Fabricante:
Erfurter Werkezeug und Mascinenfabrik (Erma), Haenel y Steyr. Calibre: 9mm (Parabellum). Selector: automático. Alimentador: 32 proyectiles. Peso: 4.03kg vacía/4.70kg cargada. Longitud: 833mm. Recámara: 25 ó 32 Cartuchos. Velocidad de disparo: 450 a 550 proyectiles por minuto. Velocidad inicial: 381 m/s. Alcance efectivo: 200m. |
Desarrollo
Aunque la MP-18 de Hugo Schmeisser llego muy tarde para influir en el desarrollo de la Primera Guerra Mundial; después de ellas se presentaron gran cantidad de guerras civiles en las cuales se empleo masivamente la nueva arma; las fábricas alemanas produjeron por esta época la Haenel MP-28, la Bergmann MP-34 y MP-35. En 1927 Heinrich Vollmer, un diseñador de armas de Erma desarrollo una nueva arma con tres secciones ensambladas una dentro de otra, permitiendo ello una mayor confiabilidad, menos emisión de humo y facilidades en el desarmado para una limpieza más frecuente. Los primeros ejemplares de la pistola Vollmer/Erma introducida en 1928, fueron exportados a Francia y Latinoamérica en dos versiones: con barril largo y soporte telescópico y barril corto y sin soporte.
A mediados de los años 30, con el ascenso de Adolf Hitler al poder, se inicio el rearmamiento del Ejercito Alemán y el desarrollo acelerado de una nueva generación de armas. Durante este periodo, se llevo a cabo una investigación sobre los tipos de subametralladoras existentes en el mundo, incluyendo la americana Thompson. En el verano de 1936 se inicio la Guerra Civil Española y Hitler envió en ayuda de los Nacionalistas a su "Legión Cóndor", teniendo la oportunidad de estudiar de cerca el empleo en combate de esta arma. Los pioneros de la guerra mecanizada (Guderian, Manstein, Rommel) volvieron a Alemania solicitando el desarrollo de una subametralladora destinada a armar las unidades de Panzergrenadier de la infantería mecanizada. En respuesta a estos requerimientos, Vollmer inicio los trabajos de desarrollo de una serie de prototipos de subametralladoras, en donde se plasmarían los conceptos establecidos. A principios de 1938, el director de Erma, Berthold Giepel fue llamado a Berlín con el fin de solicitarle acelerar el proyecto de desarrollo de una pistola ametralladora de asalto destinada a las fuerzas mecanizadas y los paracaidistas. Unos meses después se aprobó la MP-38, tomando el año de adopción, que comparada con otras armas de su tiempo, presentaba una serie de ventajas.
La MP-40 nació como una simplificación de la MP-38, al reducir el número de piezas fabricadas a maquina, por piezas estampadas, lo cual aceleraba su producción en masa y reducía los costos, el nombre se adopto como una contracción de Maschinenpistole del año 1940, fecha de su introducción.
A
finales de 1943 en respuesta a los requerimientos de las unidades del
Frente del Este por un arma con una mayor potencia de fuego, destinada
a competir con la PPSh41 del Ejercito Ruso; Erma introdujo la MP-40/II,
en la cual se había adoptado la disposición de dos
alimentadores colocados lado a lado, pero debido al aumento de peso,
pronto fue descontinuada.
Tipo:
Ametralladora ligera/pesada. |
La MG-34 entrego a la infantería de la Wehrmacht, la primera ametralladora del mundo capaz de sostener un alto volumen de fuego, sin sacrificar la velocidad de movimiento o la flexibilidad táctica. Hoy en día todavía existen muchos ejércitos del mundo que emplean ametralladoras desarrolladas a partir de la configuración básica de la MG-34.
