La única manera de combatir el maltrato 
                    es la cooperación entre todos los implicados: maestros 
                    y profesores, padres y alumnos... y hacerlo desde una vertiente 
                    positiva.
                  Bájate 
                    la Guía 
                    para las familias 
                  
                Si piensas que tu hijo/a puede estar implicado/a 
                  en conductas agresivas o puede ser víctima de maltrato 
                  por parte de los compañeros/as...
                  ... es importante reaccionar con calma, sin 
                    reproches ni culpabilizaciones.
                  Con calma, anímale a hablar y pídele 
                    que explique qué está pasando. Es importante 
                    valorar la importancia y gravedad de la situación. 
                    Habla con el tutor de la escuela o el instituto.
                  
                Si está implicado en conductas agresivas 
                  ayúdale a ver que se pasa de la raya y que está 
                  perjudicando a un compañero. Ayúdale a encontrar 
                  maneras no agresivas de relacionarse y buscad juntos por qué 
                  lo hace. Si conviene pedid ayuda a un profesional.
                  Si está en el rol de víctima hacedle 
                    ver que lo que le pasa no es su culpa, que le puede pasar 
                    a cualquiera y que entre todos le vais a ayudar a superarlo. 
                    Si conviene pedid ayuda a un profesional.
                  Es importante expresar al centro educativo vuestra 
                    preocupación y colaborar con las acciones que tomen. 
                    Intentad encontrar juntos soluciones positivas para todos 
                    los implicados y dadles tiempo para llevarlas a cabo.
                  No es fácil acabar de golpe con una violencia 
                    que se ha ido construyendo lentamente, pero trabajad para 
                    que la situación vaya mejorando y, sobretodo, evitad 
                    complicar la situación y que la situación se 
                    deteriore aún más.
                  De todos modos, la prevención es la 
                    estrategia más importante, y es preciso mantener 
                    una buena comunicación con los hijos (en la edad de 
                    la adolescencia es un poco más difícil...)
                  Dar modelos positivos: Mantener unas 
                    buenas relaciones familiares. Resolver amigablemente vuestros 
                    conflictos. No aceptar la violencia. 
                  
                Hablar cada día con vuestro hijo: Escuchar 
                  sus opiniones. Ayudarlo a encontrar soluciones a sus problemas. 
                  No permitir que provoque a los compañeros. Ayudarlo a aprender 
                  a reflexionar. Recordar que la primera defensa contra la intimidación 
                  es la autoconfianza.
                  Educarlo en unos valores de respeto y tolerancia: 
                    Cuidar su crecimiento emocional y ayudarlo a sintonizar con 
                    los sentimientos de las demás personas. 
                  Definir unas normas claras y consistentes: 
                    Explicar claramente qué está permitido y qué no lo está, dando 
                    los argumentos necesarios. Aplicar las normas de manera consistente. 
                  
                  
                Darle oportunidades de construir amistades: 
                  Preguntarle como lo tratan sus amigos y compañeros de clase. 
                  Interesarse en conocerles, invitarles a casa. 
                  
                Controlar los programas de TV: Muchos programas 
                  de TV y videojuegos refuerzan la idea que la agresión es la 
                  única manera de resolver conflictos. No se trata de prohibir, 
                  sino de ser crítico, comentar la influencia y ofrecer alternativas. 
                
                  
                Favorecer que tenga alguna afición: 
                  Implicarle en actividades que desarrollen habilidades valoradas 
                  por los chicos de su edad. Facilitarle materiales y oportunidades 
                  para hacer actividades de grupo. Recordad que la intimidación 
                  se favorece cuando los chicos están juntos y no tienen 
                  nada constructivo que hacer. 
                  
                Hablar sobre cómo afrontar los problemas: 
                  Ayudarlo a tener respuestas adecuadas en el caso que le molesten 
                  y/o le intimiden. No le aconsejes que se tome la revancha. Responder 
                  agresivamente es la peor defensa y da mas motivos al agresor 
                  para retomar los ataques. 
                  
                Implicarse en su educación escolar: Mantener 
                  contactos regulares con la escuela. Apoyar al centro y al profesorado. 
                  Si tenéis dudas al respecto es aconsejable hablarlas 
                  con el profesorado pero no lo desautoricéis delante de 
                  vuestro hijo. 
                  Acompañar los hijos/as en su proceso de crecimiento 
                    es responsabilidad de los padres