BIOGRAFÍA
R. Safranski
GUIÓ
Dos pasiones: la
música y lo monstruoso
El enigma del propio yo. El examen de sí mismo
El nacimiento de la tragedia
Nietzsche y Wagner: colaboración sobre el mito
- Wagner revolucionario
- El gran desencanto de Nietzsche
Contra el materialismo y el historicismo: Max Stirner
Despedida de Wagner
- Los filólogos: Winkelman
- Contraposición Demócrito-Sócrates
- Humano, demasiado humano
- La compasión
- El origen de la verdad
Despedida como profesor. Desde “Humano, demasiado humano” hasta “Aurora”
- La propia vida como escenario
- El tema de la moral
Sistema bicameral de la cultura
- Nietzsche, fenomenólogo
Eterno retorno
¿Homosexualidad dionisiaca como hilo conductor de su obra?
Lou Andrea Salomé y Zaratustra (el superhombre)
Zaratustra. Eterno retorno, superhombre, voluntad de poder
- Arte de vida; de las tres transformaciones; amor, voluntad de poder,
Transvaloración.
Contradicción en Nietzsche: Voluntad de poder como causa primera
Romper el poder del destino natural
- El cristianismo
La genealogía de la moral
La muerte de Dios
Repercusiones:
- Manipulación de los escritos a su muerte (hermana); Neorromanticismo;
Vitalismo;Thomas Mann: Estética y Política; Primera Guerra:
Nietzscheanismo belicista; Ernst Bertrán: El rescate de Nietzsche no
gregario ni bélico; Antisemitismo; Karl Jaspers y Heidegger; Adorno y
Horkheimer; Foucaultt; Richard Rorty
Dos pasiones: La música y
lo monstruoso.
Para Nietzsche la música
lo era todo... Nietzsche quiere, en la medida de lo posible, hacer
música con el lenguaje, los pensamientos y los conceptos... Nietzsche
escuchó el canto de las sirenas y siente ahora malestar en una cultura
donde éstas han enmudecido... La filosofía de Nietzsche brota de la
tristeza posterior a las sirenas, y quisiera por lo menos salvar el
espíritu de la música para llevarlo a la palabra... Nietzsche establece
un registro de “cosas según el grado de placer”. En el nivel máximo
descuella la improvisación musical, seguida por la música de Wagner...
La música nos conduce al corazón del mundo... A veces la vivencia de la
música es tan fuerte, que uno teme por su pobre yo, que corre peligro de
perecer de “orgía musical por puro arrobamiento en la música...... Quien
se entrega a la impresión del arte puede convertirse en un ser que
siente y padece la resonancia universal...
El animal dotado de conciencia, el hombre, con horizonte de pasado y de
futuro, casi nunca está enteramente lleno de su presente, y por ello
percibe algo que no es conocido por ningún animal, a saber, el
aburrimiento. Para huir del aburrimiento, este extraño ser busca un
estímulo, que, si no se encuentra, ha de inventarse. El hombre se
convierte en un animal que juega... En el aburrimiento experimentamos el
instante como un vacío pasar el tiempo... Las rutinas, las costumbres,
que normalmente dan apoyo, aparecen de pronto como lo que son:
construcciones auxiliares... El arte ayuda a vivir, pues de otro modo la
vida se siente desamparada ante el embate de los sentimientos de absurdo...
Individium – dividuum (Individuo - Divisible)
Lo monstruoso que ya al principio pesa sobre el joven Nietzsche es la
propia vida. Entre 1858-1868. Nietzsche redacta nueve esbozos
autobiográficos: cómo he llegado a ser lo que soy.. La escritura sobre
la propia vida irá unida al gesto de proclamación de un mensaje... Una
tradición poderosa habla del “individuo” como la de un núcleo
indivisible en el hombre. Pero Nietzsche ya muy pronto hizo experimentos
con la explosión del núcleo en el hombre... Su pensamiento se convierte
en una tensa percepción de sí mismo. Nietzsche querrá ver también su
propio pensamiento, y en este intento se le descubre un mundo
profundamente diferenciado de pensamientos en la trastienda, se le
revelan motivos, autoengaños y ardides de todo tipo.
El joven Nietzsche emprende sus primeros esbozos autobiográficos como un
intento de dominio de la propia vida a través de una historia de la
formación... Considera que el enunciado “yo pienso” es una seducción de
la gramática...
La muerte temprana del querido padre lo ha dejado solitario... Es
demasiado serio.. Se siente orgulloso de su seriedad, aunque sus
compañeros a veces lo molesten y llamen el “pequeño pastor”... Pero no
quiere ser piadoso y obediente, sueña con tener un destino que lo sacuda
e imprima en él un sello salvaje.
Temprana afición a la música y a la composición.. Ya el joven Nietzsche
no venera tanto a los dioses, cuanto a los hacedores de dioses.... Ya
los diecisiete años profundiza en la genealogía de las religiones
universales.... Hölderling es para él una especie de rey en un reino no
descubierto todavía, y Nietzsche se siente como un apóstol que trae la
luz a las tinieblas, por más que las tinieblas no lo hayan comprendido.
(Holderling, Lord Byron, Napoleón III)… En los tres casos poder es la
afirmación de sí mismo en el círculo de acción del destino... “Destino e
historia”. 1862. Tratado: ¿Qué realidad queda una vez sustraídas las
fantasías religiosas? El todavía alumno de Pforta responde: queda la
naturaleza en el sentido de las ciencias naturales, un universo
penetrado por leyes; y queda la historia como sucesión de
acontecimientos donde actúan la causalidad y la casualidad, sin ningún
fin en el conjunto que podamos conocer... Nietzsche no quiere renunciar
al sentido y a la finalidad... El joven Nietzsche “resuelve” este
problema con bastante sencillez, y su solución es la misma que la de la
filosofía idealista de principios del siglo XIX: se le plantea el
problema de la libertad... La conciencia libre experimenta este mundo
como resistencia, y se conquista allí un espacio de juego,
experimentándose así como voluntad libre... Nietzsche quiere evitar que
el mundo se le desgarre en un dualismo de determinación y libertad...
Rechaza la fe en la providencia bondadosa como una “manera denigrante”
de “entrega a la voluntad de Dios”, sin fuerza para “enfrentarse al
destino con decisión”.
- Desarrolla la visión temprana del misterio de la libertad, entendida
como “potencia suprema del destino”: Entonces cada individuo se
convierte en escenario del proceso del mundo.
El enigma del propio yo.
El examen de sí mismo.
Implica que no siempre
se sabe lo que uno quiere. ¿Cómo se descubre el propio querer?
El examen de sí mismo le permite reconocer que lo determinante para su
proceso de formación no ha sido la coacción exterior, ni las
perspectivas de carrera y la seguridad profesional, y ni siquiera la
pasión por la filología, sino que, por el contrario, ha escogido la
filología como medio de disciplinarse frente a la seducción del
horizonte enorme de conocimiento y de las pasiones científicas.
Se había doblegado primero ante el deseo de la madre, que lo quería ver
convertido en párroco. Pero apenas terminado el primer semestre en Bonn,
interrumpe el estudio de la teología y se dedica exclusivamente a la
filología clásica. Es evidente que está lejos todavía de romper con el
cristianismo; pero los dogmas cristianos de la resurrección, de la
gracia y la justificación por la fe ya no tienen para él ninguna fuerza
vinculante (1865).
No se dejará arrastrar por la filología, pero sí por la filosofía en el
momento en que la obra de Schopenhauer caiga en sus manos. El año 1865 ,
anticuario, Leipzig, “El mundo como voluntad y representación”. Los
compró, los leyó inmediatamente y se embriagó totalmente... Leyó allí
que el mundo labrado por la razón, el sentido histórico y la moral no es
el mundo genuino. Por detrás o por debajo ruge la vida real: la voluntad...
Casi podría hablarse de una conversión. Ve inmediatamente con toda
claridad que la esencia del mundo, su sustancia, no es algo racional,
lógico, sino un impulso oscuro, vital. Y lo más importante era que la
idea de Schopenhaer relativa a la redención por el arte lo confirmaba en
su pasión por la música. El hecho de que en general exista el entusiasmo
por el arte es interpretado por el joven Nietzsche como un triunfo de la
esencia espiritual del hombre sobre la cautividad de la voluntad en la
naturaleza. Si es posible semejante triunfo, según Nietzsche también
cabe proponerse como fin la “santificación y transformación del núcleo
entero del hombre”. Hay que adquirir poder sobre la propia vida, lo cual
se demuestra por el hecho de que es posible prohibirse algo.
O somos “esclavos de la vida” o somos sus señores, cosa que sólo se
logra enajenándose de “los bienes de la vida”. En efecto, la vida sólo
se hace soportable cuando nos deshacemos de nuestra cautividad en lo
animal, “pues entonces su peso se hace cada vez más ligero y ya no nos
atan sus lazos...”
La confianza en Schopenhauer (liberador, despertador) no se resquebrajó
cuando más tarde, en una segunda lectura crítica, se presentaron ciertas
dudas y objeciones... En esa segunda lectura influyó otra gran vivencia
de lector de la misma época, a saber, La historia del materialismo, de
Friedrich Albert Lange, que representó entonces un intento con gran
repercusión de enlazar en tre sí el pensamiento materialista y el
espiritualista. A través de Lange conoció Nietzsche la teoría del
conocimiento de Kant, el materialismo antiguo y el moderno, el
darwinismo y los rasgos fundamentales de las modernas ciencias naturales;
en consecuencia agudizó su atención y descubrió algunas fracturas
teóricas en el sistema de Shopenhauer: ve claro que la “voluntad” es un
poder elemental, e incluso el poder primario de la vida, pero critica el
hecho de que se asigne a la “voluntad” aquel lugar categorial que Kant
había dejado libre para la “cosa en sí”.
Sin embargo, esta crítica neokantiana a Schopenhauer, que Nietzsche
desarrolla apoyándose en Lange, nada cambia en la adhesión a dos ideas
fundamentales de la filosofía de Schopenhauer:
- La idea de que el mundo en su naturaleza interior no es algo racional
o espiritual, sino impulso y tendencia oscura, una realidad dinámica y
carente de sentido, si la medimos según el patrón de nuestra razón.
- La segunda idea fundamental: la posibilidad de un conocimiento
trascendente, que Shopenhauer describe bajo el título de la negación de
la voluntad.
A diferencia de Schopenhauer, Nietzsche se siente atraído con más fuerza
por la naturaleza dionisiaca; se acercará más al abismo, pues sospecha
que hay en él misterios seductores y se considera a sí mismo inmune a
todo vértigo. No obstante, esa diferencia nada cambia de momento en su
disposición a seguir el modelo de Schopenhauer.
Schopenhauer emprendió algo que luego Nietzsche llamará la
“transvaloración de los valores”. ¿Contra qué valores dominantes se alzó?...
Nietzsche toma en consideración tres imágenes que recuerdan al hombre
sus mejores posibilidades: el hombre de Rousseau, el hombre de Goethe y,
finalmente, el hombre de Schopenhauer. Rousseau apunta a la
reconciliación con la naturaleza y a la naturalización de la cultura. El
hombre de Goethe es contemplativo y, con sabia resignación y estilo
selecto, hace las paces con las circunstancias de la vida. Finalmente,
el hombre de Schopenhauer ha descubierto que todos los órdenes humanos
están establecidos de tal manera que no se note el rasgo
fundamentalmente trágico y absurdo de la vida. La vida usual es
distracción. El hombre de Schopenhauer toma sobre sí “el sufrimiento
voluntario de la veracidad”, lo cual sirve para “matar la voluntad
propia y preparar una completa transformación y conversión de su esencia.
Conducir a esa meta es el auténtico sentido de la vida”. Y esto es para
Nietzsche una “vida heroica”.
Para el joven Nietzsche la filosofía es una actividad que interviene
poderosamente en la vida. No es una mera descripción reflexiva de la
vida, sino que produce un cambio en ella; la filosofía misma es este
cambio. Pensar es actuar.... Nietzsche no se limitará a desarrollar
pensamientos, sino que mostrará cómo los pensamientos brotan de la vida,
repercuten en la vida y la cambian. Comprobará su fuerza, examinará si
resisten frente a los dolores corporales que sufre.
En esta época Nietzsche conoce a Richard Wagner (1868). Aunque se había
manifestado todavía muy críticamente sobre Wagner, pues lo consideraba
como “representante de un diletantismo moderno... cuando tres semanas
más tarde asiste al concierto de “Tristán e Isolda, Los maestros
cantores, comenta: “No logro comportarme con frialdad crítica frente a
esta música; se estremece en mí cada fibra, cada nervio, durante mucho
tiempo no he tenido semejante sentimiento duradero de arrobamiento”.
Richard Wagner se había hecho muy rápidamente una imagen de las
habilidades de N., especialmente de aquellas ventajas que a su juicio
podían ser útiles para sus propios fines. Wagner se atormenta con la
filosofía, lo mismo que Nietzsche con la música, sin conseguir nada
consistente... Wagner incitaba al joven profesor a emprender algo audaz
en la filología clásica. Nietzsche se deja entusiasmar. Para contribuir
al “gran renacimiento”, del cual Wagner habla en términos poco claros,
inicia su libro sobre la tragedia, acerca del cual tiene el
presentimiento de que no le hará progresar en el gremio de los filólogos,
pero lo acercará a sí mismo.... Todavía en el terreno de la filología,
pero ya con la voluntad de danzar, Nietzsche escribe su primera obra
grande, a saber, El nacimiento de la tragedia.
El nacimiento de la
tragedia
Nietzsche busca un tema
que le permita hacer música con palabras... En la primera conferencia
Nietzsche desarrolla la tesis del nacimiento de la tragedia griega a
partir de las fiestas dionisiacas. Con ello se mantiene todavía en el
marco de la filología clásica de la época, donde se hace referencia al
culto de Dionisio como célula germinal del drama griego... Pero, a
diferencia de la filología clásica, con su tono de distancia, Nietzsche
intenta introducirse en el delirio de estas fiestas.
Describe los éxtasis y excesos de la multitud excitada, entusiasmada. En
la Antigüedad, el exceso en las fiestas dionisíacas, hizo surgir el
drama griego y le confirió su fuerza. Pero ¿cómo el exceso y el éxtasis
conducen a la tragedia en el escenario? Nietzsche describe el proceso en
sus fases particulares. En la embriaguez el individuo pierde la
conciencia de su individualidad; se abre en el horizonte de la masa
excitada, se funde con ella... La representación de las tragedias al
final de las fiestas dionisíacas no es otra cosa que este ritual de la
transición del paroxismo colectivo a la vida cotidiana de la ciudad. El
drama ático, según., sólo pudo surgir porque se conservó “algo de esa
vida dionisiaca de la naturaleza” en el escenario del teatro.
Cuando en la tragedia sucumbe el individuo, expía la culpa de ser un
individuo. Es el coro el que sobrevivirá a los individuos. Así, los
protagonistas actúan en el escenario como si fueran una visión del coro...
Ante el coro actúan los protagonistas, al principio uno solo, luego
varios. Pero siguen siendo individuos, que en su singularidad se afirman
durante un tiempo frente al coro colectivo... Los protagonistas se
separan del coro como voz particular, desarrollan su juego disonante,
para hundirse luego en el unísono del coro. El singular disonante no
puede mantenerse durante mucho tiempo y, cuando se hunde, vuelve al seno
de la música... El coro y su música permanecen omnipresentes. Lo que
acontece en el escenario es público, es visible a toda luz, nada
permanece oculto para el coro, el individuo no puede esconderse, la
música del mundo lo absorberá. La música, dice Nietzsche, tenía entre
los griegos la tarea de “transformar el sufrimiento (...) del héroe en
la más fuerte compasión de los oyentes”.
La tragedia griega pone en escena la relación de poder en escena la
relación de poder entre palabra y música. El protagonista domina la
palabra, pero es la música del coro la que domina al hacedor de
palabras. La palabra está expuesta a tergiversaciones y falsas
interpretaciones, no procede de lo más íntimo y no llega hasta allí.
Vive y teje en los márgenes del ser. La música es distinta, “afecta
inmediatamente al corazón, como el verdadero lenguaje universal, que se
entiende en todas partes”
Nietzsche interpreta ya por dónde va a romperse la tragedia: por el
desarrollo de la palabra. El logos vence el pathos de la tragedia. La
tragedia termina tan pronto como el lenguaje se emancipa de la música y
hace valer desmesuradamente su propia lógica. ¿Qué es el lenguaje? Un
órgano de la conciencia. Pero la música es ser. Con el ocaso de la
tragedia la conciencia y el ser dejan de coincidir. La conciencia se
cierra frente al ser, se hace plana. Con la decadencia de la antigua
tragedia de la pasión comienza para Nietzsche la nueva tragedia del
logos.
Esta visión de Nietzsche, “el proceso de descomposición” de la tragedia
por su intelectualización, tenía que recibirse como una provocación
entre los estudiosos de la filología clásica.