El arma pesaba 12.11Kg, lo cual era realmente ligero para su época. Contaba con un trípode ligero, un barril fácilmente intercambiable, selección para la cadencia de tiro, fácil y rápida de limpiar en el campo de batalla sin el uso de herramienta especial y un alto ciclo de fuego. Se podía alimentar desde cintas de 50 proyectiles, cinta redonda de 75 proyectiles o cintas metálicas de 50 proyectiles unidas en unidades de 250 proyectiles.
La MG-34 nació
como una respuesta a la necesidad de la infantería alemana por
una ametralladora que se pudiera utilizar como arma portátil de
infantería o de apoyo pesado mediante un trípode. Como
ametralladora para apoyo pesado iba instalada en el trípode MG
Lafette 34 con visor telescópico y un mecanismo de
rotación y elevación que extendía su alcance hasta
los 3000m. Como arma de apoyo ligero, podía ser utilizada por la
infantería para apoyo en el avance, siendo manejada por un solo
hombre. En empleo antiaéreo era utilizada junto con el
trípode Dreibein 34, con un visor y cintas de
alimentación de 50 o 75 proyectiles.
Con una rata de tiro de 900 proyectiles por minuto, era muy adecuada para batir blancos aéreos a una distancia media; con dos ametralladoras montadas en tandem, se incrementaba su efectividad antiaérea. Como arma para vehículos blindados y tanques, fue utilizada desde los transportes semi-oruga hasta los tanques “Tiger”.
Desarrollo
La MG-34 fue desarrollada por Rheinmetall bajo la dirección del Mayor von Weber, teniendo gran influencia en su desarrollo los trabajos realizados con anterioridad con Mauser, Maxim y Mannlicher. Los principios básicos de construcción de la MG-34 se basaban en los bien probados conceptos utilizados en la Bergmann LMG-15nA y la Dreyse MG-13. La utilidad y eficiencia del arma fueron el resultado de la combinación de estos principios por primera vez, en una ametralladora.
La MG-34 fue utilizada extensivamente en la Guerra Civil Española por las tropas Nacionalistas de Francisco Franco, habiéndosele corregido algunos defectos para la época de la invasión de Polonia.
Sin embargo, el arma era muy costosa de producir tanto en tiempo de máquina como horas/hombre necesarias para su fabricación, por ello se llego al desarrollo de la MG-42. La MG-34 estuvo, sin embargo, en producción durante toda la Segunda Guerra Mundial.
Maschinengewehr MG-42
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La II Guerra Mundial fue testigo del nacimiento de numerosas armas. Algunas sirvieron de base para nuevos desarrollos, otras casi desaparecieron tras el conflicto, pero hasta hubo algunas que demostraron ser tan perfectas que sesenta años después siguen figurando en los arsenales de algunos de los principales ejércitos.
El Ejército alemán había conseguido fabricar una ametralladora polivalente con el modelo MG-34, y con él estaban dotadas sus divisiones, tanto acorazadas como de infantería. Incluso su fuerza aérea, la famosa Luftwaffe, utilizaba una versión del mismo modelo modificada para su empleo en aeronaves.
Se podía considerar a la MG34 como la solución capaz de superar todas las pruebas exigibles a un arma de estas características. El único defecto era su laboriosa y cuidada manufactura, que si bien podía hacerse tolerable para una fabricación en tiempos de paz, se hacía insostenible cuando la producción tenía que abaratarse en costes y en algo tan primordial para un ejército en combate como era el tiempo.
La solución llegó hacia la mitad de la II G.M., como un claro alivio para las fábricas de armamento alemanas que con el nuevo diseño, y gracias a sus procesos de producción pudieron satisfacer la demanda de sus ejércitos. El nuevo modelo fue designado como todos los modelos alemanes, anteponiendo al año del diseño las iniciales de su denominación como arma, resultando el nombre de MG-42, correspondiendo a Maschinengewerh (ametralladora 1942).
