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ECM: Experiencias Cercanas a la Muerte

¿Qué somos los seres humanos y cómo estamos constituidos? El paradigma científico post-materialista (ver aquí) considera que el ser humano está constituido básicamente groso modo por «cuerpo físico» y «Alma». El cuerpo físico, y concretamente el cerebro, contiene el «consciente» y la «consciencia»; por su parte el «Alma» contiene la «conciencia». Lo seres humanos tenemos «consciencia neuronal o local» y «conciencia no-local», dos dimensiones que nos dotan de verdadera humanidad. La concepción sobre el ser humano está cambiando actualmente: en la actualidad, a raíz de las más recientes indagaciones e investigaciones sobre la «Conciencia», empieza ya a ser contemplado como un ser «espiritual» que encarna, es decir, habita en un cuerpo «físico», y que viene a este mundo físico a realizar una experiencia de maduración, de aprendizaje. Desde esa perspectiva post-materialista se sostiene que los seres humanos somos, pues, seres «espirituales» viviendo experiencias en cuerpos físicos en este plano o dimensión física de la Realidad.  El ser humano para moverse por cada uno de esos planos o dimensiones que constituyen la Realidad dispone de una serie de vehículos (ver aquí) :

  • cuerpo físico, para moverme en el mundo físico
  • un cuerpo emocional/astral, para moverme en el mundo astral
  • un cuerpo mental, para moverme en ese mundo mental
  • un cuerpo causal, para moverme en el mundo espiritual y
  • un cuerpo energético que facilita el que yo me mueva a través de esos vehículos y a través de esos mundos...

En este sitio venimos hablando de la existencia de esa «consciencia neuronal o local» producto de la actividad cerebral, que termina y desaparece con la muerte física y una «conciencia no-local o supraconciencia» que perdura más allá de la muerte (ver aquí). Conviene distinguir, pues, entre estas dos instancias: «consciencia» de base neuronal y «Conciencia». Recordemos que a efectos expositivos «Conciencia/alma/supraconciencia» vamos a considerarlos como sinónimos («Conciencia = Alma = Supraconciencia»). ¿Pero esa «conciencia no-local o supraconciencia» es tan sólo una entelequia, una idea o constructo filosófico o tenemos evidencia experimental de ella? Y si es así, ¿a través de qué manifestaciones se expresa esa «conciencia no-local o supraconciencia»? Efectivamente, disponemos de evidencias científicas… esa «conciencia» se manifiesta a través de distinta formas y fenómenos. Estas son algunas de esas manifestaciones:

  • Experiencia cercana a la muerte (ECM)
  • Experiencia en el lecho de muerte (ELM)
  • Mediumnidad (MDM)
  • Transcomunicación instrumental (TCI)
  • Experiencias fuera del cuerpo (EFC)
  • Sueños lúcidos (SL)
  • Regresión a vidas pasadas (RVP)
  • Reencarnación (RCN)

Estos fenómenos proporcionan indicios de su continuidad más allá de la muerte del cuerpo físico, evidencian una permanencia de la Conciencia tras la muerte de física. En cada época y lugar se han tratado estas experiencias según el enfoque dominante del pensamiento "oficial" de la cultura e instituciones donde se producían. Actualmente, contamos con nuevas posibilidades para comprenderlos.

