BLAS DE OTERO
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Biografía Poeta
español nacido en Bilbao en 1916. El contenido social de la poesía de Otero El escritor vasco Blas de Otero es, en opinión de amplios sectores de la crítica, el poeta lírico más relevante en el panorama de la poesía contemporánea española del siglo XX. Nació en Bilbao en 1916. Hizo el Bachillerato en Madrid y cursó la carrera de Derecho, que nunca ejerció. Fue Premio Boscán de poesía (1950, Redoble de conciencia) y Premio Fastenrath. Otero se mantuvo al margen de grupos literarios siguiendo un camino muy personal, aunque en él aparecen las tendencias en las que crecen y maduran los nuevos poetas de la posguerra: poesía de tono religioso; poesía de intención anticlasicista y antiformalista (poesía "desarraigada", en denominación de Dámaso Alonso), en respuesta al neogarcilasismo de José García Nieto y otros poetas de la llamada "Juventud Creadora" -años 1939-1944 aproximadamente-, e iniciada en 1944 con dos grandes libros: Sombra del paraíso, de Vicente Aleixandre, e Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, libros que traen una poesía más humana y auténtica; y la que se ha llamado poesía "social". Blas de Otero queda inmerso en estas tres tendencias, pero sin dependencia, sin ser en ninguna de ellas un mero seguidor de una moda poética. Otero pretendió huir del famoso lema de Juan Ramón Jiménez "A la minoría siempre" o "A la inmensa minoría", y se dirige "A la inmensa mayoría" (dedicatoria que estampa al frente de uno de sus libros), a esa inmensa mayoría de hombres que, al igual que el poeta, nacen, viven, aman, sufren y mueren, en un mundo como un árbol desgajado. La trayectoria poética de Otero en lo temático e ideológico apunta con seguridad a una meta: la progresiva inclusión del poeta en el "nosotros", su olvido de sí mismo para perderse en el mar del "nosotros", en esa fronda de turbias frentes y sufrientes pechos. Como señala el profesor Alarcos Llorach, la poesía es para Blas de Otero labor de apostolado "de sumergimiento en la inmensa mayoría, de poner el dedo en las llagas que padece y sufrirlas con ella, de manera que así despierte y comience a levantar las ruinas <...>. La obra de Otero es, pues, una tarea de por vida, de despertador de la conciencia humana, de apelación a la íntima verdad." Otero, vuelto a los hombres (Definitivamente cantaré para el hombre. / Algún día -después- alguna noche, / me oirán. Hoy van -vamos- sin rumbo, / sordos de sed, famélicos de oscuro. De Ángel fieramente humano-), desea darles paz: Allá
voy voceando paz, a pasos De Ancia Yo
doy todos mis versos por un hombre De Pido la paz y la palabra Si
me muero, que sepan que he vivido De Que trata de España Y es sobre España donde Otero quisiera derramar y vocear sus palabras de paz, sobre una España que no esté royendo ni se trague a sus propios hijos. La paz aportará la alegría que Otero pide para su patria: Para
ti, patria, árbol arrastrado De Pido la paz y la palabra Y en paz y alegría los hombres podrán entrar "a pie desnudo en el arroyo claro, / fuente serena de la libertad".
La escasa producción de Otero Otero fue poeta demasiado exigente consigo mismo; corrigió mucho sus versos y publicó con parquedad y con lentitud: "Corrijo - dice Otero-, casi exclusivamente, en el momento de la creación: por contención, por eliminación, por búsqueda y por espera"; contención y eliminación que hacen que su poesía sea concentrada, conceptual, difícil ya que no hermética; búsqueda y espera que explican la parquedad y el retraso de su producción pública. Lentitud, firmeza, trabajo y reflexión son los conceptos que desde un principio informan el quehacer poético de Otero. En el poema "La Obra" -de 1941- nos dice ya el poeta: <...>
Lenta pluma, En los pocos títulos publicados, la poesía de Otero se nos revela como una de las que presentan un mayor aprovechamiento de todos los recursos expresivos que ofrece la lengua, así como una íntima simbiosis entre contenido y expresión. Los siguientes títulos son el reflejo de su primera etapa poética: -
Ángel fieramente humano (Ínsula, Madrid, 1950). Y estos otros títulos corresponden a su segunda época: -
Pido la paz y la palabra (Cantalapiedra, Torrelavega, 1955). Y de su labor como prosista, la editorial Alfaguara publicó Expresión y reunión (Madrid, 1969) e Historias fingidas y verdaderas (Madrid, 1970).
