Introducción
Es un país fantástico para viajar aunque tampoco tiene excesivas cosas a
ofrecer pero las que tiene son aceptablemente accesibles. La entrada al
país es realmente incómoda pues la mayoría de vuelos llegan de madrugada
a la capital de país más fea que hemos visto nunca. Bamako es sucia,
desordenada, caótica y llegar a ciertas horas la hacen ver aún
peor. Pero sólo es una entrada pues el resto del país es amable y fácil
acentuado pro el hecho de que toda la población hablan francés por lo
que, mucho o poco, te puedes entender con todos. La segunda cara, la que
supongo no ven los tours organizados o la ven desde sus potentes 4x4
climatizados es la enorme cantidad de niños famélicos que se pelean por
un trozo de pan que das cuando sales de un restaurante. Gran parte del
año hace un calor insoportable pero cuando nosotros estuvimos hacía frío
y los niños de la calle viven tiritando y mendigando que algún turista le
regalase algo de ropa. Un pilar del Islam es dar al pobre, en Mali se
pueden hacer muchos números para alcanzar el paraíso.
Fecha del viaje
Salimos de Barcelona el 21 de Diciembre y volvimos el 7 de Enero del
2008.
Itinerario
Día 1 Barcelona
Día 2 Bamako
Día 3 Bamako- Mopti
Día 4 Mopti
Día 5 Camino a Djenné
Día 6 Djenné Mopti
Día 7 Tumbuctú
Día 8 Pinaza bajando en Niger
Día 9 Pinaza bajando en Niger
Día 10 Pinaza bajando en Niger
Día 11 Mopti
Día 12 Trekking por el país Dogón
Día 13 Trekking por el país Dogón
Día 14 Trekking por el país Dogón
Día 15 Trekking por el país Dogón- Mopti
Día 16 Mopti
Día 17 Segou
Día 18 Segou- Bamako
Día 19 Bamako-Barcelona
Día 20 Casablanca-Barcelona
Moneda
La moneda de Mali y de muchos países de su entorno es el franco africano
conocido como CFA. Su cambio era de 1€=655 CFA aunque este cambio sólo
se puede obtener en Bamako pues en el resto del país lo máximo que se
consigue es de 1€=640 CFA. En Bamako, Mopti, Segou vimos cajeros
automáticos pero sólo en Bamako vimos casas de cambio.
Nivel de vida
Supongo que para la gente que viven allí todo debe ser muy barato, pero
para el turista es todo muy caro. El agua vale como mínimo 0,75 @ la
botella en la calle pero en muchos sitios llega a más de 1,25€. Los
hoteles limpios están por 30 € la habitación doble y la comida a 6 € el
plato.
Coste por persona
Billete de avión hasta Mali con la Royal Air Marroc 580 euros
Los demás costes están reflejados en el relato
Visado
El visado se puede conseguir en frontera (23 euros o 15000 CFA's) para
30 días pero aunque te lo hagan tienes que confirmarlo en Bamako o en
Mopti. Allí te hacen pagar como si hicieses una extensión. (5000 CFA's).
Mucha gente, de hecho todo el avión menos nosotros, se lo había sacado
en las embajadas correspondientes, que en nuestro caso es la de Paris.
Salud
Es obligatorio la vacuna de la fiebre amarilla y te pueden pedir su
carnet a la llegada al país, cosa que ponen en muchos países pero que
nunca he tenido que enseñar. Muy importante tomar profilaxis de la
malaria (os evitaré la polémica sobre cual es mejor), tifus, meningitis,
etc... Hay que consultar con los expertos pues las condiciones
sanitarias del país no son nada buenas.
Seguridad
En las guías pone que sólo Bamako de noche y el paseo al lado del río en
Mopti puede haber algún problema, pero la sensación general es que el
país es muy seguro. Los niños, y no tan niños, te acosan en todo el país
pidiendo de todo pero ninguno hace ningún amago de coger algo que no sea
suyo.
Transporte
Avión.
Hay un vuelo entre Mopti y Toumbuctú dos veces por semana que te ahorra
la paliza polvorienta hacer el trayecto en 4x4.
Taxis . Los trayectos de un par de
kilómetros valen 1000 CFA'S pero habitualmente son compartidos por lo
que son mucho más baratos. En Mopti los taxistas piden más pero en el
resto del país son bastante honrados.
Buses. Hay multitud de compañías y todas al
comprar el billete te piden el nombre por lo que subes al autobús por
riguroso orden de inscripción, te van llamando. El único problema es que
a los turistas les extorsionan (1000 CFA's) con el tema del equipaje
para meterlo en el maletero o subirlo al techo.
Bacheés. Son furgonetillas muy baratas
para trasladarse pero sobrecargadas y en condiciones precarias. En
Bamako valen 150 CFA's
Electricidad
Los enchufes son los normales de toma europea a 220 Voltios
Clima
Dicen que en verano llegan a los 5o grados en la sobra pero en Navidad,
y por eso fuimos en esa época, la temperaturas son muy agradables siendo
necesario un buen forro polar para las mañanas en la pinaza por el
Níger.
Diferencia horaria
Es 1 hora menos al horario peninsular.
Guía de viaje
Muy recomendable la Bradt que está en inglés y la Lonely Planet "West
Africa" también en inglés. Hay una Laertes en español "Mali y
Mauritania" que no sirve para mucho.
Diario de viaje
DÍA 1
Cogemos el bus al aeropuerto a las 18:15 que cuesta 3,95 €. Hay
una enorme cola y mucha gente lleva exceso de equipaje que les hacen
pagar a 8€/kg. Hay que consignar que la Royal Air Marroc te permite 40
kg de facturación y 20 de mano.
El avión sale con media hora de retraso con lo que dudamos que podamos
coger el siguiente vuelo porque solo hay una hora entre los 2 vuelos.
Nos dan de merendar unos bocadillos de salmón con cerveza y luego pastel
con café.
Tardamos 2 horas en llegar a Casablanca, como ya tenemos la tarjeta de
embarque del siguiente vuelo no tenemos nada más que correr a coger el
siguiente vuelo. Hay una hora de diferencia con España. El aeropuerto es
muy moderno y está todo muy nuevo.
En el vuelo de Casablanca a Bamako nos dan de cenar a escoger pescado o
carne y también nos dan cerveza.
DÍA 2
Llegamos a las 3 de la mañana a Bamako y como no tenemos visado en el
mismo aeropuerto hay antes de pasar el control una pequeña oficina donde
un policía muy simpático te hace el visado para 5 días. Cuesta 15.000
CFA, y si no tienes, que es lo habitual y los bancos están cerrados,
como nos pasó a nosotros pues pagas en euros, 25 € por persona. Las
fotos las llevábamos pero al final no hizo falta.
Mientras rellenaba los datos el policía nos dijo que fuéramos a buscar
el equipaje, con lo cual entras y sales con total libertad.
Igualmente somos los únicos que no tenemos visado el resto ya lo lleva.
Como es una hora muy intempestiva (las 4:30 de la madrugada), nos
esperamos en una sala de espera que hay y nos tumbamos a que se haga de
día. En la misma sala hay un cajero automático donde sacamos 50.000 CFA
para ir tirando. Es de los pocos cajeros que se ven en Mali ya que
nosotros vimos otros en la capital pero no en exceso.
Se hace de día y un chaval que tiene un taxi nos esta esperando
para llevarnos a donde queramos. Le decimos que nos lleve a la estación
de autobuses de Sogoninko ya que queremos coger un autobús que nos lleve
a Mopti.
Nos dice que ese día no hay autobús porque es la fiesta del Tabaski y
nosotros como ya hemos oído eso otras veces pensamos que nos está
tomando el pelo. Nos dice que el nos lleva sin problema, nos pide 5000
CFA hasta allá y si no hay buses como el dice, nos lleva al hotel que
nosotros le digamos por 2500 CFA más.
En un momento llegamos porque no hay nada de trafico y hay una especie
de autovía bastante vacía por cierto.
En la estación de autobuses no hay nadie y en un país africano es muy
raro ya que la mayoría de la gente que se desplaza va en transporte
publico y eso ya nos empieza a inquietar. También recordamos que en
Barcelona en estos días los musulmanes celebraban esa fiesta con
lo que la idea de que nos tendremos que quedar un día en Bamako va
entrando en nuestra cabeza. Para rematar vemos furgonetas con corderos
que van siendo comprados por personas que se los llevan en sus motillos.
Preguntamos en una compañía que nos dice que “a lo mejor” sobre las 10
de la mañana cuando acabe la oración en la mezquita si hay gente
interesada se podría llenar un autocar.
Nos insisten en que nos sentemos a esperar pero nosotros tenemos ganas
de explorar y movernos por allá.
Dejamos las mochilas allá, damos una vuelta y ya nos damos cuenta que es
un día especial. Todas las tiendas están cerradas, la mezquita está a
tope de gente limpísima con sus mejores galas rezando. Las mujeres en un
lado y los hombres por otro. Es una gozada ver a las niñas pequeñas con
sus conjuntos de ropa estrenados para la ocasión y sus peinados con
gomitas de colores, cintas y todos los adornos que pueden encontrar.
También llevan muchas pulseras de bolitas de colores muy típicas de la
región.