ECM (Experiencias Cercanas a la Muerte). El término “Expèriencia Cercana a la muerte” o ECM fue utilizado por primera vez en el año de 1975 por el psiquiatra estadounidense Raymond Moody en su libro “Vida después de la vida”. Lo usó para referirse a aquellos momentos en los cuales se viven experiencias espirituales lúcidas originadas por el hecho de haber estado cerca del momento de la muerte. Estos encuentros cercanos a la muerte ocurren en diferentes momentos, un accidente de tránsito, un infarto, en una unidad de cuidados intensivos, donde se reanima a un paciente que lógicamente ha perdido signos vitales, logrando traerlo a la vida en diferentes escalas de tiempo. En situaciones extremas, durante el período de inconsciencia asociado a un coma o a un paro cardíaco, muchos pacientes han informado de la paradójica experiencia de una alteración de la conciencia al margen de las limitaciones convencionales del espacio y el tiempo, una experiencia en la que se activan funciones cognitivas, emociones, la propia identidad, recuerdos de la primera infancia y a veces la percepción desde una posición exterior al propio cuerpo inerte. Las características básicas de las ECM (Experiencias Cercanas a la Muerte) son las siguientes: sensación de estar muerto, ausencia de dolor, experiencias extracorpóreas, la experiencia de atravesar por un túnel, encuentro con miembros de la familia o con personas conocidas ya fallecidas, la revisión de toda su vida, encuentro con seres de luz y resistencia a regresar a su vida terrenal. Las ECM ocurren inequívocamente y ejercen un poderoso y verdadero efecto en quienes las experimentan. La sabiduría obtenida durante la ECM puede mejorar nuestra vida y manifiesta unos efectos increíblemente positivos en quienes la han vivido, la experiencia nunca se olvida y ejerce un gran impacto en el resto de las vidas de los sujetos. Aceptar las ECM como una experiencia válida puede aportar un gran sentido a nuestras vidas y fomentar el amor, el respeto y la compasión hacia los demás, hacia nosotros mismos y hacia nuestro planeta.

Sobre este tipo de experiencias Christian ARGÜELLO GOMEZ, conductor de un reconocido canal de Youtube (ver aquí), afirma: Hoy estamos viviendo tiempos de grandes cambios. Aunque no lo note la inmensa mayoría de personas, la verdad está cada día abriéndose paso y el velo que traemos al momento de nacer se está corriendo poco a poco, permitiéndonos empezar a vivir de una manera diferente, sin miedos que gobiernen nuestra vida, pero sí con la responsabilidad que se asume al entender quiénes somos. Gracias a cientos de entrevistas que he realizado a lo largo de los últimos años, como también a las investigaciones hechas, les quiero compartir junto a mis reflexiones, todo lo que se experimenta cuando se vive un encuentro cercano a la muerte. De la misma manera que se rompe el capullo para darle el nacimiento a la mariposa, nos sucede a nosotros al momento de que nuestro cuerpo deja de funcionar para darle paso al reencuentro con aquello que realmente somos, alma o conciencia. Aunque cada experiencia de aquellos que han tenido un ECM es diferente, existen coincidencias en la inmensa mayoría de los casos, patrones que se repiten y que nos dan una idea clara de que sucede cuando el cuerpo entra en pérdida de conciencia.

Sobre tan trascendente y naravillosa experiencia de las ECM escribe Luján COMAS, anestesióloga, apasionada estudiosa de estos fenómenos, presidenta de la fundación Icloby e impulsora del recomendable canal de Youtube «Somos Alma»: Creo que somos seres perfectos potencialmente, que involucionamos para conscientemente evolucionar a través de distintas encarnaciones que van engarzándose como las perlas de un collar. El camino evolutivo tiene como meta un retorno consciente a casa, a nuestra casa, al Hogar de donde salimos y que en las experiencias cercanas a la muerte (ECM), tanto describen esa sensación de sentirse de regreso en casa. Un lugar muy conocido donde te sientes enormemente amado, reconocido y valorado como de la familia, donde sientes tanto amor, que como me decía una persona que tuvo una ECM y a quien entrevisté, hay tanto amor, que es un lugar como si todo estuviese construido con él, como si el amor fuesen los ladrillos de esa vida del más allá. El amor no es un sentimiento, sino que es la esencia desde la que todo está formado. Es entrar en un lugar fuera de espacio y tiempo, al que no le podemos llamar cielo porque tiene unas connotaciones religiosas. Es un estado de felicidad, es un plano de conciencia donde todo es amor, paz, unión, donde bajo la supervisión de seres de luz y amor revisas tu vida y sientes el daño que has hecho a otros, sean personas, animales o naturaleza. Esta revisión no la haces con el sentimiento de que estás pecando o que mereces un castigo, sino que estás tomando consciencia de que has ido en contra de la ley Universal del Amor, de ese tejido en el que está construido todo y comprendes que la vida tiene un significado y que todo tiene un para qué dentro de un orden perfecto.

