Introducción
Es un país tranquilo de conducción fácil de paisajes encantadores y muy
rural donde una parte importante de lo que hay que ver son los prados
abarrotados de ovejitas. Los castillos y abadías están bastante
destruidas pero eso también lo hace muy atractivo.
Se bebe cerveza negra la famosa Guiness aunque también hay rubia en los
pubs donde el ambiente es distendido aunque apasionado en temas
deportivos.
Fecha del viaje
En la Semana santa del 2003
Moneda
Es el euro
Nivel de vida
País caro para ir de restaurantes pero hay supermercados baratos y los
B$B dan una buena calidad para lo que se paga.
Seguridad
A excepción de pasear de noche por Dublín no creo que haya demasiados
contratiempos
Clima
Muy lluvioso aunque no fue en nuestro caso que sólo llovió los dos
primeros días.
Diferencia horaria
Una hora menos al horario español
Guía de viaje
La Lonely Planet.
Diario de viaje
12-4-03
Salimos
con el Barcelona Bus que nos lleva de la estación del Norte al
aeropuerto de Girona. El vuelo es con Ryanair y nos cuesta 176 € por
persona.
Llegamos
al aeropuerto de Dublín donde ya tenemos un coche reservado con la
empresa Hertz. Es un Peugeot 207 nuevo que va muy bien.
Llegamos a
Dublín, donde vamos al Litton Lane Hostel, que está en esa misma calle.
En Dublín el alojamiento es bastante caro ya que la habitación no es
ninguna maravilla y cuesta 75 €.
Se enorgullecen de que estuvo alojado
aquí Van Morrison .
Dublín es
la capital de la República de Irlanda y la localidad más extensa y
cosmopolita
del
país. Se trata de una ciudad atrayente y llena de color, con bellos
edificios georgianos, que cuenta con una rica historia literaria y con
pubs extremadamente acogedores. Dividida por el río Liffey, está
rodeada de colinas al Norte y al Sur. La mayoría de los puntos de
interés están situados al sur del río que, a diferencia de la mayoría de
los de ciudad, es una corriente de aspecto rural habitada todavía por
peces. La zona norte del Liffey puede que esté más descuidada pero,
según el escritor Roddy Doyle, también tiene más alma.
Al
dirigirse hacia el Sur, atravesando uno de los múltiples puentes, es
inevitable toparse con la Custom House, gigantesco edificio georgiano
del año 1780, situado en la orilla norte del río. También en la orilla
norte y construido por el mismo arquitecto, James Gandon, destaca el
edificio de Four Courts, cuyo bombardeo en 1922 inició la Guerra
Angloirlandesa. Desde la rotonda superior de su construcción central, se
disfruta de unas bellas vistas de la ciudad.
Trinity
College es uno de los principales monumentos de la zona sur del río.
Fundado en 1592 por la reina Isabel I, este complejo universitario
presume de su campanario y de los muchos añejos y gloriosos edificios
que lo componen. Sin embargo, su mayor interés gira entorno al Book
of Kells, un manuscrito del año 800 d.C. aproximadamente, uno de los
libros más antiguos del mundo. Esta obra maestra se encuentra en la
Biblioteca Colonnades. Otras edificicaciones no menos impresionantes son
el Banco de Irlanda, construido originariamente para albergar el
parlamento irlandés; la catedral protestante de la Iglesia de Cristo,
que aún conserva algunos restos del templo de madera danés original, del
siglo XI, y la catedral de San Patricio, que data del año 1190 o 1225
(existen opiniones diferentes al respecto) y que, según se cuenta, se
construyó en el mismo lugar donde el santo patrón bautizó a sus
conversos.
Otra de
las construcciones características de Dublín es su castillo, más bien un
palacio que una fortaleza, mandado construir por el rey Juan en 1204, de
cuya obra original sólo queda la torre Record. Una de las partes más
antiguas de la ciudad de Dublín es el laberinto de calles de Temple Bar,
que ahora están llenas de restaurantes, pubs y tiendas de moda. Entre
los museos de la ciudad, destacan el Museo Nacional, con una envidiable
colección de tesoros desde la Edad de Bronce en adelante; la Galería
Nacional, en la que sobresale una bella colección de arte italiano; el
Museo Heráldico, para aquellos interesados en seguir la huella del
origen irlandés y, por último, el Museo Cívico de Dublín.
El
esplendor de las edificaciones georgianas de Dublín puede apreciarse
mejor desde el parque de St Stephen's Green, un espacio de nueve
hectáreas de vegetación situado en el centro de la ciudad. Otros lugares
donde se puede contemplar arquitectura georgiana son Merrion Square, Ely
Place y Fitzwilliam Square.
Dublín
ofrece una amplia variedad de posibilidades de alojamiento, aunque se
recomienda reservar con bastante antelación en verano. Alrededor de la
calle O'Connell, al norte del río Liffey, existe un gran número de
hostales, mientras que, en el sur, el alojamiento es más agradable,
limpio y, evidentemente, también más caro. En el norte del río también
se pueden encontrar restaurantes de todo tipo, pero donde hay más
variedad es en la antigua zona de Temple Bar, al sur del Liffey.