Los recursos estilísticos de la poesía de Otero Antes de ofrecer una panorámica ilustradora, forzosamente restringida, de la poesía de Otero, nos parece conveniente señalar algunos aspectos de su forma lingüística. Remitimos al lector al libro ya citado de Alarcos Llorach La poesía de Blas de Otero, en el que el ilustre académico estudió magistralmente los recursos técnicos que prestan a la lengua de Otero una alta eficacia expresiva. 1. La dislocación del ritmo fluyente -o encabalgamiento-, al no existir una adecuación entre las secuencias sintáctica y métrica, con lo que el poema nos produce una impresión de violencia. Véase, en la breve antología con la que termina este trabajo, el soneto "Lástima"; la acumulación de muchos versos cabalgando los unos sobre los otros y el fraccionamiento de la unidad métrica de la casi totalidad de ellos por las pausas sintácticas -aceleramiento del ritmo expresivo y paradas bruscas- rompen el equilibrio del poema, que nos traduce la sensación de violencia que quiere sugerir el poeta. 2. La intensificación expresiva que se obtiene con la reiteración del mismo elemento léxico -repetición de una palabra-, o del mismo elemento sintáctico -agregación de una nueva palabra con idéntica función gramatical- o con el desarrollo de variaciones -varios subtemas- sobre un mismo tema. Véase el sobrecogedor poema, en versículos, "Crecida", en el que el poeta, que percibe las consecuencias de la guerra mundial, va avanzando por Europa inundada de sangre: es el tema principal, que va apareciendo, desapareciendo y reapareciendo, modificado por distintos esquemas sintácticos; y como subtemas, el avance penoso del poeta, la sangre, el tiempo (ese "algunas veces" que se vuelve definitivamente "siempre": "no / veo más que sangre, / sangre, / siempre / sangre, / sobre Europa no hay más que / sangre") y, al final, dentro de la sangre, la rosa de la paz, la sed de paz que trae el poeta. Sin la menor duda, la magistral utilización de las reiteraciones logran conferir al poema un ritmo obsesivo, que trasluce un profundo sufrimiento ante los efectos de las guerras. 3. El ritmo insistente, reiterador y tenaz que producen las formas paralelísticas (el paralelismo es la reiteración de secuencias cuyos elementos presentan idéntica estructura sintáctica, con contenidos psíquicos equivalentes). Véase, por ejemplo, la estructura del soneto "Cuerpo de la mujer": los dos cuartetos y el primer terceto se organizan conforme a un mismo esquema sintáctico: "cuerpo de la mujer"/ comparación / "donde" / circunstancia / verbo (con sus sujetos y complementos); e incluso en cada una de estas estrofas hay otros elementos reiterativos paralelísticos. El poema -como ha señalado Emilio Alarcos en la obra ya citada- queda, además, dividido en dos partes, entre las que se establece, mediante una adecuada selección léxica, un claro contraste: el "antes" implícito en los dos cuartetos, que corresponde a una perspectiva sentimental ilusionada (todo es claro y luminoso: "río de oro", "racimos de luz", "frondor", "mar de oro", "alas de oro..."); y el "después" explícito en el primer terceto ("después de tanta luz, de tanto / tacto sutil"), que con sus tonos sombríos supone el paso a otra perspectiva: el "río de oro" es ahora "fuente de llanto", la "luz" se convierte en "pena". También en los poemas "En el principio" y "Anchas sílabas" pueden observarse con claridad desarrollos paralelísticos, si bien las terceras estrofas introducen ligeras variaciones en el ritmo paralelístico de ambos poemas.
