TÉCNICAS DE ESTUDI
No dejéis de consultar esta maravillosa página.
Es una excelente herramienta para mejorar nuestros hábitos de estudio
y para adquirir o pulir las técnicas
necesarias para un buen rendimiento escolar.
Sólo se necesita constancia:
También encontraréis excelentes ejercicios en estas otras:
- http://www.juntadeandalucia.es/averroes/~cepco3/fondolector/
- http://www.auladeletras.net/aula/mod/resource/view.php?id=563 –
Y finalmente, ahí van algunos ejercicios y actividades de mi cosecha:
LEE EL SIGUIENTE TEXTO DEL QUE HAN “DESAPARECIDO” ALGUNAS LETRAS.
Marina me di o una v z
que sólo rec rdamos lo que n nca sucedió.
Pa aría una eterni ad
antes de que co prendiese aq ellas pa abras.
Pero más va e que mpiece por el pr
ncipio que en este ca o es el f nal.
En ma o de 1980 desapar cí del
mun o durante una sem na. Por espacio de s ete días y siete noch s, nadie
supo de mi parader .
Una se ana más tarde, un po
icía de paisano creyó reco ocer a aquel muchacho; la descripción encajaba. El
so pechoso vagaba por la e tación de Francia como un alma p rdida en una
cated al forjada de hierro y nieb a. El agente se me aproximó con aire de n
vela negra. Me pre untó si mi nom re era Óscar Drai y si era yo el much cho
que había desaparecido sin dejar rastro del intern do donde estudiaba. Asentí
sin despegar los labios. Re uerdo el reflejo de la bóveda de la es ación
sobre el crista de sus gafas.
Nos sentamos en un banc del andén. El poli ía encendió un cigarri o
con parsimonia. Lo dejó q emar sin llevárselo a los la ios. Me dijo que había
un mo tón de gente esperando hacerme mu
as preguntas para las que me co venía tener uenas respuestas. Asentí de nuevo. Me miró
a los jos, estudiándome. “A veces,
contar la erdad no es una buena idea,
Óscar”, dijo. Me tendió unas moned s y me pidió que llamase a m tutor en el internado. Así lo hice. El
policía aguardó a que hubiese hecho la ll mada. Luego me dio di ero para un
taxi y me deseó sue te. Le pregunté cómo sabía qe no iba a vol er a
desaparecer. Me observó largamente. “Sólo desaparece la g nte que tiene algún
sitio adonde ir”, contestó sin más. Me acompa ó hasta
l calle y allí se despidió, sin preguntarme
dónde había estado. Le vi alejarse por el Paseo Colón. El h mo de su
cigarrillo intacto le seguía como un perro fiel.
Durante cuat o sem nas,
maestros y psicólo os escolares me martillearon para que revelase mi secreto.
Mentí y ofrecí a cada cual lo que quería oír o lo que podía aceptar. Con el
ti mpo, todos se esforzaron en fingir que habían o vidado aquel episodio. Yo
seguí su ejempl . N nca le expliqué a nadie la verd d de lo que había
sucedido. Quince años más ta de, la memoria de aquel día ha vuelto a mí. He
v sto
a aquel muchacho vagando entre las br mas de la estación de Francia y el
nombre de Marina se ha encendido de un vo como una herida fresca.
T dos tenemos un secr to encerrado bajo la
llave en el ático del alma. Éste es el mío.
|
Inicio de la novela MARINA
de Carlos Ruiz Zafón
AHORA INDICA SI SON VERDADEROS (V) O FALSOS (F) LOS SIGUIENTES ENUNCIADOS:
Verdadero Falso
Verdadero Falso
Verdadero Falso
Verdadero Falso
Verdadero Falso
Verdadero Falso
Verdadero Falso
Verdadero Falso
Verdadero Falso