EL CABALLO
 
Ramón Llull: Oh!, mira que caballo más corpulento! Pero..., ¡está durmiendo! 

Caballo: ¡Iiiiiii Aaaaaaa! ¿Quién osa despertar a este gentil caballo? 

Ramón Llull: Soy Ramón Llull, para servirte, amigo mío. 

Caballo: Dime pues, ¿que estás buscando?  
 

 

Ramón Llull: He visto que en esta ciudad hay mucho racismo, y he pensado que tú podrías dar con la solución. ¿Qué crees que debo hacer? 

Caballo: Amigo, no soy lo suficientemente valiente para enfrentarme a este problema. Fíjate en mi costado derecho, tengo una gran cicatriz de cuando intenté defender a un magrebí con mi corpulencia, pero me hirieron con una espada. 

Ramón Llull: Te entiendo..., entonces...,  pues..., adiós. 

Caballo: ¡Buena suerte amigo! ¡Espera! Te quiero dar un consejo. Cuando te encuentres con algún racista, dale un buen merecido... ¡LUCHA! 

¿Piensas que ésta es la solución correcta?    SI     NO