Antecedentes históricos
De las experiencias obtenidas durante la Gran Guerra 1914-18, se vio la necesidad de poder dotar al soldado de un arma de tiro automático, que le pudiese acompañar en el momento más decisivo del combate: el asalto. Para ello ese arma debía reunir una serie de características, pero sin duda las más importantes eran peso y volumen. Si se trataba de que el combatiente la pudiese llevar durante un avance, era primordial su portabilidad por una sola persona.
Es cierto que el problema estaba parcialmente solucionado con los llamados fusiles ametralladores o ametralladoras ligeras, pero estos tenían un inconveniente. Su escasa potencia de fuego, debida a dos factores muy importantes y de dificil solución. Eran el sistema de alimentación, normalmente mediante petacas con capacidad para veinte cartuchos, y el excesivo calentamiento debido a los sistemas de refrigeración. En su favor diremos que estas armas gozaban de un sistema rápido de cambio de cañón, pero ello obligaba a ser manejadas por una dotación de al menos tres personas. Tampoco su potencia de fuego podía resultar notable, condicionada por los factores anteriormente expuestos.
Además existía la premisa indispensable respecto a la normalización del cartucho. Quedaba demostrado lo necesario de la utilización de uno para armas largas y automáticas y otro para armas cortas, pues con ello se facilitaría enormemente la logística el poder tener un arma automática (ametralladora) que pudiera emplearse indistintamente como ligera. Pesada y montada sobre vehículos. El estudio del diseño debía tender hacia lo que podríamos llamar un arma polivalente, que pudiese ser utilizada como ametralladora ligera, pesada, antiaérea, y al mismo tiempo permitir su montaje en vehículos. Pero nos situamos ya a comienzos de los años treinta.
Con el fin de la Gran Guerra, el tratado de Versalles había prohibido a la vencida Alemania la fabricación de armamento militar. Pero ello no iba a impedir el estudio de nuevos desarrollos, valiéndose de lo que podíamos llamar una trampa legal. Técnicos y capital alemán se trasladaron a otros países, como Checoslobaquía y Suiza, para continuar la búsqueda de nuevos proyectos armamentísticos.
Por entonces la Waffenfabrik Solothurn suiza fabricaba los modelos MG-29 y MG-30 diseñados por Lois Stange, técnicos de la misma y compañero de trabajo del famoso Hugo Schmeiser.
Con la llegada al poder del partido Nacional Socialista, y en vías de superar la crisis económica de posguerra, las cláusulas del restrictivo tratado de Versalles fueron poco a poco obviadas, y fruto de ello, en 1932, apareció la ametralladora ligera MG-13, fabricada según diseño de Stange por la empresa Simson, de Shul, basada en la Dreyse MG-18, así como la producida por la fábrica suiza con el nombre de Solothurn, a la que se llamo MG-13.
Apenas dos años después una de las mas importantes industrias de guerra, la Waffenfabrik Mauser, de Oberndorf, fue encargada de modificar e modelo MG-13 hasta convertirlo sin duda en la más elaborada y mejor ametralladora hasta entonces concebida, la MG-34. Esta podía utilizarse como ligera, contando con un bípode de apoyo; también como pesada, al montarse sobre trípode, y prescindiendo de ambos con montaje de rótula en muy distintos vehículos. Con ella había nacido, por fin, la ametralladora polivalente definitiva.
El modelo MG-42
Alemania comenzó la II Guerra con todas sus unidades dotadas del modelo MG-34, y con algunas veteranas Maxim. Conforme fueron creciendo los frentes, y sobre todo con la invasión de Rusia, las necesidades de aumentar la producción de armas, especialmente las automáticas, desbordó la capacidad de sus numerosas fábricas. Sin duda el modelo MG-34 era definitivo, pero su perfecta mecanización y calidad de acabado la hacían costosa y complicada de fabricar, empleando además maquinaria de difícil reposición. Demasiado tiempo y dinero en definitiva. Por todo ello, nuevamente los técnicos se vieron forzados a modificar el diseño en busca de un arma que la sustituyera sin renunciar a todas sus buenas características.
