Aproximación al concepto de religión El término "religión" proviene del latín "religio", que Cicerón derivaba del verbo "relegere", "releer", conjunto de ceremonias y actos sagrados cuyo éxito depende de la exactitud con que se realicen. Según otros el término proviene del verbo "religare", que significa "unir", "atar". En griego no existe una palabra equivalente a "religio", lo más cercano es "eusebeia", que significa "piedad", y en los libros bíblicos judíos lo más cercano a la palabra religión es "fe". Como fenómeno social, la religión no es algo que el individuo herede genéticamente, sino que es transmitida y enseñada a través de la cultura. La religión cumple una función socializadora y, por tanto, ha de ser enseñada o de lo contrario no hay religión. Es cierto que hasta el momento no se conoce que hayan existido sociedades sin creencias o instituciones religiosas, pero también han existido personas escépticas, no creyentes o irreligiosas no sólo en nuestra sociedad actual sino en otras sociedades históricas. Las religiones abundan en un número incluso mayor que lenguas conocidas, y son tantas que resulta difícil caracterizar de modo genérico en qué consiste la religión y el hecho religioso. Por otro lado, el cristianismo ha penetrado de tal forma en las raíces de nuestra cultura occidental que es muy complicado precisar el concepto religión sin que de modo consciente o inconsciente esté implícito el modelo eurocéntrico cristiano de un Dios único, de la Biblia, con dogmas e iglesias; pero conviene tener presente que a lo largo de la historia de la humanidad también han existido religiones sin dios o dioses, sin dogmas ni creencias o esperanza en otra vida futura No es fácil, por tanto, explicar en qué consiste exactamente la naturaleza del hecho religioso, tanto es así, que ante la ambigüedad del término algunos consideran que resulta inútil cualquier intento de definición. No obstante, han sido múltiples las tentativas que desde variadas y divergentes ópticas han tratado de dar una explicación del mismo. La mayoría de ellas podrían agruparse principalmente bajo dos grandes enfoques: el funcionalista y el estructuralista. E.Durkheim, desde una perspectiva funcionalista, defiende que no hay y no puede haber habido una sociedad sin religión. Los diferentes sistemas simbólicos de la religión cumplen la función social de dar sentido a la existencia individual y colectiva del ser humano, y de reforzar el sentimiento de solidaridad y cohesión social. La religión simboliza así la conciencia que la sociedad tiene de sí misma como entidad irreductible. El estructuralismo
concibe la sociedad como una totalidad estructural y significativa, articulada
por las relaciones estables y regida por unas leyes internas que hay que
buscar en su estructura profunda. El objeto o referencia principal de
las religiones sería todo aquello que tiene que ver con lo divino,
lo absoluto, lo transcendente, lo misterioso, lo sagrado. Teniendo en cuenta
ambas perspectivas, algunos sociólogos (E.K.Nottingham, J.Martín
Velasco) opinan que la religión es todo aquello que dota de sentido
a la existencia humana. [J.
Martín Velasco: El carácter ontológico y axiológico
del hecho religioso] Para otros (G.Marcel,
W.James, R.Otto) la religión es todo aquello que tiene que ver
con lo invisible, trascendente y sagrado. Aquello que nos admira, sobrecoge
y atrae. Desde una perspectiva agnóstica o atea, algunos autores dicen que el fundamento de la religión es el miedo a lo desconocido (B.Russell) o bien que se trata de un proceso de alienación, un deseo idealizado, una mera ilusión humana fruto de una determinada ideología, una actitud y un sentimiento infantil que han de ser superado. (L.Feuerbach, K.Marx, S.Freud, R.Alves) [B.
Russell: La religión y el miedo a lo desconocido] Para F.Nietzsche la creencia en Dios significa un menosprecio a la tierra y al propio hombre. "Dios ha muerto", es decir, "ya no está presente" en nuestra cultura porque la sociedad ya no se mueve por sentimientos religiosos sino por motivaciones políticas, económicas o científicas, etc. El problema dice ahora, son los substitutos que hemos colocado en el puesto dejado por Dios, porque nos cuesta vivir sin ningún tipo de transcendencia. [F. Nieztsche: Dios ha muerto] M.Unamuno
frente al "Dios ha muerto" de Nietzsche proclama "resucitemos
a Dios". La religión es la necesidad existencial de una fe
irracional, una búsqueda desesperada de supervivencia personal
más allá de la muerte. |