas más difíciles
(con el que, por cierto, Justo Navarro, su traductor, realiza un verdadero
alarde que nos compensa de su silencio poético).
Con los cuatro inéditos añadidos a esta edición son
veintisiete los poemas de El diamante en el agua, si contamos los
versos en francés que forman la renovada dedicatoria a Maria Rosa:
Faute de t'offrir un bouquet/À même le sphinx dans
les roses,/Le luxe de ces ors moroses/ Dira l'hallali de l'illet.
Fechados entre agosto de 1993 y abril de 2002, se distribuyen en cinco
secciones que en su organización simétrica niegan que este
sea un conjunto disperso.
Al contrario: a los ciento ochenta y dos versos de ese espléndido
itinerario íntimo que es El diamante en el agua corresponden
las once composiciones sobre el acabamiento de En derribo,
la última. A los cuatro poemas de homenaje A Kenji Mizoguchi
(y a la mirada creadora) que forman la segunda se oponen los cuatro de
denuncia y lamento de la cuarta, El césped enrojecido.
En el centro, Leyes de amor, con seis poemas amorosos que
amplifican los márgenes de Mascarada con su enfoque romántico
y su variedad imaginativa y musical.
En El diamante en el agua Pere Gimferrer se sirve de las rimas
únicas ( í, -ata) para los cuarenta y cinco cuartetos de
eneasílabos que componen este contrastado balance de lo vivido.
El rigor métrico, la riqueza rítmica y, sobre todo, la exigencia
y la magia de la rima procuran un constante descubrimiento conceptual
y plástico para este recorrido lleno de asociaciones inesperadas
y de irónicos quiebros: Manierismos, como aquí:/ todo
parece una posdata,/frases ya escritas, zaragata/de la quincalla del clarín.
Justo Navarro ha mantenido metro y rimas (consonantes en -ata y asonantes
en -í) para su casi imposible versión de esta contemplación
de un tiempo vivido como si/se hiciera del edén barata.
Con fondo de haikú, un dístico y tres breves poemas en prosa
(publicados exentos en el año 1998) sirven de homenaje al cineasta
japonés Kenji Mizoguchi y, más allá, a la mirada
cinematográfica que orienta desde el principio la escritura propia:
Ésta es la mirada: el mundo se torna espacio que se precipita,
el ojo se desposa y se mide con la claridad, la duración se anula
en los pliegues de oro del instante. Joyería. Menos convincentes,
excepto el homenaje a Maria Mercé Marçal, resultan los textos
de El césped enrojecido, tal vez porque, como en la
poesía social, el asentimiento de casi todos los lectores es previo
a unos poemas que, sin embargo, ciñen la enunciación del
libro a una precisa coordenada histórica.
Con poemas que cuentan entre los mejores de Pere Gimferrer, Leyes
de amor, en la atmósfera de Mascarada (y aun de El
espacio desierto), desafía a la caducidad con la consagración
del instante. Desde Matinada (del año 1993) e Interiores
hasta los inéditos Planto de atardecer y Única,
la escritura amorosa, intensa y arrebatada, más clara y cercana
que nunca, alcanza una dimensión intemporal con muchos de sus hallazgos:
Como se incendia un palomar/se hace jirones tanta vida:/que tanto
duele la medida/de tanto horror y tanto amar.
Paralelamente, la reflexión crepuscular de En derribo
despliega en variedad de formas y ritmos un mismo extrañamiento
del tiempo, una misma queja, la función de la palabra creadora
como precaria resistencia (Yo ya no sé qué color tiene
la claridad:/pechina, sí. La acometida azul), ese desgarramiento
de la belleza persistente, el fuego y la ceniza en las ruinas de la memoria
(Arycasa), con memorables poemas de balance poético
y vital, como este Naufragio: Reja de la escritura:
con los años/se convierte en liana: se estrangulan,/decapitadas,
todas las palabras,/como el erizo de la piel de hierro/y la forja del
vientre de la noche./Yo soy estas palabras: mascarilla/de tinta azul,
el galeón en llamas.
En El diamante en el agua Pere Gimferrer ha escrito sobre el acabamiento,
sí, pero desde la plenitud.