Sin duda, una de las soluciones más económicas y sobre todo rápidas era recurrir a la estampación, una técnica que los alemanes habían demostrado dominar. Una vez hecha la matriz o molde, basta con ir poniendo en una prensa las planchas de acero para que con uno o varios golpes, vayan tomando forma las distintas piezas del conjunto que forma el arma. El nuevo modelo empleaba un sistema de funcionamiento patentado por Edward Stecke, un policía de barrio, que se inspiró en un prototipo encontrado tras la ocupación de Polonia por Alemania en 1939.
Los ensayos y mejor método de producción fueron encargados el Dr. Grunow, industrial alemán especializado en la fabricación de productos estampados, remachados y soldados, sin la necesidad de un utillaje complicado ni mano de obra muy especializada. El resultado fue la puesta a punto y fabricación de la que sin duda puede considerarse mejor ametralladora de la segunda guerra mundial.
Luger
Parabellum P.08
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"Si quieres la paz, prepara la guerra"... Así decían los antiguos romanos, verdaderos expertos en guerras. De aquel "para bellum", dirección telegráfica de la fábrica alemana DWM, parece ser que ha tomado el nombre la pistola semiautomática más célebre de todos los tiempos, la Parabellum, conocida también como P.08 o bien Pistola Modelo 1908. Sin embargo, tal vez el nombre más famoso sea el de "Luger", nombre debido a la costumbre de los coleccionistas americanos de denominar las armas con el nombre de quien las inventa, en este caso, Georg Luger. Con todo, este valiosísimo técnico no hizo todo él solo: alguien antes que él ya había trazado el camino que le llevaría al nacimiento de la Parabellum. Este alguien era Hugo Borchardt, quien en 1893 había proyectado una pistola semiautomática que, aunque pesada, incómoda y poco elegante, contenía en sí misma todas las características técnicas que encontramos en la Parabellum; del obturador articulado hasta el cargador de estuche extraíble colocada dentro de la empuñadura mecanismo totalmente difundido hoy, aunque en 1893 se trataba de una idea verdaderamente innovadora.
Tanto Hugo Borchardt como Georg Luger trabajaron en Ludwig Loewe, sociedad que en 1893 se fusionó con la empresa Deutsche Munitionsfabrik dando vida a la famosa DWM. La pistola Parabellum nació en 1900 del trabajo conjunto de ambos bajo la marca DWM (conocida con las siglas P.00, siendo las dos últimas cifras el año de fabricación), arma que fue adoptada por el ejército suizo mucho antes que por el alemán.
En práctica, las mejoras que aportó Georg Luger a la pistola de Borchardt se reducen a una racionalización global, sin duda muy valiosa, pero que no aporta ideas innovadoras. Sustancialmente, lo que hizo Luger fue inclinar la culata recta de Borchardt (unos 55 grados), obteniendo así la puntería instintiva del arma; eliminó el estorbo del alojamiento posterior del muelle de recuperación, introduciendo éste directamente en la culata, paralelo al cargador; finalmente, redujo la longitud del cañón de 19 a 12 centímetros añadiendo un seguro de presión en la parte posterior de la empuñadura, seguro que se bloqueaba simplemente empuñando el arma, evitando así que salieran disparadas las balas de forma accidental cuando el arma se caía al suelo.
Por lo que se refiere al característico sistema de cierre geométrico, Luger ha aportado tan sólo algunos ajustes sobre el grupo por medio de un obturador articulado (denominado también "de rodillera") que Borchardt ya había aplicado en su arma corta, sistema que ya era conocido, habiendo sido utilizado en su momento en los Winchester de palanca y en las ametralladoras Maxim. Se trata de un sistema simple, basado en el principio de que un arco que posee diferentes puntos nodales se comporta como un elemento rígido si se carga de punta en la fase en la que las articulaciones se encuentran colocados en el mismo eje. Obviamente, en cuanto que una de las articulaciones se mueve lo más mínimo, la fuerza se descompone rompiendo dicho estado de equilibrio.