4. El aprovechamiento del "valor poético" de los largos adverbios en -mente, tan abundantes en los versos de Otero. En estos adverbios (compuestos de adjetivo + morfema -mente), el morfema -mente no es, en modo alguno, un peso muerto de nula significación que confiera pesadez a la expresión; antes por el contrario, la resonancia expresiva del adjetivo se prolonga y resulta incrementada en el morfema -mente. Léanse, por ejemplo, los poemas "Igual que vosotros", "Tú, que hieres" (ambos de Ángel fieramente humano), "Tierra" (de Redoble de conciencia), en los que Otero maneja los adverbios acabados en -mente con gran destreza expresiva. Reproducimos ahora tan solo los cuartetos iniciales del soneto "Ciegamente" (también de Ángel fieramente humano): el segundo cuarteto aparece encerrado entre los adverbios "inconsolablemente" -repetición inmediata del adverbio con el que termina el primer cuarteto- y el "lentamente"; adverbios en -mente que "tiñen" con su valor semántico los respectivos versos y que, combinados con frases adverbiales de tipo iterativo y con gerundios, en construcciones paralelísticas, confieren al poema un ritmo enormemente pausado y lento: Porque
quiero tu cuerpo ciegamente. Inconsolablemente.
Diente a diente,
5. El aprovechamiento expresivo del material fónico. Estos son algunos de los recursos fónicos empleados con frecuencia por Otero: a) La expresión de contenidos de disparidad semántica mediante palabras con semejanza fónica. Véanse el último verso del soneto "Lástima" y el primer terceto del soneto "Cuerpo de la mujer". b) El juego de palabras que se apoya en la homofonía. Véanse estos versos de "Ancia": Eché
la noche por la borda. Al borde (Como puede comprobarse, el primer hilo es verbo; el segundo y el tercero constituyen una frase adverbial iterativa; y el cuarto es también sustantivo, pero formando parte de la frase hecha perder el hilo, es decir, equivocarse). c) La aliteración producida por la repetición de un mismo sonido o la reiteración de sonidos muy afines. En el soneto "Cuerpo de la mujer", por ejemplo, aparecen diversas aliteraciones: interdentales y vibrantes en el primer cuarteto (brazos-recibimos-luz-relámpago-azul-racimos-rasgada); silbantes en el segundo cuarteto ("no sabemos / si los senos son olas, si son remos / los brazos, si son alas solas de oro..."); oclusivas dentales y nasales implosivas en el primer terceto (fuente-llanto-donde "después de tanta luz, de tanto / tacto sutil, de Tántalo es la pena"). d) Cierto tartamudeo silábico, producto del ímpetu apasionado y vehemente de Otero, que articula tumultuosamente los mismos sonidos. Véanse estos versos de Pido la paz y la palabra: "Árboles abolidos, / volveréis a brillar/ al sol. Olmos sonoros, altos / álamos, lentas encinas, / olivos / en paz...", donde se repiten inmediatamente -ol, de la palabra "sol", y -ol, de la palabra "olmos".
En esta pàgina podrás encontrar la antología de poemas seleccionados http://materialesdelengua.org/LITERATURA/HISTORIA_LITERATURA/BLASDEOTERO/poemas.htm#cantico
Antología en formato PDF http://materialesdelengua.org/LITERATURA/HISTORIA_LITERATURA/BLASDEOTERO/poemas_otero.pdf
Esquema básico sobre su obra poética: http://materialesdelengua.org/LITERATURA/HISTORIA_LITERATURA/BLASDEOTERO/BdO_cmp.html
Importante para el comentario: http://materialesdelengua.org/LITERATURA/HISTORIA_LITERATURA/BLASDEOTERO/Bd0.ppt#259,3,Diapositiva 1 (Si vas bajando el cursor derecho irán apareciendo señalados los aspectos estilísticos esenciales de algunos poemas)
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