Introducción
Fecha del viaje
Itinerario
Moneda
La moneda se llama RIAL pero a veces utilizan los Tomanes
Nivel de vida
Es un país muy barato aunque destacan las entradas a los museos y
mezquitas que eran desproporcionadamente caras para los extranjeros en
comparación al nivel de vida del país
Coste por persona
El vuelo nos costó 750 euros con KLM
Visado
Obtenerlo puede resultar engorroso. La normativa resulta desconcertante
y su coste, elevado. Es preferible solicitarlo antes de abandonar el
país de origen. Las agencias de viaje te piden comprar un pack que
incluye dos o tres noches de hotel a un precio exorbitante. Realmente lo
que se necesita es que un ciudadano iraní te invite a su país. Hay una
persona en Barcelona: Bershi que por 45 euros/persona te hace el
trámite. Además hay que pagar después a la embajada 60 euros.
La dirección de Bershi es:
Avila 89 bajos Barcelona
Teléfono : 93.300.00.06
Salud
No creemos que haya problemas graves para los viajeros siguiendo las
normas elementales de beber agua embotellada y comer en sitios donde
haya movimiento de gente.
Seguridad
Es un país muy seguro. Nosotros como medida de precaución siempre
llevábamos la documentación y el grueso del dinero escondidos, pero no
creo que haya incidencias relevantes.
Transporte
Avión.
Taxis
Buses.
Electricidad
Los enchufes son los normales de toma europea a 220 Voltios
Clima
En invierno hacía mucho frío pero nada de lluvias. El norte no lo
pudimos visitar por culpa de la nieve. desde Teherán se ven las pistas
de esquí y suele estar nevado en los barrios altos.
Diferencia horaria
Guía de viaje
Diario de viaje
Día 1: Salida de Barcelona. Escala en
Ámsterdam. El vuelo sale tarde. La gente que suben al avión es casi toda
iraní. Sólo estamos unos pocos occidentales.
Día 2: Vuelo con KLM, vía Ámsterdam. Todos
los vuelos internacionales llegan a una hora intempestiva a Teherán.
Pero es un país muy fácil para llegar ya que nadie te molesta. Es algo
impactante el ver que todas las mujeres, incluso las pocas occidentales
que hay en el avión, cuando las azafatas lo dicen por megafonía, se
ponen el pañuelo cubriendo el pelo. Hay una oficina de taxi pre-pago a
la salida de la terminal. El precio es único: 30.000 rials (no llega a 4
euros). Nos alojamos en el hotel Naderi. Es antiguo pero tiene encanto.
La cafetería es buena. Vale 160.000 riales. El jardín está lleno de
gatos, algunos persas, que juegan todo el día. Además está muy céntrico.
Visitamos la ciudad. El Museo Nacional de Irán alberga colecciones de
cerámica, figurillas de piedra y tallas, con piezas que se remontan
hasta el V milenio a.C. Muchas de estas
reliquias proceden de las excavaciones de Persépolis, Susa, Sha-e Ray y
Turang Tepe, y probablemente tendrán mucho más significado para el
viajero que haya visitado dichos yacimientos arqueológicos con
anterioridad. El Museo del Vidrio y la Cerámica es uno de los más
impresionantes de Teherán, no sólo por su organización, muy profesional,
sino por el edificio en sí mismo. El Museo Reza Abbasis, otro prodigio,
contiene ejemplares de pintura, cerámica y joyería islámica. Los Museos
Saad bad se encuentran en la antigua residencia del sha, que actualmente
acoge un complejo museístico. Sólo a destacar el Museo de las joyas que
está en la cámara acorazada de un banco. Su horario es muy limitado ( de
3 a 5 de la tarde) y salta la alarma en cada momento, causando un gran
estruendo pero sin más consecuencias.
Día 3: Cogemos un autobús hacia Kashan. Sale
de la Estación del Sur. El autobús es bueno y baratísimo ( 1’5 €
persona). Llegamos a Kashan. Nos alojamos en el Sayyah Hotel. Es caro
(160.000 riales) para lo que es, pero no hay demasiados opciones para
extranjeros. Te dan desayuno pero no es para tirar cohetes. El Bazar es
colorista e interesante. Es recomendable el Dellpazir Restaurant, algo
caro ( 3 euros/persona) pero de lo mejor de Irán.
Día 4: Cogemos un taxi y visitamos Abbyanet.
Muy recomendable. El taxi nos cuesta, medio día, 95.000 riales (12
euros). Lo concertamos en el mismo hotel.
Nada más volver nos vamos hacia la estación de autobuses y vamos a
Isfahan. El taxi hasta el hotel Amir Kabir Hostel nos cuesta 7000
riales. El hotel no es muy bueno pero tiene internet barato (30.000
riales por persona/día). Está aceptablemente bien situado. Conocimos a
una viajera, Amparo, de Barcelona que estaba alojada en el Aria Hotel
que es más caro (20 $) pero es mucho mejor.
