El punto de vista del ejército defensor es: con modestos
reductos
construidos en las laderas y dotados con ametralladoras y
artillería de
medio alcance se puede batir perfectamente a las tropas que avanzan por
la playa si han desembarcado con marea baja, y a las embarcaciones de
desembarco que se acercan con marea alta. Artillería
pesada instalada hasta 10 kilómetros alejada de la costa pero
unida
telefónicamente con puestos de observación instalados en
lo alto de los
cerros sobre la playa puede batir con idéntica perfección
la playa.
Esto hizo ver a los mandos de ambos bandos que la fase de desembarco
forzosamente había de ser muy sangrienta.