Vamos a
dar una vuelta ya que hay mucho ambiente pues es sábado. Los pubs están
a tope y la cerveza va que
vuela.
Hace
bastante frío aunque las chicas de Irlanda deben estar hechas de otra
materia porque van con unos escotes y unas minifaldas pequeñísimas y no
parecen pasar frío. En cambio nosotros con guantes, bufanda y anorak
bien gordito.
13-4-03
Por la mañana prontito vamos a
Glendalough que
está en el condado de Wicklow. Se encuentra en el centro de un hermoso
valle solitario, horadado por dos lagos sombríos. Es un centro monástico
fundado en el siglo VI por San Kevin. El lugar conserva todo su encanto.
Durante casi 8 siglos el monasterio contó con numerosas habitaciones,
scriptoriums, una enfermería y una granja. La historia se puede ver en
el Visitors Centre, donde también se exhiben cruces antiguas y losas
funerarias con inscripciones.
Al este
del lago inferior se encuentran los edificios principales, a los cuales
se accede
por
una puerta fortificada, única en su genero. Con una altura de 33 metros
la torre Redonda domina los demás edificios. Servía como refugio en caso
de ataque, así como de campanario y atalaya.
St
Mary’s Church y la Catedral son ejemplos de una iglesia irlandesa
primitiva: la primera tiene una sola nave y un coro, y la segunda un
pórtico con dintel sostenido por arbotante y un desnivel en sus muros
norte y sur.
St
Kevin Church es el único edificio de Irlanda con tejado de piedra
flanqueado por una torreta redonda. El trayecto que separa el
aparcamiento de Reefert Church está jalonado con montículos de piedra
que señalan las distintas estaciones de una peregrinación que duró hasta
1862.
Hay un
pase que se llama “Duchas Heritage Card” que te permite la entrada a más
de 70 monumentos históricos y cuyo precio es 20 € el de adulto, 15€ el
de jubilado, 7,5€ de estudiante o niño y 50€ el de familia. Este carné
dura 1 año natural. De allí pasamos por Baltinglas donde hay un
monasterio llamado el valle de la Salvación. De este monasterio solo
queda la iglesia y el claustro ambos en ruinas.
De allí a Ferns Castle,
las ruinas del impresionante Castillo anglonormando, que data de
los siglos XII y XIII, dominan esta ciudad y antigua sede de los reyes
de Leinster. Una de las torres alberga una capilla del siglo XIII.
Llegamos a St Aidan’s Cathedral Enninscorthy.
La
historia de esta ciudad se remonta al Siglo VI, cuando San Senan fundó
allí una iglesia. El castillo normando del siglo XIII que domina las
pintorescas callejuelas de ladrillo rojo, alberga el County Museum. La
catedral es neogótica y es obra de Welby Pugin.
New Ross,
esta ciudad se extiende a orillas del rio Barrow. En el cementerio se
encuentran los restos del coro y del crucero de St Mary’s Abbey (Siglo
XIII), probablemente la iglesia parroquial más grande de la Irlanda
medieval. Hay que destacar el John F. Kennedy Park que contiene unas
6000 especies de árboles y se llama así porque la familia del difunto
presidente es originaria del condado de Wesford.
Visitamos
la ciudad de Wesford que no es de gran interés y de allí llegamos al
Hook Lighthouse Wesford. Es posiblemente el faro más antiguo del mundo
ya que se piensa
que data del siglo V. Aquí nos hace un tiempo atroz y no podemos
disfrutar de la abundante fauna sobre todo pájaros que se ven por estos
lares.
De allí
llegamos a Waterford donde
gracias a sus murallas, sus estrechos callejones y su torre normanda,
conocida como torre de Reginald,
conserva un aire medieval. La época georgiana también dejó un
legado de bellos edificios, en especial los del Mall, una espaciosa
calle del siglo XVIII. Entre las construcciones más importantes,
destacan el Ayuntamiento, del año 1788, con una imponente lámpara de
araña de cristal de Waterford, y el palacio Obispal. También resultan
interesantes las numerosas iglesias de la ciudad, en particular el
suntuoso interior de la catedral de la Santa Trinidad. Ante todo,
Waterford es una ciudad comercial portuaria muy activa, situada en el
río Suir, con un estuario lo suficientemente profundo para permitir que
los grandes barcos atraquen en su muelle. El famoso cristal de Waterford
se fabrica en una factoría situada a dos kilómetros de la ciudad.
Waterford está situada en la esquina sureste de Irlanda y está muy bien
conectada, tanto por autobús como por tren.
