La Ilustración nace de la aplicación de la razón
a todos los dominios del saber humano: religioso, ético, político, científico,
etc. Una razón que se declara autónoma (no debe estar sometida a
ningún poder externo, sino que ella sola es capaz de regular su propia vida,
se considera que el ser humano ha llegado a su mayoría de edad y puede pensar
por sí mismo), crítica (replantea de todos los valores sociales admitidos
hasta entonces, busca llegar a clarificar cualquier dominio que afecte al
ser humano por medios puramente racionales) y a la vez tolerante
(analiza todo sin que, por ello, trate de imponerse) |
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A este movimiento pertenecen
un sinnúmero de pensadores -Voltaire, Diderot, D'Alembert, Rousseau, Montesquieu,
Condillac, La Metrie, Bayle, Boyle, Buffon,...- situados entre
Hume y Kant; filósofos éstos que se pueden definir claramente como filósofos
ilustrados pues comparten mentalidad e inquietudes con ellos.
Kant buscará una síntesis entre racionalismo
y empirismo que es mucho más que la simple suma de ideas de ambas
corrientes (incompatibles entre sí en muchos aspectos). Será una nueva
forma de interpretar el conocimiento humano expuesta en su obra "La
Crítica de la Razón Pura". Pero la actividad racional no se limita
al conocimiento de objetos también necesita conocer cómo se ha de obrar.
En su obra "La Crítica de la Razón Práctica" trata de determinar
qué principios deben regir mi acción moral proporcionando una teoría
ética totalmente innovadora.
La filosofía de Kant se convierte en un punto de
referencia insoslayable para sus sucesores pero también en un obstáculo,
porque había sido una filosofía crítica que, al haber marcado los
límites del conocimiento, había eliminado las pretensiones metafísicas
de un conocimiento absoluto. Sus sucesores inmediatos -Fitche,
Schelling y Hegel- no están dispuestos a someterse a esos límites
que intentan superar por todos los medios en una clara pasión metafísica. |