El pensamiento socrático... Después de destrozada la tragedia, luego se
limitó y reprimió el insconsciente creador. Sócrates rompe el poder de
la música y pone en su lugar la dialéctica. Sócrates constituye una
fatalidad, pues con él comienza un racionalismo que ya nada quiere saber
de la profundidad del ser. Sócrates es el comienzo de un saber sin
sabiduría. En la tragedia, el pathos del destino fue desplazado por el
cálculo, las intrigas y las previsiones.... En el escenario ya no se
canta, sino que se discute.
Nietzsche considera a Sócrates como síntoma de un profundo cambio
cultural, cuyas consecuencias perduran hasta hoy. La voluntad de saber
se sobrepone a los poderes vitales del mito, de la religión y del
arte... Es como si el ser tuviese que justificarse ante la conciencia...
Despierta la esperanza optimista de que la vida puede corregirse,
dirigirse y calcularse desde la conciencia. Así, describe Nietzsche,
murió el drama musical basado en el delirio, la voluntad y el dolor,
aunque no murió para siempre.
Nietzsche termina con susurrantes observaciones sobre el posible
renacimiento de la tragedia griega: Richard Wagner... ¿Podrá imponerse
el drama musical renovado? En un mundo dominado por las ciencias ¿podrá
despertarse de nuevo el sentido para los abismos trágicos? El destino
del drama musical dependerá de la fuerza de su oponente, el “socratismo
de nuestros días”... “Este socratismo es la actual prensa judía...”
(Influencia de la casa de Wagner: antijudíos).
A principios del verano de 1870 Nietzsche tiene una idea, en la que nota
inmediatamente que con su ayuda podrá entender y enjuiciar no sólo la
cultura antigua, sino también la cultura en general por lo que se
refiere a su dinámica y a su vitalidad. Se trata del descubrimiento de
la conjugación de poderes polares fundamentales en la cultura, que
Nietzsche bautiza con los nombres de dos dioses: Apolo y Dionisio...
Ahora se le abre el pensamiento de que la tragedia representa un
compromiso entre estos dos impulsos fundamentales. Las pasiones y la
música son dionisíacas, el lenguaje y la dialéctica en el escenario son
apolíneos.
Apolo es el dios de la forma, de la claridad, del contorno fijo, del
sueño claro y, sobre todo, de la individualidad. Son apolíneos la
escultura, la arquitectura, el mundo de los dioses homéricos, el
espíritu de la épica. Dionisio, en cambio, es el dios salvaje de la
disolución, de la embriaguez, del éxtasis, de lo orgiástico. La música y
la danza son las formas preferidas... Lo apolíneo se dirige al
individuo, lo dionisiaco produce la supresión de los límites.
Aquí se refleja la filosofía de Schopenhauer, pues lo dionisiaco es
entendido como el mundo de la voluntad instintiva, y Apolo, en cambio
extiende su competencia a la representación, a lo consciente. Lo
dionisiaco representa el pode primario, elemental de la vida, y, en
segundo lugar, que este estrato de la vida es ciertamente creador, pero
a la vez, cruel e incurable, pues, de hecho, Schopenhauer interpreta el
mundo de la voluntad como creador, cruel e incurable.
A partir de ahora tiene en sus manos una llave con cuya ayuda cree que
podrá entender los entresijos de las culturas, su historia y su
futuro.... Lo dionisiaco precede a la civilización y está bajo ella, es
la dimensión amenazadora y a la vez seductora de lo monstruoso.
- Verano 1870. Comienza la guerra entre Alemania y Francia. Nietzsche
vive el estallido de la guerra como una irrupción de lo dionisiaco: el
mundo dionisiaco de la voluntad elemental es a la vez el mundo
heraclitiano de la guerra como padre de todas las cosas... Nietzsche se
alista en el servicio de sanidad del frente... Desde ahora ya no puede
olvidar las “imágenes terribles” de los campos de cadáveres, de los
moribundos y mutilados. Sabe de qué habla cuando caracteriza la
“concepción dionisíaca del mundo”... El aspecto bélico de lo dionisiaco,
como lo dionisiaco en general, está sujeto a las transformaciones
culturales a través de la ritualización y la sublimación.... Esta
crueldad bélica puede sublimarse mediante la contiende, que tiene lugar
por doquier, en la política, en la vida social, en el arte.
Nietzsche incluye el concepto de la transformación de la guerra en
certamen dentro de su esquema de transfiguración de las energías
dionisíacas en una forma apolínea donde pueda vivirse. Pero existe el
peligro de que en las formas apolíneas se apague la energía dionisíaca,
por lo cual, según Nietzsche, es necesario para la conservación de la
vida de la cultura que periódicamente salga a la luz su fértil
subsuelo... La cultura es el fin supremo, y Nietzsche se indigna cuando
cree notar una subordinación de la misma a los fines del Estado o de la
economía.
Todo ha de subordinarse a la cultura. Y esto vale también para la guerra
franco-alemana, una guerra que Nietzsche saluda al principio. Lo hace
por mor de la cultura. Espera una renovación.. No se siente motivado por
el triunfo de Prusia, ni por el nacimiento de un Estado nacional fuerte,
o por el chauvinismo y el odio a los franceses. Cuando ve que la
victoria en la guerra no beneficia a la cultura, sino al Estado, a la
ganancia de dinero y a la arrogancia militar.
Nietzsche encuentra en la Antigüedad el modelo de cómo la guerra puede
servir a una cultura... Como Hobbes cree que el Estado surge del intento
de extirpar la guerra hacia el interior en un determinado ámbito.
La guerra periódica como caso extremo, como un sumergirse de nuevo en el
elemento dionisiaco-heraclitiano, es indispensable para el florecimiento
de la cultura. Esta necesita el subsuelo cruel, es el final bello de lo
terrible. La conexión necesaria entre “campo de batalla y obra de arte”
revela la verdad relativa a la cultura... La cultura no sólo necesita la
crueldad de le guerra; implica una segunda crueldad: se trata de la
esclavitud... Toda cultura superior necesita una clase de hombres
explotables, trabajadores, un “estado de esclavos”,escribe Nietzsche sin
disimulo.
Comuna de Paris. Mayo 1871. Nietzsche toma el hecho como un signo de
barbarie venidera. Ve que las masas entran en la escena política con
consecuencias imprevisibles. Se alarma al enterarse que en Basilea se ha
celebrado el Congreso Internacional de la Asociación de Trabajadores. A
los “demócratas” les echa en cara que quieren emancipar a las masas y
simularles algo así como la “dignidad del trabajo” y la “dignidad del
hombre”... En Nietzsche cuenta más el enfoque estético: cultura en la
cima más que cultura para el mayor número posible.... Los individuos han
de subordinarse al “bien de los individuos supremos”, que son los
“hombres creadores”.
Estos héroes de lo creador no se justifican por su utilidad social, sino
por ser mejores. No mejoran la humanidad, sino que encarnan sus
posibilidades mejores y las hacen intuitivas. Una cultura y un aparato
estatal están justificados cuando “esos ejemplares supremos pueden vivir
y crear”... Si nos decidimos por la felicidad y la libertad del mayor
número posible, obtendremos, dice Nietzsche, una cultura democrática
donde triunfa el gusto de las masas. El Estado democrático, con su
orientación al bienestar general, a la dignidad humana, la libertad, la
justicia distributiva y la protección de los débiles, impide la
posibilidad de desarrollo de grandes personalidades.
Como Nietzsche quiere defender el mencionado sentido estético en la
historia, ya a principios de los años setenta ataca la democracia
Precisamente por eso la antigua sociedad griega del comercio de esclavos
le parece una cultura ejemplar, porque no se permitió tales concesiones
al “rebaño democrático”.. Según Nietzsche, lo mismo que el hombre tiene
fuerza muscular y espíritu, de igual manera la sociedad necesita anos
diligentes, que trabajen para una clase privilegiada y le permitan
“engendrar y satisfacer un nuevo mundo de necesidades”.
Se sacrifican hombres en aras de la belleza del arte, y por ello la
existencia del arte añade una nueva injusticia al perverso estado del
mundo. De ahí que Nietzsche, al defender la esclavitud, esté dispuesto
también a sentirse culpable, pues pertenece a aquellos que pueden gozar
el privilegio de la justificación estética del mundo. Sabe que su propia
existencia se debe al sacrificio de los demás.
Si queremos eliminar este entrelazamiento culpable del arte, tendremos
que destruir el principio de toda cultura superior. Para él estaba fuera
de toda duda que el principio de la igualdad y de la justicia, llevado
hasta las últimas consecuencias, tiene que trocarse en enemistad contra
la cultura. Ahora bien, puesto que la cultura se debe también a la
injusticia, el que tiene el privilegio de participar en ella no ha de
caer en la arrogancia. Habría de mantener la conciencia del nexo de
culpa.
Nietzsche, con su formulación de una justificación estética del mundo,
se había apoyado explícitamente en la pregunta de la teodicea. ¿cómo
puede justificarse la existencia de Dios? Con la desaparición del Dios
antiguo la cuestión de la teodicea se dirige al arte y se formula así: a
la vista del mal en el mundo, ¿cómo puede explicarse comparativamente la
empresa suntuosa del arte? El hecho de que unos creen arte mientras
otros padecen, ¿no es una prueba escandalosa de la injusticia del mundo
¿ ¿Cómo pueden concordar entre sí el sollozo del mundo y el canto del
arte?
No todas estas reflexiones aparecen expuestas con amplitud en El
nacimiento de la tragedia.
Dionisiaco: Lo que está antes y por debajo de la civilización. Lo “uno
originario”, el ser envolvente, que en definitiva no es comprensible....
Hay que experimentar el mundo como lo monstruoso, como un ser donde la
vida que ha despertado a la conciencia no se encuentra segura. El ser se
muestra dionisiacamente cuando lo familiar se hace inhóspito... La
sabiduría dionisíaca es la fuerza de soportar la realidad dionisiaca.
Hay que soportar dos cosas: un placer nunca conocido y un hastío.
Nietzsche se refiere al doble horror: desde la conciencia cotidiana lo
dionisiaco es horroroso y, a la inversa, la realidad cotidiana es
horrorosa si la miramos desde lo dionisiaco. La vida consciente se mueve
entre ambas posibilidades. Pero se trata de un movimiento que se parece
a un desgarramiento.
¿En qué sistema de blindaje contra el poder amenazador de lo dionisiaco
y de canalización de las energías dionisiacas, necesarias para la vida,
descansa la respectiva cultura?
Nietzsche desarrolla una tipología bajo el prisma de la forma en que las
diversas culturas logran organizar la vida a la vista de lo terrible....
Hace que unos elijan “el velo de la belleza del arte”, y que otros
busquen el consuelo metafísico en las religiones y la filosofía; y por
último, a otros los encadena “el placer socrático del conocimiento”....
Todo lo que llamamos cultura es una mezcla de estos ingredientes... Este
último tipo de cultura se ha hecho dominante en la época moderna. El
principio socrático ha traído ciencia e ilustración, y las consecuencias
lejanas de esto fueron las ideas de democracia, justicia e igualdad.
El resumen del libro sobre la tragedia, supuesto que sea posible, sería:
el arte, y sobre todo la música, es el mejor medio de acercarse a lo
horroroso.
De la noche a la mañana pierde Nietzsche su buen nombre filológico. Su
intento de atraer a los filólogos hacia secretos “sitios de danza” no
queda impune. Los estudiantes de Basilea se alejan de él. En cambio, es
alabado en la casa de Wagner. Richard Wagner se reconoce a la perfección
en el retrato de Dionisio... Nietzsche se había introducido en el poder
dionisiaco de la vida desde la óptica de lo estético, que carecía
todavía de riesgo. Pero el juego se convertirá pronto en cosa seria,
pues, Nietzsche tiene que soportar ahora los inconvenientes sociales que
siguen a su intervención; se aleja de él el mundo de los eruditos, para
el que “está muerto”.
Nietzsche y Wagner:
colaboración sobre el mito.
El drama musical de
Wagner despertó en el joven Nietzsche la esperanza de una restauración
de la vida espiritual de Alemania, que a su juicio estaba gravemente
deteriorada por el materialismo, el economicismo., el historicismo y,
políticamente, por la fundación del Imperio en 1871... Pero la victoria
militar promueve tan sólo los fines prosaicos de la sociedad burguesa.
Nietzsche, desengañado, se apartará de esta evolución.
En El nacimiento de la tragedia, Nietzsche designa el mito como una
“imagen comprimida del mundo”... Sin el mito cada cultura pierde su sana
y creadora fuerza natural... El hombre actual, carente de mitos, para N.
Es un desarraigado. Este hombre busca apoyo en la posesión, en la
técnica, en la ciencia y en el archivo de la historia.... Nietzsche se
dirige al mito porque, por una parte, no puede creer en el sentido
religioso y, por otra, no puede creer en el sentido religioso y, por
otra, no confía en que la razón pueda dar una orientación a la vida.
¿Qué significa mito? ¿A qué acto espiritual se debe el mito?
El hombre no quiere estar solo con su conciencia. Quiere que la
naturaleza le responda. Los mitos son intentos de entrar en diálogo con
la naturaleza. Para la conciencia mítica los sucesos naturales tienen
una significación... Fue Hölderlin, tan estimado por Nietzsche, el que
en forma especialmente penetrante y elocuente buscó un lenguaje actual
para la experiencia mítica, lleno de tristeza por el hecho de que
nosotros hayamos perdido la facilidad y naturalidad de esta
experiencia... Ya Hölderlin, lo mismo que luego Nietzsche, se preocupaba
por el descubrimiento de lo mítico como un poder de la vida, que
devuelve al ser la plenitud de lo festivo…
La cultura permite superar la indiferencia en el encuentro con los
hombres, en la solidaridad, en la confianza, así como en las reglas e
instituciones que organizan las relaciones dotadas de sentido entre los
hombres. Cultura es el esfuerzo permanente por superar eficazmente la
indiferencia del mundo... La gran indiferencia ha penetrado en el
interior de la cultura y hace que muera la relación entre los hombres.
Por eso resulta tan urgente que se activen las energías míticas para el
intento de establecer valores unificantes y vinculantes en la
convivencia humana.... Los mitos son creaciones de valor en orden a
establecer una coherencia profunda en la sociedad.
Nietzsche y Wagner intentan, cada uno a su manera, una revivificación
del mito. Sufren por la falta de mitos en su tiempo y ven la posibilidad
de una revivificación o nueva creación del mito en el ámbito de la
cultura.... Nietzsche espera del arte no es redención, sino incremento
de la vida: hay que hacer de la propia vida una inconfundible obra de
arte.... Nietzsche se siente unido todavía a Wagner en el intento de
fundar un nuevo mito desde el espíritu de la música.
Wagner y Nietzsche reciben impulsos del romanticismo... Al final de la
época de la Ilustración la razón cae en una notable duda de sí misma. La
razón es fuerte allí donde puede cuestionar y descomponer críticamente
ingredientes tradicionales de la moral y la religión. Pero esta claridad
es percibida negativamente: sigue en pie la necesidad de un sentido y
fin superior. Lo mejor es que la imaginación trabaje codo a codo con la
razón, para producir nuevas síntesis de sentido. (mitología de la razón.
Schlegel).
El segundo motivo para la búsqueda de nuevos mitos está en la
experiencia traumática del período de transformaciones sociales bruscas
a principios del siglo XIX: se rompe la tardía sociedad feudal y se
percibe dolorosamente la pérdida de una idea que envuelva la vida
social. Dominan el campo un egoísmo carente de espíritu y el
utilitarismo económico. Por eso el nuevo mito ha de cumplir la tarea de
“unir a los hombres en una intuición común”.
Los románticos están persuadidos de que tales mitos también pueden
producirse artística y artificialmente, en el caso de que no existan
tradiciones utilizables. Los románticos aprendieron de la tradición que
no es posible componérselas sin mitos, y el ambiente de fabricación al
comienzo de la modernidad les da suficiente seguridad en sí mismos para
atreverse a la producción artificial de tales mitos. Pero lo cierto es
que no llegaron más allá de unas primeras tentativas, pues muy pronto
buscaron refugio de nuevo en la tradición.
Wagner revolucionario
Wagner había conspirado en Dresde, 1848, junto con Bakunin y había
participado en las luchas callejeras. Aplastada la rebelión, huyó a
Suiza, donde redactó El arte y la revolución, un texto cuya lectura
indujo a N. A escribir al siguiente frase en su libro de notas: “¡Abajo
el arte que no revoluciona la sociedad, que no renueva y une al
pueblo!”... Wagner había puesto en marcha su proyecto de los nibelungos.
Establece un contraste entre la cultura idealizada de la antigua polis
griega y las relaciones culturales de la moderna sociedad burguesa,
vista desde la perspectiva de un anticapitalismo cortado según el patrón
del primer socialismo. En la polis griega, dice, la sociedad y el
individuo, el interés público y el privado estaban reconciliados entre
sí, y por ello el arte era un asunto verdaderamente público, un suceso a
través del cual un pueblo había puesto ante sus ojos los principios de
una vida en común.. Pero en el arte moderno ya no se da ese carácter
público. Lo público se ha convertido en mercado, y el arte ha caído bajo
la coacción del comercialismo y de la privatización.
