Entendemos por Metacognición la capacidad que tenemos de autoregular
el propio aprendizaje, es decir de planificar qué estrategias
se han de utilizar en cada situación, aplicarlas, controlar el proceso,
evaluarlo para detectar posibles fallos, y como
consecuencia... transferir todo ello a una nueva actuación.
Esto implica dos dimensiones muy relacionadas:
a) El conocimiento sobre la propia cognición implica ser capaz de
tomar conciencia del funcionamiento de nuestra manera de aprender
y comprender los factores que explican que los resultados de una
actividad, sean positivos o negativos. Por ejemplo: cuando un alumno
sabe que extraer las ideas principales de un texto favorece su
recuerdo o que organizar la información en un mapa conceptual favorece
la recuperación de una manera significativa. De esta manera puede
utilizar estas estrategias para mejorar su memoria.
Pero el conocimiento del propio conocimiento no siempre implica resultados
positivos en la actividad intelectual, ya que es necesario recuperarlo
y aplicarlo en actividades concretas y utilizar las estrategias
idóneas para cada situación de aprendizaje.
b) La regulación y control de las actividades que el alumno realiza
durante su aprendizaje. Esta dimensión incluye la planificación de
las actividades cognitivas, el control del proceso intelectual y
la evaluación de los resultados.
Aunque estos dos aspectos estan muy relacionados; el primero,
el conocimiento del propio conocimiento, surge más tarde en el niño
que la regulación y el control executivo, ya que este último depende
más de la situación y la actividad concreta.
Relación de la metacognición con las estrategias, habilidades de estudio
y otros procesos cognitivos y no cognitivos.
© 1996 Carles Dorado Perea
Inicio Página: 1-12-96
Última revisión: 25-2-97