Interculturalitat

 
 
A través de la historia, Cataluña ha sido un centro de atracción y confluencia de gentes de diversa procedencia geográfica.  Los flujos de poblaciones ponen de manifiesto la diversidad de origenes culturales y étnicos que conforman la sociedad catalana.
España ha dejado de ser un país de emigración para empezar a ser uno de inmigración, aunque Cataluña ha sido siempre una sociedad receptora de inmigrantes. La convivencia diaria entre las dos poblaciones, autóctona y no autóctona, ha producido una revisión por parte de la primera de sus preconcepciones sobre la realidad de la inmigración procedente de países extra-comunitarios, llamados "Tercer Mundo". Esta situación ha provocado una mayor concienciación, por parte de la población catalana, de la presencia continua de estas personas no autóctonas, y un intento, por parte de las instituciones públicas y privadas, de atender las necesidades de estos colectivos de inmigrantes.
El concepto de "integración" permite a los inmigrantes su identificación con la sociedad catalana, y aceptar la forma de vida, que se resume en los símbolos socio culturales de Cataluña, desde el conocimiento y respeto de su lengua, al de otras tradiciones culturales y formas de organización social y política del país de acogida. Conocer la lengua catalana y reconocer las diferentes instituciones redundará en el aumento de las posibilidades de los inmigrantes para alcanzar un mayor bienestar social,  y, al mismo tiempo, les llevará a participar activamente en la vida sociocultural de la ciudad en la que residen. Este proceso de integración conlleva, por otra parte, un esfuerzo de la población de acogida en aproximarse y comprender la identidad cultural y lingtüística de los inmigrantes.
Los inmigrantes representan un mundo social muy diversificado.  Para los Departamentos de Educación y Enseñanza de la Generalitat es importante tener en cuenta la multiplicidad cultural y social de la población no autóctona.  Los educadores tienen la necesidad de conocer la vida de los inmigrantes y, si ello es posible, compartir sus inquietudes cotidianas.  Los educadores pueden aprender 

 
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