Wagner defiende la tesis de que la corrupción de la sociedad corrompió
también el arte. Sin una revolución de la sociedad, piensa, tampoco el
arte encontrará su verdadera esencia. Pero no hace falta que el artista
espere hasta que llegue la revolución, ya ahora puede hacer algo a favor
de la libertad de la sociedad, comenzando con el trabajo de la
liberación en el propio ámbito de acción. El arte puede recordar al
hombre el verdadero fin de su existencia, que, según Wagner, no consiste
sino en el desarrollo de la propia fuerza creadora.
El anillo de los nibelungos, el poema mitológico de Wagner, esboza la
imagen de este hombre libre. W. Quería ayudar con su obra a la
liberación política, y estuvo persuadido de que su obra no sería
entendida adecuadamente hasta después de la revolución. Pero no hubo una
revolución coronado por el éxito. Por eso Wagner tuvo que conformarse
con hacer sentir por lo menos la necesidad de una revolución futura; en
el último decenio de su vida, en los años de la amistad con Nietzsche,
ciertamente Wagner está resignado, pero se halla tan persuadido de su
arte, que le atribuye la fuerza de compensar el fracaso de la
revolución, o de suplantarla.
El anillo narra el ocaso de los dioses y el nacimiento del hombre libre.
Los dioses perecen por su propia voluntad de poder. Han corrompido el
mundo desde el principio, por cuanto no supieron reconciliar los dos
principios fundamentales de la vida, el amor y el poder. Los dioses
están implicados en unos poderes de la vida enemistados entre sí.
Aspiran a un nuevo comienzo que, sin embargo, sólo es posible si su pode
sucumbe en la libertad del hombre... En el reino de los nibelungos, con
el oro del tesoro se forja un anillo que confiere un poder ilimitado al
que lo lleva. No hay duda de que Wagner quería encarnar en los
nibelungos el espíritu demoníaco de la época industrial.
Por tanto, los dioses participan en la corrupción general del mundo. La
salvación no vendrá de ellos. Sólo puede traerla el hombre libre que
escape del círculo fatal del poder, posesión y pactos de intercambio. El
nuevo comienzo se logra sin los dioses, que, cansados de su creación
fallida, pueden morir cuando el hombre despierta al amor y la
belleza....
Pero... la obra de Wagner, ¿no está destinada enteramente a una
recepción estética? ¿Y no se neutraliza así la eficacia mítica?
Wagner se siente, además, fundador de una religión. Raíces del
antisemitismo fanático de Wagner (arte como un mundo regido por el
dinero). Wagner considera a los judíos como personificación del
principio económico y de la distracción superficial... Posteriormente,
él mismo se convertirá en exponente del odiado mercado cultural... .Hizo
de su propia persona un mito público como estrategia de
comercialización. Nietzsche nota muy pronto el rasgo efectista de Wagner
y su obsesión por el éxito.
Nietzsche cree que con Wagner el arte vuelve a su origen en la
Antigüedad griega. Se convierte de nuevo en un acontecimiento sagrado de
la sociedad, en el que se celebra la significación mítica de la vida.,
el sentido de toda vida... ¿En qué consiste este “sentido”?
Wagner notó que el lenguaje está enfermo. El progreso de las ciencias ha
destruido las imágenes intuitivas del mundo... Y a la vez la
civilización se hace cada vez más compleja, de manera que ofrece grandes
dificultades para una visión de conjunto. Aumentan la especialización y
la división de trabajo, la cadena de acciones por la que cada uno está
unido con el todo se hace más larga y confusa. Por esta extensión
desmedida se ha agotado la civilización, y con ella el lenguaje, hasta
el punto de que apenas pueden llevar a cabo aquello para lo que existen,
a saber, la comprensión de las “más sencillas necesidades de la vida”...
El lenguaje público, según Nietzsche se convierte en el 2delirio de los
conceptos generales”... La música de Wagner es un retorno a la
naturaleza.
Lo que se promete del drama musical de Wagner es la reunificación
dionisiaca en los estratos profundos del sentimiento, aquella
comunicación a través del arte que había descrito mediante el ejemplo de
la manera de actuar de la tragedia griega... Nietzsche experimenta el
drama musical de Wagner como un gran juego dionisiaco del mundo. Para
adquirir conciencia de esta vivencia, aplica a Wagner su distinción
entre apolíneo y dionisiaco... Son apolíneos los destinos y caracteres
de las figuras individuales, su hablar y actuar, sus conflictos y
competiciones. Pero el sonido de fondo es lo dionisiaco... La embriaguez
de la música dionisiaca disuelve las máscaras del carácter a favor de un
simpatético sentimiento de totalidad y unidad.... Para Nietzsche, la
música es el más antiguo lenguaje universal (por eso se hizo wagneriano),
comprensible para todos y, sin embargo, imposible de traducir a
cualquier otro idioma.
La música está en el fondo de las doctrinas órficas y pitagóricas. Ayudó
a Kepler en el cálculo de la órbita de los planetas. La música se tuvo
por el lenguaje del universo, por un sentido figurado; luego,
Schopenhauer pasó a considerarla como una expresión inmediata de la
voluntad del mundo.... La música tiene que albergar en su seno la
relación más íntima con lo mítico.
Las discotecas y las salas de concierto son las catedrales de hoy. Una
parte considerable de la humanidad entre los trece y los treinta años
vive hoy en los dionisiacos espacios no lingüísticos y prelógicos del
rock y el pop.... El espacio auditivo es capaz de envolver al individuo
y hacer que desaparezca el mundo exterior. Aun cuando los individuos se
conviertan en mónadas sin ventanas, no están solitarios cuando suena lo
mismo en todos ellos.
El gran desencanto de Nietzsche
En 1876 Nietzsche viaja a Bayreuth con el fin de asistir a los ensayos.
Allí contempla todo el barullo: la llegada del emperador, la actitud
cortesana de Richard Wagner, la vida social de buen talante, saturada y
de ninguna mera necesitada de redención. Nietzsche está consternado, se
siente ofendido e incluso enfermo, de manera que partirá de Bayreuth a
los pocos días. Después del desengaño de Bayreuth en 1876,Nietzsche
comenzará a trabajar en Humano, demasiado humano, a fin de afianzarse en
el desengaño ara el futuro.
Contra el materialismo y el historicismo. Max Stirner
Nietzsche quería lo monstruoso, por eso la música le resultaba tan
cercana. Deseaba el retorno del sentimiento trágico de la vida. Quería
sabiduría dionisíaca en lugar de ciencia. Pero tiene que habérselas con
una época en la que la ciencia celebra triunfos enormes. El positivismo,
el empirismo, el economicismo, en unión con un excesivo pensamiento
utilitario, determinan el espíritu del tiempo. Y sobre todo reina una
tónica optimista. Nietzsche nota con indignación que la fundación del
Imperio alemán es un “golpe aniquilador contra todo filosofar
“pesimista”... A mediados de siglo, el alejamiento del idealismo alemán
había traído un materialismo especialmente rudo.
Nietzsche se sintió incitado a proteger el mundo del atomista Demócrito
frente al materialismo de la época. Ya no se necesitan el Nous de
Anáxogaras ni las ideas de Platón, ni, evidentemente, el Dios de los
cristianos, o la sustancia de Espinosa, o el cogito de Descartes, o el
“yo” de Fichte, o el “espíritu” de Hegel. El espíritu que vive en el
hombre no es sino una función del cerebro, dicen los representantes de
la moda intelectual. Los pensamientos se comportan con el cerebro como
la bilis con el hígado, o la orina con los riñones.
La marcha victoriosa del materialismo no podía detenerse mediante
observaciones prudentes, sobre todo porque se había mezclado con él una
singular pieza metafísica: la fe en el progreso. Ésta enseña que, si
analizamos las cosas y la vida hasta sus elementos componentes,
descubriremos el secreto profesional de la naturaleza.... Esta actitud
del espíritu da impulsos también al marxismo en la segunda mitad del
siglo XIX. A través de un laborioso trabajo pormenorizado, Marx había
seccionado el cuerpo de la sociedad y había extraído un preparado de su
alma: el capital. Al final no quedaba completamente claro si iba a tener
una oportunidad la misión mesiánica del proletariado –la aportación de
Marx al idealismo alemán antes de 1850- frente a la férrea legalidad del
capital, que fue la aportación de Marx al espíritu determinista después
del año 1850.
Es precisamente este punto de vista el que Nietzsche coloca en el centro
de su punto de mira cuando critica a Friedrich Strauss (La vida de
Jesús, 1835): Crítica racionalista al cristianismo. Strauss en La
antigua y la nueva fe, 1872, era un enemigo empedernido de los nuevos
mitos artísticos de Wagner y, en general, de todos los intentos de
convertir el arte en religión sustitutiva. Por eso Wagner lo odiaba
profundamente... Strauss transmite el siguiente mensaje: todo tipo de
motivos invitan a estar satisfecho con el presente y sus conquistas, el
ferrocarril, las vacunas, los altos hornos, la crítica bíblica, la
fundación del imperio, los abonos, la prensa, el corro. Ya no hay
ninguna razón para eludir la realidad y remontarse a la metafísica.
Nietzsche expresa con ardor que la actitud de la formación burguesa
trueca lo tremendo en algo confortable... Esto tiene validez para el
arte, pero también para la naturaleza, pues también darwinismo, que
entonces se abría paso con fuerza, está trivializado en Strauss.
¿En qué consiste la significación metafísica? N. Sabe que la naturaleza
no es ningún “sujeto”. No quiere ver ningún Dios dentro de la
naturaleza... En la conciencia del hombre acerca de sí mismo se muestra
la naturaleza como una tendencia dirigida a un fin, la cual tiene que
quedar siempre insatisfecha, pues en cada fin la tendencia nota que ella
no quería el fin, sino que se quería a sí misma, y por ello debe
proseguir en su actividad... La “significación metafísica” está sola y
exclusivamente en ese cambio de la forma de ver: del espiar, que se
dirige a los objetos del deseo, se pasa al contemplar. Aquí Nietzsche
todavía se siente enteramente ligado al concepto schopenhaueriano de
metafísica, según el cual la conciencia metafísica es aquella que
despierta de su cautiverio en las redes de la voluntad y, en
consecuencia, ve el mundo de otra manera.
Contra el historicismo
Después de la disputa
con el materialismo, la lucha contra el avasallamiento por la historia
es el segundo aspecto bajo el cual Nietzsche se las tiene con el
espíritu de su época: el historicismo. El historicismo miraba a la
historia retrospectivamente para congratularse en lo glorioso y largo de
su transcurso. Nadie sabía a ciencia cierta quién era y hacia dónde
quería ir. Y a este historicismo se unía también el ansia de la
imitación, de lo inauténtico. Triunfa el espíritu del “como si”...
Impresionaba lo que se parecía a algo... Se deseaba escenificar...
Para Nietzsche es ineludible la sospecha de que el historicismo tiene
que proporcionar una compensación por la falta de fuerza vital. Y esta
fuerza vital está debilitada porque la cultura socrática del saber ha
perdido un punto de unión social más profundo... Este historicismo es
para Nietzsche un ejemplo especialmente sensacional de la paralización
de la fuerza vital a través del saber y del conocimiento.
Nietzsche desarrolló el pensamiento de que la vida necesita una
“atmósfera envolvente” de ilusiones, pasiones y amor, para permanecer
viva. Este pensamiento va unido con la crítica a un realismo que se
somete a unos supuestos hechos puros y duros.
Las indigestas “piedras del saber”, que impiden al individuo formarse
como personalidad, proceden del fondo de la ciencia histórica y de las
ciencias naturales. Por lo que se refiere al “exceso de historia” en la
vida pública, Nietzsche lo considera un efecto tardío de un hegelianismo
aplanado... Originariamente, en Hegel todo eso estaba pensado en una
forma por completo distinta, cosa que no ignora Nietzsche. Es conocido
que Hegel era un filósofo enamorado de la historia... La generación de
Hegel podía descubrir en la historia un espíritu revolucionario, y por
eso la apropiación de la historia se convertía en una incitación. La
historia tenía ímpetu, no era una carga, sino que llevaba al hombre
consigo en la ruta de un viaje de aventuras... El Hegel de edad avanzado
pondrá todo su empeño en fijar la fe en la razón histórica de tal manera
que ya no sean posibles los desengaños.
Era común el convencimiento de que la sociedad y la historia representan
una dimensión del acontecer de la verdad... En la tradición previa a
Hegel eso no era tan obvio como hoy parece. Antes de Hegel se pensaba en
las contraposiciones: Dios y el mundo, el hombre y la naturaleza, el
hombre y el ser.
En la segunda mitad del siglo XIX, la disputa se centra a la postre en
la cuestión de qué necesidades son las dominantes. Hegel y Marx creen en
la victoria de la necesidad social e histórica. Hegel habla de “espíritu
que llega a sí mismo”, y Marx habla acerca de la “supresión de la
necesidad natural”. Ambos ven en su fórmula un camino hacia la libertad,
que ellos entienden como producto social de la historia. Los
materialistas, en cambio, creen en la primacía del poder de la
naturaleza. Sin embargo, por lo regular también ellos secularizan la
antigua promesa metafísica de redención, pues interpretan la historia de
la evolución de la naturaleza como un desarrollo hacia lo superior.
La naturaleza y la historia comienzan a transformarse en una máquina...
La transformación del hegeliano “proceso del mundo” en procesos
maquinales y mecanismos fabriles es algo que Nietzsche descubrió con
fina sensibilidad en su ámbito más próximo, en las ciencias filológicas.
Se forma a los jóvenes para introducirlos en el “mercado laboral”
científico.
El contraveneno de Nietzsche es la inversión: hay que romper el poder de
la historia a través del saber histórico... Nietzsche vuelve la historia
contra la historia regresando a la Antigüedad griega –que todavía no
piensa históricamente- y extrayendo de ésta sus normas para un arte de
vida que sabe protegerse contra el avasallamiento por parte de la
historia... Y ello podía aplicarse no sólo a la historia, sino también
al problema del saber en general... ¿Cómo se guarda la vida de ser
ahogada por el saber?
Stirner
En la filosofía del
siglo XIX fue Stirner el nominalista más radical antes de N. N. Designó
la obra de Stirner como “la más audaz y consecuente desde Hobbes”.
Stirner es comparable a los nominalistas medievales. ... En el núcleo
del hombre Stirner descubre una fuerza creadora que engendra quimeras
para luego dejarse oprimir por los propios engendros: ya Feuerbach había
desarrollado este pensamiento, en su crítica de la religión. Y Marx
trasladó al trabajo y a la sociedad esta estructura de una productividad
que se convierte en prisión para los productores. En el sentido
mencionado Stirner permanece en la tradición del hegelianismo de
izquierdas, por cuanto ala emancipación del hombre se entiende como
libración de la esclavitud bajo los fantasmas y las relaciones sociales
producidos por uno mismo.
Dios está muerto, lo hemos reconocido como quimera, pero hay todavía
fantasmas más persistentes, que nos atormentan. Stirner acusa a los
hegelianos de izquierda de que, después de matar a Dios, no han tenido
nada más urgente que, en lugar del más allá antiguo, poner un más allá
interior. ¿A qué se refiere Stirner con el “más allá en nosotros”? Por
una parte, se designa lo que luego Freud llamará el “superyo”; y también
al dominio de los conceptos generales instaurado en nosotros, de
conceptos como “humanidad”, “humanismo”, “libertad”. El yo, cuando
despierta a la conciencia, se encuentra cautivo en una red de tales
conceptos, que tienen fuerza normativa, y con los que el sí mismo
interpreta su existencia, carente en sí misma de nombres y conceptos...
Para el nominalista Stirner todas esas nociones son universales que no
tienen ninguna realidad. La humanidad no existe. Sólo existen individuos
innumerables... Es el predecesor del existencialismo: la existencia
precede a la esencia. El intento de hacer que el individuo vuelva a su
existencia sin nombre y de liberarlo de sus prisiones esencialistas es
un impulso procedente de Stirner.
El nominalista medieval había defendido a un incomprensible Dios
creador, frente a una razón que quería encerrarlo en sus redes
conceptuales. El nominalista Stirner defiende el incomprensible yo
creador frente a los conceptos generales de tipo religioso, humanista,
liberal, sociológico, etc... Y así como para el nominalista medieval
Dios es aquel abismo que se ha creado a sí mismo y ha creado el mundo de
la nada, y que en su libertad está sobre toda lógica, incluso sobre la
verdad, de igual manera para Stirner el individuo inefable es una
libertad “fundada en sí misma y en nada más”. Del mismo modo que antaño
lo fuera Dios, también este yo es lo abismal, pues, en palabras de
Stirner, “yo no soy nada en el sentido de un vacío, sino la nada
creadora, la nada de la que yo mismo como creador lo creo todo”
(Marx: crítica al pequeño burgués Schmidt/Stirner).