Article
publicat a "ABC" el 22/10/02 per Sergi Doria
Es fácil ser poeta a los 20 años, lo difícil es serlo
a partir de los 50
Hace dos años vio la luz El diamant dins l´aigua,
poemario de cinco estaciones desde las que Pere Gimferrer (Barcelona,
1945) destila sus propias imaginerías con las artes de la madurez.
La experiencia estética, el amor, el cine de Mizoguchi, la conciencia
cívica, el envejecimiento y la muerte transitan por versos de variada
métrica; todos fechados, desde el 96 hasta el 2002, con cuatro
poemas inéditos, incluidos en esta edición bilingüe
de Cuadernos del Bronce.
Estaciones de la madurez
A sus 57 años Pere Gimferrer recupera autores y motivos de su juventud.
Desde Mascarada -auténtico punto de inflexión que
marca su obra posterior- recobran un primer plano: Apollinaire, Aragon,
Darío, la poesía medieval catalano-provenzal, Góngora...
«Es muy fácil ser un buen poeta a los veinte años
-y no digo extraordinario poeta como Rimbaud-, lo difícil es serlo
de los cincuenta en adelante», advierte. A esa edad escribió
Mascarada: «si no hubiera sido una obra diferente, no valía
la pena. Todo lo que he publicado a partir de entonces tiene mucho más
que ver con mi vida, no es tan elíptico».
El libro se abre con el largo poema que le da título y que surge
de un verso de Rubén Darío: «... como el diamante
en el agua...». Explica Gimferrer que empezó a escribirlo
«pensando en un soneto y al final apliqué una métrica
de eneasílabos, muy francesa, introducida por Darío en España
y frecuentada por Apollinaire y Aragon». Nadie como Gimferrer ha
reivindicado con tal vehemencia al vate de Nicaragua. Lo descubrió
con sólo 13 años y devoró sus obras editadas por
Austral: Prosas profanas, Cantos de vida y esperanza... No se cansa
de repetirlo: «Darío es el mejor poeta en castellano posterior
a Góngora, ya que nadie superó a Góngora hasta el
siglo XVII».
En el Pere Gimferrer del 2002 obra cierto talante mediúmnico. El
18 de abril de este año pergeñaba a bordo de un avión
dos de los cuatro poemas inéditos que ha recogido la presente edición:
«Elegía» y «Naufragio». Surgieron «uno
tras otro y con muy pocas correcciones. Corrijo poco, últimamente»,
explica. Los últimos poemas de Gimferrer nacen «como si fueran
dictados. No me paro a analizarlos porque estoy seguro que lo que escribiré
tendrá sentido. Es algo que se ha sedimentado y cobra vida en forma
de verso. No estoy hablando de «escritura automática»,
pero admito que no existe un proceso de racionalización previo
al verso».
En «Naufragio», el poeta contempla la escritura como un tejido
autónomo, vegetación que se enreda entre las casillas del
papel cuadriculado: «Reja de la escritura: con los años /
se convierte en liana: se estrangulan, / decapitadas, todas las palabras,
/ como el erizo de la piel de hierro / y la forja del vientre de la noche.
/ Yo soy estas palabras: mascarilla / de tinta azul, el galeón
en llamas».
Mirada y envejecimiento
Los destellos de los fotogramas cinematográficos se siguen percibiendo
en «El diamante en el agua». El homenaje a Kenji Mizoguchi
y el instante de fulgor: «Ésta es la mirada: el mundo se
torna espacio que se precipita, / el ojo se desposa y se mide con la claridad,
la duración se anula / en los pliegues de oro del instante. Joyería».
Los motivos del poeta, reiterados pero que no resultan fundamentales en
esta entrega de versos. La alusión a la actualidad que ya afloraba
en «Mascarada» con los denuestos a Felipe González
reúne un manojo de poemas de talante cívico: la poética
de Armand Obiols y Maria Mercè Marçal, o Sarajevo inspiran
versos en una tradición deudora de Otero, Alberti y Neruda. En
el último tramo del libro, el poeta aborda el envejecimiento, pero
matiza: «Puedo hablar desde el crepúsculo pero no de la senectud...
y ya no sé qué puedo añadir a lo que digo en los
poemas». Llega, ahora, la hora del lector.
