Cuando en la playa mi bella Lola
su lindo talle luciendo va
losmarineros se vuelven locos
y hasta el piloto pierde el compás
¡Ay! que placer sentía yo
cuando en la playa
sacó el pañuelo y me me saludó;
luego después se acercó amí
me dió un abrazo
y en aquel punto creí morir.
La cubanita lloraba triste
al verse sola y en alta mar,
y el marinero la consolba:
No llores Lola, no te has de ahogar.
¡Ay! que placer sentía yo
cuando en la playa
sacó el pañuelo y me me saludó;
luego después se acercó amí
me dió un abrazo
y en aquel punto creí morir.
La cubanita tenía un hijo
y aquel Panchito se le murió,
y el marinero la consolaba:
No llores Lola que aquí estoy yo.
¡Ay! que placer sentía yo
cuando en la playa
sacó el pañuelo y me me saludó;
luego después se acercó amí
me dió un abrazo
y en aquel punto creí morir.
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