Iván era un niño al que le gustaba mucho las aventuras. Hace un año, encontró un mapa en la mochila donde ponía algo sobre un tesoro (bueno, en realidad había marcada una X, que normalmente, en un mapa se refiere a algo que tiene que ver con “riquezas”). Iván no se lo pensó dos veces, y fue en busca de aquello. Él tenía mucha ilusión en hacerse rico. Si fuera millonario se compraría cartas de Yu-gi-oh, juegos de la play, un palacio... Siguió las instrucciones del mapa: salió de su casa, pidió un taxi y se marchó a los Pirineos. Una vez allí, Iván salió muy rápido del coche y le dijo al taxista: ¡Ya le pagaré lo que le debo cuando sea rico!

Sin perder un minuto, volvió a las órdenes del mapa, siguiendo al pie de la letra, tal y como indicaba. Primero tenía que subir una gran cuesta de nieve. Empezó a ascender pensando en que se iba a “forrar”. Al cabo de 5 horas de esfuerzo, se tropezó con un trozo de palo y cayó rodando hasta abajo hecho una bola de nieve. La bola no se detuvo hasta chocar contra una cueva. Iván, muerto de frío, pudo escapar de la gran masa de nieve, pero esta no le dejó salir de la cueva, pues tapaba totalmente la salida.

El mapa se congeló. Iván pensó que no podía encontrar ese tesoro, pero, podía haber alguno otro en esa cueva, así que empezó a investigar la zona. Miró hacia arriba para ver si había alguna cosa, y observó algo que le atrajo la atención. No sabía bien lo que era, pero hacía este ruido: pum, pum, pum, pum; como los latidos de un corazón. Debía medir 0,5m. 
El niño cogió una piedra y se la lanzó a esa cosa. Ésta cayó al suelo. El ruido se interrumpió. Salieron 8 patas de golpe, a continuación 2 quelíceros, y por último un cuerpo peludo con dibujos negros y rojos en el abdomen.

Un signo de veneno, peligro y terror. Ese bicharraco era  una araña, la más grande del mundo que había visto (3m). La araña miró a Iván con sus 8 ojos grises. Lanzó del abdomen una tela que envolvió al chaval. Éste se quedó dormido. Cuando abrió los ojos vio un montón de víctimas como él enganchadas al suelo. De pronto, el suelo tembló y apareció una araña tres veces más grande (9m.) y los seres encapullados empezaron a chillar. La araña se paró ante uno de ellos y le hincó un quelícero largo y peludo con el que extraía alimento. Solo dejó la piel y los huesos. La araña se fue. El niño estaba aterrorizado después de haber visto esa escena tan cruel. Pero, por suerte, se había llevado la navaja que le regaló su padre el día de su cumpleaños. Con ella se desató de la tela, y se fue de nuevo a la salida, para ver si la nieve se había derretido un poco, pues hacía un par de grados más desde que cayó rodando. Vio que la nieve se hacía agua, pero la bola era tan grande...

Intentó sacarla empujándola. Pero nada. En ese momento el suelo volvió a temblar, se caían piedrecitas del techo. ¡Era la araña!!!! Ésta se acercó a él y levantó una de sus patas con intención de destrozarlo. Cuando la pata bajaba paras matarlo, éste se lanzó a un lado esquivándola. La fuerza de la araña al chocar con el suelo hizo que un trozo de roca de la cueva de la entrada se desprendiera, dejando la bola de nieve libre que rodó hacia el interior de la cueva. El niño se apartó. La araña lo intentó, pero era demasiado gorda y lenta, tanto, que la bola cayó sobre ella congelándola

Iván regresó  a casa con un taxi (y lo tuvo que pagar todo con el dinero de sus ahorros). Además tuvo que escuchar las reprimendas de sus padres... (Estaban muy preocupados). El mapa que encontró en su mochila eran deberes: Poner 7 palabras que contengan la letra X.