Article
publicat a El País el 22/10/02 per Pau Vidal
Pere Gimferrer publica un libro de poemas sobre el envejecimiento
'Aunque todavía no he entrado en la senectud, ya tengo 57 años,
por lo que es lógico que me haya venido una cierta ansia recapitulatoria'.
Así explica el poeta y académico Pere Gimferrer (Barcelona,
1945) el impulso que le llevó a publicar El diamante en el agua,
aparecido en catalán el año pasado y ahora publicado en
castellano por Ediciones del Bronce. Simultáneamente, Seix Barral
acaba de editar en un solo volumen los dos que componían su Dietario.
Esa mirada hacia el pasado, explica Gimferrer, 'se ha visto acentuada
por la gran cantidad de personas de mi entorno que han ido muriendo en
los últimos años. Por citar sólo gente del medio
literario, estarían por ejemplo Josep Vicenç Foix, Octavio
Paz o Gil de Biedma. Es cierto que eran mayores que yo, pero desde siempre
me he movido en un ambiente donde todo el mundo me superaba en edad'.
Gimferrer, además, empezó su carrera literaria, que ahora
ronda la treintena de títulos, a edad muy temprana (Arde el
mar se publicó en 1966), 'por lo cual mi perspectiva de escritor
es muy extensa. Seguramente si mi debut no hubiera sido tan precoz ahora
mi perspectiva sería distinta'.
El diamante en el agua se compone de cinco secciones, de las cuales
la última y más extensa, En derribo, es precisamente la
que aborda el tema del envejecimiento, con títulos tan elocuentes
como 'Despedida', 'Epitafio ', 'Naufragio' o 'Elegía'. Según
el autor, 'no se trata de dar vueltas alrededor del tema de la muerte,
como ya hice en mi libro anterior [Mascarada, 1998], sino más
bien de reflexionar acerca de un momento de mi vida que yo llamaría
crepuscular. Aunque es cierto, eso sí, que entronca temáticamente
con aquél'.
Además de esta sección, El diamante en el agua lleva
otras cuatro: una dedicada al cineasta japonés Kenji Mizoguchi
('aunque mi pasión cinéfila se manifiesta a lo largo de
todo el libro'), otra de tono más lírico, con temática
amorosa, y un póquer de lo que Gimferrer llama 'poemas cívicos',
dedicados respectivamente a Sarajevo, a las banderas, a los etarras Lasa
y Zabala y a la poetisa catalana recientemente fallecida Maria Mercè
Marçal. El de Lasa y Zabala, de cuyo impacto el autor se declara
'sorprendido', es un curioso soneto con el que, asegura, 'traté
de superar por exageración el silencio que suele cubrir este tipo
de sucesos. Finalmente, el p oema extenso que da título al libro,
'El diamante en el agua' (de un verso de Rubén Darío) y
que es el que ha comportado más problemas de traducción:
la versión castellana ha debido reducir las exigencias métricas
del original, asonantando algunas de las rimas que en catalán eran
consonantes. La mayoría de las adaptaciones han ido a cargo de
Justo Navarro (aunque hay un total de cinco traductores) porque Gimferrer
hace tiempo que dejó de hacerlo: 'No soy un buen traductor de mí
mismo porque me salen versiones demasiado literales, si bien es cierto
que tengo un Premio Nacional de Traducción por una obra de Ausiàs
March'.
En cuanto a lo inhabitual de componer según el dictado de la métrica
y la rima, el académico no está de acuerdo con la idea de
que la rima esté en desuso: 'En castellano quizá algo más,
aunque, sin ir más lejos, Benítez Reyes y Jaime Giles lo
han hecho recientemente, pero en catalán se cultiva bastante, como
demuestran Narcís Comadira, Salvador Oliva o la propia Marçal.
Y tampoco hay que pensar que no rimar signifique alejarse de la métrica:
Gabriel Ferrater, por ejemplo, no rimaba, pero sus composiciones están
firmemente sujetas a la métrica. En castellano ocurre lo mismo
con Lorca, por ejemplo, o con muchas obras de Alberti, Cernuda y Alexandre.