Algunos hombres nos invitan a que entremos en la mezquita pero nosotros
desistimos porque no nos gusta invadir esos espacios privados de
oración. Cuando llevamos unos minutos la calle se convierte en la
continuación de la sala de oración porque la gente ya no coge dentro.
Volvemos a la estación y todo sigue igual nos invitan a que nos sentemos
a esperar. No hay prisa, esto es África. Preguntamos si hay mas gente y
nos dicen que “In Shala”.
A las 10 ya nos dicen lo que ya sospechábamos hacia rato y es que ese
día no hay autobús pero que al día siguiente a las 7 de la mañana sin
falta si que habrá.
Para ir al centro de Bamako podemos coger un taxi-brousse por 150 CFA.
Te pones en la carretera y cuando pasa uno lo paras y te metes dentro.
Paras en el momento que quieres pero nosotros vamos hasta el final que
es el mercado al lado del Centro de Artesanías (Artisanat).
Queremos ir al Foyer d’Accueil de la Mission Catholique, que está en la
calle Bagayoko con la 361. Preguntando y volviendo a preguntar llegamos,
lo cual no es fácil porque la mayoría de calles no tienen el nombre
aunque la gente te ayuda mucho.
Nos atiende una monjita muy amable que habla ingles y francés, la cual
nos ofrece o el dormitorio o una habitación doble con ducha y lavabo
pero con el water fuera por 10000 CFA que cogemos.
Son unas habitaciones espartanas pero limpias y no hay agua caliente
como en la mayoría de hoteles del país.
Hace un calor infernal, debemos estar a mas de 35 grados y el sol cae a
plomo con lo que decidimos quedarnos un poco en el hotel a descansar y a
esperar que baje un poco el calor.
Estamos más atontados de lo habitual y desanimados porque nuestra
previsión ya no se cumple aunque un viaje no organizado es esto que van
cambiando las cosas según va fluyendo todo.
Hay mosquiteras en la habitación y cuando vaya anocheciendo nos daremos
cuenta que son básicas ya que hay muchos mosquitos y eso que no estamos
en la temporada alta de riesgo de malaria.
El agua de litro y medio cuesta 500 CFA y los refrescos 200 CFA. Delante
del hotel, que todo sea dicho es muy seguro porque siempre está cerrado
con llave la cancela exterior, hay una pequeña tienda de comestibles con
una nevera que nos salva al vender todo tipo de bebidas frescas, incluso
cervezas de 650 cl por 1000 CFA.
Sobre las 3 de la tarde nos atrevemos a salir de la paz de nuestro hotel
y nos encontramos con la dureza de una ciudad africana tan pobre como
esta. Calles sin asfaltar con las alcantarillas que discurren a lado y
lado de la calle con una suciedad y un olor nauseabundo.
Encontramos otro cajero y sacamos más dinero porque como todo está
cerrado, preferimos asegurarnos que tendremos moneda local.
Vemos a la gente que viene de la fiesta del cordero después de haber
comido y nos saludan con alegría: “Tubabu”, que significa blanco.
Muchas chicas llevan extensiones en el pelo porque les gusta largo pero
ellas lo tienen
rizado y cortito. En cualquier calle montan la
peluquería y se acicalan horas y horas y la verdad es que quedan muy
guapas.
Por la calle vemos cabezas de cordero y de vacas asándose en unos
hornillos de carbón, ya que allí evidentemente se aprovecha todo.
La sensación de calor sigue siendo terrible y la sequedad del ambiente
te deja la boca seca y necesitas beber y beber continuamente. No
queremos saber lo que será en verano que no bajan de los 40 grados....
En un día que no sea festivo se puede visitar el Museo Nacional donde
exponen textiles, técnicas para hacerlos y todos los días excepto los
lunes hay una película sobre la cultura de Mali.
El museo de Bamako que no vale la pena pues hay unas cuantas fotos sin
ningún interés y unas cuantas túnicas.
Hay un museo dedicado a la mujer que se llama Muso Kunda, el cual fue
fundado por la mujer del presidente. No es muy interesante aunque es
testimonial en un país donde las mujeres cuentan tan poco.
Para comprar artesanía se puede ir al Artisanat al lado de la Gran
Mezquita, donde venden mascaras, figuras de madera, instrumentos
musicales, trabajos en piel, joyas etc..
Muy cerquita tenemos el mercado de medicina tradicional donde se pueden
ver huesos y pieles de animales que se venden para curar enfermedades,
para hacer conjuros de buena suerte y cosas así.
Volvemos al hotel y como tenemos algo de comida cenamos en la misión con
bebida fresca del chiringuito de enfrente que cierra a las 12 de la
noche.
DÍA 3
Nos ponemos el despertador para salir a las 6 de la mañana pero como es
de noche nos esperamos un rato a que se haga de día.
Cogemos una taxi-brousse de los verdes que nos lleva a la estación de
autobuses por 150 CFA. Vemos muy poca gente y nos da mala espina. Nos
dicen que nos sentemos que ya llegará el autobús. Como no nos fiamos y
uno de nosotros va a buscar otras opciones nos aseguran que si nos
iremos y nos llevan a otra compañía donde hay un bus que nos dicen que
va a Mopti.
Cogemos las mochilas y allá vamos a comprar el billete. Nos cuesta 8500
CFA más 500 CFA por la mochila que va en el techo. Esta ultima cantidad
solo se la exigen a los extranjeros porque ellos llevan de todo y no les
cobran nada.
El sistema de autobuses en Mali es curioso porque cuando compras el
billete te apuntan en una lista tu nombre y luego van llamando por el
orden de compra del billete. Te llevas una alegría cuando te llaman
porque ya crees que saldrás. Hemos tenido suerte y quedan unos asientos
en la penúltima fila un poco rotos para nosotros.
A las 10 de la mañana sale el autobús con unas 10 personas sin asiento y
que como buenamente pueden con unas bolsas que les dejan algunos
pasajeros o bidones de agua y gasolina se van acomodando para el viaje
en el medio del pasillo del autobús.
El calor es sofocante allí dentro porque las ventanillas están cerradas
y hace un sol de justicia.
El viaje se eterniza porque continuamente se para y deja viajeros y coge
otros, también cuando cualquiera quiere comprar algo de comida o tiene
que hacer sus necesidades ....
Llegamos a Ségou a las 2:30 PM, cuando en teoría se tardan solo 3
horas.
A las 9:30 PM en Mopti, cogemos un taxi por 1000 CFA para ir a un
hotel que se llama “JA PAS DE PROBLEME” (correo electrónico:
yapadeproblemehotel@ yahoo.fr )y está muy cerca del Hotel Kanaga. La habitación doble con ducha y ventilador cuesta 18.000 CFA,
con aire acondicionado cuesta 27.000 CFA y también tiene el baño dentro.
El hotel es de unos franceses y lo tienen muy bien acondicionado con
artesanía por todos sitios que está a la venta. Está todo muy limpio,
además en la terraza que hay en la azotea hay un restaurante donde hacen
poca variedad de platos pero muy buenos.
Nosotros esta noche que casi no hemos comido nada en todo el día nos
pedimos unos espaguetis y una cerveza fresquita (1000 CFA). El agua vale
lo mismo.
DÍA 4
Descansamos hasta las 8:30 porque el viaje nos ha dejado destrozados, ya
tenemos una edad.
En la terraza se puede desayunar café o té, leche en polvo, un trozo de
pan, mantequilla y mermelada. Todo esto por 1500 CFA.
Hay una agencia justo al lado y los que trabajan allí siempre están
buscando clientela en el bar. Nosotros decimos que este día es para
descansar y para organizarnos. Como tenemos que hacer la extensión del
visado nos llevan en el coche a la comisaría de policía donde un amable
policía nos da un impreso que tenemos que rellenar con todos nuestros
datos. Luego nos pide una foto y 5000 CFA.
Resuelto el principal problema que no ha sido tal, nos vamos paseando a
la orilla del Níger donde poco a poco nos vamos impregnando de lo que es
esta parte del mundo con sus niños desnutridos, la suciedad, las mujeres
vendiendo cualquier cosa para poder ganar algo de dinero, o sea pobreza
en estado puro sin maquillaje. Es uno de los cincos países mas pobres
del mundo de lo cual damos fé.
Comprobamos que los datos asépticos que vemos en los informes de
Desarrollo Humano del PNUD (programa de las naciones unidas para el
desarrollo) tienen unas caras y unas personas que son las que según
podemos comprobar tienen una esperanza de vida de 40 años, una
mortalidad infantil de más del 60%, una tasa de alfabetismo de solo un
20% (la mayoría niños, ya que las niñas no necesitan ir al colegio ...),
un índice de fecundidad de 8 o más hijos por mujer... y así un largo
etcétera de datos macroeconómicos y microeconómicos que los ves de
diferente manera que en Europa desde tu tranquila casa y tus
comodidades.
No hay alcantarillado con lo que las cloacas discurren por las calles
con el peligro que conlleva de enfermedades como la malaria o el tifus.
En las escuelas hay que pagar con lo que estas numerosísimas familias
tienen que elegir un hijo y el resto queda sin educación.
Si tienen la desgracia de caer enfermo alguien en la familia, si
están en época de recogida de la cosecha o llevan al enfermo
al medico que a lo mejor tardan unos días y el resto de la familia se
morirá de hambre porque no han recogido el mijo que es su sustento o se
deja morir al enfermo. Estas terribles decisiones se tienen que tomar
porque son muy, pero que muy pobres.