La filosofía de Stirner era un grandioso golpe liberador, a veces
caprichoso y burlesco. Y era también consecuente en un sentido muy
alemán. Sin duda Nietzsche lo experimentó como un golpe liberador... De
todos modos, había en Stirner un aspecto que debía resultar totalmente
extraño e incluso escandaloso para Nietzsche. Por más que acentúa lo
creador, la tenacidad con que reclama la propiedad de su ser individual
y único muestra en definitiva a Stirner como un pequeño burgués, para el
que la propiedad significa todo, aunque sea solamente la propiedad de su
ser individual y único.... Los gestos de Nietzsche no son tan de rechazo
como los de Stirner; Nietzsche quiere soltarse para llegar a sí mismo.
Los esfuerzos de Stirner se dirigen al desenmascaramiento, los de
Nietzsche se centran en el movimiento; Stirner forcejea por la ruptura,
Nietzsche busca la partida.
Despedida de Wagner.
1878. Humano, demasiado
humano. Se produce la separación de Wagner... Nietzsche llama
conocimiento intuitivo a este pensamiento que bajo el influjo de Wagner
ha encontrado para sí una naturaleza superior... Nietzsche tuvo que
movilizar todas sus fuerzas para salir del círculo mágico de Wagner...
En cualquier caso describe su vivencia de Bayreuth en 1876 como una
experiencia que lo despertó de un sueño..
Anteriormente a 1876, aunque Nietzsche se aferra a Wagner, percibe con
toda claridad su rasgo altivo. Nietzsche enfermaba cada vez con más
frecuencia cuando se aproximaba una visita a los Wagner... Wagner no le
dedica la debida atención... Desempeña una función secundaria, con la
que no se conforma... La religión del arte no tiene consistencia...
Una crítica de los griegos es a la vez una crítica del cristianismo,
pues la base en la creencia en los espíritus, en el culto religioso y en
el encanto de la naturaleza es la misma...
Ajuste de cuentas con la filología clásica. Ensayo “Nosotros los
filólogos”
.
Según., la imagen de la Antigüedad que todavía repercute en la tarea
educativa y la funda es la de Winckelman: noble sencillez, callada
grandeza. En esta imagen la Grecia antigua se convierte en lugar
idealizado de la realización clásica de la unidad de lo bueno, lo bello
y lo verdadero. Con la tesis de que el blando humanismo de la Antigüedad
es una imagen engañosa, Nietzsche no habría sorprendido a un público
familiarizado con el libro sobre la tragedia. Pues ya allí había
destruido la imagen de Winckelmann relativa al mundo antiguo, y había
acentuado los rasgos salvajes, crueles, pesimistas de la cultura griega.
Lo nuevo que se insinúa en estos esbozos es más bien una interpretación
cambiada de la significación del conocimiento y de su relación con el
mito y la religión.
Sócrates. En las notas de 1875. Nietzsche escribe: “He de confesar que
me siento tan cerca de Sócrates, que casi siempre estoy en lucha con
él”.... En El nacimiento de la tragedia nos lo presenta como alguien que
se prometía lo supremo por medio del conocimiento y que no sólo
consideraba posible vivir con la verdad, sino que no tenía por digna de
vivirse una vida fuera de la verdad. En ese Sócrates se encarna el
principio del saber y de la verdad, dirigido contra la tragedia. Se
dirige contra lo trágico porque pretende “no sólo conocer el ser, sino
incluso corregirlo”... En el Sócrates platónico la universal fuerza
salvífica del saber se acredita especialmente en el contacto con la
muerte... Es el Sócrates moribundo el que triunfa sobre la tragedia.
Sócrates supera la angustia y el horror.. Sócrates demuestra cómo
conocer es participar en un espíritu que va más allá de la muerte...Así
pues, la exposición platónica de la muerte de Sócrates quiere demostrar
lo siguiente: no es cierto que cada uno muera para sí mismo. La muerte
no es el instante de la gran soledad. Sócrates no está solo. Más bien,
en la propia experiencia del pensamiento y del conocimiento, se cerciora
de un ser que lo soporta y al que pertenece incluso más allá de la
muerte.
Dicho de otro modo: la verdad está en la propia experiencia del
pensamiento, o sea, en el acto, y no en los diversos argumentos que uno
pueda pensar, con mayor o menor grado de evidencia. Por eso las pruebas
particulares de la inmortalidad no son fiables sin limitaciones...Según
Sócrates, entre la propia experiencia del pensamiento, o sea, la razón,
y el mito no hay ningún género de contradicción. El espíritu racional lo
ha conducido a los fundamentos profundos del ser, y el mito lo confirma
en sus prospecciones... El optimismo socrático quiere saber que llegará
el día en el que también lo oscuro se esclarezca. Todo eso puede
confiarse al conocimiento.
Aún cuando en el Sócrates platónico el conocimiento no esté orientado
explícitamente al dominio empírico y práctico del mundo, sin embargo,
para N. El germen de esa evolución está contenido en el optimismo
cognitivo de la “universal fuerza salvífica del saber”. En Aristóteles,
una generación más tarde, la conexión entre conocimiento y dominio de la
naturaleza está ya más clara.
Las manifestaciones de los poderes naturales, que antes producían
angustia, se han convertido en causalidades naturales y, por ello,
calculables y en principio dominables. Según Nietzsche, cuando acontece
todo eso se difunde un sentimiento optimista que llega a las capas
inferiores de la sociedad, que comienzan ya a soñar con la “felicidad
terrestre de todo” Si la naturaleza se hace cada vez más dominables a
través de las ciencias, ¿Por qué no habría de poder eliminarse también
la injusticia inherente a la sociedad?... Por eso, para el espíritu
socrático lo oscuro es lo sospechoso... En el seno de esta cultura
socrática se ha incubado el espíritu democrático... Una verdad ha de
estar hecha de tal manera que en principio todos puedan verla. Ante la
verdad todos son iguales. No hay ningún acceso privilegiado
Nietzsche ve enlazados entre sí el espíritu socrático, el progreso
científico y la revolución democrática. Mas ¿Por qué esa evolución le
depara tanta desazón? ¿Por qué teme la democracia?
La mitad de la sabiduría dionisiaca radica en que los esclavos soportan
las crueldades, y la otra se cifra en que la elite cultural sabe de esta
crueldad y busca protección detrás de la pantalla del arte. ¿Por qué no
nota Nietzsche los Contraposición Demócrito – Sócrates. ¿Por qué?
puntos fundamentalmente cínicos de este pensamiento? Con toda
probabilidad porque está persuadido de que la elite creadora de cultura,
si es realmente la elite que pretende ser, sufre también por la crueldad
de la existencia, y sólo con este conocimiento trágico extiende el
paraguas protector del arte.... Se pronuncia contra la disminución de la
jornada labora,;en Basilea se trataba de pasar de doce a once horas al
día. Defiende además N.ietzsche el trabajo de los niños. Y se pronuncia
igualmente contra las asociaciones para la formación de trabajadores...
Sin embargo, las crueldades no han de llevarse demasiado lejos... : La
vida del trabajador ha de ser soportable, “ a fin de que él y su
descendencia trabajen bien a favor de nuestra descendencia”.
Demócrito había experimentado con una concepción del mundo muy
emparentada con la de las modernas ciencias naturales, una concepción
que Nietzsche encuentra ahora cada vez más atractiva... Nietzsche, que
profesionalmente era filólogo clásico, se acerca a las ciencias
naturales en primer lugar por los caminos de las antiguas ciencias
naturales. El atomista Demócrito le produjo impacto por su frialdad. De
hecho Demócrito, haciendo gala de una audacia sin precedentes, rompe con
el antropomorfismo y deja fuera de la imagen del mundo todas las
proyecciones morales, de manera que aquélla queda neutralizada,
cosificada y, por tanto, adquiere un cariz “frío”. Sólo quedan los
átomos cayendo en el espacio vacío... Demócrito desenmascara semejante
teleología como una proyección antropomórfica. El universo, dice, es
imaginado a la manera del hombre que se pone fines, persigue intenciones
y actúa de acuerdo con ella. Pero, según Demócrito, las cosas no pueden
concebirse así.... Está ahí en juego una causalidad “ciega”, que no se
propone ningún fin y, por tanto, no persigue ningún “sentido”:... Todos
los dioses y mitos son inútiles.
Con esta fórmula Demócrito hace estallar por los aires todo el familiar
mundo de la vida, cosa que puede decirse también de las modernas
ciencias naturales. Desde Demócrito hasta la época moderna la ciencia
nos enseña que no podemos confiar en los sentidos... En el universo de
Demócrito no hay ningún espíritu que lo mantenga todo unido, lo dirija y
tenga alguna importancia moral. El bien y el mal no son una realidad
cósmica, sino que sólo se dan en la imaginación moral del hombre. La
imagen del mundo de Demócrito, puesto que niega un sentido universal
capaz de fundar la moral, es nihilista, tal como lo entendió Nietzsche y
lo entendió en su época la oposición idealista, a saber, Platón. Se dice
que éste quemó las obras de Demócrito.
La respuesta de Platón al universo sin alma de Demócrito es la doctrina
de las ideas, en la que, según sabemos, los conceptos generales se
tienen por sustancias.. El conocimiento platónico significa descubrir la
bondad del mundo y con ello hacerse bueno uno mismo... Apenas puede
imaginarse una oposición más aguda al espacio vacío de Demócrito, con
átomos y movimientos carentes de sentido e intención. En Demócrito la
naturaleza está revestida de una indiferencia sublime, más allá del bien
y del mal. Pero en Platón el bien consiste en el todo. El mal es la
falta de conocimiento, en virtud de la cual el individuo no sabe
situarse en el todo. La ontología del ser bueno en Platón es la
respuesta al universo neutralizado de Demócrito... ¿A qué se debe toda
esa reacción idealista del platonismo? El hombre que ha despertado a la
conciencia no soporta la existencia en un universo frío, atomista;
quiere tener el sentimiento de estar en casa. Y la filosofía no es otra
cosa que la añoranza de llegar a casa... Platón lucha contra el fantasma
del nihilismo moral, contra la desvirtuación materialista de los
valores...
El universo “sin sentido” es para Nietzsche la expresión adecuada de un
mundo entendido científicamente. Y como Sócrates (y Platón) no
soportaron el conocimiento frío, de manera que moralizaron e idealizaron
de nuevo el mundo, en consecuencia Nietzsche dice que Sócrates “aniquiló
la ciencia” (al contrario de En el nacimiento de la tragedia donde
Sócrates aparece como representante del espíritu teórico y
científico)... Sócrates es merecedor ahora de crítica no porque quisiera
conocer, sino porque no quería conocer con suficiente radicalidad y
“frialdad”. Le faltaba la valentía del conocimiento.... El optimismo
inherente al acto de conocimiento consiste en que éste, aun cuando
descubra lo terrible, puede triunfar con tal de que examine impertérrito
lo monstruoso. El que conoce declara con orgullo: soportaré mi
conocimiento aunque éste se halle al borde de matarme.
“Humano, demasiado humano”
Ahora Nietzsche quiere ocuparse de la necesaria distancia. Se ha
prescrito una dieta: ¡no más divagaciones estéticas o metafísicas!. Con
este concepto Nietzsche quiere distanciarse de la religión, del arte y
de la moral.
A mediados de los setenta estudia el libro principal –hoy olvidado- del
filósofo Afrikan Spir, “Pensamiento y realidad”. La filosofía de Spir
parte del pensamiento de que el concepto de sustancia no tiene ninguna
realidad, pues en la realidad sólo se da un constante devenir. El
principio de identidad: A = A, sólo se da en el espacio lógico; en la
realidad no hay nada que sea idéntico a sí mismo, nada que permanezca
igual, ni siquiera en el instante de la afirmación de la igualdad....Spir
le recuerda a Heráclito.. Ahora Nietzsche, estimulado por Spir,
desarrolla una crítica nominalista sin trabas. ¿Qué es el lenguaje?...
Nietzsche no abriga dudas sobre el hecho de que la voluntad de verdad
conduce a la “negación lógica del mundo”... La negación lógica del mundo
es comparable a la kantiana “cosa en sí”. Podemos dejarla en paz. Nos
recuerda simplemente que todo conocimiento es siempre una configuración
“para nosotros”, y que nunca puede aprehender el “en sí” de las cosas...
No estamos en posesión de ningún conocimiento absoluto y, sin embargo,
gozamos de suficientes evidencias eficaces que nos posibilitan incluso
un dominio creciente de la naturaleza.
La compasión
Bajo sus dotes para la compasión, Nietzsche sufrió. En el filósofo que
impugnará la moral de a compasión es casi característico un osmótico
poder sufrir y tener que sufrir. Nietzsche no puede ni de lejos ser tan
cruel, duro y desconsiderado como le exigirá luego al superhombre. No
sólo es sensible al clima, sino también con respecto al hombre. Sufre en
alto grado precisamente por su capacidad de perdonar... A su primera
naturaleza sin duda le falta talento para enemistarse. Tiene que
encontrar dicho talento y educarlo con su segunda naturaleza. Entonces,
de todos modos, practicará la enemistad a lo grande.
El origen de la verdad
El antimetafísico
principio “científico” consiste para Nietzsche en la negativa a
considerar lo inicial, primero, fundamentante como lo más alto, valioso
y rico... La ciencia no ha de dejarse engañar por la sugestión
metafísica de los orígenes sublimes, lo cual es una herencia platónica,
que busca en el origen la forma pura.... El sentido, la significación y
la verdad no están ni al principio ni al final. La realidad es todo lo
que está en camino. Y uno mismo está también en camino...Cuando el
hombre “hila” un mundo entero con esta “facultad De conocimiento”,
descubre también que el mundo lo ha tejido a él junto con su facultad
cognitiva. El hombre conoce la naturaleza, que a su vez le permite
conocer. Él es un suceso de la historia de la naturaleza. (historicidad
de la facultad cognitiva) ¿Cómo estaba dada esta naturaleza antes de que
la mirada cognitiva se fijara en ella?
Despedida como profesor. Desde “Humano, demasiado humano” hasta “Aurora”
Nietzsche habla de la
estrecha relación entre sufrimiento corporal y triunfo espiritual. De
1877 a 1880 le había ido especialmente mal. Se produjeron los regulares
ataques de tremendos dolores de cabeza, vómitos, mareo, presión en los
ojos y disminución de la vista hasta llegar a la ceguera... También
Nietzsche mismo se angustia, pues está llegando a la edad en la que su
padre murió de dolores cerebrales. Teme tener un destino semejante. En
Bayreuth corre el rumor de “un comienzo de perturbación mental”.
La propia vida como escenario
Quiere vivir para poder pensar. Y en tanto piensa, soporta aquellos
ataques del cuerpo que podrían quitarle el gusto de vivir. Lima las
palabras y los pensamientos, a fin de que surja algo que “ofrezca
consuelo a todos”, algo “imperecedero”... Entre Nietzsche y sus
pensamientos se desarrolla una apasionada historia de amor, con todas
las complicaciones propias de tales historias.
El tema de la moral
Fue la obsesión de
Nietzsche de pro vida. Pensando sobre este tema, la relación fundamental
del hombre se le reveló como una relación consigo mismo... El hombre no
es un ser unísono, sino un ser dotado de muchas voces, condenado a hacer
experimentos consigo mismo y que a la vez tiene esa oportunidad. Por
ello la vida individual, lo mismo que la vida de las culturas, es una
sucesión de intentos consigo mismo... El pensamiento de Nietzsche
responde a la suposición de la libertad, al tiempo que la explica como
inexistente.
Hemos aprendido a obedecer, ahora hay que aprender a mandar, sobre todo
a mandarnos a nosotros mismos, Mas para ello sería necesario poder tener
estima de sí mismo y descubrir en sí al señor.... Los mandatos
interiorizados no sólo escindieron al individuo, sino que han despertado
también la desconfianza de sí... Nietzsche sabe que ahora ya es
ineludible la forma de existencia “dividida”. El retorno a la concordia
preshistórica en lo tocante a las relaciones internas del hombre está
cerrado, suponiendo que tal concordia haya existido jamás. La ruptura,
las hendiduras, pertenecen a la condición humana... Y, sin embargo,
Nietzsche nos incitará una y otra vez a hacer “de nosotros una persona
entera”.
Las obras de Nietzsche son en conjunto una única crónica de los
complejos acontecimientos relacionados con el intento de tomar las
riendas del poder sobre sí mismo. El primer esbozo de semejante historia
desilusionante de la moral se encuentra en Humano, demasiado humano,
continúa en Aurora, y en La genealogía de la moral se concluye la
historia no moral de la moral.
Convertirse en “una persona entera” es para Nietzsche la tarea suprema
que cada uno puede cumplir en el espacio de su vida. En Humano,
demasiado humano: Su contenido es que detrás de la distinción moral
entre bueno y malo se esconde la distinción más antigua entre noble y
plebeyo. ¿Qué es noble? Según Nietzsche, es noble el fuerte, el
decidido, el que carece de miedo para practicar la venganza cuando se le
ha hecho algo... Es noble el que se hace responsable de sí mismo y sabe
protegerse y vengarse. Lo que hace el noble es bueno, porque él mismo es
de buen talante. Es malo el bajo. Y lo es porque no siente suficiente
estima de sí para querer defenderse, aunque sea con medios limitados.
