Viaje de Navidad del 2005
Ciudad antigua de Sana'a, Shibam, Moka, Haraz
Mountains, Al Mukalla, Seiyun, Reina de Saba
Yemen es un país de ensueño. Viajar hasta estas tierras es hacer una
inmersión en un enorme Belén viviente, eso si, lleno de armas pero
también de gente encantadora, muy hospitalaria, que te agradecen que no
te hayas tragado las mentiras de algunos líderes políticos de los países
ricos que tienen afanes expansionistas. Hay un profundo desconocimiento
sobre este país debido a los problemas tribales, políticos, religiosos y
geográficos que lo han aislado del resto del mundo, y aunque mucha gente
ha visto las imágenes de los rascacielos de adobe en el desierto, poca
gente sabe ubicarlos. A diferencia de otros países árabes o del Magreb
donde lo más espectacular son sus paisajes, Yemen es famosa e
interesante por su arquitectura original. Además, tiene un pasado
histórico siendo el lugar donde se ubica las tierras de la mítica, pero
real, Reina de Saba. Se ha de ser consciente de las profundas creencias
islámicas de sus habitantes. Cuando se viaja por Yemen se ha de
renunciar a ver caras femeninas y hacerles fotos, ya que todas van con
un riguroso “chador”; además cada día seremos bruscamente despertados a
las cinco de la mañana por los cantos del muecín que con unos potentes
megáfonos, y desde cada mezquita, y hay muchas en el Yemen, llaman a la
primera oración del día a sus fieles; también a las cinco y media y
hasta las seis de la tarde todo queda paralizado por que los hombres,
que son los que llevan los comercios, van a la mezquita a la última
llamada del rezo.