«El temor a la muerte ha provocado más sufrimiento que todas las enfermedades físicas combinadas. Las ECM son una cura para el sufrimiento porque sugieren que la conciencia trasciende el cerebro y el cuerpo moribundo. Quienes han experimentado una ECM lo aprenden durante su vivencia, y regresan con la permanente ausencia del miedo a la muerte y la certeza de la inmortalidad» Larry DOSSEY

ECM (Experiencia Cercana a la Muerte)

Los 7 cuerpos La ECM puede definirse como el recuerdo de una cierta variedad de impresiones durante un estado especial de conciencia alterada, que incluye ciertos elementos «universales» como la experiencia extracorporal, sensaciones agradables, observar un túnel, una luz, a familiares fallecidos, un repaso a los hitos vitales o el regreso consciente al cuerpo. Se ha informado de ECM en muchas circunstancias diferentes: paro cardíaco (muerte clínica), shock post - hemorrágico (en el parto), coma debido a derrame o lesiones cerebrales, asfixia o casos de niños que han estado a punto de ahogarse, pero también en enfermedades graves que no suponen una inmediata amenaza para la vida, durante la depresión («crisis existencial»), aislamiento, meditación («experiencia de iluminación» o «experiencia de unidad»), ante inminentes accidentes de tráfico (experiencia de «temor a la muerte»), durante la fase terminal de la enfermedad («experiencia del fin de la vida»), y a veces sin una razón obvia. La ECM provoca transformaciones, siempre despierta cambios profundos en la percepción de la vida, refuerza la sensibilidad intuitiva y hace perder el temor a la muerte. Las experiencias cercanas a la muerte suceden con una frecuencia cada vez mayor gracias al crecimiento de los índices de supervivencia como resultado de las modernas técnicas de reanimación y a los mejores tratamientos de las enfermedades mortales. El contenido de la ECM y sus efectos en los pacientes parece similar en todo el mundo. Sin embargo, la naturaleza subjetiva y la ausencia de un marco de referencia para esta experiencia conduce a que factores culturales y religiosos individuales determinen el vocabulario utilizado para describir e interpretar esta experiencia inefable.

El fenómeno de las ECM no puede ser ignorado científicamente por más tiempo. Es una experiencia auténtica que no puede atribuirse a la imaginación, miedo a la muerte, alucinación, psicosis, consumo de drogas o carencia de oxígeno. Según la ciencia convencional, es prácticamente imposible encontrar una explicación científica a las ECM mientras «creamos» que la conciencia no es más que un efecto secundario de un cerebro operativo. El hecho de que las personas informen de experiencias de conciencia lúcida cuando ha cesado la actividad cerebral es difícil de reconciliar con la actual opinión médica. La actual perspectiva materialista de la relación entre cerebro y conciencia sostenida por la mayoría de médicos, filósofos y psicólogos es demasiado limitada para una adecuada comprensión de este fenómeno. Hay buenas razones para asumir que nuestra conciencia no siempre coincide con el funcionamiento de nuestro cerebro: los estados alterados de conciencia a veces pueden experimentarse independientemente del cuerpo. Muchos investigadores de las ECM, tanto europeos como estadounidenses, han llegado a la inevitable conclusión de que probablemente el cerebro tiene una función operacional más que productiva a la hora de experimentar la conciencia de la vigilia, y podríamos considerar la función del cerebro como un transceptor, un transmisor - receptor o interfaz. Al argumentar científicamente que la conciencia es un fenómeno no local y por lo tanto ubicuo, debemos cuestionar, evidentemente, un paradigma puramente materialista en la ciencia.

¿Qué es una ECM?

Las ECM no son un fenómeno nuevo; se ha hablado de ellas a lo largo de la historia. Aparecen en la Biblia (2 Corintios 12, 1 - 9), en la República de Platón, en la época romana y fueron frecuentemente descritas en la literatura medieval. Experiencias similares se han registrado en diferentes culturas del mundo, como en el caso del Libro tibetano de los muertos, junto a las experiencias de los delog tibetanos. Las obras de El Bosco (aprox. 1450 - 1516) y William Blake (1757 - 1827) ofrecen imágenes que recuerdan a las ECM. A principios de la década de los 1970, las ECM fueron investigadas por el doctor Johan Hampa y la doctora Elisabeth Kepler - Ross. Sin embargo, solo se popularizaron cuando el doctor Raymond Moody las clasificó y denominó como «experiencias cercanas a la muerte» en 1975 y su libro Vida después de la vida se convirtió en un superventas internacional. Moody definió las ECM como una experiencia acontecida en un estado de inconsciencia, cuando el sujeto se encuentra al borde de la muerte y cuyo relato incluye una serie de componentes.