KILKENNY
Dominada
por su Castillo y su catedral, esta capital de condado situada a orillas
del Nore debe su encanto a sus edificios medievales, sus casas antiguas,
sus callejuelas y sus
pasajes
abovedados, así como a sus numerosos pubs (hay más de 68 licencias) y a
los coloridos escaparates de sus tiendas. Antigua capital de la Irlanda
católica en lucha por su libertad y la fe, el castillo de Butler-Ormonde,
acoge exposiciones de arte contemporáneo. También se pueden admirar los
jardines y las verdes praderas que invitan a tomar el sol, antes de
recorrer con calma las avenidas y callejones que desgranan su pasado
glorioso.
La ciudad
se articula en torno al monasterio fundado en el siglo VI por San Canice,
a quien debe su nombre. La ciudad vive un momento glorioso entre 1642 y
1648 cuando la confederación de Kilkenny se erige en parlamento
independiente. Kilkenny Castle fue construido en el emplazamiento del
fuerte fundado por Strongbow, y modificado por los Butler que lo
hicieron su feudo. Fue propiedad de la familia hasta 1967 que fue cedido
al Estado. Conserva su aspecto medieval y vale la pena asomarse a las
antiguas cocinas donde ahora hay un restaurante aunque solo sea por ver
las numerosas cacerolas de cobre que cuelgan sobre los viejos fogones.
Otros
sitios a visitar son la Rothe House, que es una casa de comercio de la
época Tudor, la cual alberga ahora el museo y la biblioteca de la
Sociedad Arqueológica.
Curiosa
también es la historia de Kyteler’s Inn, es un albergue instalado en una
de las casas más antiguas siendo la residencia de Alice Kyteler en el
Siglo XIII. Viuda de cuatro maridos ricos, sobre ella recayeron las
sospechas de haberlos asesinado. Fue condenada por brujería pero
consiguió huir, dejando que su sirvienta muriese en la hoguera en su
lugar.
Dormimos
en Kilkenny en un hotel que no es recomendable, ya que nuestras primeras
opciones estaban a tope.
14-04-03
Vamos a
Fethard que es un claro ejemplo de una ciudad medieval rodeada de sus
murallas. Solo tiene 980 habitantes. La Iglesia Holy Trinity data del
siglo XIII y tiene una torre para defenderla. Está a solo 15 Km. de
Cashel. De allí vamos a Rock of Cashel. Dominando el Golden Vale con su
impresionante masa, los edificios que se alzan en el promontorio rocoso
de Cashel forman el conjunto medieval más espectacular de Irlanda, y se
cuentan entre los monumentos más bellos de Europa. Es desde los siglos
IV y V la capital de los reyes Eoghanacht, descendientes del heroe
legendario Eoghan.
Cashell fue residencia de los reyes de Munster entre el 370 y el 1101,
fecha en la cual se cede el peñon a la iglesia. En 1127 se construye la
capilla y en 1169 comienzan las obras de una primera catedral de la que
no quedan restos. En el siglo XIII se comienza a construir la nueva
catedral. Se construye la gran sala y el palacio episcopal fortificado.
Destaca la
torre redonda de 28 metros de alto adosada al crucero norte de la
catedral, es la más antigua del lugar. El edificio más bello es la
capilla Cormac, la primera y la más elaborada de las iglesias romanicas
irlandesas que se conserva intacta. Antiguamente se entraba por el
portico norte; hoy se entra por el portico sur. Estos 2 porticos están
coronados por bellos tímpanos que podrían ser de inspiración normanda:
en el primero se observa una bestia enorme, en el segundo un león
atacado por un centauro que a su vez pisotea a otro animal.
Este lugar
fue donde Enrique II recibió en 1171 el primer homenaje de los jefes de
los clanes celtas. De aquí a Cahir Castle. En la carretera de Tipperary,
a orillas del Suir, se encuentran las ruinas de un priorato agustino
fundado sobre 1220. Cahir es un pintoresco pueblecito con numerosas
viviendas georgianas y un hermoso parque. Su castillo es el mejor
conservado del país. Tiene un tamaño excepcional para un castillo del
siglo XV. La alta muralla encierra un sistema defensivo que consta de 3
patios, reforzado por igual número de torres y un torreón. Este castillo
con fama de inexpugnable por su situación es un islote rocoso y sus
sólidas fortificaciones, fue tomado por el Duque de Essex gracias a su
poderoso cañón, algunas de cuyas balas aún siguen alojadas en los muros
de la fortaleza. De allí vamos al Swiss Cottage. Está a 2 km de Cahir
hay un pabellón de caza con tejado de bálago, construido a principios
del S. XIX por John Nash, que más tarde diseñó otro igual para el
castillo de Windsor.
Está
rodeado por rosas, lavanda y otras flores. La visita es guiada y dura 30
minutos.
Pasamos
por Cork. La segunda ciudad en importancia de la República de Irlanda,
con sus numerosos focos de interés turístico y su activa vida nocturna,
suele sorprender al visitante. El centro de la ciudad está situado en
una isla, rodeada por dos canales del río Lee. Al norte del río se
encuentra Shandon, una interesante zona histórica, aunque un poco
descuidada en la actualidad. Entre los lugares más sugestivos de la zona
sur, destacan la catedral protestante de San Finbarr ; el Museo de Cork,
en su mayoría dedicado a la batalla nacionalista en la que la ciudad
desempeñó un papel importante; la prisión de Cork, del siglo XIX, y el
Ayuntamiento, así como numerosas iglesias, fábricas de cerveza y
capillas.