Por tanto, noble y plebeyo (bajo) son dos designaciones de la medida
distinta en la estima de sí. Desde la perspectiva del noble el hombre
malo es el hombre nulo, del cual nada hemos de temer, pues él ni
siquiera se estima a sí misma.
Pero los hombres que desde la perspectiva de los nobles son nulos,
pueden ser peligrosos cuando compensan su debilidad apiñándose y pasan
al ataque, bien sea corporalmente en la rebelión real de los esclavos,
bien sea espiritualmente, por cuanto invierten el orden de rango de los
valores y las virtudes, y suplantan las virtudes altivas por una moral
de la tolerancia y de la humildad. En Humano, demasiado humano Nietzsche
insinúa ya una crítica del resentimiento en la moral. Comienza también
por despedazar la moral de la compasión en Schopenhauer, desplazando el
acento del sentimiento de compasión al acto de provocar compasión. Mover
a alguien a la compasión es, según él, un arma de los débiles. Ellos
descubren la debilidad de los fuertes, a saber, la capacidad de sentir
compasión; y los débiles en adelante utilizan esta debilidad de los
fuertes. La fuerza de los débiles es poder provocar compasión. Con ello
el que sufre ha encontrado un medio para “infligir dolor”
Nietzsche quiere quitar el caparazón sentimental a la dialéctica de la
compasión para que aparezca por debajo la lucha del poder. Para
Nietzsche la dialéctica de la compasión pertenece a la lucha entre señor
y siervo.
La gratitud es otro ejemplo de la escasa medida en que las cosas
proceden moralmente en la moral y de cuánta lucha subterránea hay allí
en juego. Para Nietzsche ésta es una especie de venganza....
El análisis nietzscheano de la moral sigue la tendencia casi obsesiva a
descubrir la crueldad primaria que la moral enmascara. De ahí que para
él la crueldad abierta sea el instante de la verdad. En Aurora Nietzsche
lleva más lejos el análisis de la crueldad que actúa como fondo de las
relaciones humanas.
Nietzsche encuentra en la religión abundantes pruebas para su tesis
sobre la crueldad del origen creador de la civilización.
Sistema bicameral de la
cultura
Ya en Humano, demasiado
humano Nietzsche lleva adelante el experimento del enfriamiento. De
igual manera Nietzsche deja entrever que sus reflexiones son una
transición. ¿hasta dónde podremos caminar con el espíritu de la ciencia
sin ir a parar a ningún desierto? La curiosidad científica al principio
es indudablemente refrescante, vivificante, liberadora. Pero las
verdades a las que nos hemos acostumbrado carecen de alegría. Y si la
ciencia nos depara cada vez menos alegría, quitándonos a su vez alegrías
en tanto “siembra sospechas en relación con el consuelo de la
metafísica, de la religión y del arte, en consecuencia empobrece aquella
fuente más torrencial de placer a la que la humanidad debe casi toda su
condición humana”.
Con estos pensamientos Nietzsche se dispone de nuevo a producir otro
giro en el escenario. El consuelo metafísico del arte y el sentimiento
trágico-dionisiaco del mundo reaparecen casi, pero sólo “casi”.
Nietzsche no lleva el giro hasta el final; se detiene en una
sorprendente propuesta de compromiso, que apenas se espera de él, dado
el grado de esclarecimiento tecnológico de la cultura, y que quizá por
eso pocas veces ha sido advertida. Nietzsche aboga, en efecto, por una
especie de sistema bicameral de la cultura. Una cultura superior debe
dar al hombre “algo así como dos cámaras cerebrales, una para percibir
la ciencia, otra para captar lo que no es ciencia. Han de estar juntas,
sin confusión, separables, e incluso con la posibilidad de cerrarlas.
Esto es una exigencia de la salud. En un ámbito está la fuente de
fuerza, en el otro el regulador: hay que calentar con ilusiones, acentos
unilaterales, pasiones; y con ayuda de la ciencia que conoce hay que
evitar las consecuencias malignas y peligrosas de un recalentamiento”
En la obra de Nietzsche relampaguea una y otra vez la idea del sistema
bicameral y luego desaparece, lo cual es muy perjudicial para su
filosofía. Si se hubiese atenido firmemente a ella, quizá se habría
ahorrado algunas extravagancias en sus visiones de la gran política y en
la voluntad de poder como dimensión política de la especie.
..........................................
En este modelo la ciencia es considerada como un poder equilibrante. La
vida individual es perspectivista, está envuelta en una atmósfera de
ilusión y no saber. De todos modos, esa limitación es indispensable para
procesos de vida creadores. Lo saben muy bien los artistas, en los que
las manías y las obsesiones son fuerzas impulsoras. Pero saben también
que sólo el cálculo frío, la voluntad reflexiva de forma y el
entendimiento constructivo endurecen la materia caliente del entusiasmo
para conseguir una figura lograda. Esto vale para el arte, y también
para la cultura en general. El proceso concreto de la vida, con su
apasionado espíritu de contradicción, tiene que refrigerarse en el medio
de la ciencia... Ello no se debe a que la ciencia esté más cerca de la
verdad absoluta. Por el contrario, es más bien la pasión, con su
unilateralidad vital, la que se pone absolutamente y no permite ningún
exterior. La ciencia, en cambio, es distancia metódica, y por eso
mantiene despierta la conciencia de la relatividad del saber. Las
pasiones van a por el todo, mientras que la ciencia, tal como la
entiende Nietzsche, enseña moderación, pues sólo podemos conocer cosas
particulares, nunca la totalidad. Y sin embargo, se mantiene en pie la
sed apasionada de conocimiento total, de manera que resulta difícil
renunciar a la pasión de las grandes verdades.
La sociedad no sólo está amenazada por pasiones inmoderadas, también
puede anquilosarse en el sistema de refrigeración de las ciencias.
Nietzsche diseña un sistema bicameral como medio auxiliar contra el
doble peligro del vitalismo desencadenado, por una parte, y del letargo
nihilista, por otra...Por eso no basta con que las pasiones sean
mitigadas por la ciencia; a la inversa, hay que tener también un
instinto que nos dicte cuándo es necesario defender el sentido propio de
la vida contra el saber... Nietzsche aboga por un arte de la vida
consciente de que no puede haber vida de una sola pieza, de que el mundo
de la vida consta de varios mundos...
En la época de Humano, demasiado humano y de Aurora, Nietzsche tiende a
entender la filosofía tradicional como una edificante obra de la
imaginación, y no precisamente como una forma de saber estricto. Ahora
el punto de vista va a cambiar: una reflexión sobre la relación entre lo
que puede pensarse y lo que puede vivirse... El pensamiento filosófico
de Nietzsche se convierte en una autorreflexión de la ciencia, no sólo
como una reflexión sobre los métodos, sino también como un
esclarecimiento reflexivo de la relación entre ciencia y mundo de la
vida... Esta pasión del conocimiento puede acarrear sufrimientos; por
ejemplo, puede destruir amistades y el círculo de vida con el que
estábamos familiarizados. La ética del conocimiento exige sacrificio.
¿Estamos dispuestos a asumirlo? ¿Vale la pena? ¿Qué recibimos a cambio?
Cuando la verdad se debilita ante el poder del amor, hay que transformar
la voluntad de verdad en una pasión... La verdad necesita el poder. En
sí la verdad no es ningún poder... No se habla de ningún poder estatal,
ni de otros poderes políticos o sociales, sino del poder vital.
Nietzsche fenomenólogo
Desde su punto de vista el mundo consta de meras singularidades y él
mismo se percibía como una singularidad compuesta de otras
singularidades. De igual manera, no existía para él una historia
auténtica, sino que se daban solamente instantes y sucesos... Lo
monstruoso es que solamente hay singularidades, que ellas non todo, pero
no constituyen ningún todo...
El conocimiento es más poiesis que mimesis. Nietzsche persigue ahora
este pensamiento en forma más enérgica y sutil que en la época del
escrito sobre la verdad, y sobre todo lo refiere no sólo al carácter
fenoménico del mundo exterior, sino también al del mundo interior.
Nietzsche ya no renunciará a este enfoque hasta el final (también el
mundo interior).. Fenomenismo significa: tampoco “poseemos el mundo
interior en el sentido de la unidad de conciencia y ser. La aparición
que entra en la conciencia es siempre aparición de algo.
Las reflexiones de Nietzsche empujan hacia un punto que en la tradición
filosófica se formula como sigue: el individuo es inefable.... Incluso
una conciencia del propio ser se mantiene en todo caso solamente
conciencia, sin llegar a fundirse con el ser... Si se aferra
enérgicamente a la diferencia entre ser y conciencia, no lo hace en aras
de una ilustración desencantada, sino para preservar el carácter
misterioso del ser.... El verdadero misterio está aquí, en el singular,
que no se disuelve en sus relaciones.
El problema de la conciencia, dice Nietzsche, se nos presenta cuando
empezamos a comprender en qué medida la mayoría de los procesos de la
vida se las componen sin la conciencia. Eso es obvio por lo que se
refiere a los procesos vegetativos, animales y fisiológicos. Pero
también los actos “espirituales” de voluntad, de recuerdo, e incluso de
pensamiento pueden componérselas sin el reflejo y la autorreferencia
concomitante; no tendrían por qué comparecer en la conciencia para
llevar a cabo el sentido de su realización.
¿Y para qué entonces la conciencia si en lo fundamental es “superflua”?
Nietzsche responde: la conciencia es la esfera del entre. “En realidad,
la conciencia es tan sólo una red de enlace entre hombre y hombre”. En
esta red de enlace el lenguaje funciona como “signo de comunicación”.
“La conciencia no pertenece propiamente a la existencia individual del
hombre, sino, más bien, a lo que en él es comunidad y naturaleza de
rebaño”... Es un fenómeno de circulación y no un medio de entenderse a
sí mismo.
Nietzsche, nominalista: Aplica al individuo singular la inefable
singularidad absoluta de Dios. El individuo es tan inagotable e inefable
como lo era Dios en tiempos pretéritos... Lo numinoso, antaño reservado
a Dios, es ahora la realidad concreta del singular, del individuo. Y lo
mismo que nuestra conciencia no puede entrar en la verdadera realidad de
Dios, tampoco puede apresar lo individual. Lo totalmente cercano y lo
totalmente lejano son lo sublime, lo abismal, el misterio. Hay un
trascender en ambas direcciones. Sólo hay suelo firme en la zona media
de la conciencia socializada.
Eterno retorno
La doctrina del retorno
de lo mismo está contenida también en el mito dionisiaco del Dios que
muerte y que renace siempre de nuevo. Y puesto que Nietzsche comienza el
camino de su pensamiento con el tema de Dioniso, podemos decir que no
halló la doctrina del eterno retorno en una época tardía, sino que, en
todo caso, la halló de nuevo, después de postergarla quizá durante
cierto tiempo. Por tanto, si estaba familiarizado intelectualmente desde
hacía muchos años con la doctrina del eterno retorno, es este
reencuentro con lo conocido desde tiempos lejanos tuvo que suceder algo
nuevo.,.. ¿por qué un pensamiento familiar desde hace tanto tiempo
produce efectos tan vibrantes? ¿Por qué en este momento?
El cálculo fundamental está pensado como sigue: la cantidad de fuerza
del universo como materia o energía es limitada, y el tiempo, en cambio,
es infinito. Por ello, en este tiempo infinito han sucedido ya alguna
vez todas las posibles combinaciones de la materia y de la energía, las
cuales se repetirán ilimitadamente.
El eterno retorno tiene que ser la fría ley mecánico-matemática del
universo, pero precisamente por eso nos deja fríos. ¿Cómo puede
traducirse a vivencias? Lo más probable es que en Nietzsche sucediera lo
siguiente: una idea que antes ya era conocida para él como fantasía
religiosa e intuición del pensamiento se le presenta con la autoridad de
una ciencia estricta.
- hipótesis de la conservación de la energía. Médico Robert Julios Mayer,
muerto en 1878.
Nietzsche entendió el pensamiento del eterno retorno y lo utilizó
también como un pragmático, autosugestivo medio auxiliar para la
configuración de la vida. De esta manera logra calentar existencialmente
un conocimiento “frío”. El hecho de que cada momento retorna tiene que
conferir al aquí y ahora la dignidad de lo eterno... Nietzsche, que
quiere superar el “tú debes”, enseña aquí, sin embargo, un nuevo “tú
debes”, a saber: has de vivir el instante de manera que pueda volver
para ti sin horror... Este pensamiento tiene mayor contenido que todas
las religiones que desprecian la vida como algo fugaz... Tener que vivir
“como si” cada instante fuera eterno, pues retorna eternamente.
Según sabemos, también el juego se basa en repeticiones, pero aquí las
experimentamos con agrado. Para Nietzsche, con la muerte de Dios se
ponen de manifiesto el riesgo y el carácter lúdico de la existencia
humana. Y será un superhombre el que tenga la fuerza y la agilidad para
penetrar en el juego siempre igual del mundo. El trascender de Nietzsche
va en esta dirección: hacia el juego como fundamento del ser.
Nietzsche quisiera conducir el pensamiento hasta aquel punto en el que
la metafísica tradicional, con su pregunta: ¿qué se esconde detrás del
mundo que aparece?, realice la transición a cierto tipo de
trascendencia.
---- Biografía: Dolores de cabeza---
Lo que desempeña la función decisiva es el siguiente aspecto del
pensamiento de Nietzsche: la doctrina del eterno retorno imagina el
universo como un todo cerrado en sí, dominado por una necesidad
inexorable. A ésta se debe que el acontecer universal se convierta en
aquel juego al que nosotros jugamos aun cuando seamos piezas de un juego
jugado a través de nosotros.
Pero el gran problema que Nietzsche no acaba de dominar y que no lo deja
en paz, de modo que subliminalmente está presente en todo el libro,
puede formularse así: el conocimiento, el amor a la verdad, ¿está
realmente subordinado al instinto de conservación de la especie, o bien
se desgaja e incluso se dirige contra la vida? La voluntad de verdad, en
lugar de servir a la vida, ¿puede intentar enseñorearse de ella,
llegando hasta la consecuencia de una destrucción de la misma? ¿Puede
haber un dualismo entre voluntad de vida y conservación de la especie,
por una parte, y voluntad de verdad, por otra?
Si la verdad fuera solamente expresión de un instinto no sería
verdadera... Por tanto, tiene que haber un criterio de verdad que ponga
en juego algo distinto de las fuerzas instintivas.. .Pero no olvidemos
que en toda esta confusión en torno a la pregunta de a verdad había
siempre para Nietzsche un criterio de juicio investigo de indudable
evidencia. Para él los pensamientos no eran una mera copia o
reproducción, sino también una formación de la propia realidad interior.
Nunca entenderemos a Nietzsche si no queda claro en todo momento que
para él los pensamientos eran de hecho una realidad espiritual-corporal,
con aquel mismo grado de realidad que por lo demás sólo poseen las
sensaciones apasionadas....Conocer no es ninguna disminución del ser
pleno, ninguna mengua, es más bien un incremento.
Biografía: Homosexualidad no desplegada.. Viajes al sur: Italia: Unido
para él con la idea de la sensibilidad liberada y del relajamiento.
Homosexualidad dionisiaca como hilo conductor de su obra?
“La gaya ciencia”:
Dedicada al mártir Sactus Januarius, 1882. La sangre de su martirio está
mezclada con la de la menstruación. Era hombre y mujer a la vez, y así
pudo convertirse en el santo de los andróginos...Algunos intérpretes
entendieron esto como una confesión indirecta de tendencias homoeróticas...
Algunos creen que con ello poseen una llave para penetrar en el problema
de la vida y en la obra entera de Nietzsche.
Algunos creen que con ello poseen una llave para penetrar en el problema
de la vida y en la obra entera de Nietzsche.... Hay todo un abanico de
conjeturas. El muchacho crece sin padre, rodeado de mujeres. Se pretende
haber descubierto signos de amor a la hermana en los años tempranos. El
pequeño “Fritz”, ¿llegó al extremo de llevarse a la cama a su hermana
Elisabeth y luego estuvo atormentado por la mala conciencia? Se
persiguen posteriormente las huellas de los secretos sexuales en la
época escolar de Pforta. Allí encontramos la historia con Ernst Orleb,
el poeta vagabundo y abandonado, conocido y con mala fama en la región
de Naumburg. Los alumnos idolatraban a este genio arruinado, que vagaba
por los bosques, casi siempre bebido, y que en los días de verano
recitaba y cantaba sus poesías bajo las ventanas de las aulas. Algo
terrible emanaba de él, tenía mala fama por sus ataques blasfemos al
cristianismo, en concreto distorsionaba el culto divino por sus
exclamaciones en alta voz. Era célebre su poema “El padrenuestro del
siglo diecinueve”, que terminaba con los versos: “El hijo de los nuevos
días desprecia la religión de os antiguos tiempos. Y con risa sarcástica
exclama la tierra entera: “Que tu nombre no sea santificado””. En el
álbum de poemas de Nietzsche de la época de Pforta se encuentran algunas
que proceden de la mano de Ortleb. Ortleb, este individuo rechazado, era
sospechoso de tendencias pederastas. A principios de julio de 1864 fue
encontrado muerto en una cuneta. Nietzsche y sus amigos recogieron
dinero para una lápida.
