Aprendiendo a querer

Te hablaré de cosas que he visto y me han hecho meditar,
de lo humano y de lo divino,
quizá de un modo un poco desordenado, pero...

Sinceramente


19. Con cariño, por favor

"Guias ciegos, que coláis el mosquito , y tragáis el camello!"
Mateo 23:23.

 

Hace un par de años pasé las vacaciones cerca de Queralbs. Guardo muy buen recuerdo de las excursiones por el Puigmal, Nuria, el valle del Freser...

Me quedé con ganas de hacer la travesía del circo de montañas que rodea Nuria: la Olla.

 

Este verano he vuelto a los mismos parajes. Bajando al trote por un sendero adelanté a varios grupos familiares, todos de composición muy parecida: la mujer detrás, con cara de "no puedo más", y el hombre delante, esperando a la mujer y con el niño a cuestas, en una silla-mochila. Todos muy limitados, pero felices y unidos.

 

      Esto de ser soltero tiene sus ventajas      , pensé.

 

Uno de ellos me reconoció de un foro de internet - corredors.cat - y me llamó por el nick:

 

     ¡profe, profe!

 

Me llama así todo el mundo, especialmente mis alumnos.

 

      No recuerdo tu nick...

 

      Hermanotubo.

 

Le hice una foto y le prometí colgarla en el foro.

 

 

 

Como no tengo coche ni carnet de conducir, me alegré cuando se me presentó ocasión de llevar a cabo mi proyecto soñado: me enteré de que dos veraneantes que estaban en el mismo hotel en que me hospedaba pensaban pasar un día de excursión subiendo al Puigmal desde Fontalba, y pasando por Nuria. Les dije que mi plan era muy parecido, aunque algo más largo, y se prestaron a llevarme en su coche. Antes de empezar a subir intercambiamos los números de teléfono, por si me retrasaba.

 

      No sé si tendremos cobertura por ahí arriba. Cuando llegue a Nuria, llamaré.

 

Dejé en el automóvil una mochila con bebida isotónica y comida, como avituallamiento de meta y les expliqué los detalles de mi plan:

 

      No hay peligro de que me pierda. Llevo GPS y seguiré la ruta marcada por otro que la hizo antes, en nueve horas. Como pienso correr en los tramos más fáciles espero tardar aproximadamente una hora menos. Como son las diez y media...

 

     ¡Ah...! Si tardas nos iremos.

 

     ¡Por favor! (una broma de mal gusto)       pensé.

 

Puigmal, Eina, Nou Fonts...


... y, al llegar al Torreneules, bajada a Nuria.


 

      Ya estoy en Nuria. Ahora mismo cojo el camino a Fontalba.

 

      No hace falta que vengas. Nos vamos. A ti te da casi lo mismo bajar a Queralbs que venir a Fontalba y nosotros llevamos dos horas esperando y queremos regresar. Además, hemos sufrido mucho pensando que te podía pasar algo yendo sólo por el monte. Adiós.

 

     ¡! ¿?

 

Y se fueron, con la mochila, el agua y la comida.

Como llevaba horas sin comer y andaba sin dinero y justo de fuerzas, emprendí la bajada despacito, encarándome con Dios:

     ¿Cómo es posible que personas que dicen que quieren agradarte hagan una cosa así?
Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
¿Será verdad que los que vivimos en celibato somos personas solitarias, individualistas, incapaces de tratar a los demás con cariño?
¿Será posible que seamos menos buenos, menos de fiar, que los que han aprendido a pensar en los suyos, porque cada día los llevan a cuestas?

¡Un amigo nunca se habría comportado así!



Llegué al hotel a las nueve, ya anocheciendo, unas dos horas más tarde de lo que tenía previsto. En el suelo del vestíbulo estaba la mochila con el agua y la comida.

Tres días después, al asistir a misa, comprobé con sorpresa que estaba presente el que había dicho:      Si tardas, nos iremos.
¿No dicen "quien avisa no es traidor"? Quizá sea un cabrón, pero no traidor. Me pareció providencialmente adecuado el evangelio del día (Mateo 23, 1-12):

     Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo:

“En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos.
Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.
Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.
Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos;
y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas,
y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí.
Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.
Y no llaméis padre vuestro a nadie en la Tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.
Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo.
El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo.
Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido."

     ¡Rabí, rabí...! ¡profe, profe…!