Además de
los muchos y agradables pubs que posee la ciudad, Cork se
enorgullece de su variada oferta cultural, que puede disfrutarse en el
Palacio de la Ópera de Cork, en la Galería de Arte Crawford y en el
Firkin Crane Centre. También pueden realizarse excursiones al castillo
de Blarney, donde incluso los visitantes menos turísticos se sentirán
obligados a besar la Piedra de Blarney. Cork se encuentra a unas cinco
horas en autobús de Dublín, en dirección sur.
La vemos
muy grande y nos vamos a Killarney a dormir. Dormimos en el Agadhoe
House Youth Hostel por 33 €.
Hay una
pizzería muy buena que se llama Pizza Rio, donde te las puedes llevar o
te la traen a tu domicilio.
15-4 y 16-4
KILLARNEY
NATIONAL PARK, abarca 10000 hectareas alrededor de Muckross House y de
sus jardines. Ofrece a los visitantes magnificos itinerarios, por sus
caminos está prohibido circular en automóvil, los coches de caballos y
las bicicletas confieren al lugar un encanto victoriano. El parque
presenta un gran interés para los botánicos, con los característicos
robles que cubrian Irlanda. Desde lo alto se ven las montañas y los tres
lagos comunicados entre sí (Lower Lake, Upper Lake y Middle Lake). Es
interesante si se viene de Kenmare por los puertos de montaña, circular
por la carretera que serpentea hasta el Gap of Dunloe. Killarney también
es el punto de partida para conocer el Ring of Kerry y sus pubs
abarrotados donde la cerveza negra y el whiskey ambarino se hermanan con
las baladas cantadas por los parroquianos.
La ciudad
de Killarney solo se caracteriza por la Catedral, pero en algunos puntos
sobre todo al lado de Muckross House, esperan los famosos
jaunting cars (coches de caballos) que llevan a las montañas y los lagos
de la ciudad.
Muckross
House, esta mansión neogótica conserva el recuerdo del paso de la reina
Victoria en 1861. Construida en 1843 por Willian Burn, fue legada al
Estado en 1932. Ahora alberga el Muckroos Traditional Farms, que recrea
el entorno y la experiencia de la vida rural a principios del siglo: se
representan los sistemas de cultivo y se ponen en práctica las
actividades agrícolas y domésticas tradicionales.
La Dingle Península es nuestro
próximo objetivo. Es muy recomendable
rodear la península de punta a punta de Killarney a Tralee. Se
pueden admirar los acantilados, las playas inmaculadas y los campos
cercados por muretes de piedra que guardan vestigios seculares:
dólmenes, túmulos, cromlechs, piedras orgánicas, oratorios,
subterráneos, fortalezas etc.
Es la
península más septentrional de Kerry, y posee más de 500 monumentos
entre los que destacan los clochain, que son unas chozas de piedra en
forma de colmena que sirvieron primero de habitaciones a los monjes y
más tarde de refugio a los pastores. El misterioso origen de estos
edificios, les confiere un carácter fascinante.
Dingle es
una de las ciudades europeas más occidentales, y fue antaño un
importante centro comercial desde donde se realizaban los intercambios
con España. Siguiendo por
la carretera se llega a Dug Beg Fort que es un fuerte prehistórico
construido en un estrecho promontorio que cae en picado sobre el océano.
Un pasadizo subterráneo que conduce desde el centro del fuerte hasta los
primeros muros de defensa permitía escapar en caso de ataque sorpresa.
Un poco más al este detrás de la aldea de Coomenoole se encuentra la
punta de Dunmore. En su playa es donde se rodaron algunos exteriores de
la célebre película “La hija de Ryan”, de David Lean. Esta historia de
amor que tiene como telón de fondo la sublevación de 1916 ha contribuido
a traer bastante turistas a la zona.
La
siguiente ciudad que se encuentra es Dunquin (Dún Chaoin) donde la
huella de la cultura gaélica es más profunda, la lengua irlandesa se
habla aquí con mucha constancia, y se hacen cursos de verano donde
aprenderla. Todavía se pueden ver en el puerto los currahs que son las
viejas embarcaciones de antaño.
Desde aquí
hay un ferry que te lleva a las islas Blasket. La gran mayoría de sus
habitantes emigraron a EEUU pues estaban en la miseria después de varias
temporadas de pesca desastrosa. En 1953 los veintidós últimos habitantes
de las islas fueron repatriados al continente. Están separadas por el
Blasket Sound, un paso muy peligroso con mal tiempo. En 1588 naufragaron
aquí dos navíos de la Armada Invencible, el San Juan de Ragusa y la
Santa Maria de la Rosa.
