Ovidi
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sideribus tellus Erymanthidos Ursae
Vos quoque pectoribus nostris haeretis, amici, |
Habito una comarca próxima a la constelaciónde
la Osa de Erimanto, tierra endurecida por el frío glacial.
Más allá se ven el Bósforo, el Tánais, los
pantanos Escíticos y algunos pocos lugares de nombres desconocidos.
Detrás nada, sino campos inhabitables por el
rigor del clima. ¡Ah, cuán vecino soy de la última tierra del orbe! Mi patria
está lejos, lejos mi carisma esposa, y cuanto me es amado después de la una y
la otra.
Pero si vivo apartado de tales seres, si no
alcanzo a percibirlos por el sentido, los veo cómo se reproducen en mi
imaginación, y pasan ante mis ojos la casa, la ciudad, el aspecto de los
lugares y los varios sucesos en ellos representados.
La cara de mi esposa la tengo como presente a
la vista; ella agrava mis padecimientos, y ella los alivia: los agrava por su
ausencia, y los alivia con el amor que me profesa y la entereza en soportar
la
carga que la abruma.
También vosotros, amigos,vivís impresos en mi
corazón, y desearía nombrar a cada uno en particular; pero un temor prudente
reprime mis ímpetus; sospecho que no queréis ser nombrados individualmente en
mis escritos.
Antes lo deseabais, considerando como un alto
honor que vuestros nombres se leyesen en mis poemas. En
esta incertidumbre, hablaré a cada cual en lo íntimo del pecho, y no daré
motivo a vuestros temores; mis versos no revelarán quiénes son los amigos que
prefierenpasar ignorados. Los que me amaron en secreto, que continúen
amándome todavía.
No obstante, sabed que aun relegado a este
lejano país, os tengo siempre presentes en el alma. Según lo que alcance cada
cual, esfuércese por endulzar parte de mis amarguras, y no me rehuséis en el
destierro vuestra mano generosa. Así os sonría siempre la próspera fortuna y no tengáis que implorar el
auxilio ajeno fustigados por mi suerte cruel.
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