También aquí el sida es una espada de Damocles que pende sobre toda la
población porque como hay tanta incultura no se ponen los medios para
pararla.
Seguimos nuestro paseo y como siempre una bota se empieza a despegar con
lo que buscamos a un zapatero que nos la arregle. Por 1000 CFA la cose a
conciencia, por ahí seguro que no vuelve a romperse.
Llegamos al restaurante Bozo que es una institución en Mopti por el
sitio donde está en una curva que traza el rio Níger y tu estás sentado
viendo como pasan las pinazas, la gente etc.
Este día no hay apenas turistas pero otros días que también nos
acercaremos no coge un alfiler y es un gueto de los turistas organizados
que los llevan allí a comer. La comida hay que reconocer que está muy
buena, sobre todo el capitán que es un pescado muy abundante en el río y
que se puede degustar en todos los sitios, mejor o peor cocinado.
Volvemos al hotel porque cae un sol de justicia y esperamos hasta la
tarde pues hemos quedado 6 personas para ver si cogemos una pinaza para
ir a Djenne durante un día por el río Níger y al día siguiente ver el
mercado del lunes que es famoso en todo Mali.
Después de regatear duro nos lo deja por 135.000 CFA con la comida
incluida.
Ya que estamos con el dueño de la agencia contratamos para el martes
subir a Tombouctu en 4 x 4 y bajar en pinaza 3 días de vuelta a Mopti.
Esto nos cuesta 85.000 CFA por persona.
Tenemos la precaución de reservar las noches que estemos de vuelta en
Mopti, lo cual nos permite dejar una parte del equipaje en el hotel e ir
más ligeros. La reserva luego se ve que es necesaria porque compañeros
que no lo hicieron se tuvieron que ir a buscar otros sitios ya que
estaba lleno.
En el mismo hotel se puede cambiar dinero a 640 CFA/€.
No vemos muchos sitios para cambiar de hecho ese primer día está todo
cerrado.
DÍA 5
Salimos a las 7:30 de Mopti con la pinaza. Tiene 2 motores pero uno no
lo pone en marcha ya que es por seguridad. Vamos bajando por el río Bani
y a esas horas el aire es fresco con lo cual se agradece un jersey que
echarse encima. Como estamos en la época seca el río va muy bajo y a
veces tiene que ir preguntando a otras barcas por donde ir para no
rozar. También el otro chico que va en la barca, con una vara larga va
comprobando la profundidad.
Por estas fechas los pastores van con sus rebaños buscando nuevos
pastos y han de cruzar el río con lo que vemos muchas cabezas de ganado
de un lado a otro.
Esto de la pinaza es muy relajado porque no hay nada que hacer, lees,
haces fotos, miras
el paisaje que aunque siempre es lo mismo pasas por
pueblecitos, las mujeres moliendo el mijo que van a necesitar para comer
ese día, los niños saludándote desde la orilla etc.
Sobre la una del mediodía nos dan de comer el menú oficial de las
pinazas que es pasta o arroz o cuscus con una salsa de tomate con
verduras. También nos dan algo de fruta.
Llegamos a las 20:30 a Djenne, hace 2 horas y media que se ha
hecho de noche y gracias a que hay luna llegamos a la orilla. De hecho
Djenne está a unos 2 Km. del rio, con lo que tenemos que coger algo de
transporte para llegar.
Nos salen a recibir unos autóctonos y nos piden 1000 CFA a cada uno para
la entrada a la ciudad de Djenne. Nos hacemos los locos y le decimos al
taxista que nos lleve a la ciudad, y a los pocos minutos una moto nos
persigue a toda velocidad y hace parar al taxista. Le pagamos y nos da
un ticket como justificante.
El taxista nos cuesta 5000 CFA en total y nos avanza que hay muchos
turistas. Nosotros pensamos que exagera porque hasta este momento no
hemos visto apenas turistas. Pero desgraciadamente tenía razón. Todos
los hoteles están llenos y no queda una sola habitación en toda Djenne.
Vamos al hotel Mafir, al campament y no hay suerte.
Un lugareño nos dice que la única solución es ir a una casa particular,
lo cual la verdad no nos hace mucha ilusión. Nos lleva a una y nos dice
que no hay sitio. Llegamos a otra que es de un juez de Bamako que la
alquila en estas ocasiones. Nos pide 10000 CFA por persona pero al final
nos lo deja por 5000 CFA. Hay 2 habitaciones dobles y nos las quedamos
las 2 parejas. Los otros 2 chicos, Darren y Yogui duermen en el tejado,
a pesar que les ofrecemos compartir las habitaciones. Luego se
arrepentirán porque hace frío por la noche y no tienen mantas, ni saco
de dormir.
El lavabo es un agujero sin agua para echar después de su uso, y la
ducha está en otra habitación y es un cubo de agua que te echas por
encima y ya está.
Sencillo, pero visto lo visto, ya nos está bien.
Djenne es un laberinto y no tenemos ni idea de cómo se sale para llegar
al centro del pueblo, menos mal que nos acompaña un niño a un
restaurante donde cenamos, para variar, cuscus con salsa de verduritas.
Menos mal que las cervezas están frias.
Nos tienen que acompañar también a la vuelta porque sino no lo
hubiésemos encontrado.
DÍA 6
Por la mañana vamos a desayunar a Le Campament por 1500 CFA.
A Djenné la han declarado Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1998.
Esto es una buena y una mala noticia. La buena es que la mayoría de la
población es inaccesible para los coches y hay muy pocos sitios con
electricidad, con lo cual no se ve afeada con cables ni hilos
eléctricos, la mala es que muchas casas se han dejado caer o se han
demolido para hacer casas nuevas. La razón es que no se puede cambiar
nada de las antiguas casas y son muy bonitas para visitarlas pero para
vivir en ellas no son precisamente cómodas. Otra razón es que en su
construcción y remodelación se necesita un montón de agua y después de
años de sequía era más barato dejarlas caer y volverlas a construir con
cemento o ladrillos.
Más allá de la mezquita, es un laberinto con unas callejuelas que
culebrean y se bifurcan de una manera anárquica. Tampoco hay alumbrado
publico en la mayoría de calles con lo cual se ha de llevar una linterna
si no quieres acabar dentro de una zanja por donde
van los desperdicios
de los baños (es un decir) y de las cocinas.
Por la noche es espectacular ir por las calles oscuras y entrever las
casas de barro con formas caprichosas, con esquinas redondeadas, con
ventanas tapadas por celosías y sus puertas de madera que copian el
estilo marroquí, con sus grandes cerraduras y sus remaches de cobre.
También hay otras casas que son del estilo Tukulor que se caracterizan
por tener un tejadillo sobre la puerta principal.
El material con el que están hechas las casas es barro mezclado con paja
de arroz y aceite, se llama “Bancó”. Las casas son sencillas todo es de
barro excepto las camas que son de madera y algunos utensilios de cocina
que son de cáscaras de calabaza.
Este tipo de arquitectura es obra de los Bari, una casta de albañiles
trashumantes que recorren la zona interior del Níger, sin herramientas
excepto por una barra de metal que utilizan para alisar las paredes.
Trabajan sin planos, sin utilizar una plomada, amasando el bancó con los
pies y extendiéndolo con las manos. Se transmite de padres a hijos o
ayudantes que se convierten también en casi hijos.
Las casas suelen ser rectangulares de 1 piso y con un patio interior
donde van a parar todas las habitaciones. Los hombres ocupan la parte
frontal de la casa teniendo ventanas y puertas que dan a la calle. Las
mujeres están en la parte de atrás y aisladas del mundo exterior.
La obra cumbre de estos genios es la mezquita de Djenné, el edificio de
barro más grande del mundo y la muestra más importante de la
arquitectura sudanesa. Tiene un entramado característico de madera que
sirve de soporte y permite a la estructura soportar los cambios de
temperatura, aunque también se utiliza para remozarla cada año y reparar
los daños que provocan las lluvias.
Solo tiene una antigüedad de 100 años, pero ocupa el lugar de otras dos
anteriores, una del siglo XIII que se construyó a instancias del rey
local Koi Komboro que destruyó su palacio para levantar el templo cuando
se convirtió al Islam. La segunda del siglo XIX construida por orden de
Cheiku Ahmadú.
Actualmente es imposible para los infieles entrar en la mezquita debido
a que un fotógrafo francés hizo unas fotos en el interior de la mezquita
a unas modelos con una colección de ropa interior.
Djenné tiene una población de unos 10.000 habitantes, aunque el lunes
que es el día de mercado se puede multiplicar por 4 o por 5. Desde hace
muchos siglos se conoce este mercado y antiguamente se comerciaba e
intercambiaba sal que venia de Tombuctú por oro, nueces de cola y
esclavos.
Otra cosa que se puede visitar es la tumba de Tapama Djenepo. La
tradición oral cuenta que cuando se empezaban a construir las casas en
Djenné al poco tiempo se caían y los marabouts (hechiceros) se
comunicaron con los espíritus buenos para que les dieran una solución.
Ellos dijeron que tenían que quemar a una chica virgen en las murallas
de la ciudad. Le toco la lotería a una joven bozo llamada Pama Kayamtao
y así se pudo construir la ciudad. Se encuentra situado justo detrás de
la mezquita.