Desde aquí
llegamos al Oratorio de Gallarus que es el único que permanece intacto
por la calidad de su construcción realizada sin mortero. Como no tiene
decoración interior no se puede precisar la fecha de construcción que se
supone que debe estar entre el siglo IX y el XII. Sigue siendo un lugar
de recogimiento y espiritualidad a pesar de los turistas.
Seguimos
el camino y pasamos por Brandon, cuya montaña está dedicada a san
Brendan, uno de los tres santos más famosos de Irlanda, que quiso
retirarse antes de hacerse a la mar durante más de 7 años en busca de la
tierra prometida.
Como punto
final llegamos a Tralee donde cada año se celebra el regreso de los
exiliados. A finales del mes de Agosto se elige a la “Rosa de Tralee”
entre las muchachas más hermosas de las colonias irlandesas
desperdigadas por el mundo. Con ocasión de este festival se celebra un
carnaval acompañado de todo tipo de espectáculos como carreras de
caballos, recitales de música gaélica etc.
Desde aquí
por la costa se pasa por el Condado de Clare, que es el condado de los
músicos y por todas partes se oye el sonido de los instrumentos
tradicionales.
Liscannor
Bay, tiene un pueblo Ennistymon, que con su calle principal llena de
coloridos escaparates, se anima los días de mercado y de feria de ganado
Liscanor es la cuna de John Phillip Holland, padre del primer submarino
americano. A la salida del pueblo se alza la torre rota del castillo de
Liscanor.
El
siguiente punto culminante conocido en el mundo entero son los
Acantilados de Moher.
Se
extienden a lo largo de 5 Km. entre Hag’s Head y el mirador de Cornelius
O’Brien que se alza a 215 metros sobre el mar y desde el cual se ven las
islas de Aran e incluso los montes de Kerry
y Connemara. Multitud de aves marinas anidan en este lugar como
los frailecillos, araos, petreles y cormoranes. Hay que dejar el coche
en el parking que cuesta 3
€. Está abierto todos los días de 9:30 a 17:30.
De allí ya
entramos en Burren. En el condado de Clare, al norte, destaca la
extraordinaria región de Burren. En cualquier dirección en la que se
mire, sólo se
divisan
kilómetros de brillante piedra caliza cárstica. Bajo su superficie se
extienden grandes grutas y ríos subterráneos. El paisaje es tan arido
que un oficial del ejercito de Cromwell dijo que no había suficiente
agua para ahogar a un hombre, ni suficientes árboles para colgarlo, ni
suficiente tierra para enterrarlo.
Llegamos a
Lisdoonvarna que es una estación termal creada en el siglo XIX tras el
descubrimiento de una fuente ferruginosa. Es también famosa por sus
festejos como su festival de solteros o la elección de la reina del
Burren. Al noroeste del pueblo nos encontramos con el castillo
de Ballynalackan un ejemplo de las torres fortificadas del siglo
XV. Una carretera costera conduce hasta Ballyvaughan, donde merece la
pena visitar la playa de Fanore, disfrutar de la vista de Black Head y
admirar el castillo de Glenigagh que domina la bahía. Esta ciudad
también se visita por su proximidad a la única gruta del Burren (Aillwee
Cave) abierta al público. Al sur de la ciudad se encuentra Newtown
Castle un torre redonda alejada de la carretera de Corkscrew Hill (o
monte del Sacacorchos llamado así por la carretera en zigzag que conduce
hasta la cima) que ofrece una espléndida vista de la región.
Las cavernas subterráneas, así
como las grietas, fuentes y simas, son el principal interés de Burren.
Su flora característica es una rara mezcla de plantas mediterráneas,
árticas y alpinas, y la zona es el último bastión de la exótica marta.
Durante la Edad de Piedra, esta zona estaba cubierta de árboles, y en
ella habitaba un gran número de personas. De esta época proceden los
restos conservados de al menos sesenta y cinco tumbas megalíticas. Sin
embargo, la vegetación fue destruida para cultivar la tierra, lo que
ocasionó el erosionado terreno calizo de la actualidad. Los fuertes de
piedra de la Edad de Hierro, conocidos como fuertes circulares,
salpican el paisaje de la región, y las ruinas de castillos le otorgan
un toque de misterio medieval. Verdes carreteras sin pavimentar, que
datan de hace miles de años, entrecruzan la región hasta llegar a los
lugares más remotos.
Desde
Limerick, Galway y Ennis parten autobuses hacia Burren. Los servicios en
verano son bastante regulares, pero en invierno hay que planear bien el
viaje para evitar quedar atascado en una estación por causa de los
cambios de horario.
Nuestra
siguiente parada es Kinvara donde el castillo de Dunguaire que data del
siglo XVI, domina la bahía a la salida de Kinvara. Esta tower House fue
durante algún tiempo propiedad de la familia Martín de Tulira y ahora se
organizan banquetes medievales.