Lo que muchas veces parece verso libre aparente, en realidad son combinaciones
de alejandrinos y decasílabos'. Según Gimferrer, la confusión
respecto a esta cuestión se debe al hecho de que 'a partir de un
cierto momento, en el bachillerato se dejó de estudiar la métrica,
por lo cual muchos poetas en realidad no saben contar sílabas'.
Entrevista
publicada al diari ABC per Dolors Massot
Pere Gimferrer: «Escritores que hagan verdadera introspección
hay pocos»
-La pregunta
es inevitable si hablamos del 23 de abril, el Día Mundial del Libro
y de los Derechos de Autor, que en Cataluña es también el
día de los enamorados: ¿qué hace que el amor se relacione
con la poesía?
Yo no me ceñiría sólo a la poesía. El género
epistolar, aunque esté en decadencia, es un instrumento literario
importante. Es poco probable que alguien escriba de amor por fax porque
podría ser que no llegara a leerlo la persona destinataria y sí
otros. Sin embargo, el correo y el correo electrónico son dos medios
fabulosos. Estoy seguro de que muchas personas lo usan como modo de comunicar
su amor. Eso sí, es discutible que las cartas sean un género
literario. Me viene a la cabeza Voltaire: es más importante por
las cartas que por cualquier otro tipo de texto. También es verdad
que existen novelas de amor que son metáfora de una pasión
amorosa.
-¿Dónde está la frontera entre lo auténticamente
personal y lo elaborado para el público? ¿Traiciona sus
sentimientos el poeta cuando sabe que le va a leer el mundo?
Hay un verso maravilloso de Eliot, tal vez su último verso canónico.
Dice: «Son las palabras privadas que te dirijo en público».
Hay conciencia de a quién va dirigido el poema y quién es
posible que también lo lea. El amor en poesía, en el fondo,
es un sentimiento relativamente nuevo. Tal como lo entendemos hoy sólo
lo expresaron Ovidio, Propercio y Catulo en la Antigüedad. No existe
en los trovadores. Tenemos que viajar hasta Dante y Petrarca para volver
a encontrarlo.
-¿No considera amorosa la lírica arcaica griega?
Se trata de poesía amorosa homosexual en su mayor parte. No responde
a la elaboración culta del amor. Los grandes poetas homosexuales
no responden a las teorizaciones de la poesía provenzal. Lo curioso
es que algunos homosexuales de hoy copian el esquema de la poesía
provenzal, propia del esquema hombre/mujer. En literatura catalana se
da un caso curioso que ha estudiado Martín de Riquer pero nadie
más se ha fijado en él: al parecer, el poema «O foll'amor»
de Ausiàs March podría estar dedicado a un varón.
En cambio, contrariamente a lo que algunos piensan, no todos los poemas
de Jaime Gil de Biedma son de amor homosexual. Algunos están dedicados
a una mujer que yo mismo conocí.
-¿Y de dónde nace el amor de los surrealistas?
Beben de los románticos para desembocar en el amour fou. El amor
renacentista de Garcilaso tiene poco que ver con Baudelaire y los surrealistas.
-En cualquier caso, ¿por qué hay una cierta necesidad
de expresar el amor?
Diría que es la respuesta de la libertad individual. Octavio Paz
lo expresaba diciendo que nos encontramos ante la rebelión del
cuerpo. En El capital, Marx -del que ni Octavio ni yo estábamos
cerca ideológicamente hablando, por otra parte- explica que hay
una producción de mercancías que da sentido al mundo burgués.
En esta rueda, la presencia del amor expresa la rebelión en la
medida en que no es utilitarismo. Estos son aspectos de la vanguardia
y del marxismo, de Breton y de los escritores de los años 30. Algo
que no tuvo viabilidad.
-¿Por culpa del amor entendido como fenómeno burgués?
En el sistema feudal, el amor tenía un papel asignado. En el siglo
XX se ha roto eso. Hay un fuerte componente de rebeldía, y por
eso todos acaban mal.
-¿Y ahora?
