En todos los ámbitos del saber y de las artes Atenas
alcanza su máximo esplendor cultural y se convierte en centro de atracción
para los intelectuales de todas las poleis de Grecia. Estos recién llegados,
a los que se les denominará sofistas, se convertirán
en los primeros profesionales de la enseñanza de la filosofía. Poseedores
de un saber enciclopédico ofrecen aquellos conocimientos de carácter humanístico
y práctico que necesitaban los ciudadanos para poder intervenir en la
asamblea con garantías de éxito.
Opuesto a su pensamiento aparece un
ateniense carismático Sócrates (470-399 a. C.) que frente
a las ideas relativistas y convencionalistas que defendían los sofistas
en ética y política busca encontrar las definiciones de conceptos universalmente
válidas sobre las que fundar la moralidad y la vida propia. Su intención
no es convencer mediante discursos grandilocuentes como hacían los sofistas,
sino que, a través de un diálogo personal, intenta ayudar a sus interlocutores
a que descubran las verdades por sí mismos.
Es en esta época en la que aparecen los dos
filósofos con mayor peso en toda la antigüedad y que más influencia
tienen en toda la filosofía posterior:
Platón (427-347 a. C.), que fue discípulo
de Sócrates, vive desde muy joven la inestabilidad política de las Guerras
del Peloponeso que enfrentaban la democrática Atenas y la militarista
Esparta. De familia aristocrática critica la democracia convertida en
el siglo IV a. C. en demagogia por acción de la segunda generación de
sofistas. Buscando unos principios inmutables sobre los que asentar un
orden político estable para la polis desarrolla su teoría de las
Ideas. Esta sirve de base para el primer gran sistema filosófico
de la antigüedad.
Aristóteles (384-322 a. C.), discípulo
de Platón y preceptor de Alejandro Magno, parte de la crítica a la teoría
de las Ideas de su maestro para construir su propio sistema filosófico
que se constituye en el segundo gran sistema de la antigüedad y proporciona
las principales teorías de la ciencia que se mantendrán hasta la revolución
científica de los siglos XVI-XVII. |