LA LITERATURA
Para empezar, tengo que reconocer
que mi afición a la lectura se la debo a mi madre.
Os explicare el porque; recuerdo
que a mí, me gustaban mucho más los números que
las letras, quizá a consecuencia de ello en gramática
no iba demasiado bien en el colegio. Entonces mi madre, muy cuca ella,
cuando era mi santo, cumpleaños etc. Empezó a comprarme
unos libros de aventuras en los que los protagonistas eran cinco amigos,
como las historias eran muy divertidas empecé a aficionarme a
leer.
(Aunque sigo prefiriendo los números).
Como es natural, actualmente
mis aficiones literarias han cambiado, y ahora me decanto más
por los libros históricos, y si son de los acontecimientos recientes
como pueden ser la segunda republica, de la guerra civil española,
o la segunda guerra mundial, mucho mejor.
Tal vez, estas preferencias también se las deba a mi madre, pues
me encantaba oírla cuando contaba las circunstancias que había
vivido durante la guerra civil y posteriormente cuando tuvo que huir
a Francia con su madre y sus dos hermanos, ya que su padre les acompañó
hasta la frontera, pero regresó, ya que su trabajo estaba en
la política.(Fue fusilado en el año l944).
En Francia, mi madre estuvo
en cinco campos de concentración, tres franceses, y dos alemanes,
entonces ella tenia doce años.
Esas historias, hicieron que
despertaran en mí la curiosidad de leer libros de la guerra civil,
pero escritos por escritores de diferente ideología, y así
poder comparar como cambia la historia según quien la cuenta.
Bueno, cambiando de tema, últimamente
he leído dos libros en los que relatan las barbaridades que cometieron
los nazis durante la guerra.
Uno de titulo "La Casa de las Muñecas", esta narrado
por la propia protagonista.
Esta chica fue obligada a los catorce años a pertenecer a lo
que los nazis llamaban la División del Placer.
Los hechos que se cuentan son
reales y estremecedores, se hace muy difícil comprender como
los seres humanos podemos llegar a límites tan crueles.
La División del Placer, era el lugar donde los mandos inferiores
y los soldados iban para saciar sus necesidades físicas y ese
odio indescriptible hacia unas mujeres y niñas que ni siquiera
conocían. Eran tales las salvajadas que les llegan a hacer, que
algunas de ellas morían al poco de estar allí, y otras
cogían todo tipo de infecciones por las que al no ser tratadas
también acababan perdiendo la vida.
En el libro también
queda patente, la fuerza que te puede dar una ilusión para aguantar
y superar las situaciones más duras que en ocasiones la vida
nos "regala".
La ilusión de esta muchacha era la de encontrarse de nuevo con
su hermano para sentir los abrazos limpios y llenos de amor que hacia
tiempo no sentía.
El otro libro se titula "La
locura de los cirujanos nazis".
La verdad es muy difícil, por no decir imposible, llegar a entender
que "personas" consideradas en teoría cultas, como
pueden ser unos médicos, se dejen convencer de que su raza "ARIA"
es muy superior a las demás y por lo tanto las otras, y si es
la judia mejor, deben servir de cobayas humanas para sus experimentos,
con el argumento de que todo se hace por el bien de la ciencia.
Las barbaridades y crímenes que se llegaron a cometer con ese
pretexto, fueron millares y millares de hombres, niños y mujeres
sacrificados por la locura colectiva de unos descerebrados, que se creían
unos genios.
Esas "pruebas científicas
fueron relatadas en los juicios de Nuremberg, allí subieron muchos
acusados al banquillo, pero personalmente creo que tenían que
haber subido muchos más. Esto lo digo, porque muchos de los que
se llevaron las manos a la cabeza por lo que estaban oyendo, también
eran culpables del sufrimiento de todas aquellas personas, pues muchos
sabían lo que ocurría, pero miraban hacia otro lado.
Desgraciadamente estas cosas
siguen ocurriendo, los ejemplos los tenemos en la guerra de Irak, en
las prisiones de Guantánamo etc.
Pero sabéis, seguimos mirando a otro lado.
Las historias se repiten.
Mª Jesús
(Informàtica - dimecres)
Posdata: Lo siento, creo que
me he desviado del tema, pero conforme escribía me he ido emocionando.