Todavía no ha acabado el siglo. El papel del amor será según
el papel de la imagen. A comienzos de los setenta aparece en la fotografía
un erotismo muy explícito, que antes sólo había aparecido
en la literatura marginal o en contadas películas como El último
tango en París y El imperio de los sentidos. Pienso ahora también
en algunos textos de Carlos Fuentes y en poemas de Octavio Paz. No había
más. En los años setenta se produjo una confrontación
de los dos bloques políticos, que se reflejaba en todo lo demás,
pero eso ahora ha desaparecido. Los Bertolucci ya no tienen hoy capacidad
subversiva, no por ser frecuentes ni por falta de talento sino porque
la sociedad del pensamiento único los ha acabado de domesticar
en la cinematografía. Ahora hay una finalidad comercial en todo.
-Entonces, ¿cómo se puede ser subversivo hoy?
Me sorprendió que al publicar mi libro de poemas Mascarada
levantaran polémica algunos versos que ya habían empleado
Apollinaire, Sade o Baudelaire. Chocaron también los versos que
criticaban a Felipe González. Quien de verdad se sorprendió
fui yo al ver esta reacción. Pero no creo que mi libro fuera subversivo.
Serlo hoy es adentrarse en la línea del amor arrebatador y absoluto.
Creo que algunos aspectos del amor no han encontrado su lugar. Son manifestaciones
que se aceptan como normal pero no se acaban de admitir porque no están
claras. Amoroso y religioso son hoy términos subversivos, porque
no entran en el proceso utilitarista. Blas de Otero es, en este sentido,
subversivo. Hoy más que nunca habría que hablar de palabra
poética como la que no aspira a compensación económica.
Ni el amor ni la religión entendidos en este sentido participan
de la función comunicativa utilitaria habitual. La sociedad va
en una dirección y ni la palabra del poeta místico ni la
del poeta amante buscan esa utilidad. De ahí que puedan ser subversivas.
Pero eso exige renunciar a fórmulas asimiladas: determinadas fórmulas
de casamiento, determinada forma de entender la oración... y renunciar,
desde luego, a la poesía de género. José Ángel
Valente, visto así, es religioso, erótico y poeta a la vez.
El mismo Claudel había dicho que Rimbaud era religioso, y tenía
razón. O Victor Hugo y Baudelaire: son dos creyentes con presencia
de la trascendencia y tienen sentido del erotismo. Hay ahí un valor
cósmico de fusión entre el todo y las regiones del alma
que sólo se manifiestan en el impulso erótico. Byron también
es importante en este contexto.
Article
aparegut al diari Avui el 07/10/99 a cura de Sebastià
Alzamora
Les
cartes dOctavio Paz a Pere Gimferrer
Octavio Paz
(que, diguem-ho dentrada, és un dels poetes més importants
en llengua castellana de la segona meitat de segle) va morir el 1998 a
Mèxic, on havia nascut vuitanta-quatre anys abans. Segons explica
en una nota preliminar al volum que ens ocupa, gairebé des del
dia de la mort de Paz, al seu amic Pere Gimferrer (un dels poetes més
importants en llengua castellana i catalana de les últimes dècades)
se li va imposar com una evidència la necessitat de la publicació
de la correspondència que el poeta mexicà li va adreçar
al llarg de 31 anys, del 1966 al 1997. Que aquesta evidència simposàs
amb prou força com perquè, en un termini de temps que no
va més enllà de lestrictament necessari per preparar
ledició del volum amb el rigor i la cura que mereix, puguem
gaudir-ne la lectura, és una circumstància que no podem
més que celebrar. El llibre que recull la totalitat de les cartes
dOctavio Paz a Pere Gimferrer ha vingut a titular-se Memorias
y palabras, i ha estat preparat pel mateix Gimferrer, amb lajut
(sembla que fonamental) de la vídua de lautor de Hijos del
limo, Marie José Paz, en el que deu haver estat un veritable tour
de force de treball emocional i arxivístic. De la pertinència
de la publicació daquest material en dóna fe de manera
eloqüent, si és que la paraula del crític té
encara per a qualcú cap casta deloqüència, els
qualificatius que més amunt hem dispensat a lobra poètica
dels dos corresponsals que aquí intervenen. Un no pot evitar trobar
a faltar laltra meitat daquesta correspondència, això
és, les cartes enviades per Pere Gimferrer a Octavio Paz, encara
que això segurament hagués obligat a estirar el pla de lobra
fins a dos volums ben gruixuts. De manera constant, és el lector
qui ha de reconstruir amb la seva imaginació les interlocucions
que susciten les rèpliques, les contrarrèpliques i les inquisicions
dOctavio Paz, i això, com afirma leditor Basilio Baltasar
en el prefaci, no deixa de ser un estímul per al lector (sobretot
si és coneixedor de les obres dels dos poetes), però sovint
aquest enyora la possibilitat de veures corroborat o desmentit mitjançant
la comprovació del text de les missives gimferrerianes. En qualsevol
cas, les dues-centes sis cartes (de vegades ben llargues, en altres ocasions
de lextensió duna simple nota o un bitllet) dOctavio
Paz tenen, per descomptat, una perfecta entitat textual per elles mateixes.
