Si observamos la aparición 
                de algunos de estos signos en los alumnos o en nuestros hijos, 
                hemos de averiguar las causas. Pueden ser un indicador que están 
                sufriendo una situación de intimidación. 
                Signos 
                    individuales
                  Los niños o jóvenes víctimas 
                    de maltrato presentan generalmente diversos indicios, entre 
                    los que destacan: 
                  
                En la escuela son objeto de burlas, bromas 
                  desagradables, son llamados con motes, los insultan, los molestan, 
                  acostumbran a estar involucrados en discusiones y peleas en 
                  las que se encuentran indefensos y siempre acaban perdiendo, 
                  en el juego son los últimos en ser elegidos, en el patio suelen 
                  quedarse cerca del profesorado, no tienen amigos... 
                  
                En clase tienen dificultades para hablar, 
                  dan una impresión de inseguridad y/o ansiedad, tienen un aspecto 
                  contrariado y triste, presentan un deterioro gradual del rendimiento 
                  escolar... 
                  En casa: vuelven a casa con la ropa estropeada, 
                    con los libros sucios o rotos, han "perdido" objetos y/o dinero, 
                    no quieren ir a la escuela o piden que les acompañen, evitan 
                    determinados lugares, determinados días o clases..., recorren 
                    caminos ilógicos para ir a la escuela, no son invitados a 
                    las casas de otros, tienen pesadillas, trastornos psicosomáticos, 
                    señales de golpes y arañazos, cambios súbitos de humor...
                  Signos colectivos
                  A veces el maltrato apunta a grupos concretos 
                    que presentan rasgos diferenciales étnicos, culturales o de 
                    otro tipo (bullying racista, sexista, homófobo...). 
                    Otras veces existe un deterioro generalizado del clima 
                    de convivencia donde el abuso de poder y el maltrato son 
                    la forma habitual de relación entre los alumnos. 
                  En ambos casos siempre representa un boicot 
                    al desarrollo de las actividades en el aula, al trabajo de 
                    los otros compañeros y al trabajo del profesorado. Afecta 
                    al cumplimiento de las finalidades, las relaciones y los procesos 
                    de enseñanza - aprendizaje en su nivel mas básico. 
                  
                La aparición frecuente de graffitis insultando 
                  alumnos o grupos de alumnos, el uso habitual de motes, bajos 
                  resultados académicos y dificultades de atención generalizada, 
                  situaciones de exclusión social, distanciamiento hacia los adultos, 
                  falta de capacidad de gestión y resolución de conflictos, entre 
                  otros, son indicadores de estas situaciones.