Llegamos a
Galway. Con sus calles
estrechas, sus viejos escaparates de piedra y sus bulliciosos pubs,
la ciudad de Galway es un verdadero poema. Se trata del asentamiento más
activo y poblado de la costa occidental, y la capital administrativa del
condado de Galway. Su universidad atrae a muchos bohemios notables, y su
agitada vida nocturna los mantiene allí. El abarrotado centro de la
ciudad se extiende por ambas orillas del río Corrib, y la mayoría de las
tiendas se encuentran en la oriental. La iglesia colegiata de San
Nicolás de Myra, que data del año 1320, con su curiosa torre en aguja
piramidal, es la mayor iglesia parroquial medieval de Irlanda, y en ella
sobresalen sus tumbas. Entre los abundantes edificios de piedra de
interés, se encuentran el castillo de Lynch, algunas de cuyas partes
datan del siglo XIV, y el Arco Español, que es lo único que se conserva
de la antigua muralla. En Galway se celebran considerables eventos
culturales, entre ellos el Festival de Jazz de febrero, el Festival de
Literatura de Semana Santa y el Festival de Arte, en julio.
Estamos en
la región de Connemara que está jalonada de montañas, salpicada de lagos
y turberas, siendo muy apropiada para los aficionados al senderismo.
El sol, la
lluvia y el viento componen una sinfonía de colores: los verdes intensos
y luminosos de los helechos y la hierba rasa, el gris de las murallas y
las rocas escarpadas; el rojo escarlata de los setos de fucsias; mantos
plateados de lagos tan numerosos que por momentos parecen ocupar todo el
espacio.
Cogemos
una carretera que va Galway a Clifden, pasando por Spiddal, lugar
predilecto de escritores, pintores y artesanos es depositario de las
costumbres ancestrales. En verano se reúnen con los viejos del lugar
para aprender de ellos el acento, la música de la lengua y el espíritu
de la antigua cultura irlandesa.
Pasamos
Inveran y Rhos An Mhil, llegando a Maam Cross, es como su nombre indica
la encrucijada de las principales carretera de Connemara y sede de una
feria de ganado.
La
carretera sigue la orilla boscosa del lago Ballynahinch que refleja el
monte Benlettery. Su castillo es una mansión del siglo XVIII cargada de
historia que pertenecía a la familia Martín. Uno de los propietarios se
llamaba “humanity Dick” y es el más famoso ya que era el prototipo de
parlamentario excéntrico, gran terrateniente atento a la suerte de los
campesinos y partidario de la emancipación de los católicos. Otro de sus
cualidades fue fundar la Royal Society for the prevention of Cruelty to
Animals. Ahora el castillo es un hotel frecuentado por los mejores
pescadores de salmón del mundo.
De aquí ya
llegamos a Clifden que es un pequeño puerto de vacaciones donde a
mediados de agosto el Connemara Pony Show atrae a un tropel de
vendedores, compradores y aficionados a los ponys de la región. Al pie
de las casas multicolores entre los puestos que abarrotan la calzada,
las muchachas van vestidas con el traje tradicional y bailan los Reels
gaélicos mientras se oye hablar en lenguas de todo el mundo.
De esta
población sale la Sky Road donde se llega a Cleggan, minúsculo puerto
pesquero amenizado por animados pubs, saliendo también el ferry que
lleva a Inishbofin, donde se conservan algunos vestigios religiosos y un
fuerte cronwelliano que nos recuerda que allí se recluía a los monjes y
curas católicos perseguidos.
Llegamos a
Letterfrack que es la entrada al Parque Nacional de Connemara de 1540
hectáreas en cuyo centro se alza el monte Diamond. Hay una garita con
folletos informativos de todo lo que se puede encontrar de flora y fauna
pero como es un poco tarde ya no entramos.
Esta es la
salvaje y árida región situada al noroeste de Galway. Connemara es un
sorprendente mosaico de ciénagas, valles solitarios, montañas y lagos,
con la única compañía de alguna lejana casa de campo (cottage) o
castillo escondido. Por los montes llamados Twelve Bens se pueden
realizar preciosos paseos con vistas al océano y al conjunto de islas
rocosas, tortuosas calas y espumosas playas de arena blanca. La
carretera de la costa que sale del pueblo de Spiddal, a tan sólo 17
kilómetros de Galway, serpentea a través de este laberinto, pero aún más
inolvidable resulta el viaje por el valle del lago Inagh y por el lago
de Kylemore, cuya belleza es difícil de superar.
La
siguiente parada es Kylemore Abbey. Está al borde de un pequeño lago
rodeado de macizos de rododendros y setos de fucsias. El monasterio es
un castillo victoriano de estilo neogótico construido por un rico
comerciante de Liverpool. Las benedictinas se establecieron en él e
instalaron un internado de niñas al final de la primera guerra mundial.
A 1,5 Km. hay una jardín victoriano que está abierto al público.
Una
escarpada carretera bordea la hermosa ría de Killary de 16 Km. de
longitud y desemboca en Leenane una aldea de pescadores inmortalizada
por Jim Sheridan en El Prado (1989).