Nuestra visita al mercado es alegre y triste al mismo tiempo pues ves a
la gente en su salsa con gritos, risas vendiendo desde pescado seco,
dátiles de Argelia, carne de cordero, arroz, sal, mijo, calabazas de
distintos tamaños que sirven como cucharones, depósitos de agua, fuentes
para preparar la comida etc. También hay puestos donde se venden
abalorios desde pulseras de bolitas, pendientes, collares ya que
las mujeres de Mali se embellecen con todo lo que tienen a mano y son
muy coquetas.
Los niños te piden “cadeaux”, bic, bombom lo que sea.
Después de unas horas decidimos que ya hemos tenido suficiente mercado y
vamos a coger una Bache para volver a Mopti. Cuesta 1750 CFA y no sale
hasta que esta llena. Vamos como sardinas y cuando pensamos que ya no
coge nadie más, ¡sorpresa!, aún cogen 3 personas más, creo recordar que
íbamos 24 personas, bien juntitas.
Tenemos que coger un trasbordador que nos lleve a la otra orilla con lo
cual nos bajamos de la furgoneta y no nos aburrimos porque hay un montón
de tiendecitas donde venden todo tipo de artesanías y ya dice el refrán
que si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma, pues eso los
vendedores te persiguen con toda su mercancía a ver si compras alguna
cosa.
Hay controles en la carretera de la policía que le pide los papeles a
los autóctonos y en cambio a nosotros (los turistas) no nos pide nada.
Si no llevan la documentación les hacen bajar de la furgo y les ponen
una multa.
Tras 3 horas de diversión llegamos a Mopti, y nos vamos al restaurante
Segui que está delante del río y nos pedimos unos platos de capitán con
patatas fritas, ensalada y 2 cervezas grandes que nos cuesta todo 9.400
CFA.
De vuelta al hotel nos quitamos todo el polvo africano que llevamos con
nosotros y descansamos porque al día siguiente tenemos un día también
completo ya que salimos a Tombuctú.
DÍA 7
A las 5 de la mañana ya estamos preparados para salir, pero esto
es África y el tiempo es relativo. Somos 11 personas esperando y un solo
4 x 4, lo cual no nos gusta demasiado. El conductor llama a Michael que
es el responsable de la agencia Mali Experience Tours y dice que está
viniendo.
Cuando llega se van 3 con el otro 4 x 4 y nos quedamos 8 en otro.
Van 2 delante con el conductor, 3 detrás y otros 3 en el ultimo asiento.
Se va fatal y lo digo por experiencia ya que se bota mucho y los tres
vamos muy achuchados.
A las 2 horas y media llegamos a Douentza donde desayunamos. Ha sido una
carretera asfaltada y no ha ido mal, pero nos han dicho que lo que falta
es más durillo.
Aquí la botella de agua vale 600 CFA, los cafés con leche 150 CFA y los
bocadillos de tortilla francesa te los hacen al momento y tienen muy
buena pinta.
Hay muchos niños que se echan encima de nosotros para conseguir un trozo
de galleta, o un poco de pan, lo que sea pues están hambrientos.
Seguimos camino y es horroroso como vamos de rápido y los botes que
damos los que vamos al final. Otro inconveniente es el polvo que entra
por todas las rendijas y en poco tiempo nos deja totalmente impregnados
y sucios. También hay abundancia de baches que a la velocidad que vamos
nos hace temer por nuestra integridad física.
Hay controles policiales y en uno de ellos nos quieren requisar una
cámara de fotos porque según el hemos hecho fotos de la caseta de
control. El conductor le dice que hemos hecho solo de las montañas que
son muy bonitas, parecidas a Montserrat, y al final todo se queda en
nada.
Paramos un momento después de un control y el coche decide que no quiere
seguir funcionando con lo cual estando los 9 dentro del coche nos
empujan un montón de hombres y consiguen arrancarlo.
La pista discurre por 195 km de pesadilla hasta que llegamos al
embarcadero en Korioumé.
Tenemos que esperar unos minutos hasta que llega el “ferry” y nos deja
en la otra orilla.
Llegamos sobre las 2 del mediodía al hotel Bouctou donde tenemos
reservada habitación. Cuesta 22500 CFA más 500 CFA de tasa turística con
desayuno incluido. La habitación es muy grande con el cuarto de baño
dentro pero un poco destartalada y con muebles del siglo XV. A pesar de
todo como estamos molidos nos parece una suite.
Visto lo visto, recomendamos encarecidamente que a poder ser se coja un
avión que en una hora te lleva de Mopti a esta ciudad y evitarse el
martirio chino del 4 x 4.
Tombuctú, es el nombre de la sexta región de Mali creada en 1977,
pero ha sido desde siempre uno de los sitios más emblemáticos y famosos
en el mundo. Es la región más grande, pero como la mayoría del
territorio es el desierto del Sahara, los pocos habitantes que tiene se
concentran a orillas del río Níger. Realmente el río está a 19 Km. en el
poblado de Korioume.
Tiene 3 impresionantes mezquitas y las casas de los antiguos
exploradores que son patrimonio de la humanidad, pero está totalmente
rodeada del desierto y ha perdido toda la espectacularidad que se
presupone que tenía en tiempos pretéritos. Es una ciudad como
adormilada, que tiene trazos de su antiguo esplendor pero que ahora hay
que hacer grandes esfuerzos para intuir lo que fue.
Las placas de sal han sido una mercancía codiciada desde antiguo,
todavía hoy las caravanas cruzan el Sahara para obtener el preciado
mineral. Viene de las minas de Taudeni a lomos de camellos y
antiguamente se cambiaba por esclavos y por oro. Según los relatos
árabes se vendía por su peso en oro. De vuelta se llevaban esclavos a
las minas de sal, uno de los lugares más espantosos del mundo. El viaje
actualmente dura un mes, y se hace a partir de noviembre igual que se ha
hecho durante cientos de años. Los camellos vienen cargados con barras
de sal cuyo peso oscila alrededor de los cincuenta kilos.
La fundación de Tombuctú data de principios del siglo XII por
nómadas tuareg que seguramente la utilizaban como almacenes de grano
mientras ellos estaban en el desierto. Era solo un oasis para los
viajeros que cruzaban el desierto, estratégicamente importante pero no
el lugar tan importante en que luego se convertiría.
Su apogeo estuvo entre 1493 y 1591, ya que al estar a solo 10 Km. del
río Níger podían traer mercancías del sur como oro, nueces de cola,
marfil, plumas de avestruz y esclavos y desde el norte sal, cobre, ropas
y caballos.
En esta época gobernaba Sonni Ali Ver que lo había conquistado para los
Songhay, y como era musulmán tuvo un interés muy grande en que la
religión se propagase y fuese un lugar de enseñanza religiosa del Islam.
A mediados del siglo 16 había 150 escuelas coránicas y los estudiantes
venían tanto del norte de África como del medio Oriente.
Hay grandes estudiosos del Islam que surgieron de sus escuelas como
Ahmed Baba que produjo más de 50 trabajos relativos a temas religiosos y
jurisprudencia.
Durante el siglo XV en España como ya sabemos hubo una persecución de
los musulmanes a los cuales se acosó y se echó de todos los territorios
de la península ibérica. Muchos de ellos fueron a parar a Tumbuktu. Una
de las familias fue la Kati que fue expulsada de Toledo y se llevó
toda su biblioteca en su exilio forzado. Llegó a la zona y poco después
emparentó como el emperador Askia Mohamed por matrimonio.
Esto hizo que los manuscritos imperiales se añadiesen a la ya abundante
biblioteca de la familia. A lo largo del siglo XVII se fueron
dispersando pues los herederos se llevaron valiosos manuscritos y se
perdieron muchísimos.
No fue hasta 1999 que otro descendiente de la familia Kati quiso
recuperar y agrupar los manuscritos familiares. En la actualidad se han
recuperado más de 3000 manuscritos con la ayuda de la Junta de Andalucía
que ha puesto mucho dinero y empeño para recuperarlos, y que en algunos
casos ha costado mucho esfuerzo y dedicación.
Faltan más de 4000 que todavía no han sido recuperados pero que tampoco
se podrán recuperar todos debido a que algunos se han destruido o
estaban en tan mal estado que es imposible su recuperación.
La joya de la colección es un Coran escrito en piel de corderos no
nacidos que no tienen pelo y de los cuales hay solo unos pocos
ejemplares en todo el mundo. Se ha habilitado una casa para guardar la
colección que por un módico precio se puede visitar.
Hay tres mezquitas, todas ellas restauradas recientemente por la
embajada americana en Bamako:
La Djingareiber Mosque, es la más antigua e interesante. Se construyó en
1325 por un andaluz arquitecto y poeta, Es Saheli, a las ordenes de
Kansan Moussa que acababa de volver de la Meca lleno de fervor
religioso. Está coronada como con una pirámide y en la base tiene torres
cónicas.
Las otras dos mezquitas fueron construidas sobre el siglo XV, la Sankore
Mosque y la Sidi Yehia Mosque. En Sankore también había una universidad
famosa en todo el territorio musulmán.
Las casas de los exploradores son las que habitaron: Gordon Laing, René
Caillié, Heinrich Barth, Oscar Lenz y otros.
