Básicamente consistió en desorientar al mando alemán sobre la fuerza real aliada que había de intervenir en la operación y el lugar del desembarco.
El objetivo se cumplió plenamente ya que el mando alemán acabó contando con la existencia en Gran Bretaña de un segundo ejército (FUSAC) preparado para el desembarco en Calais, ejército totalmente imaginario, si se exceptúa a su jefe George S. Patton (Operación Fortitude).
El ejército aliado estaba formado por 1.750.000 británicos (incluidas las tropas imperiales), 1.500.000 soldados estadounidenses y 44.000 voluntarios de otras nacionalidades. Era un ejército de 3.500.000 hombres y 20 millones de toneladas, lo que pesaba sobre el suelo británico.
Era necesario lanzar tropas
paracaidistas pertenecientes a la 101ª
y 82ªestadounidense
para asegurar algunos sectores en la península
de Cotentin. Las tropas paracaidistas británicas
harían lo mismo en el Valle de Odon. Los estadounidenses
desembarcarían en las playas de Utah, al Sur de Cherburgo, y Omaha, cerca
del pueblo Vierville-sur-Mer; en esta playa se libraron los más
duros combates y fue bautizada como Bloody Omaha (Sangrienta Omaha). La
playa de Sword
se encontraba cerca del valle del río Orne, entre los
ríos Odon y el canal de Caen. A Montgomery
se le encomendó tomar la ciudad de Caen el mismo día de
la invasión,
pero su indecisión le hizo perder un tiempo precioso. Caen
cayó tres semanas después tras cruentos combates. Los
británicos se ocuparían de las playas de Gold, cerca de
Arromanches, Juno
y Sword,
esta última con la ayuda de los canadienses.
También se desorientó
al mando alemán sobre el lugar en el que se realizaría el
desembarco. Una de las maneras en que esto se logró fue que
aviones aliados lanzaron papel de aluminio al este de donde se iba a
realizar realmente para confundir a los radares alemanes. El objetivo
se cumplió plenamente puesto que el 24 de julio de 1944 Hitler
aún
convencía a sus generales que el desembarco de Normandía
no era otra cosa que una maniobra de distracción y que el
desembarco principal se produciría de un momento a otro en la
costa de Calais. Los Aliados hicieron todo tipo de maniobras de
contraespionaje y distracción para hacer creer a Hitler que
la invasión se produciría en el sector de Calais. Crearon
para ello un
ejército fantasma al mando del general Patton que
consistía en tiendas de
campaña vacías, camiones y tanques hinchables de goma y
comunicaciones de radio ficticias. El espía español Juan
Pujol, doble
agente nazi y aliado, suministró a los alemanes
información falsa. Por cada misión de bombardeo
preparatorio efectuado sobre Normandía, se hacían dos
sobre Calais.
Las tropas británicas y canadienses tuvieron mejor suerte que las estadounidenses, pero avanzaron muy poco. Para las divisiones aerotransportadas, las cosas empezaron a salir mal: los transportes, al intentar evadir el fuego antiaéreo se separaron mucho entre sí, de modo que tras el lanzamiento de los paracaidistas, éstos quedaron diseminados por toda la retaguardia enemiga. No lograron consolidar la cabeza de puente hasta el final de la jornada, gracias a los constantes refuerzos, el fuego de la artillería naval, los bombardeos tácticos y un elevado número de bajas (se estima que algo más de 300 hombres). El desembarco sería ejecutado por 16 divisiones británicas y 20 divisiones americanas, la mitad de ellas transportadas directamente desde Estados Unidos, las cuales llegarían luego a las playas y a los puertos conquistados.
El primer objetivo estratégico fue la creación, entre Sena y Loira, de una base desde la que pudiera partir la ofensiva general en dirección al Rin. Era notable que los ingleses llevaban mucho tiempo reflexionando sobre el problema de un desembarco en Europa. Aun a pesar de toda esta estrategia, entre los británicos también el mar hacía estragos. Se tragó una cincuentena de viejos tanques Centaur equipados con cañones del 95 para dar a las oleadas de asalto un apoyo móvil de artillería. Ahora bien, los americanos superaron su aplastamiento. Pese a lo vivo que era, el fuego alemán no tenía densidad ni continuidad ya que la playa, a fin de cuentas, sólo estaba defendida por un batallón reforzado del 914 R.I. La mayor parte de los barcos de combate debían apoyar el desembarco con tiros contra los objetivos terrestres. Los demás vigilaban las entradas del Canal o tendían pantallas contra los submarinos y torpederos enemigos. Pese a lo débiles que eran los alemanes en el mar, no eran del todo inofensivos.
Se alejó a la aviación alemana de la zona de invasión de dos maneras: Por una parte, destruyendo al máximo las bases de la fuerza aérea alemana en el norte de Francia, obligándoles a estacionar su aviación al sur de Francia. Y por otra, intensificando los bombardeos sobre ciudades alemanas, consiguiendo que los alemanes trasladasen un importante contingente de cazas situados en Francia a Alemania para la incrementar allí la defensa. El objetivo se cumplió plenamente ya que el día de la invasión la fuerza aérea alemana contaba únicamente con 300 aparatos estacionados en Francia y la escuadrilla más cercana a Normandía se componía de dos únicos cazas.
Se obtuvo, con la ayuda de la resistencia francesa, amplia información sobre las fortificaciones alemanas, con un resultado fue muy satisfactorio. Así, por ejemplo, cuando el comandante estadounidense que sitiaba la fortaleza de Brest se entrevistó con el comandante alemán que la defendía para pedirle la entrega de la misma, el estadounidense llevaba consigo un mapa de la fortificación que mostró al comandante alemán, al que dejó perplejo ya que él mismo carecía de un plano tan detallado de su propia fortaleza.
Se destruyeron las vías
férreas con ataques aéreos y mediante sabotajes de la
resistencia francesa. A pesar de la rapidez con la que el mando
alemán conseguía reparar los desperfectos, las divisiones
acorazadas alemanas que fueron desplazadas desde el frente ruso al
francés tardaron menos tiempo en llegar en sus trenes desde Rusia
al Rin, que del Rin a Normandía.