Vamos a
dormir a Westport, al Club
Atlantic Hostel por 28€. Es una ciudad agradable diseñada por James
Wyatt, renombrado arquitecto de la época victoriana. Encontramos
Westport House, mansión del marques de Sligo que evoca el antiguo
esplendor de la ascendancy angloirlandesa. Thomas de Quincey y William
Thackeray residieron en ella.
17-4-03
A 3 Km. al
norte de Newport encontramos las ruinas de Burrishoole Abbey que fue un
priorato dominico fundado por Richard Burke en 1469. Muy cerca nos
encontramos Mulrany, situado en el istmo que separa Clew Bay de Balcksod
Bay y tiene un microclima que explica la abundancia de rododendros y de
fucsias gigantes. Es un lugar muy apreciado para las vacaciones.
Con sus
14659 Ha, Achill Island es la mayor de las islas que rodean la costa de
Irlanda. Ahora solo conserva el nombre de isla pero esta unida a tierra
por un puente.
Es un
lugar mágico y bien conservado, sus turberas y brezales componen una
sinfonía de color al pie de unas montañas que sobrepasan los 600 metros
de altitud. Sufrió el acoso de una misión protestante en 1834 cuyo fin
era extirpar el “papismo” de la región. El reverendo Nangle ofreció a
los lugareños chozas y parcelas a bajo precio, una escuela gratuita para
los niños, un hospital y un comedor de beneficencia para los necesitados
en periodos de escasez a condición de que abjurasen del catolicismo. Fue
un fracaso.
Nos
encontramos con Ceide Fields. Las recientes excavaciones realizadas en
las turberas situadas al norte del condado de Mayo han sacado a la luz
unas murallas de piedra (paralelas y bastante espaciadas) que miden
varios Km. de longitud y atestiguan una cohesión social y una
organización comunitaria muy avanzadas. Bajo la capa de turba se han
descubierto una tumba megalitica y varias viviendas de la Edad de Piedra
y de la Edad de Bronce. Hay un pequeño museo donde se informa sobre
estos descubrimientos.
Nuestra
siguiente parada es Killala. Recibe su nombre de una iglesia fundada por
San Patricio y consagrada a san Muiredach. La aldea posee la torre
redonda más hermosa del condado. En Kilkummin, una estela recuerda el
desembarco del cuerpo expedicionario francés que fue enviado y luego
abandonado por el Directorio. Mil setenta y siete soldados franceses
desembarcan en la costa y toman Killala y Ballina. Diversos grupos de
irlandeses se suman a las tropas francesas. Este minúsculo ejercito
derrota a cinco mil infantes y a mil jinetes ingleses. Al final llegan
refuerzos y tiene que capitular el General Humbert.
Después de
pasar por unos cuantos pueblitos de la costa llegamos al Carrowmore
Megalithic Cemetery. Esta gran necrópolis, situada al pie de Knochnarea,
cuenta con una cincuentena de vestigios de arcas megalíticas, a menudo
rodeadas por círculos de piedra, que datan las más antiguas del quinto
milenio antes de nuestra era. Los montones de huesos calcinados que se
han hallado hacen pensar que se hacían cremaciones colectivas.
Para
dormir llegamos a Sligo y lo hacemos en Harbour House que nos cuesta 38
€.Se encuentra al noroeste de la ciudad y no está mal.
Los verdes
y frondosos valles, las
altas montañas, las playas de arena del condado de Sligo fueron evocados
tantas veces en la poesía por W. B.
Yeats y en los cuadros por su hermano Jack que una parte del
condado ha recibido el nombre de Yeats Contry. Por todas partes en medio
de inmensas turberas, entre brezos y retamas, las sobrecogedoras
siluetas de los monumentos megalíticos se alzan como centinelas eternos.
Sligo
Abbey es el monumento más antiguo de Sligo. Destruido por un incendio en
1414, el convento fue reconstruido y posteriormente saqueado por las
tropas parlamentarias en 1642. A lo largo del muro sur se alzan los
monumentos funerarios ricamente esculpidos por los O’Connor.
18-4-04
Por la
mañana nos acercamos a Lough Gill donde está el Parke’s Castle. A pesar
de que este lago inspiró a Yeats escenas idílicas, su tranquilidad se
vió amenazada, durante varios siglos por dos castillos erigidos en su
orilla norte sobre el emplazamiento del actual castillo de Parke. Las
excavaciones realizadas en el recinto de la fortaleza han sacado a la
luz los cimientos de una torre fortificada del siglo XV o XVI,
construida al abrigo de estas altas murallas probablemente por los
O’Rourke. A lo mejor fue en esta fortaleza donde se refugió el capitán
Francisco de Cuellar, oficial de la Armada Invencible. La torre fue
desmantelada por Parke y las piedras se utilizaron para construir la
actual. Fue unos de los colonos que vinieron de Inglaterra, trayendo su
arquitectura, y es uno de los poquísimos castillos coloniales que se ven
en Irlanda. Es un edificio de un piso construido a lo ancho e integrado
en las murallas. La muralla bien conservada, protege unas caballerizas y
una fragua restauradas en su emplazamiento original.