Los escritos sobre una ciudad pavimentada en oro calentaron las
mentes de los occidentales que comenzaron a considerarla una ciudad
prohibida. Numerosos aventureros soñaban con descifrar uno de los
secretos mejor guardados por el continente africano. La Royal Society
decidió enviar a Mungo Park. El médico escocés se interno por estas
tierras en dos ocasiones, la primera vez en solitario, ayudado por gente
humilde que le ofrecieron su hospitalidad y le atendieron cuando cayó
enfermo de fiebres. Tenía tan pocas cosas que acabó pagando la comida
con botones de su camisa. Regresó al mando de una expedición militar la
cual fue menguando por la malaria y por la hostilidad de las gentes que
los veían como invasores. Murió en unos rápidos del Níger sin haber
llegado a Tombuctú, ya que el rio no pasa por la ciudad.
Como había mucho interés en encontrar estos reinos repletos de oro, la
Sociedad Geografica de Paris ofreció 10.000 francos al primer europeo
que llegase y trajese noticias de la ciudad. Salieron Laing y Caillé.
Llegó primero Laing pero cuando regresaba le atacaron unos bandidos en
el desierto y lo mataron. Caillé, dos años después alcanzó el objetivo y
volvió para contarlo cobrando la recompensa. Ya en Paris desmontó las
teorías sobre la ciudad diciendo que era todo lo contrario a una villa
fastuosa y repleta de oro.
Algunas de las casas se pueden visitar pero la mayoría son
particulares y por supuesto o te haces amigo del dueño o no la puedes
visitar.
Cerca de la casbah marroquí se encuentra el Institut de Hautes Etudes et
des Recherches Islamique Ahmed Baba, donde se guardan de 20.000 a 30.000
manuscritos, los cuales están siendo restaurados y estudiados por
estudiantes de postgrado de diferentes países árabes. El interés para
visitarlo es ver la cuidadosa restauración que se está llevando a cabo
por especialistas.
Hay un pequeño mercado muy agradable donde se ve la diversidad de etnias
que han ido a parar a esta ciudad pues encuentras tuareg, fula, bozo y
descendientes de marroquíes o incluso de personas que vivían tiempo ha
en España. Ves mujeres tapadas hasta los ojos y otras que van con escote
y minifaldas. En los hombres como van vestidos parecidos no llama tanto
la atención.
Nos siguen los niños como en todos sitios, y también se ofrecen como
guías lo cual agradecemos pero pensamos que no es necesario.
Según el escritor Chema Rodríguez: ” el viaje a Tombuctú es lo que
cuenta, la estancia es un suplicio, calor insoportable, tuaregs que han
abandonado el desierto y matan por venderte el alma, arena ardiendo en
los oídos, orines rodando libres por las calles, muros de palacios
derruidos, la muerte acechando a las afueras como un ejercito de
dunas
implacable …. “ lo cual suscribimos en su totalidad.
Queríamos ir a cenar al hotel Azalay, pero cuando vamos a preguntar
entra en la cocina el recepcionista y nos dicen que no tienen comida.
Este es el hotel más lujoso de la ciudad, lo cual da una idea de lo poco
visitado que está.
Unas dos semanas después de estar nosotros se celebraba el festival de
música del desierto y este año iba La Electrica Dharma que es un
conjunto catalán y que por la tele salió una de sus actuaciones.
Al final también cenamos en el hotel Bouctou, unas brochetas de carne
con patatas fritas y cerveza por 11.000 CFA. Aquí las cervezas cuestan
1500 CFA, suponemos que por la dificultad del transporte. Se puede
elegir entre la brocheta, espaguetis y sopa.
DIA 8
A las 6:30 ya estamos desayunando nuestro pan con mermelada y café. En
teoría se sale a las 7, pero esto es África y vemos que faltan 3
personas, que ya estaban en la ciudad y que van a compartir nuestra
pinaza. El conductor que nos tiene que llevar no sabe quienes son, ni la
habitación donde están alojados ni nada.
Después de muchas llamadas telefónicas, (gracias a Dios por el móvil)
del conductor, nos dice que se han ido a dar un paseo en camello para
ver la salida del sol y que hasta las 8:30 no volverán.
Para hacer tiempo nos dice que si queremos nos lleva a la oficina de
turismo y que allí nos pondrán el sello de la ciudad gratis.
Allá vamos pero cuando nos lo han puesto nos quieren cobrar 1000 CFA y
nosotros nos negamos porque en la guía pone que es gratis.
Al final no pagamos pese al enfado del funcionario que suponemos quería
un extra.
Vuelven los 3 extraviados y los restantes que somos 7 los miramos un
poco mal. No sabemos de donde son y al final nos enteramos que son 2
noruegas y un inglés.
Salimos con la pinaza a las 9 después de comprar agua porque nos dicen
que es necesaria. Compramos para 3 personas 12 botellas de agua por
10.000 CFA.
Comenzamos la navegación y hace bastante frio porque la brisa es helada
con lo cual nos ponemos encima toda la ropa de abrigo que llevamos.
Después cuando sale el sol se está un poco mejor.
A las 12,30 nos dan de comer arroz con salsa de verduras que deja
bastante que desear. Nuestro cocinero no es muy bueno y deja que el
arroz hierva una hora y luego queda como una pasta.
Pasamos bastante lejos de las orillas, y aunque vemos poblados están muy
apartados. Son similares con chozas hechas de barro con techos de hojas
de palmera y pequeñas mezquitas de estilo sudanés para la oración.
Llevamos un motor bastante ruidoso y las horas se hacen muy largas con
lo que si hay alguien un poco nervioso no es recomendable.
Para cenar nos dan espaguetis con la misma salsa.
Paramos en la ribera del rio para plantar las tiendas, ya es de noche y
no se ve nada. Queremos hacer un poco de fuego pero no hay leña, solo
unos arbustos que se queman en seguida.
A las 9 ya estamos durmiendo porque no hay nada mejor que hacer.
Nosotros somos 3 en la tienda y estamos un poco apretados, pero tenemos
unas colchonetas que hacen que no sea tan incomodo.
DIA 9
A las 6 de la mañana ya estamos navegando y como hace un frio que pela
nos ponemos
el saco de dormir por encima para no quedarnos congelados.
Al mediodía paramos en Niafunke, donde nació uno de los músicos de blues
más famosos de Mali, Ali Farka Touré. Es un pueblucho como todos los que
hemos visto antes sin nada a destacar. También aprovechan para comprar
algo que necesitaban los barqueros.
Nos dan de comer pasta con un poco de carne que debe de ser de camello
por lo dura y correosa.
El Níger es algo más que un rio. Es la arteria principal del país y por
él navegan miles de personas. Todo tipo de mercancías son transportadas
por allí, todo está muy vivo, siempre pasan cosas y solo toca observar.
Nos cruzamos con varias pinazas públicas llenas a rebosar de todo tipo
de cosas, fardos de algodón, sacos de arroz, cestos con frutas y
verduras, grandes bloques de sal, motos, bicicletas, jaulas de madera
con gallinas, cabras, calabazas, cualquier cosa se puede llevar en la
pinaza.
Nunca se dice no a nada ni a nadie, y si se tienen que esperar 200
personas porque está llegando una tardona, no pasa nada. El tiempo no es
como el nuestro, nadie se queja por salir más tarde. Están acostumbrados
y lo aceptan.
La línea de flotación está casi rozando el agua debido al peso que
llevan. Conocimos a unos holandeses que hicieron la travesía en pinaza
pública desde Mopti a Tombuctú, y les tocó hacerlo encima de unos sacos
de arroz, durante los 2 días que dura la travesía.
Por cierto nuestra pinaza turística tiene un lavabo muy rustico eso s,
pero lavabo al fin y al cabo, donde tienes que hacer unos equilibrios
interesantes para no caerte.
Cuesta acostumbrarte a este ritmo tan lento. No hay pudor y se puede ver
como la gente va al rio a lavar la ropa, lavarse ellos, lavar los
cacharos de la cocina, lavar el coche, los animales también se van a
lavar, los hombres pescan etc.
El rio Níger tiene una longitud de 4200 km de los que 1700 discurren
sobre territorio de Mali. Su curso es placido y en él mueren pequeños
afluentes. Nace en Guinea Conakry en las montañas de Futa Djalon y sube
rumbo al desierto pero al llegar a Tombuctú traza una gran curva hacia
las aguas del Océano Atlántico, en el Golfo de Guinea.
La llegada de la pinaza a cualquier poblado levanta una gran
expectación. Los niños te persiguen diciendo “tubabu, cadeaux, bombom”.
Durante la navegación divisamos en la lejanía pescadores con su pértiga
de madera propulsando una larga piragua.
Paramos sobre las 6 de la tarde pero esta vez si que hay un poblado muy
cerca y al instante nos vemos rodeados de chiquillos pidiendo todo.
Después de nosotros llegan 2 pinazas turísticas más que también acampan
a nuestro lado pero no nos relacionamos con ellos.
Para cenar pasta con salsa, la cual la estamos aborreciendo.
Toda la noche tenemos música a toda potencia pues deben tener un casete
y con el silencio que hay retumba como si lo tuviésemos dentro de la
tienda.
DIA 10
Volvemos a salir a las 6 de la mañana y cuando nos despertamos vemos que
ya se han ido las otras 2 pinazas.
Paramos en un pueblo que se llama Saba donde hay una mezquita muy
espectacular y también miles de niños a los cuales les damos camisetas
ya que van medio desnudos.