I temàtica, per molt que en aquest aspecte es tracti duna
entitat ben heterogènia. Així, probablement allò
que més aviat excita latenció i la curiositat del
lector és la possibilitat de conèixer una part de la intimitat
sentimental dun poeta com Octavio Paz, el qual, com a bon descendent
de la tradició simbolista i surrealista, era un poeta que prescindia
de les referències immediates a la seva biografia com a punt darrencada
dels seus textos. En una daquestes cartes a Pere Gimferrer, precisament
Paz exposa les seves reticències envers poetes com Lowell, Berryman,
Jarrell o Sylvia Plath pel fet que, segons diu, els llegim des de
la seva biografia, enfront dun autor com Shakespeare, a qui
posa com a paradigma de lautor anònim, és a dir, amb
un nom però sense una biografia que interfereixi la lectura i interpretació
de la seva obra. Amb permís del mestre Ferrater i de la seva afecció
pels détails exactes de la vida dels escriptors com a fonts per
a lhermenèutica dels seus textos (que el dugué a fer
aportacions de terminologia crítica tan interessants com el de
la particularització intensiva dels detalls de la quotidianitat,
que encunyà a partir de la poesia de Foix), jo mateix tinc també
predilecció per aquests poetes de qui no coneixem, almenys a priori,
res sobre la seva privacitat, i que ens deixen tots sols i cara a cara
amb res que no sigui la seva paraula escrita: en aquest sentit, no ja
Shakespeare, sinó lenigmàtic Homer (de qui no podem
assegurar que en sapiguem ni el nom: existeix una teoria molt atractiva
segons la qual homer podria ser lacrònim sota
el qual socultàs, al llarg del temps, una mena de secreta
lògia descriptors que fossin els autors de l Odissea,
la Ilíada i els Himnes) semblaria lencarnació
dun ideal de puresa. Si més no, repetesc, això a priori.
Cosa que no treu que a posteriori, quan un ja ha tingut ocasió
de conèixeren aquesta solitud ressonant lobra dun poeta,
no senti interès per obtenir notícies sobre la seva història
personal, sobre la seva dimensió humana, per tal de contrastar-la
i posar-la a conversar amb el coneixement revelat a través de la
lectura del seu treball amb el llenguatge. I, amb aquest Memorias y palabras,
aconseguim exactament això: en aquestes pàgines, en efecte,
tenim loportunitat de contemplar la humanitat dOctavio Paz,
els seus afectes, les seves indignacions, les seves perplexitats, les
seves preocupacions, fins a la relació detallada dels petits però
urgents maldecaps del dia a dia. Recollir aquesta informació
sentimental i, com suggereix Baltasar en el seu prefaci, posar-la al costat
del majestuós perfil intel·lectual de vegades esquerp,
de vegades subtil, sempre feridor i veraç que es desprèn
del conjunt de la seva obra poètica i assagística resulta
una tasca en veritat apassionant. Òbviament perquè es tracta
dinformacions complementàries, i també perquè
fascina comprovar com la línia de lartifici creatiu i la
línia de lexperiència viscuda constitueixen, al llarg
dels anys que un home alena, dues paral·leles que, per un miracle
de la geometria, eventualment entren en contacte.