Componentes de una ECM

Ruido. Cuando la persona «abandona» el cuerpo, a menudo informa de un zumbido, un silbido, un crujido o un sonido de arrastre.

Experiencia extracorporal (EEC). La experiencia extracorporal puede ocurrir independientemente, sin relación con otros componentes de la ECM. Las personas cuentan cómo de pronto se vieron succionadas fuera de su cuerpo y se hallaron cerca del techo, sobrevolando la situación de emergencia, observándose desde lo alto. Al principio tal vez no se reconocieron, pero entonces descubrieron a otras personas, como médicos y enfermeras, atendiendo su cuerpo. A menudo percibían una sensación de ingravidez y sentían que su «verdadero yo» era el que observaba su cuerpo, que ya no identificaban o no asociaban con una parte de sí mismos. Y resulta curioso que algunos ciegos hayan relatado ECM con un componente de experiencia extracorporal.

El túnel / oscuridad y luz. No todo el mundo habla de un túnel; de hecho, en algunas culturas el túnel parece estar ausente y la gente habla de transiciones de la oscuridad a la luz. Quienes informan de un túnel oscuro a veces cuentan que su interior tiene una textura específica como de terciopelo, ondulado, de barro u hormigón. La persona puede ser arrojada a gran velocidad o atravesarlo suavemente. Al final de la oscuridad hay una luz brillante que tiende a aumentar su brillo a medida que se acercan a ella.

El examen vital. Durante el repaso a la vida, diversas imágenes de la vida de una persona desfilan y las reviven literalmente desde la perspectiva de una tercera persona. Hay quien lo describe como una experiencia panorámica en la que todo ocurre simultáneamente. El examen vital puede incluir todos los acontecimientos importantes en la vida y también los insignificantes. En algunos casos, la persona está acompañada de una presencia que no emite juicio alguno y proporciona una fuente de sosiego y fortaleza mientras las imágenes se suceden. La persona se enfrenta a las consecuencias de sus acciones – buenas o malas – y puede sentir los efectos que han tenido en los demás. Pueden experimentar una poderosa sensación de autocrítica mientras observan su vida desde esta perspectiva. Por ejemplo, pueden sentirse profundamente incómodos por unas palabras desconsideradas que pronunciaron a otra persona, cuando las reviven en el examen de toda una vida. También pueden regocijarse tras experimentar, desde la perspectiva de otra persona, hasta qué punto sus actos ayudaron a otros.

Sentidos aumentados. Durante la ECM, y a veces después, la persona puede experimentar una agudización de los sentidos de la vista y el oído. Aumenta la sensación de atención y de conciencia. A menudo la experiencia es descrita como «más real que la realidad».

Reunirse con familiares fallecidos. Familiares o amigos difuntos pueden acercarse a la persona. Curiosamente, a veces conocían a personas de cuya muerte no tenían noticia durante la experiencia. Es frecuente que el difunto comunique a quien vive la ECM que aún no ha llegado su momento y que tiene que regresar.

Presencia o «ser de luz». Es frecuente que durante la experiencia se manifieste un «ser de luz». Puede tratarse de una figura religiosa asociada a la cultura del individuo, o bien puede manifestarse como una mera presencia, de la que normalmente emanan un gran amor y una luz brillante.

Comunicación telepática. Toda comunicación entre el sujeto y los seres queridos difuntos o los seres de luz tiene lugar telepáticamente y no mediante comunicación verbal.

Entrada a otro mundo / jardines y paisajes hermosos. Una vez que encuentra la luz, el sujeto puede hallarse en un hermoso jardín con encantadores paisajes, praderas exuberantes y flores de colores vívidos. Al fondo tal vez fluya un río o riachuelo.