Pasamos por el Lago Debo que tiene de lado a lado unos 30 km de
ancho y en algunos tramos no se ve la orilla. Parece un mar y el agua
tiene oleaje que se empeora cuando
hace viento.
En teoría hay hipopótamos pero no vemos ninguno, solo se ven garzas,
ibis y bastantes pájaros destacando el Martín pescador de varios tipos,
aunque parece que cuando se ven mucho pajaros es en Febrero.
Llegamos a Mopti sobre las 6 de la tarde.
El hotel está a tope y gracias a que habíamos reservado tenemos
habitación.
Parece mentira pero a pesar de no haber hecho nada en 3 días estamos
cansados.
DIA 11
Hoy nos lo tomamos de relax y lo único que tenemos que hacer es reservar
el tour de los Dogón que contratamos también a Mickael de Mali
Adventures. Nos cuesta 4 días 3 noches 100.000 CFA por persona. Está
todo incluido excepto la entrada a un festival de mascaras que se
celebra en Nombori y cuesta 4000 CFA que deberemos pagar cuando
lleguemos. Desde el 26 de Diciembre al 6 de Enero, cada día hacen el
festival para los turistas.
Preguntamos cuando sale el autobús a Segou para cuando volvamos del
treking y nos dicen que sale cada mañana a las 6:30, habiendo varias
compañías y se puede reservar con antelación.
Resuelto este tema nos vamos al barrio antiguo de Mopti (Komoguel) donde
hay un mercado y venden algo de verdura, pescado, cacahuetes y poco más.
En la calle hay unas señoras que te fríen el pescadito y tiene muy buena
pinta.
Hay unos carteles con un dibujo donde se pide que la gente tire los
desperdicios dentro de las papeleras, lo cual es una utopía si te fijas
en el estercolero que es toda la ciudad.
Mopti es la capital de la quinta región de Mali, y hasta el siglo XIX
fue un pequeño poblado de pescadores Bozo. El emperador decidió poner su
sede aquí en detrimento de Djenee y los franceses también trajeron sus
negocios, con lo cual empezó a convertirse en lo que es hoy, la segunda
ciudad de Mali después de Bamako.
Tiene unos 100.000 habitantes, los cuales son principalmente Bozos, Peul,
Dogon, Tuareg, Songhay y Bambara.
El puerto es la visita más importante en Mopti, ya que es un hervidero
de gente siempre, con los talleres de fabricación de barcas al lado,
donde hacen las pinazas las cuales pueden llegar a transportar 150
toneladas de carga.
Se puede ir en pinaza a los poblados bozo que hay en las cercanías pero
nosotros
decidimos que ya hemos tenido suficiente pinaza en este viaje y
no lo hacemos. Luego nos comentan algunos compañeros que si lo hacen que
realmente no vale la pena. El comentario que nos hizo nuestro amigo Darren fue escueto pero claro “Nothing to see”.
A unos 12 km está la ciudad de Sevare donde tienen su base la mayoría de
ONG’s que trabajan en la zona, pero no tiene nada que ver, aunque hay 2
hoteles que están bien “Hotel Ambedjele” y el Mac’s Refugee.
El Ambedjele es de unas catalanas y es de súper lujo, la habitación
cuesta a partir de 40.000 CFA y el restaurante es tan caro como en
España, eso sí, puedes fiarte de todo lo que comes porque es muy
estricto en cuestiones de sanidad.
El Mac’s Refugee es de un señor que se llama Mac, que sus padres fueron
misioneros en Mali y el se quedó y montó este hotel que es recomendable.
El restaurante es original porque cada día hace una noche temática
y puedes degustar comida francesa, americana, italiana, maliense etc.
Nosotros vamos a comer al Restaurante Seguí donde nos espera un vendedor
para que le compremos un sombrero cónico de los que llevan los pastores
de piel de cabra. Al final se lo compramos por 7000 CFA.
Nos vamos a descansar y a la tarde paseíto en la ribera pero vamos
dirección norte hasta un momento que nos prohíben seguir andando unos
carteles que dicen que es zona militar.
Nos vuelven a ofrecer todo tipo de baratijas y si no muestras
interés se cansan rápido y te dejan en paz, el problema es si te
interesas por algo, aquí si que has pringado. A nosotros nos pasa con un
collar que tiene la moneda antigua de Djenee que al final acabamos
comprando por agotamiento.
DIA 12
A las 7 ya estamos preparados para salir como nos habían indicado el día
anterior pero como siempre tenemos que esperar porque se ha dormido el
Mickael. Vamos en un Peugeot 505 atrotinado al hotel Mac’s Refugee donde
recogemos a una pareja de ingleses que hará el treking con nosotros. Ya
viene con nosotros nuestro guía Dogón que se llama Abdulá. Tiene 24 años
y está casado desde hace 3 años pero no tiene hijos y sus amigos se
burlan porque dudan de su hombría. Es huérfano de madre desde hace 10
años y de padre desde hace 7 años con lo que es el cabeza de la familia
teniendo que cuidar de su 5 hermanos y de la abuela.
Su ilusión es tener 10 hijos pero con solo una mujer porque se lo
prometió a su padre que no se casaría más de una vez, a pesar que su
religión le permite 4 esposas y hay gente del país Dogón que se casa con
más mujeres incluso.
En las guías aconseja que se vaya con un guía del país Dogón porque
ayuda a relacionarse con los jefes de los poblados y entender muchos
tabúes y ritos que nosotros por ignorancia romperíamos.
Aquí os ponemos unas cuantas expresiones en Bambara que es el idioma que
hablan los dogón:
Buenos días = ani sogome
Buenos días (12 PM a 15 PM) = ani telé
De 15 PM a 18 PM = ani ula
A partir de las 18 PM = ani su
¿Como va la familia?= ¿somoko kakoné?
¿cómo va la salud? = ¿erasira?
Aquí en idioma dogón:
Buenos días= Agapo
Medio día = naitegopo
Tarde = daguenopo
Noche = dagapo
¿Qué tal? = Sewo
¿Qué tal la familia? = ¿umanasewo?
Gracias = Birapo
El país Dogón está en la Falla de Bandiagara, y la primera parada
precisamente es esta ciudad que no tiene nada a visitar pero nuestro
guía tiene que comprar algunas cosas y como nos dice que no ha
desayunado pues encarga un bocadillo de tortilla fantástico.
Al rato ya salimos dirección Djiguibombo, la pista es bastante mala y ya
nos encontramos gente que va andando de vuelta del treking.
Tardamos sobre una hora en llegar, por una zona prácticamente
desnuda de vegetación en la que en ocasiones aparecen extrañas rocas
erosionadas por el viento y árboles con formas imposibles.
Lo primero que llama la atención es la forma de los graneros, con muros
de adobe y
cubiertos con techos de paja cónicos, y la distribución
espacial de las edificaciones. Su disposición teórica debe presentar una
forma oval, simbolizando un cuerpo humano con todos sus miembros. En la
parte de la cabeza estarían la herrería y la toguná o casa de la
palabra; las ginnas que son los grupos de viviendas donde viven todos
los descendientes de un ancestro común ocuparían el emplazamiento de los
pechos; sobre las manos encontraríamos las casas en las que se aíslan
las mujeres durante la menstruación; un poco más abajo, dos altares
identificarían el órgano masculino en forma de cono y el femenino una
piedra cóncava, y otros pequeños altares estarían sobre los pies.
La casa de las mujeres es el único edificio circular grande a las
afueras del pueblo y cuando les llega el periodo se aíslan en ella
durante cinco días, el ultimo lavan los vestidos, se purifican, untan
sus cuerpos con aceites y salen al encuentro del marido.
También la toguná es característica pues tiene un grueso techo de paja y
tallos de mijo sostenido por ocho pilares de piedra o madera.
En el interior de los graneros Dogón existen ocho compartimentos que se
corresponden con las variedades de cereales que cultivan, con sus ocho
antepasados míticos y con las ocho partes en que dividen el cuerpo
humano.
Los Dogón no han vivido siempre aquí. Parece que hacia el siglo XIV
vinieron a la región procedentes del Mandé, gobernado por los
emperadores Keita, y desplazaron de los acantilados a los bana o tellem
(hombrecillos rojos), que vivían de la caza cuando el bosque crecía
hasta el mismo borde de los roquedales.
Fueron los tellem los que construyeron esas casas que hoy se pueden ver
colgadas en las paredes. Se accedía a ellas mediante cuerdas trenzadas
con fibras vegetales que descendían hasta el suelo, estando las
distintas plataformas igualmente comunicadas por cordajes y escaleras.
El conjunto era seguro e inexpugnable.
Los Dogón han guardado sus costumbres ancestrales a pesar de la
influencia del Islam en torno a la religión tradicional expresada en una
cosmogonía cuyos símbolos ocupan a decenas de estudiosos.
Kani Kombole no está construida en la misma falla sino en la misma
esquina donde empieza. Sin embargo tiene una mezquita muy atractiva en
estilo sudanés debido a la gran cantidad de pueblo dogón que se ha
convertido al Islam. Allí compramos nueces de cola que nos asegura
el guía que es necesario para dar a los ancianos que nos encontremos
estos días y a los jefes de aldea. Compramos un kilo por 6000 CFA,
aunque parece ser que en Mopti lo hubiésemos podido comprar por la mitad
de dinero. Luego nos sobrarán porque no son tan importantes.