COMMOVEDOR
I TENS
Memorias
y palabras es presenta així com un llibre de lectura commovedora
i tensa, en el qual assistim a lautorretrat emocional dun
poeta expressat a través de la història de la seva amistat
amb un altre home de lletres al llarg de més de trenta anys. Només
per això ja valdria la pena. Però el seu valor es multiplica
per la quantitat de materials valuosos que en poden extreure els amants
de la literatura en general i els estudiosos de lobra dOctavio
Paz en particular. Això és degut al fet que Paz no només
dispensa a Gimferrer tracte damic i confident, sinó que la
relació que hi manté és múltiple: la de lautor
amb el seu editor, la del director duna revista literària
(Plural, primer, i, després, Vuelta) amb el seu col·laborador,
la del lector privilegiat amb un autor que admira (són de gran
interès les observacions de Paz sobre els llibres i els textos
de Gimferrer, des d Arde el mar fins a Mascarada)
i a linrevés, la dun professional de les lletres amb
un altre professional i, en fi, la del pensador amb el seu interlocutor,
o, per dir-ho com el ja esmentat Foix, la dun fill del segle amb
un altre. Daquesta manera, Memorias y palabras sens ofereix
bé com una mena de dietari de lectures i destímuls
intel·lectuals, que ens permet resseguir el constant i molt exigent
procés de formació dun escriptor daquesta talla;
bé com un ocasional recull de proses assagístiques que ens
aproximen al desenvolupament del pensament literari, filosòfic
i polític dOctavio Paz; bé com un petit tractat de
crítica literària en el qual sexposen, a partir de
pretextos de molt diversa índole, opinions, reflexions i afirmacions
dun pes específic ineluctable; o bé com una relació
dincidents, processos i situacions dordre estrictament editorial
que pot resultar, com recalca Gimferrer, duna utilitat important
de cara a possibles edicions crítiques de lobra dOctavio
Paz. Sigui com sigui, després de llegir-lo sens dubte hem de convenir
amb Pere Gimferrer que la necessitat de donar Memorias y palabras
a la impremta simposava com una evidència.
Article
publicat al diari Avui el 03/05/01 a cura de Pau Dito Tubau
Narrador
jove, poeta madur
Escrita durant
les hores lliures del servei militar, entre el juliol i l'agost del 1969,
La calle de la Guardia Prusiana és la novel·la amb
què Pere Gimferrer va tancar la seva producció literària
en castellà, just abans de donar a conèixer Els miralls
(1970), el recull de poemes amb què va iniciar una dilatada trajectòria
dins de la literatura catalana. Novel·la breu, allunyada de les
convencions de l'època, va ser relegada de l'edició pel
seu elevat contingut eròtic. L'actual publicació, amb només
alguns retocs sobre el text antic, és un comiat a l'escriptor jove
que va solcar la poesia castellana de la dècada dels seixanta,
i els cànons de l'època, amb Arde el mar (1966).
Trenta anys després, allò que d'entrada sorprèn
d'aquesta novel·la és la plasticitat en les descripcions
de trobades sexuals, una plasticitat que guanya la seva legitimitat mitjançant
una evocació colorista i tàctil d'escenes de voyeurisme,
coprofília, homosexualitat, pedofília i heterosexualitat,
en un extens repertori que estimula la visualització de les imatges
que ofereix: "Me arrodillaba para besar sus medias, el nacimiento
del sexo bajo el organdí -al trasluz, el pubis oscuro, húmedo
y fragante- y deslizaba la ropa hasta descubrir el vello, aquel olor suyo
a alcanfor quemado, pegajoso y dulce". És inútil i
encara contraproduent buscar un argument lògic a la trama, més
enllà de la juxtaposició d'imatges i l'encavalcament de
situacions. La novel·la, perquè es tracta d'una novel·la
d'aprenentatge que participa del divertiment i del pastitx, beu de les
fonts de la poesia, de l'assaig i de la intertextualitat literària
i cinematogràfica. És la incursió als escenaris de
la prosa d'un poeta jovial, desenfadat i paròdic que borbollava
lectures i buscava el llenguatge adequat per plasmar algunes obsessions
eròtiques.
D'una manera difícilment fortuïta, l'aparició
d'aquesta novel·la de joventut de Pere Gimferrer coincideix amb
la publicació del seu últim llibre de poemes, El diamant
dins l'aigua, un títol que convoca la veu de de Rubén Darío.
