3.1 La búsqueda de la personalidad Todos tenemos una imagen de nosotros mismos en la
que casi siempre salimos muy favorecidos; pero, ¿tal como nos vemos
nosotros es como nos ven los otros?
¿Somos cómo nos pensamos que somos o cómo dicen los otros
que somos? Nos medimos según lo que dicen los otros. Ciertamente, lo que los otros afirman de nosotros nos sirve para medirnos y crear nuestra propia imagen. Pero también hay una medida personal y también hay modelos a los que tendemos a acercarnos: el modelo del buen amigo, el del buen estudiante, el del buen hijo, el del buen jugador. Conocerse uno mismo es una muy antigua preocupación. Ya los griegos
habían escrito a la entrada del importante templo de Apolo, en Delfos:
Soy un chico o soy una chica: esto no lo he decidido yo, la natura lo ha hecho por mí; podemos decir que no depende de mí sinoque estoy determinado. Puedo teñirme los cabellos, comer desordenadamente, cambiar mi imagen: eso sí que depende de mí. Así, mi yo, mi identidad está hecha de aspectos que no dependen de mí y de aspectos que sí dependen de mí. Todos juntos conforman mi personalidad. He recibido parte de mi personalidad, soy nervioso o tranquilo, introvertido o simpático, alto o bajo; pero, por otro lado, aprendo y me voy haciendo más sociable, más optimista, no respondo violentamente a las provocaciones, en otras palabras, modelo mi carácter, perfilo mis cualidades, cambio mi manera de comportarme. Puedo decidir que quiero hacer con mi vida, puedo escoger un proyecto de futuro. Se suele decir, muy básicamente, que la personalidad está integrada por las características de temperamento y los características de carácter. Si la personalidad es mi fisonomía total o conjunto de facciones, siempre desarrollándose, incorporando todos los factores que intervienen en mí y en mi relación con los otros, el temperamento sería mi fisonomía psicofísica innata o heredada, y el carácter sería mi fisonomía psíquica habitual adquirida. Por lo tanto, en la configuración de mi personalidad hay aspectos que me vienen dados que no puedo cambiar, principalmente todo aquello determinado por mi código genético; pero hay aspectos que yo he ido adquiriendo, que he aprendido y he hecho totalmente míos y que, en cierta manera, yo he elegido. Incluso, depende de mí cómo asumo y cómo acepto o no todos los aspectos genéticos que no dependen de mí; ahora bien, en cuanto a todo aquello que sí depende de mí y que posibilita que yo "me vaya haciendo", tengo toda la responsabilidad. |
a. Hazlo tú: Niveles de autocononocimiento
b. Hazlo tú: Personalidad, temperamento y carácter
c. Hazlo tú: Emotividad, actividad y secundariedad
d. Hazlo tú: Ocho tipos de caracteres
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3.2 Somos sujetos: protagonistas y sujetados Todos conocemos la palabra "sujeto"; se dice que cada uno de nosotros es un sujeto, un yo con su propia identidad. Fijémonos, pero, que esta palabra tiene significados diferentes. Ser sujeto significa ser un yo protagonista, el actor principal de mi vida: yo quiero..., yo deseo..., yo hago...; como el sujeto gramatical de una oración a quien se le atribuye todo. Pero ser sujeto significa, también, estar sujetado o atado, estar ensogado o ligado a pluralidad de factores o condicionantes: estoy vinculado a mi sexo, a mi lengua materna, a mi familia. ¿Qué factores o ingredientes definen todo ser humano, dándole protagonismo y sujetándolo a la vez? a) Ingredientes físicos y biológicos Ciertamente nuestro cuerpo está formato por millones de átomos (física) que se organizan en millones de moléculas (química) y estos en millones de células (biología); si estos elementos no funcionan bien, todo nuestro organismo se resiente: estamos enfermos. Ahora bien, cada uno de nosotros es más que la suma de todos estos componentes; si un experto los conoces a la perfección, todavía le faltaría mucho por conocer nuestra identidad. b) Ingredientes psicológicos Así, pues, nuestra fórmula es ahora: EH = f (FB, PSI), recordando siempre que la variable PSI tiene mucho peso por la diversidad de aspectos que incorpora. Pero si un experto conociera a la perfección todos estos elementos en nosotros, todavía le faltaría mucho para conocer nuestra identidad. c) Ingredientes socioculturales Mejoramos nuestra fórmula expresando: EH = f (FB, PSI, SC); ahora bien, experto sociólogo que conociera el peso en mí de los elementos psicológicos y de los elementos socioculturales, sabría mucho mí, pero todavía se le escaparía mucho mi identidad. d) Ingrediente personal: concepción personal del mundo Esta cuarta variable incorpora, partiendo de todo lo que he aprendido
y hecho mío, la personal visión de la realidad y
de los otros, incorpora mis opciones religiosas, el sentido
que doy a mi vida. Incorpora la personal visión del bien y del
mal, de lo bueno y de lo malo, de lo más valioso y de lo poco valioso,
es a decir, mis convicciones éticas y morales.
Todo junto va configurando y construyendo la propia conciencia. e) ¿Ingrediente libertad? |
d. Hazlo tú: ¿Qué ingrediente pesa más?
e. Hazlo tú: ¿Sólo condicionados o determinados? Un determinómetro
f. Hazlo tú: Piràmide o jerarquía de necesidades humanas. Maslow
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