Al lado de la mezquita hay un sitio donde solo trabajan niños que están
construyendo ladrillos de adobe. No les gusta nada que queramos hacerles
fotos.
De allí el siguiente pueblo por donde pasamos es Telli que está a 4 Km.
con habitaciones tellem, que ahora se utilizan como graneros o para
enterrar a los muertos. Vemos huesos y calaveras incrustados en los
muros de barro, paredes con dibujos geométricos de colores, grandes
cantaros etc.
Antes los dogón vivían en los acantilados por razones de seguridad para
protegerse de los depredadores como hienas y leones o de otras tribus.
Hace unos 60 años cuando los franceses dejaron de ser una amenaza para
ellos se desplazaron a vivir a los pies del acantilado ya que era
costoso para las mujeres subir cada día el agua que necesitaban por la
pared ya que a pesar de que han hecho como unos escalones de
piedra sigue siendo difícil y peligroso.
Todavía hace 10 años vivían familias arriba pero ahora ya no queda
ninguna.
Esos pequeños habitáculos están restaurados y pagando una pequeña
cantidad se puede subir y ver la panorámica.
Abajo se ve la pequeña iglesia, bastante fea por cierta porque el techo
es de hierro corrugado, también la pequeña mezquita de adobe y todo esto
mezclado con las
creencias animistas que todavía se conservan dan idea
de la tolerancia religiosa que hay en estos lugares.
A 4 Km. de aquí nos encontramos Ende donde nos deja ya el coche y
comenzaremos a andar. Hoy ha habido mercado pero ya ha acabado porque
son más de las 12. Los mercados en el país dogón se celebran cada 5 días
ya que allá las semanas solo tienen 5 días lo cual hace difícil saber
cuando hay o no.
Aquí todavía vive uno de los 4 hogón que quedan en el país dogón.
El hogón es el interprete y depositario de todo el saber de su sistema
de creencias y es al mismo tiempo, sacerdote y jefe de poblado. Preside
las ceremonias religiosas, administra la justicia, reside en una casa
ornamentada con los símbolos que le corresponden y se halla liberado de
trabajos físicos. Sus tierras las cultivan por riguroso turno los
hombres de la comunidad y se halla sujeto a tabúes como el de no caminar
descalzo. En el caso de hambrunas el granero de los hogón constituye una
reserva de seguridad para los vecinos.
Cuando visitas al hogón hay que recordar que no lo puede tocar nadie,
tampoco su asiento, que sirve como altar para sacrificios. Es
recomendable llevarle unas nueces de cola y dejárselo a sus pies.
Endé está dividida en 4 barrios, hay tiendas donde venden bogolans que
son unas telas con dibujos en colores terrosos, que tienen un proceso de
elaboración bastante lento desde el cardado de la lana hasta el proceso
de decoración. Hay que tenerlo en cuenta a la hora de regatear los
precios.
Comenzamos a andar bajo un sol de justicia en un suelo arenoso que
dificulta nuestros pasos pero como estamos empezando lo llevamos bien.
Después de 2 horas de camino llegamos a Yabatolou donde nos dan de comer
un arroz muy bueno con pollo.
Comenzamos a andar después de un rato de siesta por un camino de arena
que nos lleva a Indelou. Este pueblo es completamente animista y nuestro
guía dice que son peligrosos y que no nos podemos acercar. Parece ser
que siguen haciendo sacrificios con animales y algunas paredes no pueden
ser tocadas. De aquí tenemos otros 3 Km. hasta Begni Mato, subiendo por
la falla y hay algunos sitios donde falta la respiración porque a pesar
que el desnivel es de solo 100 metros se hace difícil y tienes que
utilizar 3 puntos de apoyo.
Llegamos cerca de las 6 de la tarde y hay unas vistas impresionantes de
la falla. Nos enseñan nuestra habitación que es una choza con el suelo
de tierra y un colchón encima.
Al momento es noche cerrada y tenemos que utilizar nuestras linternas
porque no hay nada de luz. Empieza a refrescar bastante con lo que nos
ponemos toda la ropa que llevamos.
Nos dan de cenar cuscus con la salsa de siempre y muy pronto nos vamos a
dormir ya que estamos un poco resfriados y tampoco hay mucho que hacer.
Los lavabos son un agujero en el suelo que cae directamente debajo de la
falla y las duchas son unos cubos de agua que te pueden calentar una
poco para la ducha, aunque con la poca leña que tienen nosotros
decidimos no hacer gasto, ya nos ducharemos otro día.
DÍA 13
Cuando nos levantamos vemos una caravana de mujeres con recipientes en
la cabeza llenos de agua que han tenido que ir a buscar debajo de la
falla. Cada día lo mismo y varias veces al día si hay turistas porque
gastamos mucho más que ellos.
Estamos en la época seca y la temperatura por la noche y cuando está
amaneciendo y no ha salido el sol es muy fría y ellos lo pasan mal ya
que no tienen ropa de abrigo. Allá te acuerdas de la cantidad de ropa
que tenemos todos nosotros y todo lo que tiramos que a ellos les haría
tanta falta. El problema es que tu como turista mochilero llevas muy
poca ropa y en estos días menos porque vas acarreando tus mochilas y el
peso se hace notar. Su vida es muy dura.
A las 7 de la mañana estamos desayunando un pan tostado (el primero que
nos dan) quesitos, miel, mermelada, café y leche en polvo. El menú
es el mismo en todos los tours. Hay muy poca variedad en Mali.
En este campament somos unas 12 personas, de distintos grupos que hacen
el mismo recorrido pero que luego no te los encuentras porque van
parando a distintas horas o en distintos pueblos.
Después del desayuno empezamos a andar y hacemos 7 Km. hasta Dourou.
Antes pasamos por Indeli donde hay plantaciones de cebollas que son muy
apreciadas en todo Mali y también se exportan a los países de alrededor.
Pasamos por dunas de color rosa y naranja con vistas a la llanura de
Gondo.
A Douro se puede llegar también en coche desde Bandiagara. Aquí nos dan
de comer arroz con pollo. Una novedad es que nos dan papaya de postre
que está muy buena.
Aquí se nos acopla un niño del pueblo que le lleva la mochila a nuestro
guía. Abdula dice que tiene la espalda mal y que por eso la lleva este
niño.
Cae un sol de justicia pero salimos porque tenemos que llegar a
Nombori a las 3 de la tarde pues empiezan las danzas.
Tenemos que bajar por una garganta complicada ya que es muy empinada y
resbala. Cuando llegamos a Nombori nos cobran 4000 CFA por persona que
es la entrada para ver las danzas.
Al principio solo bailan las mujeres que están vestidas con unas túnicas
de índigo azul que solo usan para las danzas.
Son muy monótonas, pero al poco salen los hombres con las mascaras
mucho más animado. También salen unos danzantes encima de unos zancos de
unos 3 metros de altura.
Estos bailes tienen una simbología muy complicada pero nuestro guía no
nos explica casi nada porque habla muy poco inglés.
A las 5 se acaba. Vamos a nuestro Campament que se llama Baobab y está
en lo más alto con unas vistas maravillosas de todo el pueblo y de la
llanura.
Aquí como es Nochevieja nos ofrecen una fiesta particular con danzantes
pero como la noche anterior la hemos pasado muy mal declinamos la
oferta. Igualmente la hacen, empieza sobre las 8 y dura hasta las 12,
cuando empiezan a gritar Bon anne, durante media hora seguida y pican en
la puerta de la habitación.
Tienen tanto aguante porque todo el mundo bebe cerveza de mijo y están
bolingas. Es gracioso porque con un cacharro imitan las campanadas de
las 12, y hacen la cuenta atrás.
DÍA 14
En este pueblo han hecho un museo donde se pretende que no se expolie
las antigüedades de estos pueblos, ya que han llenada anticuarios que se
han llevado puertas, mascaras, esculturas etc, y se están quedando sin
nada. Con las entradas ganan algo de dinero y sobre todo se dan cuenta
de la importancia de su cultura.
Empezamos a andar y toda la gente que nos vamos encontrando nos va
saludando y deseándonos un buen año.
Pasamos por Ydeli Na, Komokani y sobre las 12 llegamos a Tereli, donde
nos dan unos colchones para después de comer descansar un poco de la
caminata (unos 8 Km.).
Cuando ha bajado un poco el sol llegamos a Amani (3 Km.) donde hay una
charca llena de cocodrilos sagrados (unos 20), no muy grandes pues miden
1,5 metros. Este pueblo es sagrado para el pueblo dogón pues están
guardadas las mascaras que se utilizan en el festival Sigui, que se
celebra cada 60 años.
Es la fiesta relacionada con la transmisión de la lengua secreta – sigui
so- que usan los miembros de la sociedad de las mascaras. En ella tienen
un gran papel los iniciados que ya vivieron uno de estos acontecimientos
en su juventud. Ellos se ocupan de instruir a los jóvenes que deberán
dirigir los preparativos de la siguiente. Son días de canciones, danzas
y rituales. Luego las mascaras volverán a las cuevas donde las conservan
los
hombres de la sociedad.
El próximo festival es en 2027.
Para hacer fotos en teoría se tiene que pagar 1000 CFA pero nosotros no
pagamos nada. Los cocodrilos están muy parados y solo se mueven si pagas
un pollo y se lo tiran.