En la Parabellum, el sistema de cierre se basa en dos articulaciones unidas entre sí por un perno cuyo eje está ligeramente más bajo respecto al del cañón. En el momento del disparo, el grupo cañón-culata comienza a retroceder, cargando de punta por la fuerza que le imprime la explosión en el lado del obturador; éste no se puede abrir ya que el eje de empuje pasa ligeramente por encima del eje transversal de la articulación; sin embargo, en cuanto las partes cilíndricas exteriores del cierre central encuentran los planos inclinados del fuste (rampa de desbloqueo), se interrumpe el equilibrio rígido del sistema ya que el punto central de la articulación se encuentra por encima del eje de empuje. En esta fase, la presión que se realiza sobre la recámara desciende a niveles de seguridad de forma que el cañón pueda bloquearse mientras que el obturador puede seguir sin peligro (para quien dispara) su recorrido de retroceso expulsando el casquillo. A continuación se realizan todas las acciones típicas de las pistolas semiautomáticas: desde la expulsión del casquillo hasta la inserción de un nuevo cartucho en la recámara. El ciclo comienza cada vez que se acciona el gatillo.
Pero volvamos a nuestra Parabellum. La habíamos dejado en 1900, cuando, después de dos años de pruebas y modificaciones, Suiza había decidido adoptarla como "Pistole Ordonnanz 1900, system Borchard-Luger". Esta meticulosa definición nos hace comprender claramente lo injusto que resulta dar toda la paternidad de este arma a Herr Luger. De cualquier forma, el hecho es que el alba del nuevo siglo, los suizos tenían ya en sus arsenales las primeras 2.000 Luger P.00 de calibre, 7,65 Parabellum, el arma más futurista de la época, mientras que los alemanes todavía estaban intentando decidir cómo sustituir a los decrépitos Reichs-Revolver M79 y M83. La verdad es que las pistolas que adquirió el ministerio de la guerra del Reich no habían convencido a los militares debido al pequeño calibre de la Luger (7,65 mm), la cual disparaba además balines de plomo revestidos con una camisa de níquel (para sostener la fuerte velocidad que se generaba dentro del cañón), por tanto poco deformables en relación con la bala de plomo sin más de 10,6 mm de los revólveres de ordenanza, bala lenta pero dotada de un gran poder de contención, mientras que el pequeño, veloz y "duro" balín del cartucho inventado por Luger (también en este caso modificado el de la pistola de Borchardt) tendía a traspasar el cuerpo causando pequeñas heridas fácilmente cicatrizables siempre que no afectara a órganos vitales, como demostraron las pruebas que se realizaron en su momento, en las que se disparaba sobre cadáveres humanos o sobre animales vivos para poder evaluar los efectos.
Entendiendo que el verdadero problema era que no podía ser "profeta en su tierra", Georg Luger puso a punto en 1901 el que todavía hoy es el cartucho más usado universalmente en las pistolas militares: el 9 mm Parabellum (llamado con frecuencia "9 Para").
Con este nuevo cartucho nacieron algunas versiones intermedias que dieron lugar al modelo 1904, es decir, a la primera Luger que adoptó Alemania, para ser más exactos, la Marina Imperial Alemana: calibre 9 mm, cañón de 152 mm de longitud, alza regulable de 100 a 200 metros colocado en la parte final del enganche colocado en el dorso de la empuñadura para poder colocarle una culata de madera, solución que ya se encontraba presente en la Borchardt. En este momento se había roto el hielo, y a Georg Luger no le quedaba más que perfeccionar aún más su criatura que conquistaría incluso a los más recalcitrantes generales del ejército.
