Preparativos



Para la batalla, se movilizaron medios materiales y humanos descomunales. Para que los buques pudieran descargar la carga y los pasajeros, los aliados necesitaban un puerto en aguas profundas como el de Cherburgo o Le Havre. Pero como estas dos ciudades no iban a ser tomadas de inmediato, se construyen pieza a pieza frente a las dos pequeñas poblaciones de Arromanches y Saint-Laurent, dos puertos artificiales trayendo desde Gran Bretaña cientos de encofrados prefabricados flotantes de hormigón que después serían sumergidos para que sirvieran de diques y muelles.
Los medios de desembarco se dividían en dos grandes tipos, Landing Ship y Landing Craft. En general un Landing Craft debía ser transportado y remolcado hasta la proximidad de la orilla, mientras que un Landing Ship era capaz de hacer travesías marítimas por sus propios medios.
La misión fue dirigida por el Comandante Supremo Aliado Dwight David Eisenhower, y el mando de las fuerzas terrestres lo ostentó Bernard Law Montgomery. Antes de invadir Europa, Eisenhower mandó entregar una carta a cada soldado aliado que participaría en la batalla. Esta carta probablemente sea el comunicado escrito más conocido e importante que se recuerda.
El general Eisenhower diseñó la misión basándose en las experiencias obtenidas por los Aliados en sus desembarcos en Marruecos, Argelia, Sicilia y Salerno. El plan aliado consistía en desembarcar en las playas, consolidar en ellas a lo largo de 80 kilómetros una formidable cabeza de puente, establecer puertos artificiales en tanto se tomaban Caen y Cherburgo, romper la resistencia alemana en el poco favorable terreno normando (campiña ondulada muy poblada con manzanos y bosques de arbustos, terrenos cercados con muros de piedra apilada o densos matorrales, caminos en hondonadas flanqueados igualmente por setos de matorral) para la actuación de blindados, penetrar en la llanura francesa, liberar París, los puertos de Bretaña y abrir finalmente el definitivo paso para penetrar en Alemania hasta encontrarse con las tropas rusas, finalizando la guerra con la rendición incondicional de Alemania. Se contaba con una enorme flota para mantener el suministro de tropas y material, y una incontestable supremacía aérea, lo que impediría a los alemanes trasladar fácilmente tropas al frente, abastecerse y organizar contraataques.
Al mando de las tropas alemanas se encontraba el Mariscal Erwin Rommel, si bien, después de su suicidio forzado, fue sustituido por el general Günther von Kluge. Éste también se suicidó y fue sustituido por el general Walter Model que también se quitó la vida tras la derrota alemana en la Batalla del Ruhr (Alemania) ya en 1945, y que abrió definitivamente a los aliados las puertas del corazón del Reich.