En el poema “Ante el crucifijo”, Nietzsche retrató a los dieciocho años
a este hombre terrible como un sacrílego embriagado que había increpado
al crucificado: “¡Baja! ¿Acaso eres sordo? ¡Aquí tienes tu botella!”.
Según la reconstrucción biográfica de H.J. Schmdit, Ortleb pudo ser en
la vida de Nietzsche el primer seductor dionisiaco, y esto no sólo en el
mundo de la imaginación, sino también en el de la sexualidad. Algunos
suponen que Nietzsche, traumatizado y a la vez fascinado por ello, nunca
se deshizo de este primer avasallamiento por un Dionisos de carne y
hueso; sospechaban que el suceso comentado fue la verdadera escena
originaria de la experiencia dionisiaca, a la que después se refiere
Nietzsche con anotaciones susurrantes y atormentado por sentimientos de
culpa, como cuando en Ecce homo escribe: “La certeza absoluta sobre lo
que yo soy se proyectaba a alguna realidad casual; la verdad sobre mí
hablaba desde una profundidad estremecedora”.
Si se da por obvio que estas “profundidades estremecedoras se refieren a
la supuesta escena originaria de la seducción (o incluso violación)
sexual por parte de Ortleb y a las tendencias homosexuales que así se
despertaron (o fortalecieron), entonces se encontrará por doquier en la
obra el retorno de esta experiencia, enmascarada a través de imágenes y
recuerdos encubridores. Pero con ello lo monstruoso de la vida, que el
pensamiento de Nietzsche concitaba, se reducirá a la historia secreta de
su sexualidad, que de esa manera se verá convertida en el lugar
privilegiado del acontecer de la verdad. Y en consecuencia la sexualidad
pasa a ser la verdad de la persona. Quizá sea ésta la ficción más
prominente de la verdad en el siglo XX, por más que se difundiera ya en
el XIX.
Nietzsche padeció la rudeza y la agresividad oculta de esta voluntad de
verdad que descifra a la persona desde su historia sexual. No hay duda
de que también él investigó la vida instintiva, pero en estos asuntos
era politeísta y no rendía homenaje al monoteísmo sin fantasía de los
deterministas sexuales. Nada menos que el propio Richard Wagner le
molestó primero y luego le ofendió “mortalmente” con esta psicología de
sospechas sexuales... Con precaución al principio y todavía en forma muy
amistosa, a principios de los años setenta, Wagner había recomendado a
Nietzsche como remedio contra la melancolía y la ofuscación que no
cultivara las amistades demasiado íntimas con los hombres a expensas de
las mujeres... “Trato de decir que debería usted casarse”
No sólo los Wagner le buscaban una esposa. También la madre y luego...
hacían todos los esfuerzos posibles por casar a Nietzsche, lo cual no
siempre le resulta inoportuno. A veces incluso suplica que se le ayuda
en la búsqueda de mujer. Pero en el fondo Wagner persigue otros hilos y
manifiesta otras sospechas. Nietzsche sólo lo supo más tarde, con
certeza poco después de la muerte del compositor en la primavera de
1883. Sin embargo, ya antes corría el rumor de que era un hombre
afeminado y un onanista crónico, y es muy posible que Nietzsche tuviera
noticias de esto en el verano de 1882.
Lou Andrea Salomé y
Zaratustra (el superhombre)
Lou Andrea Salomé. 1882. Roma. Joven rusa de 20 años. Paul Rée. .. Se
siente simultáneamente atraída y repelida por Nietzsche.. Alianza a
tres: propuesta.... Precisamente el que Lou se desprendiera de él y
siguiera su propio camino, le ofendió profundamente... Se sentía
utilizado, creía haber sido objeto de abuso. Una alumna le da a entender
que lo comprende, pero luego sabe buscarse otros maestros. Nietzsche
percibió esto como una terrible ofensa. Se había entregado a ella, y
luego ella lo había abandonado. Ahora (en el invierno de 1882-83), se
siente arrojado a sí mismo como nunca antes. En diciembre de 1882...
Llegan aquellos diez días en los que, como en un estado de embriaguez,
escribió la primera parte de Zaratustra. No hay duda de que esta obra
era para él el “baluarte” ominoso “contra lo más insoportable”.
El trabajo en torno a Zaratustra, que en el fondo no es ningún trabajo,
sino un juego extático, traslada a Nietzsche a un estado excepcional, en
el que, inmerso en una atmósfera clara de mensajes elevados, se mantiene
alejado del barullo y la tormenta de los hombres.... Las primeras
escenas de Así habló Zaratustra muestran signos claros de las ofensas y
desesperaciones de esas semanas, pues al principio se describe cómo
Zaratustra abandona la dicha de estar solitario en sí mismo y se mezcla
entre los hombres, donde en primer lugar se convierte en objeto de
ludibrio (escarnio, desprecio, mofa).
El hecho de que Zaratustra descienda a los hombres acarrea su ocaso, y
así experimentó Nietzsche sus enredos en el año 1882..... El primer
mensaje que Nietzsche pone en boca de Zaratustra es la doctrina del
superhombre.
Nietzsche renuncia a contraponer a su Zaratustra un contrincante real. Y
por eso los discursos de Zaratustra resultan tan monótonos en sus
monólogos sin oposición. Una vez que Zaratustra se ha retirado del
mercado abierto y, por tanto, del lugar de su posible irrisión, habla al
vacío.
¿Qué es el superhombre?, ¿cómo hemos de representárnoslo? En primer
lugar, se trata aquí solamente de una nueva expresión para un tema en
torno al cual Nietzsche meditaba ya en la época de las Consideraciones
intempestivas, el tema de la propia configuración y superación....
Guiados por un modelo, hemos de salir de nosotros para llegar a la
altura de la propia posibilidad.... En todo intento de autoconfiguración,
en el sentido de un ascenso, opera ya la voluntad de llegar a ser super-hombre.
En esta significación de superhombre no se habla de ninguna biología,
sino de capacidad de dominio propio... Pero no se habla del superhombre
sólo como atleta de la configuración de sí mismo. En los discursos de
Zaratustra se mezclan también tonos biológicos cuando dice que el
hombre, tal como se da ahora, ha salido del mono, y que todavía hay en
él demasiados elementos de mono y excesiva comodidad, con la tendencia a
volver al reino animal. El hombre es un ser en transición. Todavía se
mueve entre el mono, del que procede, y el superhombre, en el cual quizá
llegará a convertirse a través de su desarrollo.
Nietzsche estaba familiarizado con los pensamientos de su época sobre el
cultivo biológico y la evolución biológica. Ya en el verano de 1881
había procurado que le enviaran a Sils Maria literatura relacionada con
el tema. Nietzsche habría temido que ser un ignorante para que no
influyera en él el evolucionismo biológico, impulsado por el darwinismo.
A pesar de toda la crítica a Darwin en detalles particulares, Nietzsche
no puede sustraerse a la sugestión colosal de este pensamiento. Hay en
éste dos ideas fundamentales que, como patrimonio general de la cultura
intelectual de aquellos años, también para Nietzsche se habían
convertido en dos incuestionables suposiciones de fondo:
- 1. La idea de la evolución, que referida a la cultura espiritual y a
la conciencia, no es nueva. Lo nuevo que llegó a través de Darwin, y que
constituye la segunda idea fundamental, es la aplicación de la hipótesis
de la evolución a la sustancia biológica: drástica desvirtuación del
hombre. La definición del hombre como producto de la evolución biológica
hizo que también el llamado espíritu se entendiera como función de una
parte del cuerpo, de la cabeza, de la médula dorsal, de los nervios,
etc...
- Si la evolución ha conducido hasta el hombre, ¿por qué habría de
terminar en él? ¿Por qué no habría de haber un ser vivo de tipo
superior, un superhombre como tipo biológico más elevado? En Darwin no
aparece la expresión “superhombre”, pero este futuro biológico en
relación con el hombre no era extraño para él. La lógica de la evolución
del hombre tenía que conducir a tales fantasías.
Si Darwin se mostraba escéptico, los darvinistas no tenían tantos
reparos... Por tanto, el “superhombre”, entendido como tipo biológico,
era una figura enteramente coetánea del darvinismo, cosa que no era en
absoluto agradable para Nietzsche. Éste se avergüenza de lo coetáneo de
sus concepciones. Especialmente quiere guardar distancias con el
darvinismo vulgar y su mundo de tratados y panfletos. Su superhombre
tiene que ser algo original y único.
En la época de Zaratustra, y después de ella, Nietzsche borra algunos
rasgos idealistas y medio religiosos en la imagen del superhombre
(héroes, genios, santos...)... De todos modos, en este contexto no se ve
con toda claridad si tales ejemplares de la “raza noble”, que Nietzsche
cree encontrar sobre todo en el Renacimiento italiano, son de hecho una
encarnación del tipo deseable del superhombre venidero. Elige tales
ejemplos para designar las fuerzas vitales que duermen en el hombre.
Pero es cierto también que Nietzsche no era ningún defensor de la mera
desinhibición. Para ello decisivo es siempre el principio de la
configuración. La gran fuerza ha de ser llevada a una forma a través de
una voluntad fuerte.
Es cierto que sigue adheriéndose al ideal de Schopenhauer relativo al
vencimiento de sí mismo, pero nada quiere saber del alejamiento
schopenhaueriano del mundo. Ahora el vencimiento de sí mismo es para
Nietzsche un aspecto de la voluntad de poder, a saber, el poder sobre sí
mismo. El superhombre se da a sí mismo la ley de la acción que por esa
razón es una ley individual, más allá de la moral tradicional, que
refrena al hombre ordinario, pero no puede significar sino un
impedimento para el superhombre.
El superhombre se convierte también en el gran jugador, que sólo respeta
las reglas y las que él mismo se ha obligado. Sin embargo, no continuará
el juego hasta el agotamiento o el aburrimiento. La soberanía de un
superhombre implica también la fuerza de poder interrumpir un juego.
- El superhombre no ha de estar afectado por la palidez del idealismo.
- ¿Qué hay de la tergiversación darvinista?
Sin Darwin no serían pensables las formulaciones en el primer anuncio
del superhombre de Así hablo Zaratustra: “Habéis recorrido el camino del
gusano al hombre, y en vosotros hay todavía mucho de gusano”...
Nietzsche asume firmemente dos pensamientos fundamentales de Darwin:
- La doctrina de la evolución bajo la acepción especial de la teoría de
la descendencia.
- La idea de lucha por la existencia como fuerza propulsora del
desarrollo evolutivo.
De todos modos, N.. interpretará la lucha por la existencia no como
pugna por sobrevivir, sino como lucha de avasallamiento. Esto aparecerá
luego en el contexto de la filosofía nietzscheana de la “voluntad de
poder”.
¿Por qué se pone en guardia Nietzsche contra la tergiversación
darvinista si con toda evidencia está tan cerca de Darwin? “Darwin
olvidó el espíritu (¡eso es inglés!)” , afirma. Le echa en cara que
trasladara la acción inconsciente de la lógica evolutiva en el reino
animal al reino del hombre. Y eso, añade, es inadmisible, pues en el
reino humano todos los procesos evolutivos se rompen y someten a
reflexión en el medio de la conciencia, lo cual significa que la
evolución superior del hombre ya no puede pensarse según el modelo del
desarrollo inconsciente de la naturaleza, sino que ha de entenderse como
producto de la acción libre, de la creación libre. Por tanto, en lo que
se refiere al futuro superhombre, no podemos confiarnos a ningún proceso
natural, sino que hemos de poner manos a la obra. Pero ¿cómo?
No está claro lo que significa biológicamente. En cualquier caso,
Zaratustra no deja lugar a dudas sobre el hecho de que a “muchísimos” no
habría de permitírseles la procreación sin trabas... “Habría de venir
una tormenta que sacudiera del árbol todo cuanto está putrefacto y
carcomido”... No puede seguir dominando la casualidad y el poder del
gran número... Hay que adoptar medidas... ¿Qué medidas?
Eso podría entenderse como incitación a matar a los débiles y enfermos,
antes de que puedan procrear. Pero Zaratustra no lo dice así. Nietzsche,
sin embargo, lo pensó así alguna vez en instantes de rabia e indignación
por el aire sofocante de la trivialidad.... Sólo se logra crear este
“exceso de vida” si a los “demasiados” se les impide la procreación o
si, incluso, son eliminados. Para Nietzsche tales pensamientos
verdaderamente asesinos proceden del estado dionisiaco... Con su
Zaratustra, Nietzsche da voz y figura a esta complacencia en la
aniquilación. Pero a veces no deja de sentir malestar.
Las fantasías de aniquilación que van unidas a la imagen del superhombre
tienen dos raíces:
- una coherencia intelectual
- una constelación existencial del problema
Se trata de una culminación de la tesis, desarrollada ya en El
nacimiento de la tragedia, según la cual la cultura se justifica por la
gran obra y el gran hombre... Y si la masa es un obstáculo para ello, no
hay más remedio que hacer sitio, en caso de necesidad, mediante la
eliminación de los degenerados. Pero incluso en las fantasías de
aniquilación Nietzsche sigue siendo tierno de corazón, y por eso le
resulta más simpática la idea de que en los “malogrados” se abra paso la
“iniciativa de sacrificarse” voluntariamente.
En lo relativo a la constelación existencial, en las fantasías de
Nietzsche sobre la aniquilación actúan las hirientes ofensas por parte
de un entorno que pretendía empequeñecerlo y humillarlo. Nietzsche había
querido crearse una “segunda naturaleza” a través del pensamiento, la
cual había de ser mayor, más libe y soberana que su primera naturaleza,
de la que decía: “Soy una planta nacida cerca del camposanto”... Sin
duda Nietzsche, que con tanta fuerza se había elevado a su “segunda
naturaleza”, tenía que esforzarse cada vez más por evitar el retorno de
la “primera” naturaleza. Él, que había buscado refugio en todos los
hallazgos e invenciones de sí mismo, se siente vulnerable por todas
partes... Nadie lo trata de acuerdo con su rango... Si es necesario
puede soportar que no lo conozcan, que lo ignoren, pero no que lo
menosprecien... En su imaginación todas estas ofensas y heridas, todos
estos menosprecios proceden del sofocante mundo de los mediocres.
Nietzsche, el crítico del resentimiento, a veces está lleno él mismo de
ansia de venganza contra los hombres ordinarios del resentimiento.
La imagen nietzscheana del superhombre es ambivalente, y en esta
ambivalencia se esconde un drama existencial. El superhombre representa
un tipo biológico más elevado, que podría ser el producto de un cultivo
consciente de su propósito, pero también es un ideal para todo el que
quiere adquirir poder sobre sí y cultivar y desarrollar sus virtudes; es
un ideal con fuerza creadora, que sabe tocar todo el teclado de la
capacidad humana de pensar, de la fantasía y de la imaginación. El
superhombre realiza la imagen completa de lo posible para el hombre, y
por eso el superhombre de Nietzsche es también una respuesta a la muerte
de Dios.
En el superhombre toma cuerpo la santificación del más acá como
respuesta a la muerte de Dios. El superhombre está libre de religión...
Nietzsche, con su superhombre, quiere salvar las fuerzas santificadoras
para el más aquí, contra las tendencias nihilistas a su profanación...El
superhombre es el hombre prometeico, que ha descubierto sus talentos
teogónicos... En el momento en que el hombre descubre y afirma su fuerza
teogónica, y por eso aprende a sentir veneración por sí mismo, deja de
despreciarse en sus obras.
En realidad, Nietzsche quería anunciar a través de su Zaratustra la
doctrina del eterno retorno de lo mismo... El superhombre es el hombre
que no se rompe ante tal doctrina. Zaratustra le exhorta a superar su
asco y angustia, y a morder la cabeza de la serpiente que se desliza por
su boca... La serpiente es la imagen del tiempo que gira circularmente.
Morderle la cabeza significa vencer el miedo. El superhombre es
suficientemente fuerte para darse cuenta de que es imposible escapar del
tiempo, de que no hay ningún más allá.
Zaratustra: Eterno retorno, superhombre, voluntad de poder
En el invierno de
1884-1885 Nietzsche se decide a publicar todavía una cuarta parte sobre
Zaratustra. Probablemente se orientó por la segunda parte del Fausto de
Goethe. Así como en esta obra, después de una hipnosis, Fausto despierta
a una segunda vida, de igual manera al principio de la cuarta parte
encontramos de nuevo a Zaratustra como un anciano con temple casi
alegre.... Las insinuaciones de Nietzsche ante los amigos durante el
trabajo en esta cuarta parte permiten suponer que pretendía atenuar la
actitud trágica y sublimadora... Se nota en Nietzsche el esfuerzo por
encontrar un tono frívolo, ligero, a veces de opereta, para la totalidad
de lo tratado. Pero no lo logra. Se abre paso de nuevo el tono elevado
de las tres primeras partes...