De aquí
vamos bajando y llegamos a Boyle. Esta iglesia fue fundada hacia 1160
por los MacDermot, ilustra la evolución de los estilos y de las técnicas
de construcción entre 1161 y 1220. El coro y los cruceros, que son las
partes más antiguas, denotan la influencia borgoñona en la planta de sus
capillas. La nave presenta las sólidas formas redondeadas
características de los arcos románicos ingleses con columnas de
capitales dentados y arcos góticos que reposan sobre pilares con
columnas embebidas por el lado norte. La torre que domina el crucero fue
añadida en el siglo XIII al igual que las tres ventanas alargadas del
aguilón oriental. El claustro sufrió graves daños en el siglo XVII
cuando el monasterio sirvió de cuartel.
Nuestra
siguiente parada es Roscomon. La ciudad debe su nombre a San Comman, que
estableció una comunidad monástica en el Siglo VI. Al oeste de la ciudad
se encuentran las imponentes ruinas del castillo construido por el
justiciero real Roger de
Ufford en 1269. El recinto conserva sus cuatro torres semiesféricas de
esquina y su imponente puerta fortificada, en el lado este, y su poterna
en el lado oeste.
Llegamos a
Athlone, el cual tiene un gran monumento que es Jhon’s Castle, que
vigila
el puente desde hace casi 800 años. Ahora alberga un museo. A su lado se
extiende el casco antiguo de la población con algunos pubs
tradicionales. Río arriba se puede ver el elegante puente ferroviario
construido durante la década de 1850.
Otro hit
es Clonmacnois En el condado de Offaly, éste es el enclave
monástico más importante de Irlanda. Emplazado en la cumbre de una
montaña, ofrece unas bellas vistas del río Shannon. Se trata de una
extensión circundada por murallas, en la que existen numerosas y
antiguas iglesias, cruces altas, torres redondas y tumbas, muchas de
ellas en un estado de conservación admirable, que permiten hacerse una
idea real de cómo eran los monasterios medievales. La zona está rodeada
de terreno pantanoso, en el que habitan muchas plantas salvajes y
especies de aves. Su museo exhibe lápidas, cruces originales y otros
elementos descubiertos durante las excavaciones. No hay transporte
público que lleve a Clonmacnois; el pueblo más cercano es Shannonbridge,
a siete kilómetros en dirección sur, desde donde puede hacerse autostop
o alquilar un taxi.
Nos
acercamos a Newgrange .En el valle del Boyne encontramos los
impresionantes túmulos prehistóricos de Dowth, Knowth y Newgrange. En
este, el enorme túmulo (90 metros de diámetro y casi 13 de altura) está
formado en parte por grandes cantos de río. Está rodeado por un circulo
de menhires; solo se
conservan doce de los treinta y cinco elementos que lo componían. El
cairn está rodeado por grandes losas colocadas horizontalmente. El
monumento es del 2500 antes de Cristo. El túmulo recubre un dolmen con
pasadizo de 19 metros que comprende 43 pilares laterales. El techo es un
extraordinario voladizo de losas de 6 metros de alto. Tres pilones de
piedra pulida decorada servían para depositar las ofrendas. El eje del
pasadizo fue trazado simbólicamente apuntando a la salida del sol en el
solsticio de invierno. La simbología de la decoración es misteriosa y
con problemas de interpretación. Los circulos concéntricos o con radios
evocarian el culto al sol. Los arcos concéntricos podrían ser la
transformación de la diosa madre, protectora de los muertos y de las
cosechas. En cuanto a los signos ondulantes podrían evocar al mar: mar
de los vivos, pero también mar celeste del pensamiento religioso.
Llegamos a
Dublín, donde nos alojamos en un B&B que es muy recomendable ya que nos
costó 72 € pero la habitación era muy bonita, amplia todo muy limpio y
el desayuno del día siguiente fue espectacular. Se llama Country Home
B&B y está en Pine Lodge, Pormarnock. La propietaria se llama Alyne
Healy el teléfono es 460097.
19-04-03
La mañana
antes de coger el avión la dedicamos a pasear un poco por Dublín y
visitar la Kilmainham Gaol. Ofrece un desgarrador testimonio de la lucha
de Irlanda por su independencia. Desde 1796 ha servido principalmente
como prisión política y por ella han pasado algunos de los personajes
más ilustres del país. Tras la revuelta de los Irlandeses Unidos en
1798, las cárceles están llenas. Los hermanos Sheares abandonan la
prisión para ser ejecutados. Los Jóvenes Irlandeses de la insurrección
de 1848, los fenianos de la revuelta de 1867 y los Land Leaguers de 1883
abarrotan las celdas. La prisión cierra las puertas en 1924, pero fue
restaurada por voluntarios. Se pueden visitar las celdas y los lugares
de ejecución. Muy cerca también está la fabrica de cerveza Guinness pero
no tenemos tiempo.
Devolvemos
el coche en el aeropuerto y a las 14 horas volamos hacia Barcelona.
Fin del
viaje a este país tan encantador por sus paisajes y sus gentes.