Día 5 a 7: Isfahan es una pasada. Los
refrescantes azulejos de las construcciones islámicas de Esfahan, así
como sus majestuosos puentes, contrastan con el caluroso y árido paisaje
iraní que los rodea: la localidad ofrece una soberbia arquitectura y un
agradable clima, además de un ambiente relajado en relación a otras
ciudades iraníes. Resulta indicada para pasear, perderse en el bazar,
dormitar en sus bellos jardines y conocer gente. La famosa rima Esfahan
nesf-e jahan (Esfahan es medio mundo) surgió en el siglo XVI, para
expresar la majestuosidad de la urbe. Los numerosos enclaves de interés
provocarán que el viajero deba racionar su tiempo y concentrarse en lo
más relevante, como la mezquita del Imam, un magnífico edificio
totalmente recubierto por los tradicionales azulejos de la ciudad; la
plaza del Imam Jomeini, una de las mayores del mundo, el Museo y parque
Chehel Sotun, un pabellón del siglo XVII, espléndido para un picnic, y
la catedral de Vank, el centro histórico de la iglesia armenia en Irán.
Una parte esencial de la visita consiste en tomar el té en uno de los
numerosos
establecimientos especializados situados bajo los puentes. Si
recomendaré no pagar por ver los “shaking minarets”. Se puede ver desde
fuera y el espectáculo es cada media hora. No vale la pena. Todas las
entradas valen 30.000 riales por persona. Es demasiado caro para el
nivel del país. Una recomendación que no está en la “Biblia”: el
cementerio de los mártires de la guerra.
Día 8: Cogemos un autobús nocturno hacia
Shiraz. Nos alojamos en el Saadi Hotel. Tiene habitaciones grandes, pero
básicas, con baño dentro por 60.000. Visitamos el pueblo. Shiraz ofrece
un entorno calmo, mostrándose como una urbe cultivada, con amplias
avenidas flanqueadas por árboles y abundantes monumentos, jardines y
mezquitas. Su universidad se alza como una de las más elegantes de la
nación, y la ciudad rebosa
estudiantes
deseosos de comunicarse con los visitantes. Entre los enclaves más
notorios destacan la sosegada tumba y jardín de Hafez, un celebrado
poeta; el mausoleo del sha Cheragh, importante punto de peregrinación
chiíta que atrae a multitud de suplicantes; el Museo Pars, que alberga
reliquias de la dinastía Zand; y el jardín de Eram, donde se erige un
palacio kayar del siglo XIX junto a una bella piscina.
La tumba de Hafez no es interesante por si misma, pero es donde la gente
joven va a pasar el día. Hay una tetería dentro que sirve una
especialidad iraní llamada “dizi” que está buenísima.
Día 9: Cogemos un taxi a Persépolis y demás
tumbas. Persépolis, el trono de Jamshid, se construyó como un magnífico
complejo palaciego en 512 a.C., obra que se prolongó durante los 150
años siguientes. Fue incendiada por Alejandro Magno en el año 331 a.C.,
aunque los historiadores barajan el accidente y la venganza como causas,
puesto que anteriormente el rey Jerjes había destruido Atenas. Las
ruinas actuales aparecen como
una
sombra de la antigua gloria de Persépolis. Pese a todo, con un plano y
algo de imaginación, el viajero puede hacerse una idea fidedigna de la
majestuosidad de una urbe que permaneció oculta bajo el polvo, la tierra
y la arena a lo largo de los tiempos, hasta que fue redescubierta a
principios de la década de 1930. Este complejo palaciego fue declarado
Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979. No vale la pena ir a
Pasargarda. Nos cuesta 180.000 pero sin Pasargarda vale unos 100.000.
Cogemos un autobús hacia Kerman por la tarde para aprovechar el tiempo
Día 10: Llegamos a Kerman. Nos alojamos en
el Omid Inn. Es sencillo pero correcto. Los lavabos son compartidos. La
ciudad es interesante pero bastante igual a otras. En el
bazar está la tetería Chaykhneh-ye Vakil es sensacional.
Día 11: Cogemos bus a Bam. Visitamos Bam. En
esta agradable localidad abundan los eucaliptos. Sus palmeras datileras
indican que se trata de un oasis en el desierto; su antiguo asentamiento
la convierte en una ciudad especial. Algunas de las estructuras que
permanecen en pie datan de antes del siglo XII, aunque la mayoría de sus
restos corresponden al período sefévida (1502-1722). Lo mejor del viaje
hasta el momento. Por la noche cogemos un Bus hacia Bandar Abbas. Es
nochevieja y nosotros en un destartalado autobús.
Día 12: Llegamos a Bandar. Hace calor y eso
que estamos a 1 de enero. Hay mucho ambiente porque hay contrabando de
las islas cercanas. Sólo nombro al hotel Gods para que nadie vaya. Es
caro (40$) y el personal antipático pero estábamos cansados y no
buscamos más.
Día 13: Es jueves y cogemos un taxi
compartido al mercado de Minab. Sin duda lo mejor de Irán. No se puede
perder. El taxi compartido hace 100 kms. y vale 8.000 ( 1€). Se ha de
planificar el viaje a Irán pensando que un jueves se ha de estar ahí.
Están las famosas
etnias de las mujeres con antifaz. No había ningún turista en toda la
población. Por la noche cogemos bus a Yazd.
Día 14-16: Llegamos a Yazd. Nos alojamos en
el primer hotel que pone la Lonely, el Hotel Aria. Por favor: NO OS
ALOJÉIS ALLÍ. Nos intentaron timar ( de hecho nos timaron). Muy mal
rollo. Tuvimos que acudir a la Policía pues no nos quería devolver los
pasaportes. Evidentemente, se asustaron y al final nos los devolvieron.
La población una maravilla. Vale la pena perderse por el barrio antiguo.
Es interesantísimo.
Día 17: Vuelta a Teherán. Por la noche
cogemos el avión hacia España