Sin embargo, hay en esta cuarta parte pasajes dotados de una lucidez
autocrítica que llega hasta el umbral del dolor. En el tono patético
descubre Nietzsche la mentira de la vida: “Adivino lo que te pasa: tú
fuiste el encantador de todos, pero contra ti ya no te queda ninguna
mentira ni ardid; tú mismo te has desencantado”.
Zaratustra predica no sólo para persuadir a los otros, sino también para
persuadirse a sí mismo. Nietzsche lo había formulado sin rodeos: el
maestro sólo puede “apropiarse” su propia doctrina por el hecho de
enseñarla.... Lo cierto es que, incluso después de concluir la cuarta
parte, Nietzsche no tenía el sentimiento de haber concluido su
Zaratustra... Seguirá trabajando en estas doctrinas: eterno retorno,
superhombre, voluntad de poder, con la conciencia de no haber dado
todavía acertadamente en el clavo de lo esencial y de su formulación.
Arte de vida
Zaratustra quiere traer luz y alegría, lo mismo que el sol. Aparece como
un hombre con benevolencia desbordante. Pero lo que, como doctrina de la
alegría de vivir, suena fácil y ligero, resulta difícil o incluso
imposible de realizarse.
“De las tres transformaciones”
En un primer estadio el hombre es “camello”, cargado con puros “tú
debes”. El camello se transforma luego en “león”, que lucha contra todo
este mundo del “tú debes”. Lucha porque ha descubierto su “yo quiero”.
Ahora bien, porque lucha, permanece encadenado negativamente al “tú
debes”. Su poder se consume en el esfuerzo por la rebelión. En este “yo
quiero” hay todavía demasiada resistencia y rigidez en sí mismo, aquí no
se da todavía la verdadera soltura del querer creador, todavía no ha
llegado a sí mismo, a su propia riqueza de vida. Esto se logra cuando se
llega a ser niño, y en este nuevo estadio se consigue la primera
espontaneidad de lo vivo.
Amor
El amor es lo creador. Cuando nos hemos acostumbrado al amor, tomamos en
consideración el resto de la vida.. ¿Dónde encuentra alimento la
voluntad de amor? Sólo en sí misma, no en el mundo.
Voluntad de poder
En el punto central está el principio de la superación de sí mismo.
Voluntad de poder es ante todo voluntad de poder sobre sí mismo... Hay
un renacimiento desde el sepulcro de la depresión que ahoga la vida...
Sin duda no hay ninguna aspiración que no pueda y deba ser activada
primeramente con la “voluntad de... “ También lo creador necesita
voluntad de creación..... No es sólo voluntad de conservación: es
elevación de sí misma. Y éste constituye el segundo aspecto de la
voluntad de poder. Tenemos en poco la vida si descubrimos en ella
solamente la tendencia a la propia conservación... Lo que se reduce a
conservarse sucumbe. Lo que se incrementa, se conserva... No sólo quiere
conservarse en la existencia, sino también triunfar sobre las fuerzas de
la negación.
Biografía
Solo vende 500 ejemplares de su obra... Quiere salirse del agujero
antisemita.
Transvaloración
Topamos ante todo con el aspecto del poder del arte y del artista...
¿Cuál es el poder del arte? El poder artístico de la vida también es
siempre un antipoder: proteger la vida contra posibles destrucciones de
sí misma.... El poder del arte incluye también que éste abre el espacio
para representaciones capaces de sublimar la lucha cruel de los poderes
transformándola en un ámbito de certamen y juego.
La cuestión del sentido y la proyección del sentido son también formas
de expresión e la voluntad de poder... En la medida en que el hombre
inserta un sentido en el acontecer, lo avasalla, lo traduce a una forma
que es adecuada.... La verdad es un poder que se hace verdadero en tanto
que se impone.... .... La vida no puede presentarse como un mundo de
burgueses meticulosos... Nacimiento del genio
Contradicción en N. :
Voluntad de poder como causa primera.
La despedida de la
“causa primera” era para él la gran liberación... Cuando a comienzos de
los años ochenta Nietzsche comienza a luchar encarnizadamente por su
sistemática obra principal. Cae en el peligro de poner en juego su “gran
liberación”. Quiere una teoría de una sola pieza, que lo explique y haga
comprensible todo, que le ponga en las manos la clave del misterio del
mundo. Hay que arremeter contra lo monstruoso con una teoría monstruosa.
La voluntad de poder, entendida en los comienzos como principio de libre
configuración e incremento de sí mismo, como fuerza mágica de
transformación a través del arte, como dinámica interna de la vida
social, se convierte a la postre en un principio biológico y
materialista, con lo cual N. cae bajo el poder de una causa primera...
Nietzsche sigue siendo de una forma fatal hijo de su época, crédula en
la ciencia, y, por eso, ya en Humano, demasiado humano, cae bajo la
sugestión de una vida iluminada por las ciencias naturales.
El crítico del trasmundo metafísico se deja seducir por los trasmundos
de las ciencias naturales... El hombre es considerado ahora como
escenario de un conjunto de procesos de la fisiología del cerebro, de
tensiones causadas por la dinámica de las pulsiones, de acciones y
reacciones químicas.... Himno de alabanza a la física... Es decir que,
de un lado, N. introduce al hombre enteramente en el acontecer de la
naturaleza, lo naturaliza y lo despersonaliza, lo trata como “una cosa
entre cosas”. Y de otro, habla de que podemos ser “creadores”, creadores
que ejecutan leyes sobre las cuales no tienen ningún poder. Pero ¿en qué
ha de consistir lo creador, si estamos determinados por las leyes de la
naturaleza? La respuesta de N. es sorprende, y bastante pobre: somos
creadores cuando soportamos la idea de un ser enteramente dominado por
las leyes naturales y podemos afirmarlo sin rompernos, cuando ya no nos
asusta lo absurdo de la absoluta determinación, cuando logramos
reconocer la determinación sin convertirnos en fatalistas.
La vida individual es fuerza, energía; la vida en conjunto es un campo
de fuerzas, donde las cantidades de energía están distribuidas
desigualmente. Rige el principio de la conservación de la energía;
etc...
El acontecer de la naturaleza, en lugar de verse como una lucha asesina,
puede entenderse igualmente como el juego de las fuerzas... El N. tardío
vive en la tensión desgarrada entre dos visiones, la del gran juego del
mundo y la del poder como causa primera. El gran juego estimula para una
relativización irónica de sí mismo... En cambio, la voluntad de poder
como teorema de la “causa primera” le permite la venganza imaginaria por
las humillaciones y ofensas sufridas.
Romper el poder del destino natural
1887. La voluntad de poder. Esbozo (El nihilismo europeo)
Nietzsche describió el horror ante la naturaleza. Se refiere a su enorme
injusticia y desconsideración. Ésta produce débiles y fuertes,
favorecidos y menos favorecidos. No hay ninguna providencia válida,
ninguna distribución justa de las oportunidades de vida. Ante este
trasfondo la moral puede definirse como el intento de equilibrar la
“injusticia” de la naturaleza, de crearle un contrapeso. Hay que romper
el poder del destino natural.
El cristianismo
En este sentido, el cristianismo fue para Nietzsche un intento
especialmente genial... Confirió a los hombres “un valor absoluto”; en
segundo lugar, el sufrimiento y el mal se hicieron soportables en tanto
se les dio un “sentido”; en tercer lugar, gracias a la fe en la
creación, el mundo se entendió como penetrado por el espíritu, como algo
cognoscible y valioso. Así el cristianismo impidió que los hombres
perjudicados por naturaleza “se despreciaran como hombres, tomaran
partido contra la vida.. Es decir, protegió a “los desafortunados contra
el nihilismo”
Habría que tributar gratitud al cristianismo por haber introducido en el
mundo una “hipótesis moral”. Nietzsche habla con pleno reconocimiento de
la fuerza del cristianismo para crear valores, pero no se lo agradece.
¿Por qué no? Porque, desde su punto de vista, la moral del equilibrio,
en su atención a los débiles, impidió el desarrollo de hombres
superiores... Este “partido”, a partir de la “hipótesis de la moral
cristiana” extrae las consecuencias modernas, es la democracia y el
socialismo. La cultura de la democracia política y social es para él un
asunto del llamado con desprecio “último hombre”. Nietzsche arroja por
la borda la ética del estado social...
Biografía: Hay que tener en cuenta que Nietzsche, en su inestable vida
peregrina, hizo ciertamente que le enviaran cajas de libros, pero, a
pesar de todo, no siempre tenía a mano sus propias obras tempranas. Y
con frecuencia se queja de que lo escrito antes ha desaparecido de su
memoria... A veces incluso se asusta al leer sus propias obras...... Las
frecuentes repeticiones en la obra de Nietzsche también tiene el mismo
fundamento: simplemente olvidaba lo que ya había escrito antes.
Contra lo que pretende Schopenhauer, la voluntad no es una unidad
dinámica, sino un hormigueo de aspiraciones diferentes, un campo de
lucha de energías que pugnan por el poder... También el cristianismo es
una expresión de la voluntad de poder, pues el cristianismo ha producido
un mundo de la vida enteramente espiritual, que puso fin al mundo
antiguo; y la victoria del cristianismo es la demostración viva de que
la transvaloración de los valores es posible. Desde esta perspectiva,
habla con gran admiración de genios religiosos como Pablo, Agustín o
Ignacio de Loyola... En comparación con estos atletas religiosos, el
hombre normal en la época de la modernidad desencantada y del nihilismo
es un animal trabajador sin fantasía, una pobre criatura.
La cultura nihilista conoce sólo el negocio o la distracción. Contra
este empobrecimiento nihilista de la vida en la modernidad, Nietzsche
defiende incluso la anterior cultura religiosa.
La genealogía de la moral
El libro está articulado
en tres capítulos:
- El bien y el mal
- Culpa y mala conciencia
- El ideal ascético. ¿qué significa?
La moral ha nacido del espíritu del resentimiento. La valoración “bueno
y malo” tiene en el fondo otra más antigua: “noble y plebeyo”... Fueron
los débiles y los necesitados de protección los que llamaron “mal” al
fuerte amenazador; pero, desde la perspectiva de los fuertes, aquellos
mismos eran considerados como los “malos” en el sentido de ordinario y
bajo. Todo el universo moral surge desde estas atribuciones y
valoraciones perspectivistas.
Los que salen perjudicados en la vida sólo pueden protegerse contra el
poderío de los fuertes apiñándose, en primer lugar, y transvalorando los
valores, después. O sea, su protección consiste en definir como vicios
las virtudes de los fuertes, tales como la desconsideración, el orgullo,
la audacia, la complacencia en el derroche, la desocupación, etc.; y a
la inversa, consideraron como virtudes las consecuencias habituales de
sus debilidades, tales como la humildad, la compasión, la laboriosidad,
la obediencia.
La implantación de su moral tiene éxito cuando los fuertes no pueden
menos de juzgarse a sí mismos desde la perspectiva de los débiles...
¿Quién se deja juzgar por quién? ¿Cómo nos definimos a nosotros mismos?
¿Quién es el “yo” de la valoración y quién en el “sí”?
El cristianismo, con su moral del amor al prójimo, de la humildad y
obediencia, en conjunto significa para Nietzsche una victoria de la
“moral de esclavos”
El capítulo tercero, el ideal ascético (enmascaramiento de la fuerza en
una cultura religiosa de la humildad)... El asceta sacerdote es un
enmascarado hombre del poder... El sacerdote muestra una naturaleza de
dominador, en cuanto erige un dominio riguroso sobre el propio cuerpo y
la multiplicidad de las necesidades sensibles. El asceta es un virtuoso
del decir no. Es un poderoso antiDionisio...
Nietzsche se da cuenta de que él mismo, a pesar del sí dionisiaco, es
más bien una naturaleza ascética... Este “cultivo de la verdad” es un
ateísmo cristiano. Y Nietzsche mismo sabe que él es una herencia tardía
de dicho cultivo. Así, al final de La genealogía de la moral se enfoca a
sí mismo dentro del problema.
La muerte de Dios
El último año del
derrumbamiento de Nietzsche. Trabajaba todavía en La voluntad de poder.
N. nota que no le queda mucho tiempo, y por eso ha llegado para él el
instante de pasar cuentas definitivamente consigo mismo.... Con nuevas
tablas de la ley desciende de su Sinaí: Filosofar con el “martillo”....
Madre y hermana: máquina infernal (eterno retorno)
Sabemos que a finales del siglo XIX la noticia de que Dios ha muerto ya
no es ninguna novedad. Especialmente entre las personas con formación, a
las que se dirige Nietzsche. La religión ha sido abandonada. Las
ciencias naturales están haciendo su marcha triunfal. El mundo es
explicado por “leyes” mecánicas y energéticas. Ya no se busca
significación y sentido, sino que se presta atención a cómo funciona
todo y cómo, llegado el caso, se puede intervenir en este funcionamiento
y ponerlo a su propio servicio. La marcha victoriosa de Darwin hizo que
el público se acostumbrara al pensamiento de la evolución biológica; los
hombres se familiarizaron con la idea de que n hay un desarrollo de la
vida dirigido a un fin, sino que son las casualidades de la mutación y
la ley de la jungla imperante en la selección las que determinan el
proceso de la naturaleza. No hay duda de que se siguen pensando más allá
del hombre, pero el más allá ya no apunta al arriba de Dios, sino al
debajo de lo animal. En lugar de dios el tema es ahora el mono. Dios ha
perdido su competencia para la naturaleza, y no sólo para ella, sino
también para la sociedad, la historia y los individuos. En la segunda
mitad del siglo XIX también la sociedad y la historia se consideran como
algo que se entiende y puede explicarse desde sí mismo. La hipótesis de
dios se ha hecho superflua.
Nietzsche no era ningún extravagante con su tesis de que Dios es una
hipótesis excesivamente fuerte. La confianza en Dios ya era sólo una
pasajera suposición de segundo plano. El movimiento obrero hizo su
aportación a la popularización de las ciencias naturales y sociales, con
lo cual el ateísmo moderno no se quedó en mero estilo de pensamiento y
vida de las personas con formación, sino que se extendió también entre
los “condenados de esta tierra”, que de hecho habrían de mostrar una
receptividad especial para los consuelos de la religión, pero que, bajo
el influjo del marxismo, podían prometerse de la evolución histórica un
futuro mejor. Nietzsche había notado con toda claridad la erosión social
de la fe. ¿Cómo, por tanto, podía anunciar como algo “monstruoso” el
descubrimiento de que Dios ha muerto? ¿No llegó Nietzsche demasiado
tarde con su mensaje, no quería romper unas puertas que ya estaban
abiertas de par en par?
Hay muchas respuestas posibles: Solución biográfica
- N., “pequeño pastor” tal como llamaban al joven de dieciocho años...
no se desprendió fácilmente de su Dios, por más que en Ecce homo dejara
un falso rastro al respecto... Admite en Ecce homo que su ataque a la
moral cristiana es necesario para la superación de una debilidad, a
saber, la tendencia a la compasión... Nietzsche echa en cara al
cristianismo que ha debilitado la voluntad de vida, y que él mismo fue
un síntoma de este debilitamiento.
Junto con la moral de la compasión y el entumecimiento de la humildad,
que tiene necesidad de estimularse para vivir, también la llamada
decadencia es en Nietzsche una hipoteca cristiana... “Soy, al igual que
Wagner, hijo de este tiempo, es decir, un decadente; pero yo lo
comprendí y me puso en guardia contra esto...”
¿Qué es decadencia? Es el intento de sacar disfrutes sutiles del dolor
quimérico del Dios desaparecido...
Lo “monstruoso que Nietzsche “vincula” a su filosofía es, por tanto, la
revolución moral que la “muerte de dios” ha desatado, la
“transvaloración de los valores”, para la cual Nietzsche encuentra
formulaciones muy incisivas en sus últimos escritos.... :” La moral del
desprendimiento de sí mismo es la moral de la decadencia por excelencia”
(se apoya en los antiguos Vedas de la India).... N. interpreta el hecho
de que los miembros de las diversas castas no puedan mezclarse entre sí
como una prudente biopolítica de cultivo y de lucha contra la
degeneración....
La marea ebria arrastra a Nietzsche... Pero lo sorprendente es que
Nietzsche, a pesar de dejarse llevar, está a la vez en la orilla como
espectador. Se contempla a sí mismo.
Repercusiones
En la gaya ciencia
Nietzsche había calificado de “loco” al negador de Dios, y ahora él
mismo se había vuelto loco. Eso tenía que ser excitante para la
imaginación. El último editor de Nietzsche , C.G. Naumann, olfateaba el
gran negocio. Se hicieron nuevas ediciones (1890). Alcanzaron ventas
considerables... La hermana tomó en sus manos la comercialización de las
obras de Nietzsche... Ella quiso hacer de Nietzsche un chauvinista,
racista y militarista de la nación alemana, y en parte del público tuvo
un éxito que ha llegado hasta nuestros días, especialmente entre los
marxistas ortodoxos.... La hermana era suficientemente wagneriana como
para extraer efectos sublimes y estremecedores del destino de su
hermano...
