La exposición
nos gustó mucho. La monitora, que se llamaba Gemma, lo
explicaba todo como si lo estuviese viviendo. En la exposición
descubrimos la Barcelona de 1615, cómo eran sus gentes;
lo interesante del porqué de los balcones, que servían
para ver y ser vistos; el grave problema del bandolerismo, que
existían dos bandos y el poder se dividía entre
un bando y el otro.