Sensación de paz, alegría y tranquilidad y ausencia de dolor. Los componentes más extendidos en las ECM son la sensación de una inmensa alegría, paz, euforia, sosiego y tranquilidad. Cualquier dolor que el individuo experimentara previamente desaparece durante la ECM.

Barrera o punto de no retorno. Una barrera, como una puerta, un río o un portal, a menudo simboliza el fin de la experiencia. El sujeto sabe que si atraviesa esa barrera no volverá a la vida.

Sensación de unidad / interconexión. Durante la experiencia muchas personas se ven inmersas en una gran sensación de unidad e interconexión con los demás.

Volver / regresar. Algunas personas sienten que flotan suavemente de regreso a su cuerpo, otras son empujadas repentinamente, algunas creen regresar a su cuerpo a través de la cabeza, y otras «despiertan» en su cuerpo, preguntándose qué ha sucedido. La mayoría son acompañados de regreso por sus familiares difuntos o los «seres de luz» que han conocido. A menudo se les dice que aún no ha llegado su hora o que les queda trabajo por hacer. A veces el individuo se queda con la sensación de que tiene una misión que realizar en la vida, aunque ignora la naturaleza de la misma.

Vislumbre de un acontecimiento futuro. Algunos sujetos afirman haber percibido un destello de un acontecimiento futuro. Puede tener relación con su futuro personal o con el futuro del planeta.

Distorsión temporal. El tiempo parece no tener sentido durante una ECM. En muchos casos parece que la experiencia ha durado horas, aunque el tiempo de inconsciencia apenas sea de segundos o minutos. A veces da la impresión de que el tiempo se acelera; en otras ocasiones se ralentiza. La mayoría de las veces el sujeto es incapaz de definir su experiencia en relación con una escala de tiempo. Es muy notable cómo las personas ofrecen descripciones tan minuciosas y detalladas de lo que experimentan durante un período de tiempo tan breve.

Inefabilidad. Al intentar dar un sentido a su experiencia o verbalizarla, la mayoría de las personas no lo consiguen. Han vivido algo que no pueden comparar con nada, e intentar encontrar palabras para describirlo resulta imposible. Debido al carácter inefable de la experiencia, las palabras no le hacen justicia, incluso cuando el sujeto las escribe. Es una pena que cuando las ECM se escenifican en películas o programas de televisión la esencia plena de una experiencia tan profunda no pueda transmitirse adecuadamente al público.

Mayor conciencia ecológica. Muchos sujetos que han vivido una ECM reconocen la importancia de temas ecológicos y el impacto que los seres humanos ejercen sobre el planeta.

Recordar una ECM. Otro aspecto que hay que tener en cuenta es que el recuerdo de la ECM puede evocar muchas emociones y ello puede significar que hablar de esta experiencia no resulte fácil (no porque suscite malestar, sino lágrimas de alegría). Algunos han sido incapaces de hablar de su ECM porque no podían dejar de llorar. Les resultaba más fácil consignarla por escrito porque sus emociones les impedían hablar. No se trata de lágrimas de tristeza, sino de una emoción abrumadora desencadenada por el inmenso amor que sintieron durante su experiencia. Algunas personas se sienten muy decepcionadas e incluso enfadadas al ser resucitadas. Estaban tan felices donde estaban que no querían volver a la vida. En casos de ECM infantiles, y también en algunas de adultos, queda el anhelo o el deseo de volver al lugar que visitaron durante la experiencia.

Algunas ECM se han descrito con una gran profundidad. Algunas presentan uno o dos componentes mientras otras incluyen la mayoría de los mismos. Cada ECM es única. Los componentes no aparecen en un orden concreto, pero la experiencia extracorporal, el túnel y la luz suelen darse al principio. El tiempo parece no tener relevancia durante una ECM. Las reacciones de un individuo a la ECM son variadas; pueden continuar indefinidamente o disiparse con el tiempo.

Fuente: Penny SARTORI: ECM (Experiencias Cercanas a la Muerte)

Ver también:

La conciencia, dimensión sublime del ser humano

La «Conciencia», vista actualmente por la ciencia

Sección: LA CONCIÈNCIA



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