Quizá debería cambiarme el nick...
¿hermanosolterón?

     Señor: ¡Enséñanos a amar! ¡Danos un corazón a la medida del tuyo! ¡Que te sepamos ver en los demás, que tratemos a todos con cariño!
Que no nos pase como a aquella monja, que le dijo a san Josemaría:      Aquí me tratan con caridad, pero mi madre me trataba con cariño.


Este artículo ha provocado en quienes lo leyeron interesantes comentarios. Reproduzco aquí algunos como muestra. El primero está extraído de la correspondencia con una amiga que ha sido operada recientemente de cáncer de pecho:


     La família és la millor escola de l'amor que s'ha inventat mai. Penso sincerament, i ho veig també en el meu germà que és religiós, que a tots els capellans, frares i solters cèlibes us falta un component de la vessant humana que només et dóna l'experiència de l'entrega incondicional que es dóna obligadament entre pares i fills i entre esposos.  Diràs potser que alguns han fet aquesta entrega a Déu, però Déu no es passa  les nits plorant com un nadó esperant ser atès , no exigeix ser banyat, alimentat, mimat i atès com passa amb els fills, ni té canvis d'humor, ni es posa malalt, ni passa un embaràs al llit. A Déu no li surt un tumor cancerós al pit i no necessita que ningú l'atengui durant una quimioteràpia.

     D'això parlava, de la manca d'educació afectiva que pateix qui ha entregat el seu cor a Déu però no acaba d'entendre que mai aprenerem a estimar a Déu si no aprenem a estimar al proïsme. I no d'una forma teórica, sinò amb fets concrets, en el dia a dia. A Déu i als altres els estimem amb el mateix cor. Només en tenim un.  

Déu va dir:  «Qui acull un d'aquests infants en nom meu, m'acull a mi, i qui m'acull a mi, no m'acull a mi, sinó el qui m'ha enviat». (Mc 9, 37). Si creus això, Déu és el nadó que plora, la mare embaraçada, el malalt al llit...

      La convivènciá dins la família és una escola de tolerància. L'atenció que reclama el nadó que plora o la dona que pateix dolor només és possible si hi ha amor, tendresa, contacte real amb el que és agradable i el que no ho és. A la vida en comunitat li falta el carinyo que s'expressa de la manera més senzilla del món: amb petons i abraçades (Uiiii, contacte físic!!). Respecto molt el celibat, però no que sigui obligatori. El sexe és una elevadíssima forma de comunicació entre dues persones. Renunciar-hi em sembla del tot inútil, una crueltat innecessària.

     Les religioses que tractren malats i vells ho ténen molt clar: els acaronen i els fan petons i abraçades.
En el meu cas, ningú no m'imposa viure en celibat. A qui té un amor no li suposa cap sacrifici renunciar a d'altres amors

      Em sembla que vas amb el lliri a la . Els capellans tenen les mateixes tares que els demés mortals, més les que es deriven de la seva condició: un cert individualisme (incapacitat de posar-se en el lloc de l'altre) i un desentrenament dramàtic en l'expressió del carinyo, la qual cosa els fa secs.

     Ah, com ho has clavat!

I, malgrat tot, penso que Jesus no era així. I els sants que he conegut eren molt humans i, a l'hora, molt sobrenaturals. Sant Josepmaria va dir una vegada que no li costava gens perdonar, doncs Déu li havia ensenyat a estimar. Això fa pensar, oi?

 


 

     Hijo, espero que no te sepa mal que a Sor X. le llame hija. Me riñe a veces, pero si ensucio algo lo limpia enseguida sin rechistar, me abraza, y me da dos besotes.  Hay que ver la paciencia que tiene conmigo.

     Es un cariño sincero, no es zalamería. Además, saben que Cristo es buen pagador. Por algo se llaman “Siervas de Jesús”.

 


     Deberías casarte... ¡Ja, ja, ja!

 

     ¿Es una proposición formal? Je, je, je…

 

Amiga mía: ya me conoces lo suficiente para darte cuenta de que soy un caso perdido. Mi corazón es todo, todo, de Dios.

Aprendo a amar de tantos amigos que me dan ejemplo de fidelidad a los suyos, de generosidad con los amigos.

Contemplo la vida de Jesús y me enamora el cariño con que trata a todos... excepto, quizá, a los hipócritas. ¡Qué bueno es Dios!



 



Antonio Parra
Verano, 2011