Tras 3 Km. llegamos a Ireli donde dormiremos. Aquí tenemos camas, todo
un lujo. La ducha es un bidón con un grifo, y en los lavabos tienes una
vasija con agua para echar después del uso.
Este campamento si que está lleno pues somos más de 30 personas. La
mayoría prefiere dormir en las terrazas viendo las estrellas, aunque los
lugareños dicen que por la noche hace bastante frío. El agua cuesta 1200
CFA y las cervezas 1250 CFA.
En 1930 unos jefes de poblado explicaron todas sus tradiciones al
francés Marcel Griaule. Este antropólogo se quedo alucinado con algunas
de las explicaciones de los dogón.
Conocían los anillos de Saturno o las lunas de Júpiter cuando son cosas
que es imposible verlas a simple vista.
Más sorprendente fue la adoración a una estrella llamada Sirius que es
la que brilla más desde la tierra.
Sirius de hecho son 3 estrellas, 2 de ellas invisibles desde la tierra,
aunque en su tradición oral ya se habla de las 3, desde hace cientos de
años.
DÍA 15
Cuando acabamos de desayunar subimos por la falla para ver las antiguas
viviendas de los Tellen. El acantilado es muy escarpado y se entiende
porque cambiaron sus viviendas abajo ya que para acarrear el agua arriba
era muy complicado. Hay tanta pendiente que los dogón pensaban que los
tellen volaban.
Después de 4 Km. de camino llegamos a Banani. El camino es dificultoso y
nuestra compañera inglesa lo está pasando mal ya que tiene vómitos y
diarrea con lo que aquí deciden coger un 4 x 4 que les lleve a Sanga
donde nos espera el taxista del primer día. Les cobran 10.000 CFA.
Después de comer visitamos el pueblo que tiene un poco de todo:
Arquitectura Tellem, cuevas mortuorias, graneros, togunas etc.
Subimos a la cresta de la falla por un camino que hace que el corazón se
te salga, aunque los lugareños suben como si fuera todo plano.
Aquí cerca de Omani tiene la casa Miguel Barceló, con unas vistas
espectaculares a Banani.
Después de 3 Km. llegamos a Sanga, punto final de nuestro treking.
Aquí están comiendo nuestros compañeros y cuando acaban nos metemos en
el taxi, para hacer 40 Km. horrorosos por los baches que hay y por lo
incomodo que son los asientos porque están rotos.
Tardamos más de 2 horas en hacerlos.
Poco después de Bandiagara a 11 Km. encontramos el desvío a Songho.
Es un pueblo típico por las sabanas y las colchas de algodón. También se
visita porque tiene unas grutas y unas pinturas en las rocas que
representan los diferentes clanes de la región.
Cada 3 años en esas grutas se hace la circuncisión a los niños. Otros
días se hace la infibulación a las niñas. El gobierno de Mali lo ha
prohibido pero ante mi pregunta a nuestro guía, nos dice que ellos no
hacen caso al gobierno. Nos lo justifica
porque según el si no lo
hicieran las mujeres se irían con cualquiera. Yo le digo que a mi no me
lo han hecho y soy fiel.
Este pueblo ha construido un campament que pertenece a todo el pueblo y
el dinero que se recauda se utiliza para poner paneles de energía solar,
mantenimiento de la escuela o de la carretera que llega al pueblo.
También hay que pagar una tasa turística pero a nosotros no nos la piden
porque en teoría está incluido en nuestro precio.
A partir de aquí la carretera es buena y en poco rato llegamos a Sevaré
donde nos despedimos de nuestros compañero de viaje y llegamos a nuestro
hotel en Mopti con su ducha y nuestra cama limpia. Pedimos unas colchas
porque por la noche refresca mucho. Ha habido un cambio respecto a los
primeros días.
El pollo rustido nos sabe a gloria en el restaurant que hay en la azotea,
después de tanta pasta.
Esta noche vemos muchos mosquitos con lo que utilizamos la mosquitera.
DÍA 16
Después de desayunar vamos a comprar los billetes para Ségou. Nos
cuestan 6000 CFA y vamos con la Bani Transport que nos dicen que es de
las mejores compañías. Incluso nos dan unos tickets.
Como es jueves nos vamos al mercado, que está muy concurrido aunque lo
que venden no es demasiado interesante.
Hay pescado fresco y seco, sal, que llega de Tombuctú por el Níger que
van cortando con un cuchillo y vendiéndolos.
La sal en un país como este donde la gran mayoría no tiene electricidad
es muy importante.
Otros artículos a la venta son calabazas, telas, mantas, ropa usada,
frutas, tomates y cebollas.
Los sastres en un momento te hacen un modelito como tu quieras.
Con los pocos recursos que tienen las mujeres van muy elegantes con
turbantes y adornos de todo tipo.
Nos vamos a comer al restaurante Bozo, brocheta de capitán, capitán a la
plancha con patatas fritas y cerveza, Todo nos cuesta 9000 CFA.
Casi no tenemos sitio pues hay decenas de turistas, compartimos mesa con
unos catalanes que habíamos conocido en Sanga.
Mientras esperas la comida no te aburres pues van pasando vendedores con
collares, pulseras, CD, etc.
También puedes ver las pinazas que van tan abarrotadas que parece
mentira que no se hundan.
Enfrente del hotel tenemos la asociación de inválidos de Mopti y han
montado una fiesta para unos cuantos turistas y nosotros desde la azotea
la podemos ver.
DÍA 17
A las 5:30 tenemos un taxi que nos lleva por 1000 CFA a la “estación de
buses”. No hay nadie, y pensamos que a lo mejor no salimos de Mopti. A
nosotros nos habían dicho que salía a las 6 de la mañana pero la gente
no pica y empieza a llegar sobre las 6 y cuarto más o menos.
A las 7 salimos y llegamos a Ségou sobre las 12:30. Nada que ver con el
viaje de ida. Este autocar es más moderno y más cómodo. No hace casi
paradas y llegamos en un
momento.
Hemos leído en la guía que el Hotel Djoliba es muy recomendable y que lo
lleva una pareja alemana. Tienen habitación doble con baño dentro por
21.000 CFA. El restaurante también tiene un menú del día muy sabroso por
4000 CFA.
Ségou es la capital de la cuarta región y la segunda ciudad de Mali.
Hay bastantes industrias afincadas aquí, lo cual hace que sea una ciudad
más cuidada que Bamako y más limpia. También es muy tranquila para
pasear aunque no hay nada que ver. Es famosa por su cerámica negra que
las mujeres modelan toda la semana y el domingo se ponen a hornear.
Para cenar vamos al Restaurante Le Golfe en la Plaza Da Monzón donde hay
un camarero muy simpático y la comida no está mal. Como está acabando el
viaje nos pedimos unas ensaladas que están muy buenas.
DÍA 18
Después de desayunar en nuestro hotel, donde nos dan una clavada de
impresión pues nos cuesta el desayuno completo 3750 CFA. Por esta
cantidad de dinero te dan una loncha de queso que se transparenta, un
poco de jamón dulce, un vaso de zumo de naranja, café y tostadas con
mermelada y mantequilla.
Nos vamos a ver los edificios coloniales que ahora son sede de
ministerios, empresas y ONG.
El día pasa con tranquilidad y por la noche como es sábado en nuestro
hotel hay pizza. Te dan un papelito y tu marcas todos los ingredientes
que quieres que te pongan. Vale lo mismo 4000 CFA independientemente de
lo que incluyas.
Está impresionantemente buena aunque el aceite que le ponemos pica un
montón.
DÍA 19
Como no venden los billetes por anticipado a las 7:30, Antonio va a
comprar los billetes para el bus. Cuesta 3000 CFA.
Nos dicen que saldremos sobre las 10 de la mañana y al final se hacen
las 11, pero salimos.
Llegamos 2 horas y media después a Bamako a la estación de autobuses de
Sogoninko. Cogemos un taxi que nos lleve a la misión católica.
Cuando llegamos les pedimos a las monjitas si nos pueden guardar las
mochilas unas horas hasta que nos vayamos al aeropuerto. No ponen ningún
problema y nos vamos a buscar algún sitio para comer y para dar
una vuelta.
Las horas se hacen muy largas porque Bamako es una ciudad que para
nosotros no tiene ningún interés. Al final nos vamos a la misión
católica y nos sentamos a leer un rato.
Enfrente mismo hay un chico que nos llevará al aeropuerto por 5000 CFA
cuando le digamos.
A las 10 de la noche ya estamos hartos y aunque el avión no sale hasta
las 3 y media de la madrugada nos vamos a la sala de espera del
aeropuerto. No hay ninguna tienda donde gastar las CFA que nos quedan
pero enfrente hay una casa de cambio que me las cambian aunque el tipo
de cambio no es demasiado bueno.
Los controles son muy exhaustivos ya que nos revisan 3 veces antes de
subir al avión, nos hacen abrir las mochilas de mano y revisan todo el
interior.
DIA 20
El avión se retrasa una hora con lo que dudamos que podamos coger el
enlace en Casablanca.
Cuando llegamos vamos corriendo aunque luego nos dicen que no hay prisa
porque también viene con retraso de Barcelona el avión.
Al final salimos con 3 horas de retraso.
A las 3 del mediodía ya tenemos las mochilas y vuelta a casa.