Se debe a Nietzsche, de manera no exclusiva, pero sí principal, el hecho
de que la palabra “vida” recibiera entonces un nuevo tono, un tono
misterioso y seductor. Sin embargo, la filosofía académica reaccionó al
principio con sequedad... Pero más allá de la filosofía académica, en la
vida intelectual entre 1890 y 1914 comenzó la marcha victoriosa del
vitalismo, impulsada por la recepción de Nietzsche. El término “vida”
pasó a designar un concepto central, lo mismo que antes los términos
“ser”, “naturaleza”, “Dios”, “yo”; y también un concepto polémico que
iba dirigido contra dos frentes. En primer lugar contra un idealismo
desganado, tal como lo cultivaban los neokantianos en las cátedras
alemanas y también las convenciones morales de la burguesía. La “vida”
era la bandera alzada contra los valores eternos, fatigosamente
deducidos o transmitidos irreflexivamente... Por otra parte, la palabra
“vida” se dirigía contra un materialismo que renuncia al alma, o sea,
contra la herencia de finales del siglo XIX.... Más bien hay que
introducir el espíritu dentro de la vida material misma...
El vitalismo repite la protesta del movimiento Sturn und Drang (tormenta
y pasión) contra el racionalismo del siglo XVIII. Entonces “naturaleza”
era una palabra combativa. El concepto de “vida” tiene ahora la misma
función... La “vida” se convierte en consigna de los movimientos
juveniles, del Jugendstil, del neorromanticismo, de la pedagogía
reformadora... Antes la “vida” se tenía por algo desencantador, la
juventud tenía que romperse los cuernos contra ella. Ahora, en cambio,
la “vida” es lo fogoso y “marchoso”, y con ello lo juvenil mismo.
“Juventud” ya no es una mancha que deba ocultarse. Por el contrario, lo
que debe justificarse ahora es la edad avanzada, que se halla bajo las
sospechas de estar paralizada y enfermiza.
Estas actitudes espirituales están esencialmente bajo el influjo de
Nietzsche no era necesario haberlo leído para estar influido por él. El
nombre de Nietzsche se convirtió en signo de reconocimiento. Quien se
sentía joven y vital, sin tomarse con excesivo escrúpulo las
obligaciones morales, podía tenerse por nietzscheano. El nietzscheanismo
se hizo tan popular, que ya en los años noventa empezaron a publicarse
parodias, sátiras y escritos difamadores sobre él.... Entre tales
personas circulaba un Nietzsche abaratado...
El vitalismo de Nietzsche arranca la “vida” dela camisa de fuerza del
determinismo de finales del siglo XIX y le devuelve su libertad
peculiar. Se trata de la libertad del artista frente a su obra... No
existe la verdad en sentido objetivo. Verdad es el tipo de ilusión que
se muestra útil para la vida. Ahí está el pragmatismo de Nietzsche, que,
a diferencia del anglosajón, se refiere a un concepto dionisiaco de la
vida... Detesta la ordinariez anglosajona, lo mismo que el dogma
darvinista de la “adaptación” y la “selección” en el proceso de la vida.
Para él estos fenómenos son proyecciones de una moral utilitarista, la
cual cree que también en la naturaleza la adaptación es premiada con una
buena carrera. Para Nietzsche la “naturaleza” es el lúdico niño del
mundo en Heráclito... El mero sobrevivir no es ningún triunfo.
De esa manera entendieron a Nietzsche los bohemios y el arte vitalista.
Su filosofía de la “voluntad de poder” no tuvo sus primeras
repercusiones en la política, sino en una visión estética.... Es asunto
de crear y no de imitar... La imaginación al poder..... El mismo Freud
ignora expresamente a Nietzsche para no ser influenciado en su teoría
del psicoanálisis... Las más importantes corrientes artísticas de
principios de siglo ,el simbolismo, el Jugendstil (modernismo), el
expresionismo, se inspiran en Nietzsche.... Significaba la irrupción de
una mística en aquella época racionalizada y mecanizada. Tendía al velo
del heroísmo entre nosotros y el abismo de la realidad.
El clarividente Thomas
Mann. Estética y Política
Thomas Mann sabía, y lo sabía a través de su vivencia de Nietzsche, que
la lógica del arte no es la misma que la lógica de la moral y la
política; y él sabía también cuán importante es separar los ámbitos,
pues tan dañina es una politización del arte como una estetización de la
política... Los que “se revolucionan en nombre de la belleza” olvidan
con frecuencia que la política ha de defender lo usual y el compromiso,
que habría de estar al servicio de la posibilidad de vida. El arte, en
cambio, se interesa por las situaciones extremas, es radical y,
particularmente en Thomas Mann, también está enamorado de la muerte. En
el verdadero artista la exigencia de intensidad es más fuerte que el
afán de conservación, a cuyo servicio debería estar la política. Cuando
la política pierde esta orientación, se hace peligrosa para el Estado.
Por eso Thomas Mann previene frente a la “tremenda cercanía” que existe
entre “esteticismo y barbarie”.
Thomas Mann entendió bien a Max Weber, que ya en 1918 hablaba de que la
democracia vive de la diferenciación de esferas de valor. El dionisiaco
tiene que serenarse antes de entrar en el terreno de la política. Y
Thomas Mann se atuvo a esto: estéticamente bebía vino, políticamente
predicaba agua (Ya en N. aparece el sistema bicameral de la cultura )
También los dadaístas proceden del calor nietzscheano... Las fantasías
omnipotentes del arte y de los artistas gozan de su gran hora....
Gracias al, influjo de la filosofía de Bergson, en Francia se hizo
receptiva para Nietzsche..
Primera Guerra: Nietzscheanismo belicista
A comienzos de la guerra, 1914, en ese mismo año, este vitalismo
filosófico tenía una gran coyuntura. Se anunciaba una contraposición
entre la vital cultura (alemana) contra la superficial civilización
(francesa); la comunidad dionisiaca contra la sociedad mecánica; héroes
frente a comerciantes; conciencia trágica frente al pensamiento
utilitario; espíritu musical frente a la actitud calculadora.
¿Qué sustancia espiritual hace aparecer la guerra? Unos dicen: es una
victoria del idealismo, que durante largo tiempo había estado ahogado
por el materialismo y el pensamiento utilitario.. Otros, los
nietzscheanos vitalistas, ven en la guerra la liberación de fuerzas
vivas que en largos períodos de paz amenazan con anquilosarse... A
comienzos de la guerra Nietzsche era ya tan popular, que Así habló
Zaratustra apareció en una edición especial de ciento cincuenta mil
ejemplares para los soldados del frente, junto con el Fausto, de Goethe
y el Nuevo Testamento. Así pudo difundirse en Inglaterra, en Estados
Unidos y en Francia la idea de que Nietzsche había sido un poder
propulsor de la idea de que Nietzsche había sido un poder propulsor de
la guerra... El editor de Nietzsche en América fue detenido bajo la
acusación de ser un agente de guerra del “monstruo alemán Nietzsky”
No hay duda de que numerosos pasajes de Nietzsche ensalzan la habilidad
bélica... Apenas podía recurrirse a Nietzsche para las actitudes
nacionalistas en sentido tradicional; pero los compatriotas formados con
corazón aventurero, que luego se hallaban sobre todo en el círculo de la
revolución conservadora, encontraban en Nietzsche motivos estimulantes,
sobre todo el pensamiento de que el sentido de la lucha, y de la vida en
general, no está en un fin y en una meta, sino en la creciente
intensidad de vida. Quien buscaba o imaginaba en la guerra un éxtasis
nihilista, encontraba orientación en el Zaratustra de Nietzsche... Ernst
Jünger y Oswald Spengler eran extáticos nihilistas de ese tipo, que se
sentían unidos a Nietzsche..
Pero el hecho de que Así habló Zaratustra pueda entenderse también de
otro modo, se pone de manifiesto en El retorno de Zaratustra, obra de
Hermann Hesse que apareció en 1919. Hesse recuerda el indignante abuso
que se ha hecho de Nietzsche, especialmente de su Zaratustra. ¿No era N.
un enemigo de toda “actitud gregaria”? (¡sé el que eres!)... Hesse
defiende a Nietzsche contra las canciones de odio de sus admiradores
militantes.
Ernst Bertram:: al rescate de un Nietzsche no bélico ni gregario.
Es la interpretación más influyente de Nietzsche en el periodo de
entreguerras. Bertram continúa aquello que ya había comenzado con el
primer romanticismo, y que R. Wagner y el joven Nietzsche siguieron
desarrollando, a saber, la creación de un mito que, después de palidecer
la religión fuera apto para unificar a un pueblo en una concepción
común... Quiere ofrecer una interpretación que haga de Nietzsche un
espejo del alma alemana, de su sufrimiento, de sus proezas, su fuerza
creadora y sus infortunios.... Nietzsche representaría una imagen en la
que una cultura entera, una cultura que está en crisis, puede llegar al
propio conocimiento de sus posibilidades y peligros
Según Bertram, Nietzsche lleva en sí un caos creador, y precisamente por
eso es un excelente representante de la cultura alemana, que también
debe ser domada hacia dentro y a la vez protegida –y quizás también
enmascarada- hacia fuera...El libro de Bertrán sobre N. es una singular
meditación acerca de la pregunta:¿por qué cultura, si basta la
civilización para llevar una vida buena? (la cultura vive el espíritu
trágico-dionisiaco; la civilización, por necesaria que sea, permanece
vinculada al ámbito claro, optimista de lo que ofrece posibilidad de
vida. La civilización es racional, mientras que la cultura trasciende la
racionalidad.
Más adelante se convertirá al nazismo, y lo central para él será el
Nietzsche dionisiaco.
Alfred Baeumler, otro ideólogo nazi.
La historia universal es una historia de contradicciones, que no pueden
resolverse, sino que han de zanjarse con las armas hasta que haya
vencedores y vencidos. El todo quizá puede pensarse, pero no vivirse...
Baeumler critica con Nietzsche el pensamiento fundador de la paz, que
para él es un autoengaño.
Antisemitismo
También el antisemitismo buscaba una base en Nietzsche... Nietzsche era
contrario al antisemitismo, y esto por la razón de que tenía ante sus
ojos el antisemitismo de figuras tan odiadas como la de su cuñado
Bernhard Förster y su hermana. Despreciaba los componentes del
nacionalismo alemán, la idea de pueblo. En el movimiento antisemita de
los años ochenta veía la rebelión de los mediocres, que se las daban
injustamente de señores por el mero hecho de sentirse arios. Frente a
tales antisemitas Nietzsche incluso estaba dispuesto a afirmar y
defender la superioridad del valor racial de los judíos. Y lo argumenta
así: a lo largo de siglos han tenido que defenderse de ataques, se han
hecho tenaces y refinados, han vigorizado la fuerza defensiva del
espíritu y, con ello, han traído una irrenunciable riqueza a la historia
europea. El pueblo judío, escribía Nietzsche, “tuvo la historia más
dolorosa entre todos los pueblos”, y precisamente por eso le agradece
“el hombre más noble (Cristo), el puro sabio (Spinoza), el libro más
poderoso y la más eficaz ley moral del mundo”.... El odio de Nietzsche
contra los antisemitas se había intensificado en sus dos últimos años de
existencia despierta... Rompió con su editor, el antisemita Schemitzner...
“Un antisemita es un envidioso, es decir, el judío más estúpido”...
“Quiero que asesinen a todos los antisemitas”... No obstante, en La
genealogía de la moral, en El ocaso de los ídolos y en El Anticristo,
desarrolló por otra parte una teoría según la cual el judaísmo religioso
inauguró e introdujo decisivamente la “rebelión de los esclavos de la
moral”..
Así pues, los antisemitas despreciados por Nietzsche podían utilizar
algunos de sus pensamientos como estímulo, por más que la imagen de la
raza aria de los señores que ellos diseñaban no correspondiera a la
imagen de distinción que Nietzsche tomaba como pauta directora. Y los
nacionalsocialistas lo notaron... Es cierto que siguieron utilizando a
Nietzsche, pero aumentaban las voces admonitorias frente al liberalismo
de Nietzsche...
En la época del nacionalsocialismo fueron sobre todo Karl Jaspers y
Martín Hedegger los que utilizaron el reconocimiento oficial de
Nietzsche por parte del régimen para traer al escenario a “otro”
Nietzsche no ideológico y, siguiendo sus huellas, para desarrollar
pensamientos capaces de hacer estallar el marco ideológico... De hecho
lo que ellos intentaron fue una especie de lectura subversiva.... Para
Jaspers, Nietzsche era en alta medida un filósofo experimentador,
atraído por la “magia del extremo”.
Sin duda Jaspers incluyó entre lo “burlesco” la desenfrenada filosofía
nietzscheana del poder. Lo insinúa, pero no lo dice con claridad,
evitando encararse inequívocamente con la forma de lectura oficial. Pese
a sus cautelas, Jaspers no era bien visto entre los dominadores. Es
sabido que a finales de los años treinta se le prohibió la enseñanza.
Entre los filósofos con especiales reparos académicos Nietzsche comenzó
a hacerse aceptable a través de Heidegger... Después de renunciar al
rectorado, Heidegger tuvo que escuchar acusaciones de “nihilismo”
procedentes de ideólogos nazis... En sus lecciones sobre N., impartidas
entre 1936 y 1940, Heidegger da la vuelta a la tortilla e intenta
demostrar que la voluntad de poder, tal como la invocan los ideólogos
nazis, no es la superación, sino la consumación del nihilismo, sin que,
por otra parte, los adictos a Nietzsche lo noten. Así las lecciones
sobre Nietzsche desembocan en un ataque frontal a la metafísica del
racismo y del biologismo, que desde su punto de vista es nihilista.
Pero también formula críticas contra Nietzsche, y le reprocha, en
concreto, que con su filosofía de la voluntad de poder no permaneciera
fiel a la tierra. Para Heidegger “permanecer fiel a la tierra” significa
no olvidar el ser a causa de los lazos con el ente. Según Heidegger, N.
partiendo del principio de la voluntad de poder, lo arrastra todo al
círculo del hombre que valora... Para Heidegger también Nietzsche era
todavía un filósofo de la imagen del mundo... El punto de oposición
entre Nietzsche y Heidegger es el siguiente: Nietzsche hace del tiempo
un ser, y Heidegger convierte el ser en tiempo.
N. y Heidegger se habían remontado a Platón y Sócrates para establecer
el momento del pecado original de su historia de perdición, y Adorno y
Horkheimer van más lejos (La dialéctica de la Ilustración, 1944) para
encontrar el principio del mal final. Para ellos el “infortunio”
comienza cuando Odiseo se hace atar al mástil a fin de poder resistir a
la seducción del canto de las sirenas. Adorno y Horkheimer muestran
ahora cómo la vida cayó en el error cuando se decidió por la propia
afirmación y contra la música del mundo.
En Francia fue Bataille quien ya en los años treinta introdujo al
extático y místico Nietzsche .. Fue quien ayudó a Foucault a entender el
Dionisio de Nietzsche..Foucault aplica a la concreta investigación
histórica el principio genealógico de Nietzsche, según el cual los
fundamentos de la razón no son racionales, y los fundamentos de la moral
no son morales. El resultado de esto será que la historia recupere de
nuevo su facticidad opaca y no pueda aparecer ya como una zona saturada
de sentida
Foucault. Ontología de la existencia. La casualidad de la lucha... Para
Foucault este pensamiento trae consigo una liberación. Ya no hemos de
dejarnos inducir a error por el fantasma de un gran orden, acerca del
cual hayamos de creer que hemos de corresponderle.
Pragmatismo americano... (William James) La verdad es la ilusión pro la
que nos abrimos paso en la vida. N. fue despojado de su viejo pathos
europeo. No es tan trágico que no tengamos ninguna verdad absoluta... El
pragmatismo distingue con mucha precisión en Nietzsche entre lo funesto
y lo utilizable. Fue rechazado el Nietzsche del teatro del mundo, con la
gran política del cultivo y la selección, y fue asumido el Nietzsche que
enseñaba el gran arte filosófico de la propia configuración y del propio
incremento, o sea, el Nietzsche del teatro de cámara. Filósofos como
Richard Rorty proceden de esta forma con él, y no es ésta la peor manera
de hallar las huellas de la benevolencia en un pensamiento que a veces
también ostenta rasgos de crueldad.
Nietzsche era un laboratorio del pensamiento y no se concedió pausa en
la tarea de interpretarse a sí mismo. Era una central eléctrica para la
producción de interpretaciones... Kant había preguntado: ¿hemos de
abandonar el suelo firme de la razón y adentrarnos en el mar abierto de
lo desconocido?; y optó por quedarse aquí, en el terreno seguro.
Nietzsche, en cambio, se hizo a la mar.
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