En este momento vemos desaparecer el muelle de recuperación con lámina de acero, siendo sustituido por uno más robusto y fiable de espiral, el cual, a la vista de la estructura de la pistola, al encontrarse en la empuñadura tenía que cargarse no por comprensión, sino por tracción, aprovechando un tirante que atravesaba y que se unía al obturador a través de un brazo articulado.
Hay que resaltar también la modificación que realizó en las dos orejas de armamento, eliminando los salientes y alargándolo totalmente para mejorar su sujeción entre el dedo pulgar e índice. Incluso el seguro de la empuñadura fue eliminado, llegando así a la pistola Parabellum Model 08, conocida como P.08 (aunque conocida por todos simplemente como "Luger"), arma que en 1908 fue adoptada por el ejército alemán como "ordenanza" y que sirvió a los soldados de la República de Weimar y a los del Tercer Reich hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, aunque en 1940 fue sustituida oficialmente por la menos romántica, aunque más eficiente, y sobre todo menos costosa P.38.
Hablar de las infinitas variantes de la Parbellum sobrepasa los límites de estas breves notas y el apasionado no encontrará dificultad para ampliar sus conocimientos con la literatura específica existente sobre el tema. Es más importante citar otro modelo fundamental de la P.08, es decir, el modelo de artillería (denominado LP.08 y adoptado en 1913), que se distingue por su largo cañón (de 20 centímetros) y por el alza de cursor regulado para el tiro hasta 450 metros, colocado prácticamente sobre la recámara. Obviamente, incluso este modelo posee el enganche para la culata que transforma este arma de cañón largo en una propia y verdadera carabina, precisa y fiable en un radio de tiro de casi 200 metros.
A la Luger se le han hecho demasiados elogios; cada año que pasa se refuerza el mito haciendo olvidar que, como arma de guerra, incluso la P.08 tenía sus "defectillos", empezando por el elevado coste y por las difíciles, largas y numerosas operaciones mecánicas necesarias para producirla. En efecto, una P.08 funciona perfectamente si todas sus piezas se realizan con materiales de primera calidad, adecuados tratamientos térmicos y mínima tolerancias de elaboración, lo que ciertamente no asustaba a los neutrales suizos, pero sí hizo reflexionar a los alemanes, siempre en pie de guerra y, por tanto, con problemas de tiempos y de costes. Sin embargo, en el fondo, a parte de la Colt-Browning 1900, no había mucha elección en aquella época. Y además, digámoslo claramente, ¿habrían podido adoptar los alemanes un arma que no fuera alemana? En definitiva, se trata de una pistola semiautomática equipada con un cargador de ocho disparos. Producida por DWM, arsenal de Erfurt, Mauser, Simson y Krieghoff, cuenta con un pequeño retroceso y un sistema de cierre geométrico con obturador articulado. El cañón está diseñado con seis estrías de destrogiro. El paso es de una vuelta y 250 milímetros. Entre 1908 y 1942 se fabricaron un total de 2,5 millones de unidades.
Sten
MK II ametralladora
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Nacionalidad:
Estados Unidos. Dimensiones: Longitud del arma: 813 mm.; longitud del cañón: 267 mm. Peso: 4,7 kgs. Velocidad de salida: 180m/s. Calibre: 45 ACP. |
El mosquetón
automático Thompson nació a mediados de los años
veinte y se convirtió en poco tiempo en el arma favorita de los
gansters de las grandes ciudades americanas. Al estallar la Segunda
Guerra Mundial, el ejército de los Estados Unidos se
encontró desprovisto de un arma automática preparada para
un cartucho de pistola; la única disponible en el mercado
nacional era el Thompson 1928. Su adopción fue muy "sufrida", ya
que eso representaba el símbolo de la mala vida americana,
siendo considerado no digno de un soldado. Muchos mitra Thompson fueron
vendidos incluso a los ingleses, quienes lo mantuvieron, junto con el
Sten, hasta finalizar el conflicto. El cargador tenía una
capacidad de 30 cartuchos. Los proyectiles alcazaban una velocidad en
la boca de 180m/s.