Dividit en 5 seccions, amb poemes datats entre el 1993 i finals del 2000,
conté peces de diversa índole, algunes marcades per la llibertat
formal, d'altres pel rigor formal més estricte. La secció
dedicada al cineasta Kenji Mizoguchi, amb tres poemes en prosa i un dístic
fulgurant, és una de les més reeixides, en una línia
que no havia practicat des de Saló Rosa, la secció segona
del poemari El vendaval (1988). Gimferrer és aquí
el poeta de la imatge llampant que busca la musicalitat del mot i la cadència
de la frase, sense l'esquitx fragmentari de la retòrica surrealista,
molt tallada, que emprava a Mascarada (1996). Ara, en canvi, retorna
a composicions de forma més clàssica: "Vivim així,
en el temps d'un esguard, en el temps de l'itinerari encegat: passant,
de biaix, a frec de fusta inclement, veient caretes maquillades i pàl·lides
com putxinel·lis de paper retallat".
En la tercera secció, Lleis d'amor, hi ha un parell
de poemes que són el preludi i la cloenda del desplegament conceptual
de Mascarada, de la concepció de l'amor o de l'en-amorament com
a instant de superació del temps: "Perquè serem això
Vivents / i mai no morts Enamorats / Als aparadors de París".
Sota la capa del personatge públic autocreat, dels filtres amb
què Gimferrer ha parapetat la seva biografia davant la societat,
no queda clar si la rehabilitació d'aquest halo romàntic,
present en una tradició que va de Hölderlin a Rilke, és
el resultat d'una vivència o de la màscara de personalitat
llibresca, esmunyedissa, amb què s'ha identificat sovint; ni si
s'empara en la veu de poetes a qui admira o tracta de rebatre l'esperit
del temps, d'una actualitat que camina desposseïda del gust per la
intemporalitat.
Hi ha, no obstant, un Gimferrer que fa palpitar el verb, que abandona
el vel i exposa les ferides -més vital, menys obscur- per oblidar-se
dels cultismes com a forma de distanciament. L'abandó, sempre relatiu,
de l'erudició com a instrument per situar-se al púlpit de
la literatura, l'acosta a un dir més intens, a una "lírica
de la temporalitat" on afirma que el llenguatge, o la poesia, és
insuficient per expressar el món o la consciència que evoca
el passat; a una veu que fa balanç i s'adona que els camins oberts
han quedat enrere: "Això ens ha quedat d'existir: / polsim,
com una escafarlata / de tabac, res, l'escalinata / d'Odessa, icona, ja
botí. / Griseja l'hora del motí / al fotograma que es nitrata
/ pels magatzems, col·legiata / de les quimeres de platí".
La cinquena secció del llibre, A l'enderroc, n'és una mostra
punyent i dolorida. Si el poema, com havia dit a L'agent provocador
(1998), és l'eina que mostra el coneixement profund del jo, que
provoca reaccions allà on la ment es mantenia latent, aquí
s'expressa sense plecs, sense apel·lar a l'escafandre separador
del personatge. L'amor i l'erotisme, al poema Arycassa, ja no redimeixen
res, sinó que queden suspesos entre indicis de llum o de foscor;
girar la mirada cap als anys de joventut, a Epitafi, provoca desconcert
o estranyesa; i el temps, al poema Temps, és com a màxim
el lloc en què crema la perplexitat: "Homes envermellits per
la foscor: / la nit és una gota de llum negra".
Links
http://www.brown.edu/Research/Gimferrer/
Album Pere
Gimferrer
http://www.epdlp.com/gimferrer.html
Pere Gimferrer
http://www.llibreweb.com/lipmic/Pluricat/eng/gimferrer.htm
La Il·lustració
poètica metropolitana i continental
http://www.mallorcaweb.com/magteatre/poemes-solts/gimferrer.html
Mallorcaweb:
Poesia, teatre.
http://www.stg.brown.edu/projects/BUCLIB/about/
Pere Gimferrer
Project
http://www.uoc.es/lletra/noms/pgimferrer/index.html
Lletra: Noms
propis
http://www.vespito.net/mvm/gimferrer.html
Pere Gimferrer
a Vespito.net
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