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La nebulosa de Orión se encuentra
a 1500 años luz, en la constelación del mismo nombre.
La primera imagen de la parte central de la nebulosa de Orión, que muestra un área angular del cielo 20 veces más pequeña que la luna llena, es en realidad un mosaico de 15 fragmentos que abarcan una región de unos 2,5 años luz de anchura. Los detalles más pequeños tienen un diámetro de unos 7000 millones de kilómetros. En el centro se ve el cúmulo del Trapecio. Algunas estrellas provocan ondas de choque supersónicas que viajan a más de 150000 km/h (arcos brillantes). Otras se esconden todavía dentro de las nubes de polvo donde se originaron. La segunda imagen (JPG de 209 K: si hace clic en la imagen pequeña de la izquierda obtendrá una versión más reducida) muestra la región que rodea el cúmulo del Trapecio, con cuatro estrellas gigantes rodeadas por otras más pequeñas, parecidas a nuestro Sol, que presentan aspecto cometario, con cabeza brillantes y las colas dirigidas hacia afuera. Las tres siguientes (JPG de 95 K, 254 K y 143 K, respectivamente: si hace clic sobre la imagen pequeña de la izquierda obtendrá imágenes más reducidas) muestran la parte central con más detalle. El mosaico (JPG de 86 K) muestra seis discos protoplanetarios (bautizados con el nombre de proplids por C. Robert O'Dell) de la zona del Trapecio. Los cuatro primeros están en proceso de evaporación a causa de la acción de las estrellas massivas centrales. Los otros dos se ven sobre el fondo luminoso de la nebulosa (vea también las dos imágenes al pie de esta página). Más abajo, se muestra uno de los próplidos (HST 10), rodeado de gas evaporado de la superficie del disco. Un equipo de científicos dirigido por Doug Johnstone (Toronto) ha presentado un modelo de evolución de estos próplidos según el cual no es nada fácil que se formen planetas gigantes como Júpiter o Saturno cuando se encuentran cerca grandes estrellas que evaporan el gas de los discos protoplanetarios en un millón de años, aproximadamente. Se precisa más tiempo para formar planetas como los del Sistema Solar: hasta 10 millones de años. La superficie de los discos, según los modelos propuestos, se calienta inicialmente a temperaturas de unos 1.000 grados C, evaporándose materiales de forma parecida a como sale vapor de la superficie del agua hirviendo. A medida que estos materiales se alejan de la estrella central y del disco, son ionizados por fotones de alta energía que ionizan el gas, calentándolo hasta temperaturas superiores a los 10.000 grados C., y produciendo los halos luminosos que vemos en estas imágenes. El ritmo de evaporación depende de la medida del disco: a medida que se evapora y se hace más pequeño, disminuye la velocidad de erosión. Un próplido pierde cada año una masa aproximadamente igual a tres veces la de la Luna. |
HUBBLE SPACE TELESCOPE SPIES PLANETARY SYSTEMS
IN THE MAKING
(C.R. O'Dell. 20-11-1995)
EDGE-ON PROTOPLANETARY DISK IN THE ORION NEBULA
(C.R. O'Dell. 20-11-1995)