Veinticinco años

 
 
Hace 25 años comenzó la vida en nuestra escuela. 25 años cargados de trabajos e ilusiones; 25 años llenos de vida, de acción, movimiento, alegrias y voces infantiles. ¡25 años! , la mirada hacia atrás nos impulsa y da energias para continuar hacia el futuro.
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El primer curso comenzó en septiembre del 75. La presencia de los nietos de Busquets i Punset, junto con las autoridades municipales, fue, dos meses después, el acto de inauguración oficial.
¿Sabían que por indicación, precisamente de Busquets, Pablo Ruiz Picasso comenzó a firmar sus cuadros con su segundo apellido, prescindiendo del primero?
En el colegio, tenemos, por donación de sus familiares, còpia del retrato que éste hizo de su amigo Busquets.
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En todo este tiempo, el edificio, exteriormente, no ha tenido variaciones, salvo en los patios. En su interior, sí: desaparición de Secretaria para convertirse en Sala del Profesorado y la que antes había pasa a ser una ampliación del Comedor. Transformación de la sala de audiovisuales en dos clases para alumnos de “cinco años”. Las dos plantas superiores tenían la forma de rectángulo comunicándose entre sí los cuatro lados, por exigencias de la EGB, cerramiento de uno de estos lados para la creación de dos aulas más. Y creo que ya el último “arreglo”: acortamiento del Comedor porque hay que buscar espacio para niños de tres años.
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Y su história, ¿cómo ha sido?
Constante, lenta, callada, como toda la labor que trata de estar bien hecha. La materia prima es óptima: niños. ¿El trabajo?, ¿La finalidad?.... no puede ser más acuciante: prepararles mental, moral y físicamente para la vida. ¿Cómo se hace? Hora a hora, día a día, lenta callada pausadamente: clases, recreos, charlas, buenos ratos, alguna regañina, salidas... entre risas y trabajos, con preocupaciones, con ilusiones...
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Y en este quehacer la vida del Maestro se va desgranando. Mirada hacia atrás. Vemos, con tristeza, que algunos nos han dejado para siempre: María Tarragó, Valentín Quintanilla, Francisco Caldú. A otros, después de los años trabajados les ha llegado el descanso. Tal vez, en sus paseos, al topar con una Escuela o un grupo de niños, sientan un campanilleo en su interior y en su cara se dibuje una sonrisa de nostalgia...
¿Y los demás? En este vaivén de la vida nos vamos  entrecruzando muchos,    ¡ un cuarto de siglo! Todos, nuevos y antiguos compañeros, tenemos la misma ilusión, el mismo afán, idéntico fin. Unos han seguido una nueva ruta, otros aquí nos hemos quedado.
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Creo que me he pasado de las cuatro líneas que quería escribir y me he ido por derroteros que no pensaba. Así lo dejo, como ha salido; no quiero modificar nada. Sólo un recuerdo para los alumnos que “han sido”, ésos que hoy día ocupan “su puesto” en la vida, ésos que fueron la razón de ser de nuestro trabajo. Para todos ellos el cariño sincero, y el recuerdo de los que aquí estamos.

        Pilar Larrasoaña
 


 
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